RE Inframundo - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio
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S.D. PERRY <strong>RE</strong>SIDENT EVIL 4 INFRAMUNDO<br />
—Claro que sí, pero no las <strong>de</strong> la puerta ni las <strong><strong>de</strong>l</strong> almacén.<br />
—Esas las tengo yo —exclamó Ken Carson, el cocinero. También se puso<br />
en pie, y la mayoría lo imitó, <strong>de</strong>sperezándose, bostezando y apurando la taza <strong>de</strong><br />
café.<br />
Nick asintió.<br />
—Bien. Que todo el mundo recoja sus cosas, nos vemos en el ascensor en<br />
cinco…<br />
—¡Un momento! —gritó Reston, incapaz <strong>de</strong> creerse lo que estaba oyendo:<br />
que rehusaban cumplir su <strong>de</strong>ber moral, sus obligaciones. Que no le hicieran<br />
caso—. Hay más <strong>de</strong> ellos en la superficie, os matarán. ¡Tenéis que ayudarme!<br />
Nick se dio la vuelta y le dirigió una mirada tranquila y terriblemente<br />
con<strong>de</strong>scendiente.<br />
—Señor Reston, no tenemos que hacer nada <strong>de</strong> eso. No sé lo que está<br />
pasando <strong>de</strong> verdad, pero creo que nos está mintiendo… y no hablaré por los<br />
<strong>de</strong>más, pero por lo que se refiere a mí, no me pagan lo bastante como para ser<br />
su guardaespaldas.<br />
De repente, sonrió, y sus ojos brillaron alegres.<br />
—Y a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> todo eso, no es a nosotros a quien buscan.<br />
Nick se dio la vuelta <strong>de</strong> nuevo y se alejó, y Reston pensó por un momento<br />
en dispararle… pero sólo tenía seis balas, y no tenía ninguna duda <strong>de</strong> que los<br />
<strong>de</strong>más hombres se lanzarían a por él si hería a uno <strong>de</strong> sus compañeros <strong>de</strong> la<br />
clase trabajadora. Pensó <strong>de</strong>cirles que sus vidas habían acabado, que no olvidaría<br />
su traición, pero no quiso <strong>de</strong>sperdiciar el aliento, y tampoco le quedaba mucho<br />
tiempo.<br />
Escon<strong>de</strong>rme.<br />
Era lo único que podía hacer.<br />
Reston dio la espalda a sus subordinados y se apresuró a salir mientras su<br />
mente repasaba todos los posibles lugares a don<strong>de</strong> podía ir, rechazándolos por<br />
<strong>de</strong>masiado obvios, <strong>de</strong>masiado expuestos…<br />
Y entonces se le ocurrió: el grupo <strong>de</strong> ascensores al otro lado <strong>de</strong> la esquina<br />
<strong>de</strong> las instalaciones médicas. Era perfecto. A nadie se le ocurriría mirar en un<br />
ascensor que ni siquiera funcionaba, podía abrir las puertas <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> ellos a la<br />
fuerza y estaría a salvo <strong>de</strong>ntro. Al menos durante un tiempo, hasta que se le<br />
ocurriese qué otra cosa podía hacer.<br />
Reston estaba sudando a pesar <strong>de</strong> fría tranquilidad gris <strong><strong>de</strong>l</strong> pasillo central.<br />
Giró a su <strong>de</strong>recha y empezó a correr.<br />
Después <strong>de</strong> lo que les pareció una eternidad bajando por la oscuridad,<br />
apiñados en el interior frío e incómodo <strong>de</strong> un ascensor <strong>de</strong> servicio, con un ruido<br />
infernal, llegaron al fondo.<br />
O a la superficie, según se mire, pensó Claire mirando a través <strong>de</strong> un panel<br />
abierto mientras la luz <strong>de</strong> la linterna <strong>de</strong> David se <strong>de</strong>splazaba por el lujoso<br />
interior y el ruidoso motor se <strong>de</strong>tenía. Habían acabado posándose encima <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
techo <strong>de</strong> otro ascensor, que estaba vacío a excepción <strong>de</strong> una escalera <strong>de</strong> mano<br />
apoyada en una <strong>de</strong> las pare<strong>de</strong>s.<br />
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