14.05.2013 Views

Bajá un capítulo en pdf - Rolling Stone

Bajá un capítulo en pdf - Rolling Stone

Bajá un capítulo en pdf - Rolling Stone

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

–Uno topa continuam<strong>en</strong>te con excusas parecidas y, créame, ni siquiera después de cinco o diez<br />

años las habrá oído todas.<br />

Lo examinaban con suma at<strong>en</strong>ción, sigui<strong>en</strong>do las instrucciones a las que esos hombres, solteros<br />

casi sin excepción, se <strong>en</strong>tregaban con afán. Lo ponían a prueba. Su aptitud para ser el cuarto<br />

hombre, el novato, el abogado de los chistes malos, el juram<strong>en</strong>tado.<br />

–Lo más importante es quién vigila a la chusma.<br />

–Tratándose de solteros es <strong>un</strong> as<strong>un</strong>to delicado, pero a quién se lo voy decir.<br />

–Uno debe resignarse lisa y llanam<strong>en</strong>te a que los asist<strong>en</strong>tes no sirv<strong>en</strong> para nada. Cuando lo haya<br />

aceptado, no habrá qui<strong>en</strong> lo des<strong>en</strong>gañe. La educación es <strong>un</strong>a pamplina. ¿Habéis visto que haya<br />

mejorado alg<strong>un</strong>o de ellos? El látigo es lo mejor para mant<strong>en</strong>erlos alejados de los hurtos.<br />

–Si usted me preg<strong>un</strong>ta, yo daría <strong>un</strong> valor extraordinario al sircar.<br />

–¿Sircar? ¿Para qué es tan es<strong>en</strong>cial?<br />

–Usted ti<strong>en</strong>e que confiar <strong>en</strong> él. No debe albergar la m<strong>en</strong>or duda. Ni la más mínima. Él lleva la<br />

bolsa de usted.<br />

–¿Un sircar? ¿Hoy <strong>en</strong> día? Cielo santo, gracias a la rupia de plata disponemos de moneda única.<br />

Nuestro querido doctor H<strong>un</strong>tington vive todavía <strong>en</strong> <strong>un</strong>a era <strong>en</strong> que había que hacer malabarismos<br />

con tantas monedas difer<strong>en</strong>tes que se requería <strong>un</strong>a destreza especial.<br />

–Yo no puedo cargar con el dinero. ¿Acaso voy a contarlo <strong>en</strong> público? Y después, ¿dónde me<br />

lavo las manos?<br />

–Pidamos otra botella <strong>en</strong> honor de nuestro griffin.<br />

–Le diré <strong>un</strong>a cosa, Burton. En su casa sólo reinará el ord<strong>en</strong> si algui<strong>en</strong> <strong>en</strong>seña a los sirvi<strong>en</strong>tes lo<br />

que vale <strong>un</strong> peine. No pret<strong>en</strong>derá usted castigarlos <strong>en</strong> persona, ¿eh? Es demasiado fatigoso, y con<br />

este calor, perjudicial para la salud. Procúrese <strong>un</strong> criado que discipline a los demás.<br />

–¿Y ése no ti<strong>en</strong>e nombre?<br />

Durante <strong>un</strong> instante reinó el sil<strong>en</strong>cio. A Burton le resultaba insoportable mirar las jetas de esos<br />

profetas contumaces. Él era <strong>un</strong> peregrino al que deseaban desori<strong>en</strong>tar. Lo insoportable había sido<br />

trasplantado, sólo era viable allí, <strong>en</strong> ese club de oficiales, <strong>en</strong> ese invernadero. Tanto más fácil le<br />

resultaría a él despreciarlo.<br />

–Ríase, Burton, ríase; averigüe qué le apetece, diviértase sin ningún escrúpulo, sólo hay <strong>un</strong>a cosa<br />

que no debería usted descuidar bajo ningún concepto: ¡Beba a diario vino de Oporto! Una botella<br />

preserva de la fiebre.<br />

44

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!