REVISTA CINECLUB UNED:Maquetación 1
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de audaces (Jesse James, 1939) de Henry King,<br />
que había protagonizado un improbable Tyrone<br />
Power (Lang: “Frank James no fue un héroe, y si<br />
han visto una foto de Jesse James, era un idiota.<br />
Hacer un film sobre Jesse James con el espíritu de<br />
“M” sería interesante. Pero con un actor como<br />
Tyrone Power, este tipo de película es imposible”).<br />
Como secuela directa, la película de Fritz Lang<br />
empieza con el final de Jesse James: en 1882,<br />
mientras el forajido (Tyrone Power) está colgando<br />
un cuadro de hogar dulce hogar, es tiroteado<br />
por la espalda por el cobarde Robert Ford<br />
(John Carradine)... Su hermano Frank James<br />
(Henry Fonda) vive escondido en una granja, con<br />
un nuevo nombre, intentando rehacer su vida<br />
con sus amigos y socios, Pinky (Ernest Whitman)<br />
y el impulsivo joven Clem (Jackie Cooper).<br />
Cuando se entera del asesinato de su hermano<br />
por los hermanos Ford, al principio confía en la<br />
justicia. Pero los Ford son indultados y encima<br />
reciben la recompensa por matar a Jesse. Frank,<br />
que había intentado vivir en la legalidad, se ve<br />
obligado a emprender el camino de la venganza<br />
(al enterarse, el director de un periódico ordena:<br />
“prepara la nota de defunción de los hermanos<br />
Ford, pronto habrá que publicarla”). La venganza<br />
de Frank James fue la primera película en color<br />
de Lang, quien, junto al director de fotografía<br />
George Barnes, tuvo que lidiar con grandes dificultades<br />
para la iluminación y para los primeros<br />
planos (una cita famosa del director: “Un buen<br />
operador iluminará siempre de manera que uno se<br />
vea forzado a ver sólo lo que el director quiere que<br />
uno vea. En el instante en que sus ojos empiezan a<br />
vagar, y usted piensa ‘¿qué es aquello del fondo?’,<br />
he perdido a mi público”).<br />
Lang repitió en el género con Espíritu de conquista<br />
(Western Union, 1941), una crónica del<br />
tendido de la primera línea de telégrafo a través<br />
del Oeste en 1861, inspirada teóricamente en una<br />
novela de Zane Grey de la que sólo se conservó<br />
el título... Hubo que inventar muchas cosas porque,<br />
en la realidad, apenas ocurrió nada durante<br />
el tendido de la línea, sólo que se acabó la madera<br />
para los postes, y que los búfalos se frotaban<br />
contra ellos y los derribaban (el director<br />
señaló irónicamente que el tendido real del telégrafo<br />
duró la mitad que el rodaje de la película).<br />
En el film, participan en la gesta un<br />
elegante ingeniero, Richard Blake (Robert<br />
Young), un capataz, Edward Creighton (Dean<br />
Jagger), y un ex forajido que intenta superar su<br />
pasado, Vance Shaw (Randolph Scott), cuyo her-<br />
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mano Jack Slade (Barton McLane) lidera una<br />
banda de renegados que pretende impedir el<br />
tendido de la línea; y hay peripecias, duelos y,<br />
por supuesto, ataques de los indios... A pesar de<br />
su alto contenido en ficción, la película fue elogiada<br />
por asociaciones de veteranos del Oeste,<br />
que señalaron que describía el Oeste mejor que<br />
ninguna otra película. Lang dijo: “Me sentí, naturalmente,<br />
muy halagado; pero supongo que lo que<br />
estos caballeros escribieron no era correcto del<br />
todo. Porque no creo que esta película realmente<br />
describiera el Oeste como fue, tal vez cumpla ciertos<br />
sueños, ilusiones, lo que los de los viejos tiempos<br />
querían recordar del viejo Oeste”. Esta bonita<br />
frase del director (“lo que querían recordar”), otra<br />
versión del “print the legend” fordiano, reivindica<br />
el cine como (falsa) memoria colectiva y espejo<br />
de mitologías (se trate de los nibelungos o de los<br />
que llevaron el telégrafo al Oeste).<br />
En su siguiente película, Fritz Lang se aproximó<br />
a un tema más contemporáneo y acuciante:<br />
el nazismo, que había conocido de<br />
primera mano en Alemania. En las primeras escenas<br />
de El hombre atrapado (Man hunt, 1941),<br />
vemos al cazador británico Roger Thorndike<br />
(Walter Pidgeon) aproximarse al refugio de vacaciones<br />
de Hitler en Berchtesgaden. Su propósito<br />
es deportivo: comprobar si es capaz de llegar<br />
ante el refugio del hombre más protegido del<br />
mundo y ponerlo en su punto de mira. Cuando lo<br />
consigue (dispara sin bala), es capturado por los<br />
guardias. Torturado por los nazis, consigue escapar.<br />
Pero tampoco está a salvo en un Londres infestado<br />
de espías, un tablero de ajedrez donde<br />
continúa la persecución de los agentes nazis dirigidos<br />
por el elegante y siniestro traidor Quive-<br />
Smith (George Sanders), una persecución que<br />
involucra, para su desgracia, a la prostituta Jenny<br />
(Joan Bennett en su primera colaboración con<br />
Lang)... El hombre atrapado se basaba en la novela<br />
Rogue Male de Geoffrey Household (que no<br />
menciona a Hitler, sino a un dictador anónimo),<br />
adaptada por el guionista Dudley Nichols. Fritz<br />
Lang asumió un encargo que no pudo realizar<br />
John Ford, pero se implicó de manera personal,<br />
como demuestra la historia que contó a Peter<br />
Bogdanovich sobre cómo se hizo la escena en el<br />
Puente de Londres (la última conversación entre<br />
Pidgeon y Bennett): la rodó a escondidas del productor<br />
Zanuck, con una barandilla desechada y<br />
otra que pagó de su bolsillo, sin más decorado<br />
que eso, los guijarros del suelo y un fondo de niebla<br />
hábilmente iluminado. Por razones obvias,<br />
esta magnífica película antinazi, no pudo estrenarse<br />
en su día en España; no llegó a nuestros<br />
cines hasta... 1983. Y todavía nos falta en DVD.<br />
Más que un encargo, Confirm or deny (1941)<br />
fue una obligación impuesta por el estudio, un<br />
proyecto que no gustaba nada a Lang, y del que<br />
le salvó un ataque de vesícula biliar... Fue relevado<br />
por Archie L. Mayo. Después, intentó infructuosamente<br />
hacer una película sobre Billy el<br />
Niño que lo mostrara como un imbécil, no un<br />
personaje romántico (pero aún faltaban unas décadas<br />
para que fuera posible el western revisionista).<br />
También empezó a rodar Moontide (1942),<br />
en la que sólo trabajó dos días antes de ser relevado,<br />
nuevamente, por Archie L. Mayo, esta vez<br />
a su pesar (“un actor francés, Jean Gabin, exige un<br />
director americano”, comentó Lang, con amarga<br />
ironía).<br />
Pero, en fin, lo importante es que su siguiente<br />
película fue una verdadera obra maestra, Los verdugos<br />
también mueren (Hangmen also die!,<br />
1943), la mejor de sus películas antinazis, que podrán<br />
ver en nuestro ciclo. A continuación, Lang<br />
intentó realizar una versión actualizada de la leyenda<br />
del Golem, situada en la Francia ocupada<br />
por los alemanes, que no pasó de proyecto. Pero<br />
pudo desquitarse con dos excelentes thrillers: El<br />
ministerio del miedo (Ministry of fear, 1943), una