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REACIÓN
Ayer estuve en la horca
Con la sentencia leída:
Si dejaba de quererte,
Me perdonaban la vida.
Y yo le dije al verdugo,
Con palabras sensibles,
“tira de la cuerda amigo,
que olvidar es imposible”.
No llores, amiga mía.
Él es como los demás.
Eres sólo una niña
Y lo podrás olvidar.
Encontrarás muchos otros
Que te hagan soñar.
Él es sólo un recuerdo.
Piensa que nada ocurrió,
Que sólo existe el presente
Y el pasado ya murió.
En qué lugar naciste,
En qué bonito rincón,
Que con tan sólo 13 años
Me has robado el corazón.
Si alguna vez quieres
A alguien,
Dile la verdad,
Porque en el amor
Lo que cuenta
Es la sinceridad.
Ana Prieto González
(1º ESO D)
(Cuarta entrega )
(Devis volvió de su habitación con un objeto brillante en forma de media luna.
Kandi, recordando los tiempos en que vivía Niky, le preguntó de dónde había
sacado aquello).
-Lo tengo desde hace ya tiempo-, dijo
Devis preocupado al ver la cara de su
madre.
Devis no se explicaba la reacción de
Kandi al ver aquel insignificante
diamante.
-Es el legendario diamante ONIX
Devis se quedó de piedra cuando le
nombró aquel nombre, pensando que
todo ese tiempo él había tenido el objeto
más importante y a la vez más peligroso
de todo el mundo.
-Yo… yo no lo sabía.
Aquella joya empezó a brillar intensamente
con un color rojizo.
-¿Qué está pasando?
De repente la daga también empezó a
parpadear como el diamante.
Kandi se asustó y se echó a llorar de
los nervios. Aquello le imponía y su
hijo aún más.
Cuando pasaron unos minutos los objetos
dejaron de parpadear y volvieron
a estar fríos y plateados.
-¿Qué ha sucedido?
-No lo sé.
Kandi volvió a meter en la caja polvorienta
aquella extraña daga y se guardó
el diamante Onix en el bolsillo de la
bata.
-Vete, llegarás tarde al partido.
-No, hoy no jugaré, me quedaré contigo.
Llamaron a la puerta segundos después.
Fue a abrir Devis.
-¿Quién esta ahí?- preguntó calmándose.
Eran sus amigos del equipo de
Harrow, que venían a buscarle para
que jugara el partido con ellos, ya que
él era el mejor lanzador de su equipo.
-Ve al partido, yo ya estoy mejor- dijo
Kandi segura de sí misma.
-¿Estas segura?
-Si, anda vete.
Devis y sus amigos salieron de la casa
directos al partido. Jugarían contra
“Los troncos locos”, los mejores con
los que se tenían que enfrentar.
Todos ellos, que estaban dispuestos a
ganar, se reunieron en casa de Tony,
un chico alto y fuerte de cabello rojizo.
Este empezó a decirles cómo deberían
jugar, ya que él era el capitán.
Anima esta sección:
Fernando Hidalgo
Al límite de la Fantasía
José Manuel Jiménez Díaz (3º ESO B)
-Devis, tú serás uno de los lanzadores
y tú, Chetto, el otro; los gemelos Zer
y Zonk irán en el centro para cuando
cojan el disco pasárselo a Devis. Y
yo me colocaré a defender la rueda-.
Al terminar de hablar salieron de la
casa muy entusiasmados.
Unas horas después se encontraron
en el pequeño estadio de Volturax.
La iluminación era sorprendente,
parecía que toda la luz del pueblo
estaba concentrada en ese estadio.
-Con todos ustedes los TRONCOS
LOCOS…
En ese momento los espectadores
aplaudieron.
-Y el equipo que juega en casa los
TRUZAS- Todo el recinto se puso en
pie y aplaudiendo y gritando entraron
en el campo de barro.
- Que empiece el partido- tras estas
palabras del locutor empezó el esperado
partido.
Empezaron los Troncos Locos con el
disco, iban pasándolo de unos a
otros hasta llegar a territorio contrario.
Lo lanzó un tipo ancho y fuerte y
Tony no lo pudo detener.
-Cero a uno- comentó el locutor no
muy animado.
Devis no se movía, parecía estar clavado
pensando.
-Devis, toma- dijo uno de los gemelos
pasándole el disco.
El objeto pasó por el lado de él y lo
dejó pasar; él seguía sin moverse.
Debido a esto contraatacó el equipo
contrario, y así pudiendo conseguir
otro punto.
-Pero qué le pasa a este- dijo el capitán
un poco desorientado.
En ese momento Devis salió del campo
corriendo. Los espectadores del
partido se levantaron de sus asientos,
no se lo explicaban: de estar quieto a
salir corriendo del estadio como si le
fuera la vida en ello.
-Dónde vas- gritó Tony.
-Me está llamando- contestó mientras
corría.
(continuará...)