Critica 145 - Revista Crítica
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24<br />
yendo en la cuenta del paso del tiempo<br />
y, con él, de una tardanza que no<br />
por enigmática es menos palpable:<br />
Porque las palabras no son las cosas<br />
te tardas en nombrar lo dicho<br />
te tardas en hacer lo hecho<br />
te tardas en tardar lo ido<br />
A propósito de Juan de Mairena, el<br />
profundo y simpático personaje y al -<br />
ter ego de Antonio Machado, es oportuno<br />
recordar un fragmento de su libro.<br />
Al comenzar el capítulo XLIX, dice de<br />
Mairena un periodista tan apócrifo co -<br />
mo él: “El señor de Mairena lleva siem -<br />
pre su reloj con veinticuatro horas justas<br />
de retraso. De este modo ha resuelto el<br />
difícil problema de vivir en el pasado y<br />
poder acudir con puntualidad, cuando<br />
le conviene, a toda cita. Sin embargo,<br />
como es un hombre un tanto desmemo -<br />
riado, cuando oye sonar las doce en el<br />
silencio de la noche, consulta su reloj<br />
y exclama: ¡Qué casuali dad! También<br />
las doce. Pero después añade sonrien -<br />
te: Claro es que las mías son las de<br />
ayer.”<br />
Se trata, por supuesto, del mismo<br />
Juan de Mairena que habría definido<br />
la poesía como “palabra en el tiempo”<br />
y “diálogo del hombre, de un hombre<br />
con su tiempo”. Y es útil recordar que<br />
Mairena, profesor de gimnasia y retóri -<br />
ca, no habla de la poesía en términos<br />
abstractos: para él escritura y enseñan -<br />
za, creación y educación van de la mano,<br />
y “el deber de un maestro de Poética<br />
consiste en enseñar a sus alumnos a<br />
reforzar la temporalidad de su verso”.<br />
Todo esto, si puedo introducir aquí una<br />
breve nota personal, yo tengo la sensa -<br />
ción de oírlo siempre con la voz de Raúl<br />
Bañuelos. Lector entusiasta de Macha -<br />
do y partidario activo de sus ideas es -<br />
téticas, Bañuelos entiende que la poesía<br />
es no sólo una frecuencia emocional<br />
de particular intensidad, una mirada y<br />
una fe, sino ante todo la conjunción del<br />
tacto y el oído en la constancia más ar -<br />
caica de la naturaleza: la constancia del<br />
ritmo.<br />
El ritmo precede a la realidad y la<br />
rebasa. No sólo está en el mundo des -<br />
de antes que nadie: también es anterior<br />
al mundo y está en el origen de<br />
su existir. Aquí seguirá estando cuando<br />
todo, incluso la tierra misma, sea<br />
polvo nuevamente. De haber fortuna,<br />
un día ese ritmo animará una garganta<br />
individual y hará que profiera soni -<br />
dos que lo signifiquen todo:<br />
Hay palabras que dicen<br />
más de lo que tú podrías decir<br />
con ellas…<br />
Las “veinticuatro horas justas de re -<br />
traso” del reloj de Mairena constituyen<br />
un día de anacronismo con respecto a