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RE Inframundo - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio

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S.D. PERRY <strong>RE</strong>SIDENT EVIL 4 INFRAMUNDO<br />

Capítulo 7<br />

El edificio era frío y oscuro, se podía escuchar un suave zumbido <strong>de</strong><br />

maquinaria que rompía el silencio, y que se escuchaba incluso por encima <strong>de</strong><br />

los tremendos latidos <strong>de</strong> su corazón. El lugar no era muy gran<strong>de</strong>, quizá <strong>de</strong> unos<br />

diez metros por sesenta, pero formaba una única estancia, lo bastante amplia<br />

como para hacerla sentirse intranquila, vulnerable. Unas pequeñas luces se<br />

encendían y se apagaban al azar a su alre<strong>de</strong>dor, como si fueran docenas <strong>de</strong> ojos<br />

que les vigilaran <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la oscuridad.<br />

Tío, odio esto.<br />

Rebecca pasó el haz <strong>de</strong> luz <strong>de</strong> su linterna por la pared oeste <strong><strong>de</strong>l</strong> edificio en<br />

busca <strong>de</strong> algo que se saliera <strong>de</strong> lo habitual e intentando no sentirse a punto <strong>de</strong><br />

vomitar al mismo tiempo. En las películas, los <strong>de</strong>tectives privados y los policías<br />

que entran a hurtadillas en la casa <strong>de</strong> alguien siempre caminan con<br />

tranquilidad, en busca <strong>de</strong> pruebas, como si el sitio fuera suyo. En la vida real,<br />

meterse en un sitio en don<strong>de</strong> estaba claro que no <strong>de</strong>bías estar era terrorífico.<br />

Sabía que eran los buenos, que estaban haciendo lo correcto, pero aun así sentía<br />

las palmas <strong>de</strong> las manos llenas <strong>de</strong> sudor y el corazón le martilleaba más que le<br />

palpitaba, y <strong>de</strong>seó <strong>de</strong>sesperadamente tener un lavabo al que po<strong>de</strong>r ir. Le<br />

parecía que su vejiga se había reducido al tamaño <strong>de</strong> una avellana.<br />

Y eso tendrá que esperar, a menos que quiera entrar chorreando en mitad <strong>de</strong><br />

territorio enemigo…<br />

No era algo que Rebecca <strong>de</strong>seara.<br />

Se inclinó para tener una mejor visión <strong>de</strong> la máquina que tenía enfrente, un<br />

aparato <strong><strong>de</strong>l</strong> tamaño <strong>de</strong> una nevera cubierto <strong>de</strong> botones, la etiqueta <strong><strong>de</strong>l</strong> frente<br />

<strong>de</strong>cía «Estación OGO», a saber lo que era. Hasta don<strong>de</strong> podría contar, la<br />

habitación estaba repleta <strong>de</strong> enormes y macizas máquinas llenas <strong>de</strong><br />

interruptores. Si el resto <strong>de</strong> los edificios estaban equipados <strong>de</strong> forma similar,<br />

encontrar el panel oculto <strong>de</strong> acceso iba a llevarles toda la noche.<br />

Cada uno se ocupaba <strong>de</strong> una pared, y John investigaba las mesas situadas<br />

en el centro <strong><strong>de</strong>l</strong> cuarto. Probablemente había una cámara <strong>de</strong> vigilancia en<br />

alguna parte <strong><strong>de</strong>l</strong> edificio, lo cual hacía la urgencia todavía más gran<strong>de</strong>…<br />

aunque todos esperaban que el personal mínimo significaría que nadie estaría<br />

observando. Si tenían mucha suerte, el sistema <strong>de</strong> seguridad ni siquiera estaría<br />

operativo aún.<br />

No, eso sería un milagro. Bastante suerte tendremos si conseguimos entrar y salir<br />

<strong>de</strong> esto vivos e ilesos, con o sin ese libro…<br />

Des<strong>de</strong> que habían <strong>de</strong>jado la furgoneta, las alarmas internas <strong>de</strong> Rebecca<br />

habían estado sonando hasta convertirla en un manojo <strong>de</strong> nervios. Durante el<br />

poco tiempo que llevaba en los STARS, había aprendido que confiar en sus<br />

instintos era importante, quizá incluso más importante que tener un arma; el<br />

instinto le <strong>de</strong>cía a las personas cuando esquivar las balas, a escon<strong>de</strong>rse cuando<br />

el enemigo estaba cerca, a saber cuando esperar y cuando actuar. El problema<br />

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