Dilemas éticos en odontología - Universidad Autónoma del Estado ...

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La consciencia es un producto del desarrollo social y no puede existir al margen de la sociedad. El pensamiento abstracto y lógico, vinculado al lenguaje, no sólo permite reflejar el perfil externo, sensorial, de los objetos y fenómenos, sino además, comprender su alcance, sus funciones y su esencia. Sin la comprensión y sin el saber que están unidos a la actividad histórico–social y al lenguaje humano, no hay consciencia. Cualquier imagen sensorial del objeto, cualquier sensación o representación forman parte de la consciencia en la medida en que poseen un determinado sentido en el sistema de conocimientos adquiridos a través de la actividad social. La consciencia también es un complejo de vivencias emocionales basadas en la comprensión que el hombre tiene de la responsabilidad moral por su conducta en la sociedad, estimación que hace el individuo de sus propios actos y de su comportamiento. La consciencia no es una cualidad innata, está determinada por la posición del hombre en la sociedad, por sus condiciones de vida, su educación y se halla estrechamente vinculada al deber. El deber cumplido produce la impresión de “consciencia limpia”; la infracción del deber va acompañada de “remordimientos de consciencia”. La consciencia, como activa reacción del hombre en respuesta a las exigencias de la sociedad, constituye una poderosa fuerza interna de perfeccionamiento moral del ser humano. Libertad Del latín libertatem de liber-libre y tas-estado, que no está preso ni oprimido. En el lenguaje cotidiano de nuestros días la palabra libertad es una palabra llena de prestigio y aparece constantemente formando parte de frases reivindicativas, tanto en el terreno político como en el económico y social: libertad de pensamiento, libertad de imprenta, libertad 264 Sección 5 Conocimiento del hombre de asociación, libertad de enseñanza, libertad de mercado, o bien, libertad de vestir, libertad de elección de profesores, de amigos por parte de los hijos frente a la eventual imposición de sus padres, o viceversa. Por ello también, correlativamente, la palabra libertad suscita recelo, en la medida en que toda reivindicación supone una negación, una – liberación– de un orden o estado de equilibrio vigente (un orden político, económico, familiar) que resiste a esa reivindicación y no siempre por motivos infundados. A veces, el recelo hacia la liberación o el miedo a la libertad puede afectar, no ya a los encargados de custodiar el orden sino a los mismos hombres que quieren liberarse de ese orden (al menos cuando esa liberación consiste en algo así como un salto al vacío). Así habría ocurrido en la época moderna, a raíz de la disolución del orden feudal, Según Erich Fromm, la angustia o el miedo a la libertad puede llegar a conducir, paradójicamente, al deseo de tener un amo, al deseo de un orden rígido y autoritario, inspirado por la dulzura de obedecer, como habría ocurrido durante la época nazi. Esto se debe a que la libertad es como una moneda que al reverso tiene la “responsabilidad” y ya sea en forma individual o grupal, hay quienes prefieren no asumir responsabilidades y dejarse conducir por otros, o de plano, por la voluntad divina: “Que sea lo que Dios quiera”. En cualquier caso, la palabra –libertad–, en abstracto, es uno de los grandes símbolos de nuestra época. Y si como símbolos de la época medieval podrían tomarse los nombres de las tres virtudes teologales: esperanza y caridad; como símbolos de la época moderna tendríamos que poner a los nombres de los tres ideales supremos consagrados por la revolución francesa: libertad, igualdad y fraternidad. Los significados personales, sociales o políticos de la palabra –libertad–, ponen a la idea de libertad en el horizonte del deber ser. Pero hay que constatar también la

aplicación del concepto a situaciones impersonales: libertad se refiere ahora a la característica de algún sistema (diríamos: un ser, más que un deber ser) en tanto está dotado de espontaneidad de acción; una espontaneidad en virtud de la cual parece ser inmune a trabas exteriores: libre se llama al pájaro que vuela fuera de la jaula, o bien a la rueda que gira sobre un eje sin traba (por cierto, a esta rueda se le llama también –loca). Eminentemente se llama libre al individuo dotado, al parecer, de libre arbitrio, que algunos identifican con la facultad de elección, considerándolo como el atributo más relevante de la persona humana, como raíz de su responsabilidad y, por tanto, de su condición de sujeto moral o ético. De acuerdo con Savater, la libertad puede ser entendida en tres formas de complejidad ascendente: a) Libertad como disponibilidad para actuar de acuerdo con los propios deseos o proyectos, que es la forma más común y conocida de ejercer la libertad y que alude a cuando carecemos de impedimentos de cualquier tipo para hacer lo que deseamos, esta acepción incluye no sólo querer e intentar hacer algo, sino también una cierta probabilidad de lograrlo. b) La libertad de querer lo que quiero y no sólo de hacer o intentar hacer lo que quiero. Esta perspectiva es desde luego, más sutil y menos obvia que la anterior, así mi “querer algo” es libre, aunque no tenga ninguna posibilidad de obtenerlo. c) Libertad de querer lo que no queremos y también de no querer lo que de hecho queremos, que es sin duda la forma de libertad más extraña y difícil de explicar y comprender. En su Ética a Nicomaco, Aristóteles lo ejemplifica como aquel, que en una Voluntad travesía marítima arroja al mar los tesoros que sobrecargan su barco, porque de no hacerlo harán que zozobre, es decir “quiere” y decide hacer algo que “no quisiera hacer”. Voluntatem, voluntas, velle desear. Facultad mental que permite escoger o decidir conscientemente lo que uno va a hacer o no hacer. Voluntad es la capacidad para llevar a cabo acciones contrarias a nuestras tendencias inmediatas en un momento dado. Es fundamental para el ser humano. Sin ella, no somos capaces de hacer lo que realmente deseamos, tampoco podemos conseguir los objetivos que nos proponemos, la voluntad es el poder de elección de la conciencia. Es uno de los conceptos más difíciles y debatidos de la filosofía, especialmente cuando los filósofos investigan cuestiones sobre el libre albedrío. La voluntad se define como la capacidad que tiene una persona para decidir si realizar o no una acción determinada, cuando la desea o tiene intención de realizarla. Decidir en base a “querer esto o lo otro” es condición indispensable para que una acción sea voluntaria y de esa manera se distingue de un acto instintivo o reflejo. Entendida así, la voluntad es la capacidad que dirige a las personas, fomentando su vitalidad y dando sentido a su existencia. Estas son las etapas que tienen lugar en una acción voluntaria: • Motivación. Inicialmente ocurre un estímulo que induce a la persona a conseguir su objetivo. Es la sensación de deseo o de rechazo, en función de que el estímulo sea agradable o desagradable. • Racionalización. Mediante el razonamiento, se reúnen los datos necesarios para valorar la necesidad de la acción. Capítulo 27 Entre la consciencia, la libertad y la voluntad 265

aplicación <strong>del</strong> concepto a situaciones impersonales:<br />

libertad se refiere ahora a la característica<br />

de algún sistema (diríamos: un ser,<br />

más que un deber ser) <strong>en</strong> tanto está dotado<br />

de espontaneidad de acción; una espontaneidad<br />

<strong>en</strong> virtud de la cual parece ser inmune a<br />

trabas exteriores: libre se llama al pájaro que<br />

vuela fuera de la jaula, o bi<strong>en</strong> a la rueda que<br />

gira sobre un eje sin traba (por cierto, a esta<br />

rueda se le llama también –loca). Emin<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te<br />

se llama libre al individuo dotado, al<br />

parecer, de libre arbitrio, que algunos id<strong>en</strong>tifican<br />

con la facultad de elección, considerándolo<br />

como el atributo más relevante de<br />

la persona humana, como raíz de su responsabilidad<br />

y, por tanto, de su condición de<br />

sujeto moral o ético.<br />

De acuerdo con Savater, la libertad<br />

puede ser <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dida <strong>en</strong> tres formas de complejidad<br />

asc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te:<br />

a) Libertad como disponibilidad para<br />

actuar de acuerdo con los propios<br />

deseos o proyectos, que es la forma<br />

más común y conocida de ejercer la<br />

libertad y que alude a cuando carecemos<br />

de impedim<strong>en</strong>tos de cualquier<br />

tipo para hacer lo que deseamos,<br />

esta acepción incluye no sólo<br />

querer e int<strong>en</strong>tar hacer algo, sino<br />

también una cierta probabilidad de<br />

lograrlo.<br />

b) La libertad de querer lo que quiero<br />

y no sólo de hacer o int<strong>en</strong>tar hacer<br />

lo que quiero. Esta perspectiva<br />

es desde luego, más sutil y m<strong>en</strong>os<br />

obvia que la anterior, así mi “querer<br />

algo” es libre, aunque no t<strong>en</strong>ga ninguna<br />

posibilidad de obt<strong>en</strong>erlo.<br />

c) Libertad de querer lo que no queremos<br />

y también de no querer lo que<br />

de hecho queremos, que es sin duda<br />

la forma de libertad más extraña y<br />

difícil de explicar y compr<strong>en</strong>der. En<br />

su Ética a Nicomaco, Aristóteles lo<br />

ejemplifica como aquel, que <strong>en</strong> una<br />

Voluntad<br />

travesía marítima arroja al mar los<br />

tesoros que sobrecargan su barco,<br />

porque de no hacerlo harán que<br />

zozobre, es decir “quiere” y decide<br />

hacer algo que “no quisiera hacer”.<br />

Voluntatem, voluntas, velle desear. Facultad<br />

m<strong>en</strong>tal que permite escoger o decidir consci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te<br />

lo que uno va a hacer o no hacer.<br />

Voluntad es la capacidad para llevar a cabo<br />

acciones contrarias a nuestras t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias<br />

inmediatas <strong>en</strong> un mom<strong>en</strong>to dado. Es fundam<strong>en</strong>tal<br />

para el ser humano. Sin ella, no<br />

somos capaces de hacer lo que realm<strong>en</strong>te deseamos,<br />

tampoco podemos conseguir los objetivos<br />

que nos proponemos, la voluntad es el<br />

poder de elección de la conci<strong>en</strong>cia. Es uno de<br />

los conceptos más difíciles y debatidos de la<br />

filosofía, especialm<strong>en</strong>te cuando los filósofos<br />

investigan cuestiones sobre el libre albedrío.<br />

La voluntad se define como la capacidad<br />

que ti<strong>en</strong>e una persona para decidir<br />

si realizar o no una acción determinada,<br />

cuando la desea o ti<strong>en</strong>e int<strong>en</strong>ción de realizarla.<br />

Decidir <strong>en</strong> base a “querer esto o lo<br />

otro” es condición indisp<strong>en</strong>sable para que<br />

una acción sea voluntaria y de esa manera<br />

se distingue de un acto instintivo o reflejo.<br />

Ent<strong>en</strong>dida así, la voluntad es la capacidad<br />

que dirige a las personas, fom<strong>en</strong>tando su vitalidad<br />

y dando s<strong>en</strong>tido a su exist<strong>en</strong>cia.<br />

Estas son las etapas que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> lugar <strong>en</strong><br />

una acción voluntaria:<br />

• Motivación. Inicialm<strong>en</strong>te ocurre un<br />

estímulo que induce a la persona a<br />

conseguir su objetivo. Es la s<strong>en</strong>sación<br />

de deseo o de rechazo, <strong>en</strong> función de<br />

que el estímulo sea agradable o desagradable.<br />

• Racionalización. Mediante el razonami<strong>en</strong>to,<br />

se reún<strong>en</strong> los datos necesarios<br />

para valorar la necesidad de la acción.<br />

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