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Critica 145 - Revista Crítica

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HEREDAR A ELISEO DIEGO<br />

—¿A qué atribuye que su padre y su madre aun en la vejez continua ran<br />

viéndose el uno al otro como un joven ciclista y una muchacha de apenas 19 años?<br />

—Papá decía que en realidad él era un joven al que una bruja muy ma -<br />

la había hechizado, y en vez de convertirlo en sapo lo había condenado en<br />

ese cuerpo de viejo. Veía a mamá como “la muchacha”, porque sus recuerdos<br />

más queridos eran de su juventud juntos. Su buró estaba lleno de retratos de<br />

mamá joven, hasta que ella un día enmarcó una foto reciente, la colocó junto<br />

a las otras, y le dijo: “Ésta es la vieja que soy.” Pero papá no podía evitarlo<br />

y continuaba refiriéndose a ella y a Fina como “las muchachitas”.<br />

—¿Cuáles eran las “clarísimas manifestaciones de malacrianza” de Eliseo<br />

a las que Lichi se refiere en La novela de mi padre?<br />

—Papá era hijo único. Ya eso dice mucho, pero además mi abuelita Berta<br />

era en exceso sobreprotectora con él, y así lo fue con mi hermano Rapi, que era<br />

igualito a papá. Por ejemplo, a papá había cosas que no le gustaba hacer, tan<br />

elementales como quitarle la cáscara a un huevo duro. Mamá los preparaba<br />

para comer cuando íbamos a la playa, y él le decía —lo cual la ponía frenéti -<br />

ca— que no sabía quitarle la cáscara al huevo. Y así, pequeños antojitos. Lo<br />

que lo distrajera de su mundo no le hacía mucha gracia. Yo le había puesto<br />

una tarea que detestaba, y consistía en buscar el pan por la tarde en la bode -<br />

ga de la esquina para que caminara, porque debía hacerlo. Siempre tenía un<br />

pretexto para no ir. Un día anunciaron un ciclón, había viento y lluvia, el ci -<br />

clón a punto de entrar en la ciudad y, al regresar a casa, veo a papá listo para<br />

salir. “¿A dónde tú vas?” “A buscar el pan”, contestó. “Mira, papá, regresa<br />

a la casa, que es peligroso.” No le gustaba hacer aquello, pero como había<br />

surgido la aventura, agarró gabán y sombrero, un poco a lo Humphrey Bogart,<br />

e iba a buscar el pan en medio del ciclón aquél.<br />

—¿Lograba Eliseo amansar la angustia y la soledad volviéndolas poesía?<br />

—Que mi papá no pudiera leer, no pudiera escribir, para mí siempre fue<br />

síntoma de que estaba muy mal. Entraba en sus crisis depresivas y no podía<br />

ni escribir ni leer. Cuando escribía se sentía muy pleno. Era una forma de<br />

conjurar eso. Mientras pudo, estuvo trabajando.<br />

¿Cómo se las arreglaban para rescatar a su padre de la melancolía y las<br />

depresiones relojeras?<br />

Yo le ponía su música de Mo zart, me sentaba con él, o le llevaba libre-<br />

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