REVISTA CINECLUB UNED:Maquetación 1
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FRIZ LANG EN AMÉRICA. ROMAN POLANSKI. FRIZ LANG EN AMÉRICA. ROMAN POLANSKI. FRIZ LANG EN AMÉRICA. ROMAN POLANSKI. FRIZ LANG EN AMÉRICA. ROMAN POLANSKI. FRIZ LANG EN AMÉRICA. ROMAN POLANSKI. FRIZ LANG EN AMÉRICA. ROMAN POLANSKI. FRIZ LANG EN AMÉRICA. ROMAN POLANSKI. FRIZ LANG EN AMÉRICA. ROMAN POLANSKI. FRIZ LANG EN AMÉRICA. ROMAN POLANSKI. FRIZ LANG EN AMÉRICA. ROMAN POLANSKI. FRIZ LANG EN AMÉRICA.
60 60 60 60 Fritz Lang en América Roberto González Miguel En el curso 2004-2005, dedicamos un ciclo a la primera etapa alemana de la filmografía de Fritz Lang, en el que pudimos ver las versiones restauradas e íntegras de El doctor Mabuse, Los Nibelungos, Metrópolis, La mujer en la Luna y “M” (además de recuperar, en cine, El testamento del doctor Mabuse). Pero terminamos, a la manera de El tigre de Esnapur, con un “continuará”, prometiendo un futuro ciclo sobre las películas americanas de Lang... Mucho se ha discutido sobre si es mejor la etapa alemana o la americana de Fritz Lang. Durante largo tiempo, la opinión dominante fue que, después de Furia y Sólo se vive una vez (que se salvaban por su mensaje social), Lang había entrado en decadencia, rodando únicamente películas alimenticias de serie B indignas de su talento (entre nosotros –Film Ideal, 1958-, hubo quien lo dijo aún más a lo bestia: que se había vendido por un vaso de Coca-Cola). Fueron los críticos franceses de Cahiers du Cinèma, la generación de la Nouvelle Vague, los que empezaron a reivindicar en serio la obra americana de Lang, al igual que la de otros directores del Hollywood clásico (Hawks, Walsh, Wilder, Hitchcock). Así, Peter Bogdanovich, en el ensayo que abre su imprescindible libro-entrevista Fritz Lang en América, escrito en 1965 (en España, ed. Fundamentos, 1972, con varias reediciones), pudo comentar que, excepto en Francia, poco de valor se había escrito hasta entonces sobre las películas americanas de Fritz Lang, que sumaban más de la mitad de su obra... Bogdanovich, que se fue al extremo contrario (“se podría demostrar que las películas americanas de Lang son mejores que las alemanas; ciertamente, tienen sentido para un público más vasto”), avanzó una explicación: mientras que las pelícu- 15 15 15 las americanas de Lang se podían ver con relativa facilidad, en esa época (1965) era muy difícil ver sus películas alemanas, de manera que los críticos se basaban en opiniones formadas hacía años, en las que la (des)memoria tendía a embellecer el pasado (¿cómo iban a osar compararse las vulgares películas americanas con la era dorada del expresionismo?). También jugaba la vanidad de la exclusiva del conocimiento del crítico: si alguien escribía que Spione era mucho mejor que Los sobornados, no había manera de discutirlo, porque el aficionado normal no tenía ocasión de ver Spione (y uno podía preguntarse cuánto haría que el crítico la había visto). Afortunadamente, gracias al DVD, la situación ha cambiado: el espectador actual puede acceder con la misma facilidad a Spione que a Los sobornados... Ya tenemos en DVD lo sustancial de la etapa alemana de Lang: El doctor Mabuse, Los Nibelungos, Metrópolis, Spione, La mujer en la Luna, “M” y El testamento del doctor Mabuse, y además en muy buenas ediciones (la ausencia más notable sigue siendo Las tres luces, además de Las Arañas). De las 22 películas de la etapa americana del director, podemos encontrar 14 editadas en DVD en España (Furia, Sólo se vive una vez, Espíritu de conquista, Los verdugos también mueren, El ministerio del miedo, La mujer del cuadro, Perversidad, Clandestino y caballero, Secreto tras la puerta, Encubridora, Encuentro en la noche, Gardenia Azul, Los sobornados y Deseos humanos), lo que sin duda no es mal porcentaje si se compara con otros directores del Hollywood clásico (aunque algunas de estas ediciones sean manifiestamente mejorables, por decirlo suavemente). Entre las que aún nos faltan, las más importantes serían El hombre atrapado, Los contrabandistas de Moonfleet, Mientras Nueva York duerme y Más allá de la duda, pero esperemos que vayan saliendo... Por último, en relación con su tardío regreso a Alemania, también tenemos una excelente edición restaurada de El tigre de Esnapur – La tumba india y otra más discutible de Los crímenes del doctor Mabuse. Podemos señalar obvias diferencias objetivas entre el trabajo de Lang en Alemania (1919-1933) y Estados Unidos (1936-1956), derivadas de los medios de producción, los equipos técnicos y artísticos, y las cuestiones que dependen de la época y el lugar. En Alemania, llegó a ser el director-estrella de la UFA, dueño de su obra, con todos los medios a su disposición. En Estados Unidos, fue casi siempre un director contratado, que tuvo que trabajar con presupuestos modestos, cuando no claramente de serie B, pasando por diversas productoras (M-G-M, United Artists, Paramount, 20th Century Fox, RKO, Universal, Warner Bros., Republic, Columbia), y sufriendo el vía crucis de los compromisos, concesiones, preestrenos y cortes. Aún así, los medios eran mejores en América (para “M” había necesitado una grúa y no había ninguna en Alemania). Pero los sistemas de trabajo eran diferentes, y Lang tardó a acostumbrarse. En Alemania estaba habituado a una plantilla pequeña, sin sindicatos ni reglas laborales, podía acabar una escena sin importar cuánto tiempo era necesario (tuvo problemas al rodar Furia, porque no sabía que en Estados Unidos había normas que obligaban a descansar cada cierto tiempo). “Mis películas son la expresión más directa de lo que he visto, de lo que he aprendido y he sentido. Para mí ha sido una línea ininterrumpida”
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En el curso 2004-2005, dedicamos un ciclo a la<br />
primera etapa alemana de la filmografía de Fritz<br />
Lang, en el que pudimos ver las versiones restauradas<br />
e íntegras de El doctor Mabuse, Los Nibelungos,<br />
Metrópolis, La mujer en la Luna y “M”<br />
(además de recuperar, en cine, El testamento del<br />
doctor Mabuse). Pero terminamos, a la manera<br />
de El tigre de Esnapur, con un “continuará”, prometiendo<br />
un futuro ciclo sobre las películas americanas<br />
de Lang...<br />
Mucho se ha discutido sobre si es mejor la<br />
etapa alemana o la americana de Fritz Lang. Durante<br />
largo tiempo, la opinión dominante fue<br />
que, después de Furia y Sólo se vive una vez (que<br />
se salvaban por su mensaje social), Lang había<br />
entrado en decadencia, rodando únicamente películas<br />
alimenticias de serie B indignas de su talento<br />
(entre nosotros –Film Ideal, 1958-, hubo<br />
quien lo dijo aún más a lo bestia: que se había<br />
vendido por un vaso de Coca-Cola). Fueron los<br />
críticos franceses de Cahiers du Cinèma, la generación<br />
de la Nouvelle Vague, los que empezaron a<br />
reivindicar en serio la obra americana de Lang, al<br />
igual que la de otros directores del Hollywood<br />
clásico (Hawks, Walsh, Wilder, Hitchcock). Así,<br />
Peter Bogdanovich, en el ensayo que abre su imprescindible<br />
libro-entrevista Fritz Lang en América,<br />
escrito en 1965 (en España, ed.<br />
Fundamentos, 1972, con varias reediciones),<br />
pudo comentar que, excepto en Francia, poco de<br />
valor se había escrito hasta entonces sobre las<br />
películas americanas de Fritz Lang, que sumaban<br />
más de la mitad de su obra...<br />
Bogdanovich, que se fue al extremo contrario<br />
(“se podría demostrar que las películas americanas<br />
de Lang son mejores que las alemanas; ciertamente,<br />
tienen sentido para un público más vasto”),<br />
avanzó una explicación: mientras que las pelícu-<br />
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facilidad, en esa época (1965) era muy difícil<br />
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críticos se basaban en opiniones formadas hacía<br />
años, en las que la (des)memoria tendía a embellecer<br />
el pasado (¿cómo iban a osar compararse<br />
las vulgares películas americanas con la era dorada<br />
del expresionismo?). También jugaba la vanidad<br />
de la exclusiva del conocimiento del crítico:<br />
si alguien escribía que Spione era mucho mejor<br />
que Los sobornados, no había manera de discutirlo,<br />
porque el aficionado normal no tenía ocasión<br />
de ver Spione (y uno podía preguntarse<br />
cuánto haría que el crítico la había visto).<br />
Afortunadamente, gracias al DVD, la situación<br />
ha cambiado: el espectador actual puede acceder<br />
con la misma facilidad a Spione que a Los sobornados...<br />
Ya tenemos en DVD lo sustancial de<br />
la etapa alemana de Lang: El doctor Mabuse, Los<br />
Nibelungos, Metrópolis, Spione, La mujer en la<br />
Luna, “M” y El testamento del doctor Mabuse, y<br />
además en muy buenas ediciones (la ausencia<br />
más notable sigue siendo Las tres luces, además<br />
de Las Arañas). De las 22 películas de la etapa<br />
americana del director, podemos encontrar 14<br />
editadas en DVD en España (Furia, Sólo se vive<br />
una vez, Espíritu de conquista, Los verdugos también<br />
mueren, El ministerio del miedo, La mujer del<br />
cuadro, Perversidad, Clandestino y caballero, Secreto<br />
tras la puerta, Encubridora, Encuentro en la<br />
noche, Gardenia Azul, Los sobornados y Deseos<br />
humanos), lo que sin duda no es mal porcentaje<br />
si se compara con otros directores del Hollywood<br />
clásico (aunque algunas de estas ediciones<br />
sean manifiestamente mejorables, por decirlo<br />
suavemente). Entre las que aún nos faltan, las<br />
más importantes serían El hombre atrapado, Los<br />
contrabandistas de Moonfleet, Mientras Nueva<br />
York duerme y Más allá de la duda, pero esperemos<br />
que vayan saliendo... Por último, en relación<br />
con su tardío regreso a Alemania, también tenemos<br />
una excelente edición restaurada de El tigre<br />
de Esnapur – La tumba india y otra más discutible<br />
de Los crímenes del doctor Mabuse.<br />
Podemos señalar obvias diferencias objetivas<br />
entre el trabajo de Lang en Alemania (1919-1933)<br />
y Estados Unidos (1936-1956), derivadas de los<br />
medios de producción, los equipos técnicos y artísticos,<br />
y las cuestiones que dependen de la<br />
época y el lugar. En Alemania, llegó a ser el director-estrella<br />
de la UFA, dueño de su obra, con<br />
todos los medios a su disposición. En Estados<br />
Unidos, fue casi siempre un director contratado,<br />
que tuvo que trabajar con presupuestos modestos,<br />
cuando no claramente de serie B, pasando<br />
por diversas productoras (M-G-M, United Artists,<br />
Paramount, 20th Century Fox, RKO, Universal,<br />
Warner Bros., Republic, Columbia), y<br />
sufriendo el vía crucis de los compromisos, concesiones,<br />
preestrenos y cortes. Aún así, los medios<br />
eran mejores en América (para “M” había<br />
necesitado una grúa y no había ninguna en Alemania).<br />
Pero los sistemas de trabajo eran diferentes,<br />
y Lang tardó a acostumbrarse. En<br />
Alemania estaba habituado a una plantilla pequeña,<br />
sin sindicatos ni reglas laborales, podía<br />
acabar una escena sin importar cuánto tiempo<br />
era necesario (tuvo problemas al rodar Furia,<br />
porque no sabía que en Estados Unidos había<br />
normas que obligaban a descansar cada cierto<br />
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“Mis películas son la expresión más<br />
directa de lo que he visto, de lo que<br />
he aprendido y he sentido. Para mí<br />
ha sido una línea ininterrumpida”