ESTUDIOS DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA Arqueología y ...

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318 estUdios de antropología e Historia / arqUeología y patrimonio en el estado de Hidalgo histórico-culturales de lo que llamamos México puesto que la mayor parte de estas se produjeron y sus vestigios e influencias son perceptibles dentro del territorio perteneciente a éste último. A estas heredades de la experiencia histórica mexicana corresponde entonces un interés prioritariamente cultural en la lucha por la preservación de los restos de las industrias respectivas. Tenemos por lo tanto que es innegable la existencia de un patrimonio cultural producto de las industrias de los reinos mesoamericanos y novo-hispano, en su mayor parte existente dentro del país denominado México o república mexicana. Podemos así llamar a esta herencia y sus primeras etapas como la industria mexicana para considerarla entonces dentro de su proceso de valorización y la lucha por su preservación. De esta manera se puede considerar de Mesoamérica aquellas actividades que produjeron hachas y cuchillos de obsidiana y otras desaparecidas como la plumería, transformación de conchas; junto con la producción registrada de objetos de madera, tejidos y vasijas. Igualmente, a aquella que produjo plata, azúcar, harina, jabón, vidrio, loza, pieles, puros, mantas, etc. en obrajes, talleres y fábricas del virreinato de la Nueva España. ¿México fue alguna vez una “sociedad industrial” o sólo ha logrado ser una sociedad “industrializada”? Para responder a esta interrogante, es necesario un recorrido selectivo dentro de la experiencia histórica mexicana. En México podemos distinguir tres grandes periodos en su proceso de industrialización, de erección de establecimientos industriales en el sentido histórico-social definido anteriormente. Esto es, aquel momento en el que confluyeron los procesos de mercantilización con el establecimiento de una sociedad gobernada representativamente, -aunque sabemos que esto se expresó solo de manera teórica en buena parte de los siglos XIX y XX- bajo la forma de república 11 . 11 Debemos acotar además, que no consideramos a la idea de asociar mecánicamente la época del Virreinato con un gobierno despótico por ser una monarquía, y a la república con un gobierno democrático y representativo, esto nos parece una correlación incorrecta tanto por simplista como por ideologizada. En este caso la particularidad perceptible es la coincidencia entre la concepción monárquica absolutista del virreinato y las ideas de la revolución francesa con el imaginario político de la época de formación de la república mexicana. Sabemos, sin embargo, que existen monarquías democráticas como es el caso del Canadá, y repúblicas autoritarias como lo ha sido la república mexicana durante tantos años. También es necesario no perder de vista la importancia para el caso mexicano de los matices de la discordancia entre el marco institucional moderno de sus leyes y constitución, y su organización social contractual, donde predominan los vínculos personales y otras formas de sociabilidad altamente tradicionales. Arqueología.indd 318 06/12/10 17:54

14 / de la arqUeología al patrimonio indUstrial. investigaCión interdisCiplinaria… 319 El primero de ellos lo fijamos entre 1830 y 1843. Es decir, desde el establecimiento de “La Constancia Mexicana”, la primera fábrica de textiles mecanizada integrada al aparato productivo del país de manera continuada 12 , hasta la publicación por Don Lucas Alamán (1843), Ministro en turno, de la Memoria del estado de la industria mexicana donde se registró la primera gama de establecimientos de producción en serie, mecanizados e integrados al aparato productivo del país. -Aunque sería más apropiado decir a un aparato productivo regional e interregional.- Este registro incluyó a 59 fábricas de hilados y tejidos, de cerámica, vidrio, papel, y hasta una fundidora de hierro entre sus actividades. Es evidente que las limitaciones de esta oleada industrializadora -especialmente en niveles de producción y magnitud geográfica de los establecimientosestuvieron íntimamente ligadas a las dificultades de orden político, a la cuestionada legitimidad política de los efímeros gobiernos de la época, atribuible fundamentalmente a la discordancia entre el marco institucional de un gobierno republicano y una sociedad mayoritariamente jerárquica y tradicional en su cultura política. El segundo periodo, de mayor alcance en tiempo y espacio, lo ubicamos iniciándose en 1888. Se percibe desde este momento como el General Porfirio Díaz logró consolidar el reconocimiento de los principales actores políticos del país asegurando así una mayor legitimidad en el interior, y el reconocimiento de las potencias occidentales sobre su gobierno, acreditando desde entonces al país como un lugar confiable y rentable para el comercio internacional y la inversión externa. Con esto se dieron entonces las condiciones para una industrialización de mayores alcances basada en un mercado interno hibridado en sus niveles de mercantilización 13 y un importante sector exportador de materias primas. Esta etapa concluye al momento de la caída del régimen político en 1911, evidenciando así la importancia de la situación político-social como contexto propulsor o retardador de los procesos de industrialización. 12 Sobre el debate acerca de la primogenitura entre “La Aurora Yucateca” de Don Pedro Sainz de Baranda, puesta en marcha en 1833, y “La Constancia Mexicana” de Don Esteban de Antuñano que arrancó sus trabajos en 1835, nuestro punto de vista, como el de la mayoría de los especialistas que han tocado el caso, es de que el experimento yucateco, tan esforzado como efímero con sólo unos momentos de funcionamiento irregular, es un caso del que no se conocen siquiera evidencias arqueológicas del establecimiento, y tampoco alcanzó a sobrevivir lo suficiente para integrarse al aparato productivo ni siquiera regional, ni logró constituirse como un modelo de industrialización como lo fue el caso de la fábrica La Constancia Mexicana que sirviera de modelo a varios establecimientos en todo el país. 13 Consideramos como híbrida la coexistencia de formas donde existe sólo parcialmente el mecanismo de compraventa de mercancías que tenían como forma de pago un intermediario monetario, que significa un acuerdo más generalizado acerca del valor de cambio de los artículos en cuestión, es decir, al intercambiar mantas a un precio, esta operación es repetible entre diferentes interlocutores. Frente a este sistema existieron, y hasta existen actualmente de manera mucho más limitada, intercambios de mercancía a mercancía, donde el valor de cambio se establece entre los particulares que realizan el intercambio en cuestión Arqueología.indd 319 06/12/10 17:54

14 / de la arqUeología al patrimonio indUstrial. investigaCión interdisCiplinaria… 319<br />

El primero de ellos lo fijamos entre 1830 y 1843. Es decir, desde el establecimiento<br />

de “La Constancia Mexicana”, la primera fábrica de textiles mecanizada integrada al<br />

aparato productivo del país de manera continuada 12 , hasta la publicación por Don Lucas<br />

Alamán (1843), Ministro en turno, de la Memoria del estado de la industria mexicana<br />

donde se registró la primera gama de establecimientos de producción en serie, mecanizados<br />

e integrados al aparato productivo del país. -Aunque sería más apropiado decir<br />

a un aparato productivo regional e interregional.- Este registro incluyó a 59 fábricas<br />

de hilados y tejidos, de cerámica, vidrio, papel, y hasta una fundidora de hierro entre<br />

sus actividades. Es evidente que las limitaciones de esta oleada industrializadora -especialmente<br />

en niveles de producción y magnitud geográfica de los establecimientosestuvieron<br />

íntimamente ligadas a las dificultades de orden político, a la cuestionada<br />

legitimidad política de los efímeros gobiernos de la época, atribuible fundamentalmente<br />

a la discordancia entre el marco institucional de un gobierno republicano y una sociedad<br />

mayoritariamente jerárquica y tradicional en su cultura política.<br />

El segundo periodo, de mayor alcance en tiempo y espacio, lo ubicamos iniciándose<br />

en 1888. Se percibe desde este momento como el General Porfirio Díaz logró<br />

consolidar el reconocimiento de los principales actores políticos del país asegurando así<br />

una mayor legitimidad en el interior, y el reconocimiento de las potencias occidentales<br />

sobre su gobierno, acreditando desde entonces al país como un lugar confiable y rentable<br />

para el comercio internacional y la inversión externa. Con esto se dieron entonces<br />

las condiciones para una industrialización de mayores alcances basada en un mercado<br />

interno hibridado en sus niveles de mercantilización 13 y un importante sector exportador<br />

de materias primas. Esta etapa concluye al momento de la caída del régimen político<br />

en 1911, evidenciando así la importancia de la situación político-social como contexto<br />

propulsor o retardador de los procesos de industrialización.<br />

12 Sobre el debate acerca de la primogenitura entre “La Aurora Yucateca” de Don Pedro Sainz de Baranda, puesta<br />

en marcha en 1833, y “La Constancia Mexicana” de Don Esteban de Antuñano que arrancó sus trabajos en 1835,<br />

nuestro punto de vista, como el de la mayoría de los especialistas que han tocado el caso, es de que el experimento<br />

yucateco, tan esforzado como efímero con sólo unos momentos de funcionamiento irregular, es un caso del que<br />

no se conocen siquiera evidencias arqueológicas del establecimiento, y tampoco alcanzó a sobrevivir lo suficiente<br />

para integrarse al aparato productivo ni siquiera regional, ni logró constituirse como un modelo de industrialización<br />

como lo fue el caso de la fábrica La Constancia Mexicana que sirviera de modelo a varios establecimientos en todo<br />

el país.<br />

13 Consideramos como híbrida la coexistencia de formas donde existe sólo parcialmente el mecanismo de compraventa<br />

de mercancías que tenían como forma de pago un intermediario monetario, que significa un acuerdo más generalizado<br />

acerca del valor de cambio de los artículos en cuestión, es decir, al intercambiar mantas a un precio, esta<br />

operación es repetible entre diferentes interlocutores. Frente a este sistema existieron, y hasta existen actualmente<br />

de manera mucho más limitada, intercambios de mercancía a mercancía, donde el valor de cambio se establece<br />

entre los particulares que realizan el intercambio en cuestión<br />

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