Cantabria - Universidad Internacional Menéndez Pelayo

01 de Junio de 2009 | La Verdad de Murcia | Universidad Menéndez Pelayo
Opinión
CAMINOS DEL DÍA
Europa
01.06.2009 - RAMÓN BELLO BAÑÓN
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Eran los griegos -unos de nuestros antepasados culturales, otros fueron los árabes- muy dados al mito: crearon dioses que se
enamoraban entre ellos y que, curiosos por aquello que estaba más allá del Olimpo, se sintieron atraídos por los humanos. El
padre de los dioses, Zeus, resultó ser un enamoradizo compulsivo, siempre presto a entrar en corral ajeno. Para vencer el pudor
de honestas jóvenes se servía de falsas apariencias: lluvia de oro para Dánae, cisne para Leda y toro para Europa. Europa era
una bella niña, hija de Agenor. La raptada Europa le dio tres hijos a Zeus-toro: Minos, Sarpedón y Radamantis. Regresemos del
mito. Cansado de mitinescos lances, de proclamas y vituperio, de aplausos arrancados a la hora del telediario, Europa parece
todavía quedar lejos del interés de los españoles. Siguiendo el itinerario de la confrontación entre los dos grandes partidos
españoles, que tan mal se llevan, se advierte que hablan de todo menos de Europa; que no necesitan convertirse en toro para
seducir al mito lejano y atractivo. Que la pretensión no es otra que la de animar a los votantes para que efectivamente lo sean y no
se amparen en la comodidad de ese dolce far niente de la abstención. Porque la experiencia de otros comicios para la elección de
diputados al Parlamento Europeo, viene enseñando que no es una elección atractiva, pese a (y en esto tienen razón los dirigentes
políticos) que en Bruselas se dirimen cuestiones afectantes al porvenir de los países que integran la Unión Europea. Un grupo de
jóvenes universitarios, entre los que me encontraba, participó el año 1962 en un curso de la Universidad Internacional
Menéndez Pelayo, sobre «Europa en el mundo actual». Recibimos el premio de una visita a las nacientes Instituciones europeas
en ParÍs, Bruselas, Estrasburgo, y Luxemburgo… El encuentro con políticos que estaban colocando los cimientos de lo que hoy es
la Unión Europea era atrayente. Regresamos a España con la lejana esperanza de integrarnos un día en la Europa naciente.
Me sorprende ahora, tantos años después, que el interés que existía entre la juventud estudiosa de mediados del siglo pasado,
por una Europa unida tras la guerra mundial, se haya convertido hoy en apatía hacia lo que representa y significa la Europa
creciente de las libertades.
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01/06/2009