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Critica 145 - Revista Crítica

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MARIANNE GRUBER<br />

48<br />

alto. “Todas las demás consideracio -<br />

nes”, repitió mentalmente una parte<br />

de lo dicho por el maestro. Evidente -<br />

mente se reflexionaba mucho allí. Les<br />

daban vueltas a los pensamientos,<br />

frases y palabras, hasta que empeza -<br />

ban a significar lo contrario de lo que<br />

se había querido decir al principio,<br />

hasta que se volvían contra la intención<br />

original, incluso contra el que habla -<br />

ba, o ya no quedaba nada de ellos.<br />

El castillo. No le parecía ni por asomo<br />

tan lejano como había dado a enten -<br />

der el maestro, y era extraño que él<br />

nunca hubiera llegado allí de haberlo<br />

intentado.<br />

Se irguió. La manta, dijo.<br />

Trajeron rápidamente una. A juzgar por el olor, venía de la caballeriza.<br />

K. se quitó la ropa lo más rápido que pudo. Prácticamente se la arrancó del<br />

cuerpo, mientras los presentes, que evitaban acercársele, le daban la espalda<br />

y formaban una pared, esperando hasta que se desvistiera y se envolviera<br />

en la tosca manta. Después lo acompañaron, formando una columna, hasta<br />

la casa más cercana, donde ya habían comenzado a calentar agua y prepa -<br />

raban una tina en el lavadero.<br />

Todavía le queda un atado de ropa en mi casa, dijo para sorpresa de<br />

K. una mujer a la que se dirigían como la posadera de la Posada del Puente,<br />

pues aparentemente había dos posadas en aquel poblacho. En el desván se<br />

encontrarían probablemente un pantalón, una chaqueta y botas. Voy a traer -<br />

los, exclamó la posadera, y partió a toda prisa.<br />

También encontraron pronto un pedazo de jabón. K. se sentó en la tina<br />

y una de las campesinas, mujer ya vieja, de enérgicos movimientos, comenzó<br />

a cepillarlo. Lo lavaba como a un niño, cuidando de que también se portara<br />

bien, como correspondía a una criatura, y K. la dejó hacer, con esa obedien -<br />

cia fingida propia de los niños temerosos o tímidos.

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