REVISTA CINECLUB UNED:Maquetación 1
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novio ausente, destinado en Corea. Pero, al<br />
leer su última carta, su mundo se derrumba: él<br />
le dice que se ha enamorado de otra. Hundida,<br />
acepta una cita con el ilustrador Harry<br />
Prebble (Raymond Burr), notorio mujeriego<br />
(como en La mujer del cuadro, un momento<br />
de debilidad lleva a la perdición). Cenan en un<br />
club nocturno, The Blue Gardenia (donde Nat<br />
“King” Cole, apareciendo as himself interpreta<br />
la canción “Blue Gardenia”, de Bob Russell y<br />
Lester Lee). Beben mucho y, medio borracha,<br />
Norah acepta ir a casa de él. Prebble intenta<br />
abusar de ella, hay una lucha, ella le golpea<br />
con un atizador y se desmaya... Al día siguiente,<br />
no recuerda nada, ni siquiera cómo<br />
ha vuelto a casa, al piso que comparte con<br />
otras dos telefonistas, Crystal (Ann Sothern)<br />
y Sally (Jeff Donnell). Pero Prebble ha aparecido<br />
asesinado, y Norah se cree culpable. La<br />
policía investiga, y un periodista y escritor,<br />
Casey Mayo (Richard Conte), se interesa por<br />
el caso y bautiza a la asesina como la Gardenia<br />
Azul. Publica un artículo en el periódico<br />
(Carta a una asesina desconocida) y le ofrece<br />
su ayuda, asegurando que comprende su<br />
miedo y su soledad... Fritz Lang rodó esta historia,<br />
con dos temas tan suyos como el falso<br />
culpable y la transferencia de culpa, en tan<br />
solo veinte días, procurando planificar el rodaje<br />
de la manera más eficaz posible. Aunque<br />
era una producción modesta, tuvo ocasión de<br />
experimentar con un novedoso artilugio (un<br />
chariot para el travelling) que le permitió dar<br />
más movilidad a la cámara.<br />
Después de esta (floja) historia criminal,<br />
Lang enlazó dos obras maestras, Los sobornados<br />
(The big heat, 1953) y Deseos humanos<br />
(Human desire, 1954), que comentamos en<br />
otras páginas. Tras otro proyecto no realizado<br />
(Dark Spring, una historia de suspense), dirigió<br />
una maravillosa película de aventuras, Los<br />
contrabandistas de Moonfleet (Moonfleet,<br />
1955), basada en una novela de John Meade<br />
Falkner (1898). La acción se desarrolla en 1757,<br />
en un pueblo de la costa británica (Moonfleet,<br />
una contracción de “Mohune-Fleet”,<br />
por la familia que fue principal en la zona). El<br />
huérfano John Mohune (Jon Whitely) es entregado<br />
a la custodia del cultivado y elegante<br />
caballero Jeremy Fox (Stewart Granger). Un<br />
sincero afecto va emergiendo entre el chico y<br />
el hombre, pero John descubre poco a poco<br />
que su mentor tiene tratos con una red de<br />
contrabandistas. En una cripta, el niño encuentra<br />
el esqueleto del pirata Barbarroja, y tal vez la<br />
pista hacia un fabuloso tesoro. Oscilando entre el<br />
amor paternal y la codicia, Fox tiene que moverse<br />
entre los contrabandistas, su amante (Viveca<br />
Lindfors), otro noble avaricioso, Lord Ashwood<br />
(George Sanders), y la esposa de éste (Joan Greenwood)...<br />
El productor John Houseman no creía<br />
que el guión fuera gran cosa, y por eso decidió<br />
contratar a Fritz Lang, esperando que su talento<br />
visual redimiera “lo que todos sabíamos que era una<br />
historia más bien vacía”. El director contó con el<br />
mayor presupuesto de toda su carrera americana,<br />
pero sólo tuvo dos semanas de preparación antes<br />
de un rodaje de diez semanas que se desarrolló<br />
casi totalmente en los estudios Metro-Goldwyn-<br />
Mayer, con algunos exteriores filmados en la<br />
costa de California. La película está rodada en<br />
color, con inspiración en los cuadros de Hogarth,<br />
y en CinemaScope, un formato que no gustaba<br />
nada a Lang (según una cita célebre, “sólo sirve<br />
para filmar entierros y serpientes”). Y el resultado<br />
es un film romántico y dickensiano (también con<br />
algo de Stevenson), con elementos expresionistas,<br />
góticos y fantásticos (uno de los principales<br />
escenarios es un cementerio), y embellecida por<br />
una gran partitura de Miklos Rozsa (CD: Film<br />
Score Monthly Vol.6 No.20).<br />
En Mientras Nueva York duerme (While the city<br />
sleeps, 1956), la ciudad está aterrorizada por un<br />
asesino en serie, que mata a mujeres jóvenes (el<br />
espectador lo conoce desde el principio, pues el<br />
prólogo muestra uno de sus crímenes). En la<br />
agencia de noticias Kyne, el jefe decide que el periódico<br />
Sentinel haga suyo el caso y bautizan al criminal<br />
como el asesino del lápiz de labios. El viejo<br />
patrón ha puesto sus esperanzas en Edward Morton<br />
(Dana Andrews) para que le sustituya (ambos<br />
comparten ideales sobre la responsabilidad de la<br />
prensa en una democracia), pero Morton no es<br />
ambicioso. Cuando muere el viejo Kyne, le sustituye<br />
su hijo Walter (Vincent Price), un joven disoluto,<br />
dandy, poco apegado a los viejos métodos<br />
de su padre. Se le ocurre una idea: poner a competir<br />
entre sí a tres periodistas, el director de la<br />
agencia de noticias, Mark Loving (George Sanders),<br />
el director del periódico John Griffith (Thomas<br />
Mitchell) y el director gráfico Harry Kritzer<br />
(James Craig). Quien descubra al asesino obtendrá<br />
el nuevo puesto de “Director Ejecutivo”. Al<br />
principio, Morton se mantiene al margen de esta<br />
carrera de ratas, pero termina implicándose para<br />
ayudar al veterano Griffith, llegando incluso a uti-<br />
lizar como cebo a su novia Nancy (Sally Forrest),<br />
en un empeño que culmina con una emocionante<br />
persecución en los túneles del metro.<br />
Por el medio andan la intrigante columnista<br />
Mildred (Ida Lupino) y la infiel esposa de Kyne,<br />
Dorothy (Rhonda Fleming)... Aunque es una historia<br />
de trepas y arribistas, no profesa el cinismo<br />
absoluto de El gran carnaval (Ace in the<br />
hole, 1951) de Billy Wilder. El idealista triunfa, y<br />
Lang considera que sus criaturas son seres humanos<br />
(“Esa gente hace exactamente lo que usted<br />
mismo probablemente hace, pero detesta: correr<br />
tras un puesto, ávido de dinero”). El director desarrolló<br />
el guión en una agradable colaboración<br />
con Casey Robinson, en la que utilizaron muchos<br />
recortes de periódicos como fuente de documentación.<br />
Pudo reunir un excelente reparto,<br />
dado que el plan de rodaje permitía que cada<br />
estrella tuviera sólo cuatro o cinco días de trabajo...<br />
Lang consideraba Mientras Nueva York<br />
duerme una de sus películas favoritas, junto a<br />
“M” y Furia.<br />
En la que resultó ser su última película americana,<br />
Más allá de la duda (Beyond a reasonable<br />
doubt, 1956), Fritz Lang retomó su clásico tema<br />
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