El curioso impertinente.pdf

El curioso impertinente.pdf El curioso impertinente.pdf

14.05.2013 Views

me parto en una carroza por la posta. CAMILA: Quien os goza, si os pierde, ¿qué sentirá? ANSELMO: Aun mudarme el vestido no me consiente el cuidado del duque. ¿Que habéis llorado? ¿Que a mis cielos he ofendido? CAMILA: ¿Que tan presto os queréis ir? ¿Tan presto os he de perder? ANSELMO: El deseo de volver me precipita el partir. CAMILA: ¿Será presto? ANSELMO: Sí será, pero aunque lo sea, creo que, en vuestra ausencia, el deseo siglos de pena tendrá. Lotario vendrá a mirar por vuestro regalo. CAMILA: ¡Ay, Dios! ¿Pues con otro que con vos en vuestra ausencia he de estar? ANSELMO: Con Lotario sí, a quien fío de mi honor todo el decoro. ¿Eso ignoráis? CAMILA: No lo ignoro, y de su valor confío. Mas como es mozo y galán, y yo nueva en vuestro amor, atemorizan mi honor recelos del qué dirán. ANSELMO: Ya a todo el mundo, testigo de nuestra amistad, le acuerdo que si es tan mozo, es tan cuerdo, si tan galán, tan mi amigo. CAMILA: Yo confieso que me pesa. ANSELMO: Pues divierte ese cuidado, y recíbele en tu estrado, y convídale a tu mesa. Y en esta casa ha de hacerse 52 El curioso impertinente

53 El curioso impertinente lo que él ordenare en todo. CAMILA: Será ansí. (¡Notable modo Aparte de engañarse y de ofenderse!) ANSELMO: De la buena diligencia de Culebro has de fïar, si a escribir puede obligar esta brevedad de ausencia. Los brazos... ¿Lloráis, señora? CAMILA: ¿Pues no tengo de llorar? CULEBRO: (Él se va de aquí a gozar Aparte de otra dama, y ella llora.) ANSELMO: Alégranme estos enojos; adiós. CAMILA: Dejáisme muriendo. Vase ANSELMO CULEBRO: (Y será el llorar fingiendo, Aparte que son de mujer los ojos. El casamiento, a mi ver, cuando bien lo estoy mirando, no es más que estarse engañando un hombre y una mujer.) Vase CULEBRO CAMILA: No me acobardan los gallardos bríos de este ciego que mira con antojos, ni temo al pensamiento ni a los ojos que se han visto mil veces en los míos, pues cuando el uno arroje ardores fríos, y el otro siga inútiles despojos, para vencer cuidados tengo enojos, y tengo honor para buscar desvíos. El verle a la ocasión blandir la espada, que en mí, aunque piedra, tan de toque he sido, mi propio esposo la dejó afilada, tiene en mi pecho el ánimo encogido;

53<br />

<strong>El</strong> <strong>curioso</strong> <strong>impertinente</strong><br />

lo que él ordenare en todo.<br />

CAMILA: Será ansí. (¡Notable modo Aparte<br />

de engañarse y de ofenderse!)<br />

ANSELMO: De la buena diligencia<br />

de Culebro has de fïar,<br />

si a escribir puede obligar<br />

esta brevedad de ausencia.<br />

Los brazos... ¿Lloráis, señora?<br />

CAMILA: ¿Pues no tengo de llorar?<br />

CULEBRO: (Él se va de aquí a gozar Aparte<br />

de otra dama, y ella llora.)<br />

ANSELMO: Alégranme estos enojos;<br />

adiós.<br />

CAMILA: Dejáisme muriendo.<br />

Vase ANSELMO<br />

CULEBRO: (Y será el llorar fingiendo,<br />

Aparte<br />

que son de mujer los ojos.<br />

<strong>El</strong> casamiento, a mi ver,<br />

cuando bien lo estoy mirando,<br />

no es más que estarse engañando<br />

un hombre y una mujer.)<br />

Vase CULEBRO<br />

CAMILA: No me acobardan los gallardos bríos<br />

de este ciego que mira con antojos,<br />

ni temo al pensamiento ni a los ojos<br />

que se han visto mil veces en los míos,<br />

pues cuando el uno arroje ardores fríos,<br />

y el otro siga inútiles despojos,<br />

para vencer cuidados tengo enojos,<br />

y tengo honor para buscar desvíos.<br />

<strong>El</strong> verle a la ocasión blandir la espada,<br />

que en mí, aunque piedra, tan de toque he<br />

sido,<br />

mi propio esposo la dejó afilada,<br />

tiene en mi pecho el ánimo encogido;

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!