Critica 145 - Revista Crítica
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Una pareja del campo<br />
ELKIN RESTREPO<br />
“He ahí los estragos del tiempo”, fue lo que primero pensé cuando vi a la<br />
pareja entrar al mercado y dirigirse a la sección de frutas y carnes. Vestían<br />
quizás los mismos andrajos que tenían hace cinco años cuando se fueron a<br />
vivir a la finca que un tío harto del campo les había prestado. Sucios, desali -<br />
ñados, indiferentes, daban la impresión de que un mago bromista los hubie -<br />
ra sacado del presente, dejándolos abandonados en aquellos tiempos en que<br />
las comunas campestres, el sexo libre y la marihuana, pasaban por una filoso -<br />
fía. La ola que había traído y llevado a los demás, a ellos sencillamente los ha -<br />
bía sepultado, dejándolos en un lugar aparte, como a criaturas de otra especie.<br />
Habían envejecido y su aspecto, nada bueno, mostraba las señales de una<br />
vida difícil, poco amable, y seguramente muy distinta a la que soñaban cuan -<br />
do un día renunciaron a todo para irse a experimentar otras cosas. Algo en su<br />
actitud, una desazón, un temor de ave, daban a entender que su presencia en<br />
el mercado era quizás una equivocación, en todo caso algo pasajero, justifica -<br />
da por la necesidad de avituallarse para no morir de hambre.<br />
Aunque, en un principio, ella hizo ademán de reconocerme, pronto si -<br />
guió de largo, sin importarle que la última vez que nos vimos yo hubiese disfrutado<br />
de sus encantos nada desdeñables. De su marido, por la mirada vacía<br />
con la que me topé, colegí que nunca me había visto, así que fuera de observar -<br />
los y advertir lo que la vida hace de uno sin remedio, me puse a recordar su<br />
historia, sin olvidar a Araceli, la muchacha que luego se les unió, atraída por<br />
su tipo de existencia y las lecturas en voz alta que de Shakespeare, allá en<br />
lo hondo del jardín, hacía Jean Pierre cada que se daba la oportunidad.<br />
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