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historia de la conquista y población de la provincia de venezuela

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servicio, como yo y mis compañeros al presente lo somos y seremos hasta <strong>la</strong><br />

muerte, porque en esta tierra tenemos tus perdones por <strong>de</strong> menos crédito, que<br />

los libros <strong>de</strong> Martín Lutero, pues tu Virrey el Marqués <strong>de</strong> Cañete, malo, lujurioso,<br />

ambicioso y tirano, ahorcó a Martín <strong>de</strong> Robles, hombre seña<strong>la</strong>do en tu<br />

servicio, y al bravo Tomás Vázquez, <strong>conquista</strong>dor <strong>de</strong>l Perú, y al triste <strong>de</strong><br />

Alonso Díaz, que trabajó más en el <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong>l Perú, que los exploradores<br />

<strong>de</strong> Moisés, y a Piedrahita, buen capitán, que rompió muchas batal<strong>la</strong>s en<br />

tu servicio, y aun en Pucaba ellos te dieron <strong>la</strong> victoria, porque si no se pasaran,<br />

hoy fuera Francisco Hernán<strong>de</strong>z Señor <strong>de</strong>l Perú; y no tengas en mucho el<br />

servicio que tus Oidores te escribieron que te han hecho, porque es muy gran<strong>de</strong><br />

fábu<strong>la</strong>, sino que l<strong>la</strong>man servicio haberte gastado ochocientos mil pesos <strong>de</strong><br />

tu real caja, para sus vicios y malda<strong>de</strong>s: castígalos como ellos son.<br />

Mira, mira, Rey español, no seas ingrato a tus vasallos, pues estando tu<br />

padre el Emperador en los reinos <strong>de</strong> Castil<strong>la</strong> sin ninguna zozobra, te han dado,<br />

a costa <strong>de</strong> su sangre, tantos reinos y señoríos, como tienes en estas partes;<br />

y mira, Señor, que no pue<strong>de</strong>s llevar, con título <strong>de</strong> Rey justo, ningún interés <strong>de</strong><br />

estas partes, don<strong>de</strong> no aventuraste nada, sin que primero los que en el<strong>la</strong>s trabajaron<br />

sean gratificados: como por cierto tengo, que van pocos Reyes al cielo,<br />

porque creo fuéra<strong>de</strong>s peores que Luzbel, según tenéis <strong>la</strong> ambición, sed y<br />

hambre <strong>de</strong> hartaros <strong>de</strong> sangre humana; mas no me maravillo, ni hago caso <strong>de</strong><br />

vosotros, pues os l<strong>la</strong>máis siempre menores <strong>de</strong> edad y todo hombre inocente es<br />

loco y vuestro Gobierno es aire; a Dios hago solemne voto yo, y mis doscientos<br />

arcabuceros Marañones, hijosdalgo, <strong>de</strong> no te <strong>de</strong>jar ministro tuyo a vida,<br />

porque ya sé hasta dón<strong>de</strong> alcanza su po<strong>de</strong>r.<br />

El día <strong>de</strong> hoy nos hal<strong>la</strong>mos los más bienaventurados <strong>de</strong> los nacidos, por<br />

estar, como estamos, en estas partes <strong>de</strong> <strong>la</strong>s Indias teniendo <strong>la</strong> fe y mandamientos<br />

<strong>de</strong> Dios enteros sin corrupción, y manteniendo todo lo que <strong>la</strong> Iglesia romana<br />

predica; y preten<strong>de</strong>mos, aunque pecadores en <strong>la</strong> vida, recibir martirio<br />

por los mandamientos <strong>de</strong> Dios; a <strong>la</strong> salida que hicimos <strong>de</strong>l río <strong>de</strong> <strong>la</strong>s Amazonas,<br />

que se l<strong>la</strong>ma Marañón, venimos a una is<strong>la</strong>, que se l<strong>la</strong>ma <strong>la</strong> Margarita, y<br />

vimos unas re<strong>la</strong>ciones que venían <strong>de</strong> España <strong>de</strong> <strong>la</strong> gran máquina que hay <strong>de</strong><br />

Luteranos, que nos pusieron gran<strong>de</strong> temor y espanto, pues aquí en nuestra<br />

compañía hubo uno, l<strong>la</strong>mado Montever<strong>de</strong>, y yo lo mandé hacer pedazos, los<br />

hados darán <strong>la</strong> pena a los cuerpos; pero don<strong>de</strong> nosotros estuviéremos creed,<br />

BIBLIOTECA AYACUCHO<br />

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