14.05.2013 Views

Bajá un capítulo en pdf - Rolling Stone

Bajá un capítulo en pdf - Rolling Stone

Bajá un capítulo en pdf - Rolling Stone

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

–Enti<strong>en</strong>do. ¿Quiere usted utilizar la carta varias veces?<br />

–No. O mejor dicho, sí. No sé a quién he de <strong>en</strong>tregarla. Todos los angrezi de la ciudad lo<br />

conocían, hace tiempo de eso, quizá demasiado, no sé, alg<strong>un</strong>os seguro que sigu<strong>en</strong> <strong>en</strong> Baroda.<br />

Esta mañana he visto al t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te Whistler. Ha pasado <strong>en</strong> <strong>un</strong> carruaje, <strong>un</strong>o de esos nuevos con<br />

medio techo de cuero, <strong>un</strong> hermoso coche. Ha estado a p<strong>un</strong>to de atropellarme. Lo he reconocido<br />

<strong>en</strong>seguida. Visitó nuestra casa <strong>en</strong> varias ocasiones. Corrí tras el carruaje, t<strong>en</strong>ía que det<strong>en</strong>erse<br />

pronto. Preg<strong>un</strong>té al cochero.<br />

–¿Y?<br />

–No, contestó, éste es el carruaje del coronel Whistler. No me había equivocado. Mi amo se<br />

burlaba de su nombre.<br />

–¡Así pues, escribiremos al coronel Whistler!<br />

Para manifestar su disposición, el lahiya abre el pequeño tintero, empuña la pluma, raspa para<br />

probar, se inclina hacia delante y permanece así. El polvo levantado por el recién llegado se ha<br />

posado. Una voz vacilante comi<strong>en</strong>za su relato desde la luz martirizadora a la que el lahiya ya no<br />

quiere mirar parpadeando. Las conjeturas se conviert<strong>en</strong> <strong>en</strong> insinuaciones, las insinuaciones <strong>en</strong><br />

sombras, las sombras <strong>en</strong> personas, los desconocidos se conviert<strong>en</strong> <strong>en</strong> personas con nombres,<br />

rasgos y rostro. El lahiya sujeta con fuerza la pluma <strong>en</strong>tre los dedos, pero no <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>de ni el<br />

des<strong>en</strong>lace ni el motivo de la biografía que ese hombre relata. Carece de s<strong>en</strong>tido describir esos<br />

perfiles confusos.<br />

–Escuche. De esto así no sacará provecho. Unos cuantos p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>tos, notas y esbozos primero,<br />

después yo pres<strong>en</strong>taré suger<strong>en</strong>cias sobre la manera de configurar la carta.<br />

–Pero... necesito saber cuánto costará.<br />

–Anticipe dos rupias, Naukaram-bhai. Más tarde veremos el trabajo que requiere.<br />

2. De <strong>un</strong>a sílaba<br />

A veces la ciudad, harta, eructaba. Todo olía a vómito. En el borde de la calle yacía <strong>un</strong> sueño a<br />

medio digerir que no tardaría <strong>en</strong> deshacerse. Una cuchara cortaba la carne de <strong>un</strong>a papaya muy<br />

madura, las plantas del pie exudaban cilantro al regresar a casa desde el mercado. No sabía qué le<br />

repugnaba más, si la brisa marina, <strong>en</strong> la marea baja<br />

32

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!