BOLSA DE VALORES DE COLOMBIA S - AMV.

Página N° 25 Tribunal Disciplinario AMV. Sala de Decisión 7. Resolución Nº 05 de 2009.
Así mismo, en criterio de esta Sala de Decisión “7”, a tales operadores les resulta
exigible la máxima diligencia para evitar que la información bajo su custodia
termine en poder de terceros no autorizados, pues, no solamente pueden verse
expuestos a una sanción disciplinaria, sino también a ser demandados
judicialmente por los perjuicios que puedan causar a los titulares de la información.
Así las cosas, debe entenderse que cuando la ley en forma inequívoca expresa
que todo funcionario de una entidad vigilada debe obrar no sólo dentro del
marco de la ley, conforme al principio de la buena fe y atendiendo al interés
público involucrado en el desarrollo de las actividades financiera, bursátil y
aseguradora, es porque parte del supuesto de que las personas físicas que se
desempeñan como operadores son sujetos profesionales, entrenados y
capacitados no sólo en cuanto hace a las materias financieras técnicas
propiamente dichas, sino al cuidado, diligencia y responsabilidad que les resulta
exigible. Con otras palabras, son tales individuos sobre los que descansa en
últimas la confianza en el sistema financiero y de valores.
Por tal motivo, el profesionalismo con la que deben actuar las personas vinculadas
con los intermediarios de valores, resulta ser un tema de la mayor importancia, al
punto que debe estar siempre presente en cualquier actividad realizada en el
ejercicio diario de sus labores.
Tal es la importancia dada por el legislador, que a través de la ley 964 de 2005
creó el Sistema Integral de Información del Mercado de Valores (SIMEV) 48
conformado entre otros por el Registro Nacional de Profesionales del Mercado de
Valores, con el objeto de que en este último, dado el riesgo social y el interés
público que recae sobre la actividad, figuren las personas naturales cuyos cargos
tengan relación con labores de intermediación y que hayan acreditado unos
conocimientos mínimos en la materia, “(…) lo cual se asegura mediante la práctica de
exámenes tanto para el ingreso como para la permanencia. Con esto se busca que las
personas naturales que desempeñen los cargos indicados satisfagan unos mínimos
criterios de idoneidad, elevando la profesionalidad de los participantes y permitiendo
mayores niveles de protección de los inversionistas.” 49 Así como que cuenten con
buena reputación moral y profesional.
Así mismo, el decreto 1565 de 2006 en su artículo 18 obliga a los organismos
autorreguladores para que en el desarrollo de sus funciones, dentro de la que se
cuenta la disciplinaria, tengan en cuenta la promoción del profesionalismo de sus
miembros y personas naturales vinculados a estos.
Por ello, el profesional del mercado de valores debe hacer gala siempre de su
educación, decencia y conocimientos especializados, pues lleva sobre sus
hombros una inmensa responsabilidad, cual es la de generar y mantener intacta la
confianza recibida por parte de las personas que decidieron invertir sus recursos
en el mercado de valores.
Por tal motivo no es extraño el nivel de responsabilidad exigido a este tipo de
profesionales dentro de los que se encuentran los deberes de conducta
planteados dentro del cargo formulado por AMV, cual es el de obrar no sólo dentro
del marco de la ley, sino dentro del principio de la buena fe y de servicio al interés
48 La información que allí reposa tiene el carácter de pública.
49 Exposición de motivos ley 964 de 2005.