Versión completa en pdf - IES La Arboleda

Me lo expliquen, por favor...
(Los profesores también tenemos dudas)
Desde hace algún tiempo, y
últimamente cada vez más, estoy preocupada,
porque hay cosas que no
entiendo, que no me cuadran, relacionadas
más o menos directamente con
mi profesión y mi trabajo diario. Y ya
no sé si el problema es que estoy perdiendo
la capacidad de comprender
correctamente lo que me rodea, o si lo
que pasa es que la incongruencia, la
hipocresía y una especie de
“moralina” extraña van creciendo a
pasos agigantados.
Entre las cuestiones que me
tienen inmersa en estas cavilaciones,
está un asunto importante, (yo al menos
lo creo así), pero que quizá no
todos lo entendemos o interpretamos
de la misma manera: me refiero a la
tan traída expresión de que “tenemos
que educar en valores a nuestros
alumnos”. Esto es algo que en mi opinión
y dentro de las posibilidades de
cada uno, hacemos y siempre hemos
hecho los docentes, independientemente
de cuál sea el área de nuestra
docencia (y aunque sólo sea por aquello
de que al madurar tienes más perspectiva
de las cosas...).
Pero ahora parece que se le
quiere dar otro rango, y se nos insiste
en ello desde todos los frentes ( desde
la /s ley /es de educación, en cursos
de formación..., incluso en las reuniones
o charlas entre nosotros aparece
la consabida frase).
Y, claro, la cuestión es: ¿qué
entendemos por “educar en valores”´?
¿Significa lo mismo que cuando nos
educaron a nosotros? ¿Tiene para todos
los que trabajamos en esto el mismo
significado? ¿Y para los que legislan?
Por ejemplo, valores básicos,
para mí, son la educación , el
“civismo” y el respeto hacia uno mismo
y hacia los demás (base de otros
muchos valores) Y, evidentemente, es
algo por lo que tenemos que pelear
día a día en las aulas. Incluso se llega
a convertir en nuestra tarea principal,
ya que un porcentaje elevado de nuestros
alumnos (y no sólo de los nuestros,
que conste) parece no conocer el
significado de estos términos. No sé
si a todos, pero en mi caso estas cosas
me las enseñaron fundamentalmente
en mi familia y en mi entorno, y se
completaban con la acción de los profesores
primero en el colegio, luego
en el instituto... Hoy parece que este
proceso se ha invertido (quede claro
que estoy generalizando, con el peligro
que esto puede significar) y se
supone que son los centros de enseñanza
los que deben llevar la voz cantante
en inculcar lo que son cuestiones
elementales y básicas en la formación
de una persona.
Otros valores que caracterizan
también a un ser humano, que contribuyen
a que llegue a ser un ciudadano
libre, competente e independiente,
como son los principios éticos y morales,
tampoco salen hoy muy bien
parados en cuanto a la consideración
e importancia que se les da.
Y, aunque no es mi caso, también
podríamos incluir los valores y
creencias religiosas, tan importantes
al parecer en la vida de muchas personas.
Y aquí me encuentro con otra
paradoja: considero que la enseñanza
de la religión, la que sea, debe ser
propia del ámbito familiar y de la
iglesia correspondiente, una de cuyas
labores creo que es esa, hacer su
“apostolado”, instruir en sus principios,
sus dogmas...
PINIÓN
Bernardi Bueno
Pero resulta que todavía hoy, y
a partir de ahora al parecer cada vez
más, se delega una parte importante
de esta instrucción al ámbito de la
enseñanza reglada, hasta el punto de
que se trata como materia curricular,
que se evalúa y se califica, y que va a
contar en las notas medias de los
alumnos. Y digo yo:
1º: ¿cómo se sigue manteniendo
esta situación en la Enseñanza Pública
(y concertada ) de un ESTADO
LAICO y ACONFESIONAL?
2º: ¿qué valores se transmiten,
o se van a transmitir, en esa materia
curricular, sobre todo a la vista de las
opiniones y conclusiones de la Conferencia
Episcopal Española, que considera
que los malos tratos a las mujeres,
a veces con resultado de muerte o
de secuelas físicas y /o psíquicas irreversibles,
son consecuencia de la
“revolución sexual”? ¿Es que no es
un valor fundamental que hay que
inculcar desde la infancia el rechazo a
la violencia de cualquier tipo? ¿Es
más importante la “moral” de la Iglesia
católica y su política de rechazo a
todo contacto sexual no marital, aunque
sea entre adultos, entre iguales y
consentido, que el predicar para que
se formen personas tolerantes y dialogantes?
¿Cómo se puede justificar
que entre otros “valores cristianos” se
enseñe en los centros de enseñanza (e
insisto, de un Estado laico y aconfesional),
que es lógico que existan
maltratadores, y todo porque la sociedad
evoluciona a un ritmo distinto al
que al parecer lo hace la Iglesia?
Según esto, ¿tendremos que
justificar también la violencia contra
las mujeres del llamado “integrismo
islámico”? ¿Y las lapidaciones a las
que son condenadas en ciertas sociedades
las mujeres “adúlteras”?
En fin, son muchas cosas, pero
una me lleva a la otra, y, por favor,
¡que alguien me lo explique!
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