REVISTA CINECLUB UNED:Maquetación 1
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El ministerio del miedo<br />
Ministry of fear, 1943<br />
Paramount<br />
Director: FRITZ LANG<br />
Guión: SETON I. MILLER<br />
Sobre la Novela de GRAHAM GREENE<br />
Fotografía: HENRY SHARP<br />
Música: VICTOR YOUNG<br />
Montaje: ARCHIE MARSHECK<br />
Intérpretes: RAY MILLAND, MARJORIE REYNOLDS, CARL<br />
ESMOND, DAN DURYEA, HILLARY BROOKE, PERCY<br />
WARAM, ERSKINE SANDFORD<br />
Duración: 86 minutos<br />
proyección<br />
02 /febrero /2009<br />
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Los títulos de crédito aparecen sobre el péndulo<br />
de un reloj de pared. Luego, la cámara retrocede<br />
para mostrar a un hombre, Stephen<br />
Neale (Ray Milland), que permanece inmóvil,<br />
mirando la esfera del reloj, esperando a las seis<br />
en punto. A esa hora, se convierte en un hombre<br />
libre: puede salir del manicomio en que ha<br />
permanecido dos años encerrado. Quiere volver<br />
a Londres, a pesar de los bombardeos, para<br />
ver gente y mezclarse con la muchedumbre. El<br />
último consejo del director del sanatorio es<br />
que no se vuelva a meter en líos con la policía.<br />
Mientras espera el tren, decide pasar el rato<br />
en una feria benéfica que hay junto a la estación.<br />
Confundiéndole con otra persona, una<br />
adivina le da la clave para conseguir un pastel<br />
en una rifa (tiene que acertar el peso). En el<br />
tren, un (falso) ciego entra en el compartimiento<br />
de Neale y, tras disimular un poco, le<br />
golpea y huye con la tarta... pero (paradójicamente)<br />
es alcanzado por una bomba lanzada<br />
por un avión alemán... En Londres, Neale decide<br />
investigar lo sucedido, contrata a un detective<br />
(recuerden: no quiere líos con la<br />
policía), y acude a la sede de la entidad benéfica<br />
que organizaba la feria, “Madres de las Naciones<br />
Libres”, dirigida por dos simpáticos<br />
hermanos, exiliados austríacos, Willi (Carl Esmond)<br />
y Carla Hilfe (Marjorie Reynolds). Preocupado,<br />
aunque incrédulo, ante la idea de<br />
que su organización haya sido infiltrada por<br />
una red de espías nazis, Willi ayuda a Neale.<br />
Visitan a una adivina (que resulta no ser la de<br />
la feria), asisten a una sesión de espiritismo<br />
donde (aparentemente) es asesinado un tal<br />
“Cost” (Dan Duryea) y Neale resulta sospechoso<br />
(razón de más para no ir a la policía)...<br />
Neale es otro falso culpable de la galería de<br />
Lang. Una noche, en que se refugian de los<br />
bombardeos en los túneles del metro, le confiesa<br />
a Carla (ambos se han enamorado, claro)<br />
su crimen, la razón por al que fue condenado:<br />
compró veneno para acabar con los atroces<br />
sufrimientos de su esposa enferma, atendiendo<br />
a sus ruegos, pero no fue capaz de dárselo;<br />
sin embargo, ella lo encontró y se lo<br />
tomó... En la trama de espías en la que se<br />
acaba metiendo sin querer, en la que el macguffin<br />
es un microfilm escondido en la tarta,<br />
se imagina perseguido por el asesinato de<br />
“Cost” (es el falso culpable de un falso crimen),<br />
pero es interrogado por el asesinato del detective<br />
Rennit (éste real), no sabe de quién<br />
puede fiarse, el doctor Forrester (Alan Napier),<br />
asesor del Ministerio, parece implicado, y<br />
Neale confunde al inspector Prentice (Percy<br />
Waram), que por cierto tiene la desagradable<br />
costumbre de limpiarse las uñas con una navajita,<br />
con un agente nazi...<br />
Fritz Lang quiso comprar los derechos cinematográficos<br />
de la novela de Graham Greene<br />
El ministerio del miedo en cuanto se publicó<br />
pero la Paramount se le adelantó. Así que,<br />
cuando la productora le ofreció hacer la película,<br />
aceptó sin pensárselo. Demasiado tarde,<br />
descubrió que el guión, escrito por el también<br />
productor ejecutivo Seton I. Miller, no le gustaba<br />
nada. El director pensó que el guionista<br />
había edulcorado la novela, sustituyendo su<br />
crueldad y precisión psicológica de Greene por<br />
una intriga de espionaje vulgar (“Me entregaron<br />
un guión que no tenía prácticamente ninguna<br />
de las cualidades del libro de Graham<br />
Greene”, dijo). No obstante, como sabemos, a<br />
Lang se le daba bien la reescritura de guiones,<br />
se consideraba un buen “script doctor”, así que<br />
hizo lo posible por llevar el guión a su terreno,<br />
enriqueciéndolo con sus soluciones visuales<br />
(aunque Miller, como productor, tenía control<br />
sobre la versión final). No obstante, tampoco<br />
hay que caer en el prejuicio maniqueo de atribuir<br />
todo lo malo a Miller y todo lo bueno a<br />
Lang: por ejemplo, la magnífica idea visual del<br />
agujero abierto por el disparo en la puerta (un<br />
súbito punto de luz en la oscuridad) estaba ya<br />
en el guión de Miller.<br />
En fin, aunque no llega al nivel de El hombre<br />
atrapado ni, quizás, al de otros thrillers similares<br />
de Hitchcock (39 escalones, Alarma en<br />
el expreso), El ministerio del miedo es un film<br />
muy interesante, en el que ciertas debilidades<br />
(el repentino enamoramiento de Neale y<br />
Carla, sin matices ni evolución) se compensan<br />
con escenas magníficas, como la de la sastrería<br />
(con un excelente Dan Duryea), y con una<br />
intriga siempre interesante y sorprendente.