ESTUDIOS DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA Arqueología y ...

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214 estUdios de antropología e Historia / arqUeología y patrimonio en el estado de Hidalgo nexos entre los uema con los tlaloque, conforme al análisis de mitos que se conservan como historia oral hasta la actualidad en comunidades otomíes y mestizas del Valle del Mezquital (Fournier 2001b). En el ya citado sitio de El Calvario (véase la sección correspondiente al periodo Clásico) (Figura 1, sitio 6), realizamos excavaciones en la cima del cerro del mismo nombre, a través de las cuales fue posible definir los elementos arquitectónicos de una serie de estructuras que conforman un conjunto, cuyas distintas etapas constructivas se encontraban en mal estado de conservación dado lo somero de los depósitos (Fournier y Chávez 2002). El edificio (Figura 5) corresponde a los restos de un adoratorio del Posclásico Tardío, el primero a la fecha intervenido en la región de Tula y llama la atención el área que cubre el patio asociado, cuyo piso es de estuco, y la presencia tanto de dos pilastras (que sirvieron para sustentar una techumbre) como de sistemas de drenaje que constan de canaletas talladas directamente sobre el tepetate para evitar el encharcamiento del patio; los materiales constructivos son gravas y guijarros con un recubrimiento de lajillas con una argamasa de lodo, si bien algunos de los muros dobles cuentan con sillares de basalto y andesita. Dicho adoratorio, que cuenta con aposentos adyacentes al patio desplanta sobre una gran plataforma construida para nivelar la cima del cerro El Calvario; las orillas de la plataforma están en extremo erosionadas, apreciándose en las márgenes de la cima bloques de piedra masivos empleados en los rellenos asociados con la edificación de la nivelación artificial. Cabe señalar que las construcción de las plataformas con las cuales se modificó la topografía natural del cerro en sus costados sur, este y oeste se iniciaron durante el periodo Clásico, aun cuando fueron reutilizadas, posiblemente ampliadas y remodeladas durante el Posclásico tardío disponiendo además en la zona sur, al parecer, una escalinata monumental para ascender a la cima donde se construyó el adoratorio. Aun cuando entre los escasos materiales arqueológicos recuperados se identificaron tipos diagnósticos tanto del Clásico como del Posclásico Tardío, los primeros seguramente fueron depositados como parte de los rellenos de nivelación de la plataforma de desplante, en tanto que entre los segundos se encuentran fragmentos de sahumadores procedentes de la cuenca de México (tipo Texcoco Compuesto) además de múltiples tiestos de uema, las vasijas Tlaloc de la tradición regional. Estos objetos de uso ritual, indican la clase de actividades que se desarrollaron en la estructura, a la cual debieron acudir para realizar ceremonias cíclicas al dios de la lluvia individuos de la o las comunidades próximas, entre las que es altamente probable que participaran los habitantes del extenso asentamiento de Tepetitlán. Las características de los distintos asentamientos de la región de Tula del Posclásico tardío y de la cultura material, además de los registros acerca de las poblaciones que figuran en diversas fuentes etnohistóricas, evidencian la importancia del grupo biolin- Arqueología.indd 214 06/12/10 17:54

9 / el modo de vida preColombino de los otomíes de la región de tUla 215 güístico otomí en el desarrollo social de las provincias tributarias de la Triple Alianza Tenochca. Comentarios finales A raíz de la conquista hispana, los otomíes quedaron insertos en un primer momento en el sistema de encomiendas y de tasaciones, la catequización de los naturales desarticuló el sistema religioso y cosmovisional, la introducción de enfermedades de origen europeo diezmó a la población indígena, fueron despojados de las tierras más fértiles y relegados a Pueblos de Indios, el uso del suelo se modificó y con el ganado mayor y menor se agudizaron las tendencias a la desertificación con la consecuente erosión de los terrenos; ya en el siglo XIX los otomíes y mestizos quedaron a merced de rancheros y hacendados que acapararon las principales fuentes de agua mediante la construcción de presas y acueductos (Fournier en prensa; Fournier y Mondragón 2003; Mondragón et al. 1997). Así, la región adquirió el carácter de marginalidad que la caracteriza hasta la actualidad, si bien el desarrollo de distritos de riego donde las aguas negras de la ciudad de México que se canalizan a la Presa Endóo, ha incidido en la diversificación de cultígenos que crecen alimentados con toda clase de químicos. La explotación del maguey, el árbol de las maravillas que fuera medular en el modo de vida otomí por sus múltiples aprovechamientos, incluyendo la preparación de pulque, prácticamente han desaparecido. En palabras de uno de nuestros informantes quien reflexionó acerca de los elementos identitarios este grupo indígena, al perderse el pulque ya no podrá hablarse de que las poblaciones del Valle del Mezquital son otomíes. Precisamente ese modo de vida es el que hemos tratado de documentar a través de las investigaciones que hemos desarrollado a lo largo de más de tres lustros en la región de Tula. Con la recabación de datos derivados tanto de los reconocimientos de superficie como de las excavaciones efectuadas en la región de estudio, se han ampliado los horizontes acerca de las dinámicas sociales precolombinas. Consideramos que nuestras interpretaciones constituyen un aporte al conocimiento de los procesos sociales de desarrollo en la región de Tula que, como frontera norte de Mesoamérica a fines del periodo precolombino, fue una zona periférica de gran relevancia. A pesar de que se han realizado estudios en esta zona y que la semitecnificación del agro, con la introducción de sistemas de riego con las consecuentes nivelaciones de los terrenos, ha provocado dramáticas afectaciones a los depósitos arqueológicos e incluso imposibilita parcialmente la detección de sitios, según los registros que hemos realizado puede apreciarse que existieron muchos más asentamientos que los reportados en otras fuentes que citamos en las secciones precedentes. Arqueología.indd 215 06/12/10 17:54

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estUdios de antropología e Historia / arqUeología y patrimonio en el estado de Hidalgo<br />

nexos entre los uema con los tlaloque, conforme al análisis de mitos que se conservan<br />

como historia oral hasta la actualidad en comunidades otomíes y mestizas del Valle del<br />

Mezquital (Fournier 2001b).<br />

En el ya citado sitio de El Calvario (véase la sección correspondiente al periodo<br />

Clásico) (Figura 1, sitio 6), realizamos excavaciones en la cima del cerro del mismo<br />

nombre, a través de las cuales fue posible definir los elementos arquitectónicos de una<br />

serie de estructuras que conforman un conjunto, cuyas distintas etapas constructivas se<br />

encontraban en mal estado de conservación dado lo somero de los depósitos (Fournier y<br />

Chávez 2002). El edificio (Figura 5) corresponde a los restos de un adoratorio del Posclásico<br />

Tardío, el primero a la fecha intervenido en la región de Tula y llama la atención<br />

el área que cubre el patio asociado, cuyo piso es de estuco, y la presencia tanto de dos<br />

pilastras (que sirvieron para sustentar una techumbre) como de sistemas de drenaje que<br />

constan de canaletas talladas directamente sobre el tepetate para evitar el encharcamiento<br />

del patio; los materiales constructivos son gravas y guijarros con un recubrimiento<br />

de lajillas con una argamasa de lodo, si bien algunos de los muros dobles cuentan con<br />

sillares de basalto y andesita. Dicho adoratorio, que cuenta con aposentos adyacentes<br />

al patio desplanta sobre una gran plataforma construida para nivelar la cima del cerro<br />

El Calvario; las orillas de la plataforma están en extremo erosionadas, apreciándose en<br />

las márgenes de la cima bloques de piedra masivos empleados en los rellenos asociados<br />

con la edificación de la nivelación artificial. Cabe señalar que las construcción de las<br />

plataformas con las cuales se modificó la topografía natural del cerro en sus costados<br />

sur, este y oeste se iniciaron durante el periodo Clásico, aun cuando fueron reutilizadas,<br />

posiblemente ampliadas y remodeladas durante el Posclásico tardío disponiendo además<br />

en la zona sur, al parecer, una escalinata monumental para ascender a la cima donde<br />

se construyó el adoratorio.<br />

Aun cuando entre los escasos materiales arqueológicos recuperados se identificaron<br />

tipos diagnósticos tanto del Clásico como del Posclásico Tardío, los primeros seguramente<br />

fueron depositados como parte de los rellenos de nivelación de la plataforma<br />

de desplante, en tanto que entre los segundos se encuentran fragmentos de sahumadores<br />

procedentes de la cuenca de México (tipo Texcoco Compuesto) además de múltiples<br />

tiestos de uema, las vasijas Tlaloc de la tradición regional. Estos objetos de uso ritual,<br />

indican la clase de actividades que se desarrollaron en la estructura, a la cual debieron<br />

acudir para realizar ceremonias cíclicas al dios de la lluvia individuos de la o las comunidades<br />

próximas, entre las que es altamente probable que participaran los habitantes<br />

del extenso asentamiento de Tepetitlán.<br />

Las características de los distintos asentamientos de la región de Tula del Posclásico<br />

tardío y de la cultura material, además de los registros acerca de las poblaciones que<br />

figuran en diversas fuentes etnohistóricas, evidencian la importancia del grupo biolin-<br />

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