14.05.2013 Views

Bajá un capítulo en pdf - Rolling Stone

Bajá un capítulo en pdf - Rolling Stone

Bajá un capítulo en pdf - Rolling Stone

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

–¿Y eso qué importa? ¿Estás seguro de los motivos por los que hiciste o dejaste de hacer algo?<br />

¿Quién lo sabe con exactitud? Prosigue.<br />

–Mi padre no quiso aguardar a que Vidhaataa consignase mi destino. Quería ahorrar tela y<br />

dulces. Me llevó inmediatam<strong>en</strong>te a Surat, a casa de <strong>un</strong>os pari<strong>en</strong>tes. Les dio las piezas de oro que<br />

el diwan le había <strong>en</strong>tregado por compasión la mañana posterior al parto. Como mi padre estaba<br />

tan confuso, p<strong>en</strong>só que había t<strong>en</strong>ido <strong>un</strong>a hija. A cambio de esa dote, si puedo llamarlo así, los<br />

pari<strong>en</strong>tes se mostraron dispuestos a cuidarme. Y el jyotish confirmó a mi padre que la desgracia<br />

estaría conjurada siempre que yo viviera a la sufici<strong>en</strong>te distancia.<br />

–¿Has terminado de <strong>un</strong>a vez con esa historia indecible? Estás agotando mi paci<strong>en</strong>cia aún más que<br />

este calor. Descansemos <strong>un</strong> rato. La tarea será más difícil de lo que p<strong>en</strong>saba. ¡Y <strong>un</strong> poco más<br />

cara! Necesitaremos varios días.<br />

–¿Varios días? ¿Tanto?<br />

–No deberíamos precipitarnos <strong>en</strong> redactar esta carta. Contar más de lo necesario no es malo. Deje<br />

la selección <strong>en</strong> mis manos. Pero dos rupias me temo que no serán sufici<strong>en</strong>tes. Le costará más.<br />

4. Favor concedido<br />

Nadie había advertido a Burton de que la casa de madera que le habían asignado estaba vacía<br />

desde hacía meses. Una casa deshabitada <strong>en</strong> la India se desmorona con el paso de las estaciones.<br />

La destrucción no se percibía por fuera, salvo las v<strong>en</strong>tanas rotas. Naukaram y él tiraron de la<br />

puerta, que rechinó, y lo lam<strong>en</strong>taron <strong>en</strong> el acto. Hedía a excrem<strong>en</strong>tos de mono, <strong>un</strong>a peste<br />

inm<strong>un</strong>da. Burton decidió no <strong>en</strong>trar hasta que Naukaram hubiera contratado a alg<strong>un</strong>os ayudantes y<br />

limpiado la casa. Entretanto se quedó ante la puerta contemplando la selva; le habían asignado el<br />

b<strong>un</strong>galow <strong>en</strong> el extremo más alejado del cuartel, el acantonami<strong>en</strong>to del regimi<strong>en</strong>to, distante<br />

ap<strong>en</strong>as tres millas al este-sudeste de la ciudad. Su solar lindaba con el terr<strong>en</strong>o abierto. Tanto<br />

mejor, la situación le distanciaría de sus compañeros. Naukaram limpió <strong>un</strong> sillón de mimbre y lo<br />

arrastró a la veranda para que Burton se s<strong>en</strong>tara. Con vistas al mezquino jardín, no muy grande ni<br />

exuberante, comprimido por <strong>un</strong> muro de piedra, pero que al m<strong>en</strong>os contaba con <strong>un</strong> árbol banyan<br />

y <strong>un</strong>as cuantas palmeras. Entre dos de éstas po-<br />

41

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!