Critica 145 - Revista Crítica
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GABRIEL WOLFSON Y OCTAVIO MORENO CABRERA<br />
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mente la poesía parece muy acotada: puedes hablar de tu ombligo, puedes<br />
hablar de la tradición o puedes hablar de que estás escribiendo un poema so -<br />
bre el poema, pero no puedes hablar de nada más. Uno de los discursos más<br />
amordazados, más censurados que hay, fíjate, es la poesía, sobre todo la poesía<br />
en español; creo que la poesía en inglés, o al menos de las tradiciones que<br />
más o menos conozco —no conozco la poesía italiana contemporánea, la fran -<br />
cesa del XX un poco, digamos, pero no, no las conozco—, en el siglo XX la nor -<br />
teamericana no tuvo ningún empacho de tocar absolutamente nada. Pero en<br />
la poesía mexicana parece que todo tenía que ser muy retórico, no podías decir<br />
nada directamente. Y no que haya que decirle cosas a la gente, pero sí creo<br />
que de pronto se convirtió en un discurso muy restringido en el peor de los<br />
sentidos: hay cosas de las que se puede hablar en poesía y hay cosas de las<br />
que no se puede hablar en poesía. Pues no.<br />
—De la misma manera que decías antes que la literatura española tiene<br />
un problema para aceptar su pasado barroco, Octavio piensa que la literatura<br />
mexicana tiene un problema con México. ¿Qué dices?<br />
—Sí, es evidente. Es un tema que se tendría que tocar extensamente.<br />
Pienso que durante muchos años la poesía en México fue una manera de eva -<br />
dir México. Es muy raro: todo mundo habla de la televisión como evasión, y<br />
del entretenimiento como evasión, pero también habría que hablar del arte<br />
como evasión, y creo que para determinados países el arte es una evasión, una<br />
evasión hacia lo sublime si quieres, pero una evasión de tu realidad. Y creo que<br />
la poesía mexicana de los últimos treinta años tiene muy poco que decir, por -<br />
que trabajó como una evasión de su propia realidad: su presente y su contex -<br />
to eran lo más imposible para el poema. Se podía hablar del silencio, del pájaro,<br />
del río, pero no podías hablar de nada más: a eso voy. Creo que la cosa está<br />
empezando a cambiar tanto para bien como para mal, digamos. Por una par -<br />
te, desde hace tiempo los poetas más jóvenes —los nacidos a partir del 76:<br />
Inti García Santamaría, Marisela Guerrero, Rodrigo Flores, Paula Abramo,<br />
Óscar de Pablo, Daniel Saldaña, Yaxkin Melchi o Iván Ortega López— tratan<br />
con mayor naturalidad su contexto; por otra parte, me parece que, de una<br />
manera más artificial, los poetas que durante estos treinta años hablaron de<br />
pajaritos, ante el momento que está viviendo México, se sienten obligados a<br />
hablar de lo que está sucediendo, pero en la mayor parte de los casos lo