Veinte años después.pdf - Ataun
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––¿Os han cortado el paso? ––preguntaron vivamente los dos jóvenes. ––No, señores ––respondieron los lacayos–– y es muy probable que ni siquiera nos hayan visto; los tiros han sonado a unos cien pasos de nosotros, en lo más espeso del bosque, y hemos dado la vuelta para pedir órdenes. ––Mi opinión, y en caso necesario mi voluntad ––dijo el ayo––, es que nos retiremos; ese bosque puede ocultar alguna asechanza. ––¿Nada habéis visto? ––preguntó el conde a uno de los lacayos. ––He visto confusamente algunos caballeros con traje amarillo metiéndose en el río. ––¡Precisamente! ––dijo el ayo––. Hemos dado con una partida de españoles. ¡Atrás, caballeros, atrás!
Consultáronse los jóvenes con la vista, a tiempo que se oyó un pistoletazo, seguido de dos o tres gritos pidiendo socorro. Habiéndose cerciorado por otra mirada de que ninguno de los dos hallábase dispuesto a retroceder, dejaron los jóvenes al ayo dar media vuelta con su caballo, espolearon los suyos hacia adelante, y gritó Raúl: ––¡A mí, Olivain! El conde de Guiche decía: ––¡A mí, Urbano y Blanchet! Y antes de que el ayo volviera de su sorpresa, ambos jóvenes desaparecieron en el bosque. Al tiempo de emprender la carrera cada uno de ellos había disparado una pistola. Cinco minutos después llegaron al sitio de donde parecía salir el ruido. Entonces contu-
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- Page 697 and 698: --¿Y no lo ha hecho? --No. --Enton
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- Page 703 and 704: --Creo, señor conde, que yo debí
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- Page 711 and 712: --¿Hay alguno que traiga una cruz?
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- Page 721 and 722: tomó nuevos informes respecto al d
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- Page 765 and 766: --Adelante. --Hasta el momento --co
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- Page 769 and 770: --Padre --dijo Guiche--, confesad b
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––¿Os han cortado el paso? ––preguntaron<br />
vivamente los dos jóvenes.<br />
––No, señores ––respondieron los lacayos––<br />
y es muy probable que ni siquiera nos hayan<br />
visto; los tiros han sonado a unos cien pasos<br />
de nosotros, en lo más espeso del bosque, y<br />
hemos dado la vuelta para pedir órdenes.<br />
––Mi opinión, y en caso necesario mi voluntad<br />
––dijo el ayo––, es que nos retiremos; ese<br />
bosque puede ocultar alguna asechanza.<br />
––¿Nada habéis visto? ––preguntó el conde<br />
a uno de los lacayos.<br />
––He visto confusamente algunos caballeros<br />
con traje amarillo metiéndose en el río.<br />
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dado con una partida de españoles. ¡Atrás,<br />
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