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Critica 145 - Revista Crítica

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GABRIEL WOLFSON Y OCTAVIO MORENO CABRERA<br />

124<br />

—Te preguntábamos al principio si La sodomía era poesía o teatro. Y lue -<br />

go has hablado de un yo mascara y de sketches de cabaret. ¿Podrías comentar<br />

un poco toda esa galería de personajes que a veces son masculinos y terminan<br />

siendo femeninos, o al revés, y que parecen personajes encima de un escenario?<br />

Porque, efectivamente, si hacemos un recorrido por los poemas recogidos en<br />

Cabaret Provenza lo que encontramos es una galería de personajes.<br />

—Es un dramatis personae, digamos. Me gusta leer teatro. Creo que ante<br />

esa imposibilidad del yo lo que ha surgido es una proliferación de máscaras<br />

y de personajes… y que tengo tendencia por cierto tipo de personajes. Me gus -<br />

tan mucho esas divas sospechosamente travestis. Finalmente también yo estoy<br />

jugando al travesti, digamos, en la enunciación. Me gusta algún que otro mal -<br />

hechor por ahí, gente sospechosa… pero me gusta mucho la idea del cabaret<br />

porque el cabaret es como el espacio natural del travesti. Y la figura del tra -<br />

vesti me parece una figura básica que queda muy bien con mis poemas, con<br />

mi poética, porque el travesti es una criatura artificial que no pretende natu -<br />

ralidad jamás. El travesti es mero artificio y al mismo tiempo es una superfi -<br />

cie radical: eso es lo que más me interesa del travesti. Creo que ni siquiera los<br />

punks pudieron hacer de la superficie, de la vestimenta, algo al mismo tiempo<br />

tan feroz como un travesti: el grado de desquiciamiento social que puede gene -<br />

rar un travesti aun en estos momentos no lo lograron los punks, que es otra<br />

vestimenta feroz y me gusta mucho. Porque también voy un poco contra la<br />

profundidad… esas cosas que he dicho del yo, de la profundidad, la hondura<br />

y demás… creo que me gusta mucho el juego con la frivolidad y con la super -<br />

ficialidad porque además pienso que el arte, en gran medida, es una superfi -<br />

cie, una forma, una materia, más que un contenido. El contenido es un efecto,<br />

y a lo mejor ahí sí retomo, no quiero resultar chocante, pero retomo un concepto<br />

que me parece más claro al respecto que es el de pliegue, de Deleuze<br />

y Guattari: la idea de que el barroco se puede cifrar en la idea del pliegue,<br />

esta tela drapeada y que siendo superficie da una idea de profundidad o una<br />

sensación de profundidad… Hablamos de otro tipo de superficie, la superficie<br />

del travesti: no es como un transexual, digamos, donde sí hay una operación fí -<br />

sica, corporal. Los travestis, como digo, son criaturas de carne y tela: la tela<br />

adquiere un poder, que en el teatro también adquiere el disfraz, que es pura<br />

superficie, pero en el caso del travesti me interesa esa superficie feroz, esa su -

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