REVISTA CINECLUB UNED:Maquetación 1
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ferencias creativas, y Mulligan abandonó. El<br />
director definitivo resultó ser el primero que<br />
había elegido Michael Deeley: Ridley Scott,<br />
que la primera vez había dicho que no (porque<br />
entonces iba a hacer Dune). Ahora, ya no<br />
podemos imaginarnos a otro director, pero<br />
incluso entonces debió de resultar claro que<br />
el sentido visual de Scott y el antecedente de<br />
Alien le convertían en el director ideal para<br />
Dangerous days... Ya sólo faltaba buscar la<br />
pasta. La CBS Films (filial de la cadena de televisión)<br />
se mostró interesada en la película,<br />
hasta que vieron que no iba a poder ser de<br />
bajo presupuesto. Después entró Filmways,<br />
aunque desde el principio sus estimaciones<br />
sobre el coste se quedaron muy cortas para<br />
las ideas de Scott. En diciembre de 1980,<br />
Filmways se retiró del proyecto... Milagrosamente,<br />
en sólo diez días, Michael Deeley<br />
logró reemplazarlos mediante un acuerdo de<br />
producción entre The Ladd Company (Alan<br />
Ladd Jr.), el magnate asiático Sir Run-Run<br />
Shaw y Tandem Productions (Bud Yorkin y<br />
Jerry Perenchio), con la distribución asumida<br />
por Warner Bros.<br />
Mientras tanto, Hampton Fancher y Ridley<br />
Scott habían estado revisando el guión. El director<br />
empezó a aportar sus ideas. Formuló<br />
una pregunta clave: ¿por qué han venido los<br />
androides a la Tierra? A partir de aquí, se desarrolló<br />
el tema central del film: su angustioso<br />
deseo de prolongar su vida. Scott también indujo<br />
a Fancher a pensar en el mundo que se<br />
extendía fuera de las ventanas, algo que el<br />
guionista no había considerado (porque su<br />
enfoque era más intimista, dos personas en<br />
una habitación): la arquitectura, la cultura, la<br />
moda, la comida, los vehículos, todo el contexto<br />
de la historia. Le sugirió inspirarse en<br />
los cómics de Metal Hurlant (Moebius, Philippe<br />
Druillet). Fancher siguió elaborando<br />
versiones del guión: en una de ellas figuraba<br />
un sexto androide, Mary, que iba a ser la<br />
única a la que se vería apagarse de forma natural;<br />
el personaje y la escena se suprimieron<br />
pronto del guión, pero son el origen del misterio<br />
del “sexto androide” que no ha dejado<br />
de producir problemas de continuidad al film<br />
(resueltos en el Montaje Final).<br />
A medida que avanzaba el trabajo, también<br />
aumentaban las discrepancias entre el director<br />
y el guionista. Como éste se consideraba<br />
copropietario del film, no un mero escritor<br />
contratado, se resistía a aceptar los cambios<br />
en los que no estaba de acuerdo. Scott y Deeley<br />
decidieron reemplazar a Fancher, sin decírselo,<br />
con un nuevo escritor, David Peoples.<br />
El futuro guionista de Sin perdón recibió del<br />
director el encargo de enriquecer los aspectos<br />
detectivescos del guión (recuerden: un<br />
film noir futurista) y profundizar en la humanidad<br />
de los androides (Peoples: “Ridley buscaba<br />
el espíritu de Chinatown”). A todo esto,<br />
Scott detestaba la palabra androide (para él,<br />
estaba demasiado gastada por el uso y generaría<br />
prejuicios sobre la película). David Peoples<br />
aportó el término replicante... Al final,<br />
Fancher y Peoples figuraron juntos en los créditos,<br />
se hicieron amigos y se lanzaron flores<br />
mutuamente, pero lo cierto es que nunca colaboraron<br />
realmente en el guión de Blade<br />
Runner.<br />
¿Se imaginan a Dustin Hoffman como Rick<br />
Deckard? Ahora nos parece evidente e inevitable<br />
la elección de Harrison Ford para el<br />
papel protagonista, pero no fue la primera opción.<br />
El candidato de Fancher era Robert Mitchum<br />
(¡!), también fueron considerados, entre<br />
otros, James Caan, Tommy Lee Jones y Christopher<br />
Walken... Pero el proceso llegó más<br />
lejos con Dustin Hoffman, sin duda un gran<br />
actor y una gran estrella (por más que ahora<br />
nos parezca una elección chocante). Hablaron<br />
en serio con él, e incluso se consideraron en el<br />
guión algunos cambios que el actor había sugerido,<br />
buscando una mayor conciencia “social”.<br />
Pero pronto se vio que estaban hablando<br />
de películas diferentes, y Hoffman se retiró. Ridley<br />
Scott pensó entonces en Harrison Ford, a<br />
quien ya había querido fichar como comandante<br />
del Nostromo en Alien (Ford no quiso<br />
interpretar a otro piloto espacial después de<br />
Star Wars). El director había visto en algunos<br />
trabajos de Ford (La conversación) un matiz siniestro<br />
que iba más allá del aventurero Han<br />
Solo (en estos momentos, aún no se había estrenado<br />
En busca del Arca perdida). Pero Ford<br />
rechazó inicialmente el proyecto, porque iba a<br />
rodarse en Londres y él quería volver a casa<br />
después de hacer la de Indiana Jones; finalmente,<br />
Blade Runner se rodó en Estados Unidos,<br />
por lo que pudo aceptar (y así, a base de<br />
contingencias como ésta, se hace a veces la<br />
historia del cine).<br />
No cabe sino descubrirse ante el deslumbrante<br />
aspecto visual de Blade Runner, plas-