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Había otro detalle del tema de la
Cooperativa, con el tema de los
descuentos que hace… Aunque
¡parece que estamos aquí tú y yo
rompiendo lanzas a favor de la
Cooperativa!
Marcos Irigoien: A mí me encanta
oír, sabiendo que estais dentro.
Javier Íñiguez: Voy con ese
detalle del que hablaba. La Cooperativa
cobraba el transporte
de los terneros desde mi pueblo,
Zudaire, e incluso desde más
arriba, Larraona, hasta el matadero
de Estella, 2.500 pesetas
por cabeza. Resulta que quienes
llevaban los animales por
libre pagaban hasta
10.000 pesetas por
cada animal. Me
parece que es suficientemente
significativo.
Kote Arzelus: Los
veterinarios también
habréis oído hablar…
J.L. Azkoiti: A la Cooperativa
siempre se la
ha criticado más desde
fuera que desde dentro.
Aunque ha habido
quien se ha salido de la
Cooperativa por lo que
fuera, lo que está claro
es que le critican más
los que están fuera que
los que están dentro.
Marcos Irigoien: Eso
sí que no tiene ninguna
lógica.
Josetxo Arraras: Eso
pasa en todos los órdenes
de la vida. Se critica
lo que no se conoce.
Invierno de 2009ko Negua
Kote Arzelus: Está claro que
hoy, la Cooperativa, es una
empresa más consolidada y con
un capital social importante.
Por otra parte, lo mismo le
puede pasar con ALBAITARITZA.
Yo no me preocupo por los precios
de ALBAITARITZA. Se
entiende que trabajáis con
buenos precios… ¿O no?
Javier Íñiguez: O estás mirando
otra cosa: el servicio.
Tendrás que mirar al conjunto.
Se supone que ni ALBAITARI-
TZA, ni nadie, te puede poner
el mejor precio en todo lo que
vende. En algunas cosas será
el mejor precio y en otras no. Y
si alguien se las da de lo contrario,
lo más normal es que
mienta.
Marcos Irigoien: No puede tener
en todo el mejor precio.
Kote Arzelus: Yo confío en que
me está poniendo el producto a
un buen precio. Si te enteras de
que los precios que te ponen son
excesivos, pues ya la ha liado.
Un año te podrán engañar, pero
más no.
A lo que voy es a que hay que
tener un poco de confianza en
aquello con lo que estás. No
puedes estar tirando piedras a tu
propio tejado, o al ajeno. ■