14.05.2013 Views

Bajá un capítulo en pdf - Rolling Stone

Bajá un capítulo en pdf - Rolling Stone

Bajá un capítulo en pdf - Rolling Stone

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

5. Naukaram<br />

II Aum Siddhivinaayakaaya namaha I Sarvavighnopashantaye namaha I Aum Ganeshaya<br />

namaha II<br />

–Continúa.<br />

–Mi señor, el capitán Richard Francis Burton, se trasladó <strong>en</strong> barco de Bombay a Baroda poco<br />

después de su llegada. Y como yo ya le había sido útil <strong>en</strong> las semanas que había pasado <strong>en</strong><br />

Bombay...<br />

–Imprescindible su<strong>en</strong>a mejor.<br />

–Imprescindible. Como me había hecho imprescindible, me llevó consigo. Yo regresaba por<br />

primera vez a mi ciudad natal.<br />

–Donde fuiste recibido como <strong>un</strong> rey.<br />

–Nadie me conocía. Surgí de la nada. Iba bi<strong>en</strong> vestido. Sahib Burton me había dado <strong>en</strong> Bombay<br />

dinero para comprar kurtas nuevos. Yo era <strong>un</strong> hombre muy solicitado. Buscaba criados para <strong>un</strong><br />

oficial de la Jan Kampani Badahur...<br />

–La Honorable Compañía de las Indias Ori<strong>en</strong>tales. ¿Ves cuán alerta he de estar? Si <strong>en</strong> la carta se<br />

deslizan faltas similares, lo máximo que conseguirás será <strong>un</strong> empleo como limpiador de letrinas.<br />

–En cuanto me descubrieron, los pari<strong>en</strong>tes ya no se apartaron de mí. Mis padres habían fallecido.<br />

Pero todos los demás presumían de mí. A partir del seg<strong>un</strong>do día se esforzaron por <strong>en</strong>contrarme<br />

esposa. Yo int<strong>en</strong>taba olvidar cómo se deshicieron de mí <strong>en</strong>viándome a esa horr<strong>en</strong>da Surat.<br />

–¿Pret<strong>en</strong>des conmoverme hasta las lágrimas?<br />

–Todos deseaban pescar <strong>un</strong> empleo. En primer lugar mis hermanos, faltaría más, que se<br />

recuperaron <strong>en</strong>seguida de la sorpresa de mi exist<strong>en</strong>cia. He de confesar que mis padres les habían<br />

contado que yo había muerto <strong>en</strong> el parto. Ellos int<strong>en</strong>taron <strong>en</strong>gatusarme. Cuántos años perdidos,<br />

hermano, me decían. T<strong>en</strong>emos que recuperarlos. No volveremos a separarnos n<strong>un</strong>ca más. Me<br />

miraban a los ojos y, por <strong>un</strong> instante, estuve a p<strong>un</strong>to de creerlos, hasta tal p<strong>un</strong>to se cre<strong>en</strong> las<br />

personas su propia palabrería. Queremos honrarte, t<strong>en</strong>emos que gozar de ti como <strong>un</strong> regalo<br />

inesperado. Así babeaban <strong>en</strong> mi pres<strong>en</strong>cia, sin cesar, mis seis hermanos. Yo aceptaba las<br />

numerosas at<strong>en</strong>ciones. Lo consideraba <strong>un</strong> desagravio, <strong>un</strong> desagravio ridículo e insignificante.<br />

Cómo se esforzaban por causar bu<strong>en</strong>a impresión. Yo me fijé bi<strong>en</strong>, juzgué sin<br />

45

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!