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ESTUDIOS DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA Arqueología y ...

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Clásico<br />

estUdios de antropología e Historia / arqUeología y patrimonio en el estado de Hidalgo<br />

Teotihuacan fue la sede de un imperio que surgió hacia 150 a.C. (fase Patlachique, 150<br />

a.C. a 1 d.C.) si bien fue hasta inicios de la era cristiana (fase Tzacualli, 1-150 d.C.),<br />

que se convirtió en un asentamiento urbano de gran complejidad de excepcional tamaño<br />

cubriendo 20 km 2 . A partir de alrededor de 150 d.C. (fase Miccaotli, 150-200 d.C.), el<br />

crecimiento fue más lento y hacia 250 d.C. al parecer se concluyó la construcción de<br />

la mayoría de los edificios y conjuntos monumentales en la urbe con una traza cuya<br />

orientación fue definida en función de un calendario establecido (fase Tlamimilolpa<br />

temprano, 200-300 d.C.) (cf. Špraj 2001), con calzadas, plazas, altares, grandes basamentos<br />

piramidales, recintos y múltiples conjuntos residenciales con banquetas, frisos<br />

y pilastras labrados así como pintura mural donde se plasman aspectos vinculados con<br />

la cosmovisión y religión. Muchos investigadores (cf. Cowgill 1997; Sugiyama 2005)<br />

consideran que la influencia teotihuacana impactó en amplias zonas de Mesoamérica<br />

entre 300 y 400 d.C. (fase Tlamimilolpa tardío). La arquitectura pública y ceremonial<br />

fueron de importancia para el despliegue de poder del Estado a través de rituales y sacrificios,<br />

además de que el militarismo aparentemente fue central en la cultura teotihuacana.<br />

Teotihuacan fue la sede de un Estado multiétnico donde aparentemente llegaron<br />

a residir cerca de 125,000 personas (fases Xolalpan y Metepec, circa 400-600 d.C.),<br />

constituyéndose barrios como el oaxaqueño y zonas donde se ha detectado la presencia<br />

de grupos vinculados con la Costa del Golfo, el área maya y el occidente de México;<br />

más allá de especulaciones, hasta ahora no ha logrado definirse cuál era la filiación<br />

biolingüística de las elites, aunque se ha propuesto que las poblaciones de la urbe eran<br />

hablantes de otomí o de nahua, predominando estos últimos (Sanders 2006). Por otra<br />

parte, en la ciudad se han localizado talleres especializados en la manufactura de distintos<br />

objetos de consumo, caso de la cerámica, figurillas, braseros, lapidaria e instrumentos<br />

de obsidiana, mismos que se elaboraron con vidrio volcánico de los yacimientos de<br />

Pachuca y Otumba, fundamentalmente (Cowgill 1997; Gómez Chávez y Gazzola 2004;<br />

Sugiyama 2005).<br />

La hegemonía de este imperio centralizado abarcó amplias áreas no sólo en su periferia<br />

inmediata en la Cuenca de México (Charlton y Nichols 1997), cubriendo posiblemente<br />

cerca de 25,000 km 2 ; su dominio económico, político y administrativo permitió<br />

que el Estado teotihuacano controlara asentamientos nodales en las rutas de intercambio<br />

que formaron parte de las provincias del imperio, incluso con la fundación de probable<br />

enclaves (cf. Cowgill 1997; Smith y Montiel 2001; Sugiyama 2005); de esta manera<br />

distintos elementos y objetos suntuarios y exóticos llegaron hasta los consumidores de<br />

la urbe y, en algunos casos, de los habitantes de sus provincias y zonas de influencia.<br />

Esta expansión territorial que abarcó la región de Tula, posiblemente fue resultado de un<br />

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