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Invierno de 2009ko Negua
Historia de un sinsentido
Marcos Irigoien relata su experiencia con el
transporte de unos terneros y la contradictoria
interpretación de las normas según las
diferentes administraciones autonómicas.
Marcos Irigoien: Venía yo con unos terneros
de Torrelavega y tenía que recoger otros en
Vitoria. Le pregunté al ganadero de Vitoria si
les había hecho el saneamiento y me dijo que
no, que no hacía falta. Me enfadé, porque a
mí, en Baztan, me están exigiendo el saneamiento
de los terneros incluso si se los compro
al vecino. Llamé a Josu Sarobe a la oficina
de Elizondo (veterinario funcionario del
Gobierno de Navarra) para confirmar la
necesidad o no del saneamiento. Me ratificó
que no podría entrar los animales si no había
saneamiento.
Insistí al ganadero que, por su parte, me
aseguraba que en el Gobierno Vasco le habían
dicho que no era necesario el saneamiento. Al
final, el ganadero me puso al habla directamente
con el funcionario del Gobierno Vasco
correspondiente. Aquél me dijo que había una
norma comunitaria que establecía la no obligatoriedad
de esos saneamientos y que el
Gobierno de Navarra no lo podía exigir.
Volví a llamar a Josu a Elizondo y le
comenté lo que me habían dicho. Se puso al
habla con un responsable de Ganadería del
Gobierno de Navarra. Le explicó lo que me
habían dicho desde el Gobierno Vasco y le
dijeron: “Pues si le han dicho eso… Adelante”.
Yo no entiendo esto. Resulta que unos u
otros no se enteran de las normas europeas.
La cuestión es que si yo les compro los
terneros a los vecinos, a aquellos cuyas
vacas están junto con las nuestras en los
pastos de Belate, entonces tengo que tener
el saneamiento. ■
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