El cerebro supremo de Marte - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio
El cerebro supremo de Marte - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio
El cerebro supremo de Marte - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
CAPÍTULO VIII<br />
¡Manos Arriba!<br />
Pronunció con voz tranquila las palabras barsoomianas que equivalen a nuestra expresión<br />
terrestre ¡Manos arriba! Una sonrisa irónica se dibujo en sus labios y, como titubeáramos en<br />
obe<strong>de</strong>cerle, habló nuevamente:<br />
—Haced lo que os digo y os irá mejor. Guardad silencio. Una palabra más alta que otra pue<strong>de</strong><br />
ser vuestra ruina, probablemente en forma <strong>de</strong> una bala.<br />
Gor Hajus levantó las manos por encima <strong>de</strong> la cabeza y los <strong>de</strong>más seguimos su ejemplo.<br />
—Yo soy Bal Zak —dijo el <strong>de</strong>sconocido.<br />
<strong>El</strong> corazón me dio un vuelco.<br />
—Entonces pue<strong>de</strong>s disparar-dijo Gor Hajus—, porque no nos cogerás vivos, y a<strong>de</strong>más somos<br />
cuatro.<br />
—No tan <strong>de</strong> prisa, Gor Hajus —replicó el capitán <strong>de</strong>l Vosar—. Tengo que hablar con vosotros.<br />
—Ya sé lo que tienes que <strong>de</strong>cirnos —interrumpió el asesino <strong>de</strong> Toonol—, pues te hemos oído<br />
hablar <strong>de</strong> la recompensa ofrecida al que capture a Vad Varo y a Gor Hajus.<br />
—Si tanto la hubiera <strong>de</strong>seado bien sencillo hubiera sido para mí entregaros al dwar <strong>de</strong> Vobis<br />
Kan cuando nos encontramos con él.<br />
—No sabíais que estábamos a bordo <strong>de</strong>l Vosar -le dije.<br />
—Si lo sabía.<br />
Gor Hajus expresó su incredulidad <strong>de</strong>s<strong>de</strong>ñosa.<br />
—Entonces, ¿cómo os explicáis que me hallara en este sitio esperando que salierais<br />
incautamente <strong>de</strong> vuestra madriguera? Yo sabía que estabais a bordo.<br />
—¿Pero cómo lo sabíais? —preguntó Dar Tarus.<br />
—Para satisfacer vuestra natural curiosidad, os diré que duermo en una pequeña habitación <strong>de</strong> la<br />
Torre <strong>de</strong> Thavas, y que mi ventana da a la plataforma y al hangar. Los años pasados en las<br />
aeronaves me han aguzado el oído extraordinariamente: aun el cambio <strong>de</strong> velocidad en los<br />
motores me <strong>de</strong>spierta instantáneamente <strong>de</strong>l sueño más profundo. Compren<strong>de</strong>réis que el ruido <strong>de</strong><br />
los motores <strong>de</strong>l Pinsar, al ponerse en marcha, me hizo dar un bote en la cama. Al asomarme vi a<br />
tres <strong>de</strong> vosotros en la plataforma y al cuarto saltando <strong>de</strong> la aeronave cuando ésta arrancaba, y<br />
<strong>de</strong>duje que por alguna razón <strong>de</strong>sconocida la habíais abandonado sin mando en la atmósfera.<br />
Como ya era tar<strong>de</strong> para evitarlo, esperé en silencio, atento a lo que sucediera: os vi correr al<br />
hangar y escuché la conversación que sostuvisteis con Ras Thavas antes <strong>de</strong> embarcaros en el<br />
Vosar. Inmediatamente bajé a la plataforma, y sin que os dierais cuenta os vi entrar en la cabina,<br />
y comprendí que tomabais pasaje para Toonol. En vista <strong>de</strong> que habíais encontrado un escondite,<br />
me volví a mi habitación como si nada hubiera ocurrido.<br />
—¿Y no avisaste a Ras Thavas? —pregunté.<br />
—No avisé a nadie. Hace muchos años que tengo uso <strong>de</strong> razón, y he aprendido a verlo y oírlo<br />
todo, y no <strong>de</strong>cir nada, a menos que me convenga hacerlo.<br />
—Sin embargo, te oí <strong>de</strong>cir que la recompensa para el que nos <strong>de</strong>scubriera era bastante aceptable<br />
—replicó Gor Hajus—. ¿Tampoco te convenía?<br />
—En el corazón <strong>de</strong> los hombres honrados hay fuerza capaces <strong>de</strong> contrarrestar a la avaricia y al<br />
egoísmo; y aunque los toonolianos tenemos fama <strong>de</strong> no rendirnos fácilmente a los dictados <strong>de</strong>l<br />
sentimiento, yo no puedo permanecer sordo a las llamadas <strong>de</strong> la gratitud. Gor Hajus: hace seis<br />
años que te negaste a asesinar a mi padre que, según tú, era un hombre bueno y digno <strong>de</strong> vivir, y<br />
te había hecho algunos pequeños favores. Hoy recoges el fruto <strong>de</strong> tu buena acción y, en cierto<br />
modo, quedas in<strong>de</strong>mnizado <strong>de</strong>l castigo que te aplicó Vobis Kan por tu negativa a matar al jefe <strong>de</strong><br />
la familia Bal Zak. He mandado a la ciudad a toda la tripulación para que nadie, excepto yo, se<br />
entere <strong>de</strong> vuestra permanencia aquí. Comunicadme vuestros planes y <strong>de</strong>cidme si os puedo servir<br />
en hago más.<br />
—Queremos llegar a las calles sin que nos <strong>de</strong>scubran —contestó Gor Hajus—. Si nos ayudas en<br />
esto no queremos complicarte más en nuestra fuga. Te quedamos muy agra<strong>de</strong>cidos, y no necesito