ESTUDIOS DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA Arqueología y ...

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110 estUdios de antropología e Historia / arqUeología y patrimonio en el estado de Hidalgo La segunda percepción, que es la que retomamos en este estudio, es denominada discontinua, y se caracteriza por pensar que el contexto arqueológico es producto de un fenómeno interrumpido, discontinuo, donde es prioritario reconocer que existe una distinción ontológica dentro de los procesos de formación del contexto arqueológico (Schiffer, 1972). Por tal motivo, en primer lugar debemos reconocer la existencia de distintas actividades formadoras del contexto arqueológico. Por un lado se encuentran lo que aquí denominamos las actividades originales, que este caso no hacemos referencia a cualquier clase de actividad humana apreciable en el registro arqueológico, sino únicamente a aquellas actividades humanas que eran realizadas con cotidianeidad y que tomaron lugar antes del fenómeno de abandono. En segundo lugar se encuentran las actividades de abandono, que se refiere a todas aquellas conductas intencionales que prevén el abandono y conducen a llevar a cabo prácticas singulares que podemos englobarlas en los siguientes procesos: 1) la reducción o disminución de los hábitos de limpieza; 2) conducta de curaduría; 3) prácticas de ciclaje lateral; 4) conducta de reducción, es decir la eliminación de implementos a razón de la mudanza; 5) labores como los son el sellado y tapiado de ciertas áreas, así como 6) distintos rituales de terminación, por citar algunos. En tercer lugar debemos reconocer las actividades post-abandono, que se refiere a aquellas actividades efectuadas con posterioridad al abandono que involucran no solo conductas de perturbación como el saqueo y el desmantelamiento, sino también actividades de ofrendamientos y reocupaciones de diversa naturaleza (Manzanilla, 2003) 5 . Así, los patrones espaciales de artefactos arqueológicos presentes en un contexto, serán resultado de este trío de actividades humanas formadoras de los contextos arqueológicos, previo y posterior a un proceso de abandono. Actividades originales y de abandono Pensamos que varios de los materiales arqueológicos abandonados son en gran medida representativos de diversas actividades cotidianas que se estaban desempeñando al momento que se dispuso el abandono. Distintos contextos de artefactos parecen haber sido dejados en sus lugares de uso o almacenamiento temporal, reflejo de sus actividades originales sin que se aprecien como parte de una actividad de desecho. Tal es el caso de numerosas ollas y vasijas de servicio en su lugar de empleo sobre los pisos de ocupación. Algunas manos de 5 En una etapa de reocupación volveríamos a tener actividades originales, cotidianas, pero relacionadas por supuesto con una nueva ocupación. Arqueología.indd 110 06/12/10 17:54

6 / la Caída de los Centros provinCiales tolteCas. el Caso de atotonilCo de tUla, Hidalgo 111 metate y de mortero se localizaron en las esquinas de las casas o en los patios depositados junto a los muros de las habitaciones, a manera de resguardo temporal. En El Pedregal los fogones y tlecuiles estaban en excelentes estado de conservación, sin mostrar huellas de destrucción y contenían abundante ceniza y tierra quemada, lo que indica, como se ha planteado para otros casos (Migeon, 2003), que sus usuarios no tuvieron el tiempo para darles limpieza al acercarse el abandono y con ello la finalización de su cotidianidad. Todos estos contextos podrían representar basura de facto, común en un abandono de carácter abrupto. Otra clase de contextos importantes para definir la clase de abandono que ocurrió en el asentamiento es la calidad de los bienes abandonados. Se ha mencionado (Schiffer, 1988:15) que frente a un a situación de abandono una variable que interviene para determinar el tipo de bienes que el grupo social lleva consigo es el valor que se otorga a éstos. Un segundo factor son las características de los artefactos, como el tamaño, peso, costo, la vida útil remanente y el costo de reemplazo, que puede condicionar la curaduría de los artefactos. En situaciones de abandono gradual, los pobladores por lo común llevan consigo sus bienes más valiosos. En el caso de El Pedregal hay contextos donde esta situación parece no haberse cumplido. Se localizaron hachas de piedra verde, en excelente estado de conservación, es decir una vida remanente útil aún larga, sobre los pisos interiores de dos casas. De igual forma, una amplia cantidad de instrumentos de molienda, metates y morteros (Figura 5), se localizaron en contextos de uso, de almacenamiento temporal, boca arriba, en los pisos de las casas, así como también casos de metates descansando boca abajo (para un caso comparativo ver Uruñuela y Plunket, 2003). A pesar que los instrumentos de molienda como estos pueden considerarse difíciles de transportar por el peso, aún así se catalogan de elevado costo de reemplazo con una vida útil alta (Schiffer, 1988:15), por lo cual en estas sociedades adquirieron un alto valor, llegando a formar parte de bienes heredables por varias generaciones. Los bien preservados hallazgos de los fogones intactos y repletos de ceniza, la sorprendente cantidad de artefactos completos sobre los pisos de las viviendas, o en sus lugares de uso o almacenamiento temporal, recuperados en el transcurso de las excavaciones en El Pedregal, son indicios de un precipitado y súbito desplazamiento de la comunidad, resultado de la decisión colectiva en grupo. Este fue un abandono súbito de carácter planeado. La repetitiva asociación de basura de facto en todas y cada una de las casas y sus patios, son signo de una migración que tomó lugar mediante un acto no solo deliberado, sino concertado y organizado. La información recuperada en el registro arqueológico, conduce a señalar que al final de la fase Tollan ocurrió una forma de abandono masivo del asentamiento, con el traslado de la mayoría, sino es que de la totalidad de la población de El Pedregal. Arqueología.indd 111 06/12/10 17:54

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La segunda percepción, que es la que retomamos en este estudio, es denominada<br />

discontinua, y se caracteriza por pensar que el contexto arqueológico es producto de<br />

un fenómeno interrumpido, discontinuo, donde es prioritario reconocer que existe una<br />

distinción ontológica dentro de los procesos de formación del contexto arqueológico<br />

(Schiffer, 1972). Por tal motivo, en primer lugar debemos reconocer la existencia de<br />

distintas actividades formadoras del contexto arqueológico. Por un lado se encuentran<br />

lo que aquí denominamos las actividades originales, que este caso no hacemos referencia<br />

a cualquier clase de actividad humana apreciable en el registro arqueológico, sino<br />

únicamente a aquellas actividades humanas que eran realizadas con cotidianeidad y que<br />

tomaron lugar antes del fenómeno de abandono.<br />

En segundo lugar se encuentran las actividades de abandono, que se refiere a todas<br />

aquellas conductas intencionales que prevén el abandono y conducen a llevar a cabo<br />

prácticas singulares que podemos englobarlas en los siguientes procesos: 1) la reducción<br />

o disminución de los hábitos de limpieza; 2) conducta de curaduría; 3) prácticas de<br />

ciclaje lateral; 4) conducta de reducción, es decir la eliminación de implementos a razón<br />

de la mudanza; 5) labores como los son el sellado y tapiado de ciertas áreas, así como 6)<br />

distintos rituales de terminación, por citar algunos.<br />

En tercer lugar debemos reconocer las actividades post-abandono, que se refiere a<br />

aquellas actividades efectuadas con posterioridad al abandono que involucran no solo<br />

conductas de perturbación como el saqueo y el desmantelamiento, sino también actividades<br />

de ofrendamientos y reocupaciones de diversa naturaleza (Manzanilla, 2003) 5 .<br />

Así, los patrones espaciales de artefactos arqueológicos presentes en un contexto,<br />

serán resultado de este trío de actividades humanas formadoras de los contextos arqueológicos,<br />

previo y posterior a un proceso de abandono.<br />

Actividades originales y de abandono<br />

Pensamos que varios de los materiales arqueológicos abandonados son en gran medida representativos<br />

de diversas actividades cotidianas que se estaban desempeñando al momento<br />

que se dispuso el abandono. Distintos contextos de artefactos parecen haber sido dejados<br />

en sus lugares de uso o almacenamiento temporal, reflejo de sus actividades originales sin<br />

que se aprecien como parte de una actividad de desecho. Tal es el caso de numerosas ollas<br />

y vasijas de servicio en su lugar de empleo sobre los pisos de ocupación. Algunas manos de<br />

5 En una etapa de reocupación volveríamos a tener actividades originales, cotidianas, pero relacionadas por supuesto<br />

con una nueva ocupación.<br />

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