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historia de la conquista y población de la provincia de venezuela

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volverse a Bordones, al tratar <strong>de</strong> <strong>de</strong>spedirse salieron <strong>de</strong> un aposento algunos<br />

criados y amigos, que tenía Cobos prevenidos con unos grillos para ponerle;<br />

y como Fajardo se <strong>de</strong>fendiese a no <strong>de</strong>jarse pren<strong>de</strong>r, le dijo Cobos: V.<br />

no se alborote que todo esto no es más que un cumplimiento para tapar <strong>la</strong><br />

boca a algunas quejas, y no quiero que el pueblo entienda, que porque somos<br />

amigos embarazo <strong>la</strong> justicia; déjese V. pren<strong>de</strong>r, que <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una hora<br />

estará libre.<br />

Engañado Fajardo con <strong>la</strong> simu<strong>la</strong>ción traidora <strong>de</strong> aquel<strong>la</strong>s falsas pa<strong>la</strong>bras,<br />

consintió en <strong>la</strong> prisión para su daño, pues luego que le pusieron los<br />

grillos y le quitaron <strong>la</strong>s armas, aún no teniéndolo Cobos <strong>de</strong> aquel<strong>la</strong> suerte<br />

por seguro, lo hizo meter en un cepo y sin más prueba, ni forma, que el<br />

atropel<strong>la</strong>miento <strong>de</strong> su pasión vengativa, tomándole <strong>la</strong> confesión por ante<br />

un escribano, l<strong>la</strong>mado Hernando López, aquel<strong>la</strong> misma noche le dio vista<br />

<strong>de</strong> los cargos para que se <strong>de</strong>fendiese, con término <strong>de</strong> media hora, atribuyéndole<br />

por <strong>de</strong>litos lo que <strong>la</strong> estimación común (y con razón) le celebraba<br />

por méritos, pues le acriminó como culpas los singu<strong>la</strong>res servicios hechos<br />

en <strong>la</strong>s repetidas entradas a <strong>la</strong> <strong>conquista</strong> <strong>de</strong> Caracas; y sin aguardar a más,<br />

pasada <strong>la</strong> media hora lo sentenció a muerte <strong>de</strong> horca, mandando, que para<br />

el suplicio lo sacasen arrastrando a <strong>la</strong> co<strong>la</strong> <strong>de</strong> un caballo.<br />

Absorto quedó Fajardo al oír <strong>la</strong> notificación <strong>de</strong> sentencia tan inicua,<br />

pues ni pudo obrar mayor violencia el rigor, ni discurrir más horrible sinrazón<br />

<strong>la</strong> tiranía; y viendo que ni se le admitía <strong>la</strong> ape<strong>la</strong>ción que interpuso, ni<br />

hal<strong>la</strong>ba recurso humano para remedio <strong>de</strong> semejante injusticia, trató <strong>de</strong><br />

buscar forma para avisar a sus soldados, que había <strong>de</strong>jado en Bordones,<br />

pues no le quedaba otra esperanza, que recurrir a <strong>la</strong>s armas, para librarse<br />

con <strong>la</strong> fuerza <strong>de</strong> aquel atropel<strong>la</strong>miento, que usaba con él <strong>la</strong> alevosía; pero<br />

rece<strong>la</strong>ndo Cobos lo mismo que imaginaba Fajardo, aceleró <strong>la</strong> ejecución <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> sentencia y antes que se supiese en el pueblo lo que tenía forjado su maldad,<br />

mandó le diesen garrote en el mismo cepo, que le servía <strong>de</strong> prisión; y<br />

como Fajardo se <strong>de</strong>fendiese con <strong>la</strong>s manos, sin consentir que llegasen a<br />

ponerle los cor<strong>de</strong>les, pudo tanto en Cobos <strong>la</strong> pasión, unida con <strong>la</strong> crueldad,<br />

que levantándose furioso <strong>de</strong> una sil<strong>la</strong> en que estaba sentado, dijo: ¡es<br />

posible que para matar una gallina hemos <strong>de</strong> tener tanto en que enten<strong>de</strong>r!<br />

y cogiendo él mismo con sus manos una soga le hizo un <strong>la</strong>zo corredizo y<br />

BIBLIOTECA AYACUCHO<br />

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