Dilemas éticos en odontología - Universidad Autónoma del Estado ...
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estas prácticas diciendo que: “No es crueldad infligir sufrimiento a unos cuantos, cuando el beneficio es para muchos”. Es en la antigua Grecia cuando se da un enfoque más “científico” al tratamiento de las enfermedades con Galeno e Hipócrates, quienes dieron los fundamentos de la medicina moderna, al realizar los primeros estudios sobre algunos padecimientos en humanos. Sin embargo, es hasta la época de Andreas Vesalius, médico nacido en Bélgica en el siglo XVI, cuando imparte clases de medicina haciendo él mismo disecciones de cadáveres de humano y de algunos animales, marcando un cambio en la enseñanza de la medicina. De hecho, en la edad media se obtuvieron grandes conocimientos médicos utilizando animales, pero en muchos casos, considerándolos como meros objetos de uso y desuso; tal y como lo hizo René Descartes, quien afirmaba que los animales tenían carencia de pensamientos y de conciencia, concluyendo por tanto, que no poseían la capacidad para sentir dolor. Por otro lado, algunos notables de ese tiempo, ya comenzaban a pensar en la forma en que se hacían los estudios en seres vivos; como ejemplo se tiene que entre las aportaciones de Leonardo Da Vinci (1452–1519), hizo contribuciones a la anatomía con disecciones en perros y gatos, pero predijo que algún día la experimentación en animales sería juzgada como un crimen. Es en los siglos XVII y XVII cuando hombres como Graff, Harvey, Malpighi, Aselli y Haller obtuvieron conocimientos fisiológicos e histológicos a partir de la experimentación con animales, en muchos casos, estando concientes. Sin embargo, Schopenhauer (1788–1860) afirmó en sus ensayos filosóficos que los animales tenían conciencia y podían percibir el dolor. A partir de este momento, comienzan a surgir corrientes de pensamiento que cuestionaron el sufrimiento del animal cambio de la generación de conocimiento; en este sentido, Jeremy Bentham (1748–1832) puso 154 Sección 2 Bioética en claro que la pregunta no era: ¿Pueden razonar?, ¿pueden hablar?, sino más bien: ¿Pueden sufrir? En la segunda mitad del siglo XIX se fundó la Real Sociedad para la Prevención de la Crueldad hacia los Animales en el Reino Unido y específicamente en 1876, ese país aprobó una ley contra la crueldad hacia los animales. Ya entrado el siglo XX, los países de habla inglesa siguieron marcando la pauta en cuanto a legislación a favor de la protección animal, pero hay que aclarar que en el curso de las dos guerras mundiales (1914–1918 y 1939–1945) estos temas y sus logros pasaron a segundo término. En los años de 1960 aparecieron los movimientos en pro de los derechos de las minorías oprimidas que, usando los mismos argumentos hacia los animales, derivaron en los famosos movimientos de liberación animal. Alcanzando su clímax con el filósofo Australiano Peter Singer (nacido en 1946), quien escribió en 1975 su obra Animal Liberation. Singer propuso una ética que, partiendo del hombre, se dirigiera también hacia el resto de los animales. Atacó lo que él llamaba “especismo” o creencia de la superioridad de una especie (el hombre) sobre las demás. Unos cuantos años más tarde, en varias partes del mundo surgió la idea de “los derechos de los animales” cuando en 1978 se proclamó la Declaración Universal de los Derechos de los Animales por parte de la UNESCO y la ONU, afirmando entre otras cosas que los animales tienen derecho a: • Vivir sin hambre y sin sed. • Vivir cómodamente. • Vivir sin sufrimiento y enfermedades. • Expresar un comportamiento normal. • Vivir sin miedo y angustia. De la reseña histórica anterior podría inferirse que actualmente existe toda una serie de lineamientos sobre la ética en el ma
nejo de animales de laboratorio y, aunque la hay, estos no necesariamente son seguidos en todos los países donde se hace investigación o se enseñan asignaturas relacionadas con las áreas biomédicas. Es decir, en muchos lugares todavía se enseña o se investiga utilizando animales sin tomar medidas adecuadas (humanitarias) para su mantenimiento, manejo y sacrificio. Hablar de una ética en el manejo de especies de laboratorio es una utopía en muchos países en vías de desarrollo. Aunque en varios de ellos se trata de seguir las directrices internacionales para la experimentación con los animales, puede afirmarse que existe un retraso de muchas décadas con respecto a los países desarrollados. Se entiende por animal de laboratorio como cualquier especie animal utilizada en experimentación con fines científicos, y en este sentido estos animales pueden utilizarse como: 1. Materia prima, para ser expuesto a variables experimentales, esperando algún resultado. 2. Reactivo biológico, al animal se le considera un sustrato biológico que puede someterse a un tratamiento para observar el producto de esta reacción, siendo capaz de generar una respuesta confiable, reproducible y comparable. 3. Modelo biológico, al extrapolar los resultados de una especie a otra, generalmente el humano, con la finalidad de mejorar los tratamientos ya existentes. Por otra parte también se debe hacer una definición de lo que es la experimentación animal. Según Mrad-De-Osorio y Rosenkranz (1990) y Tobón-Marulanda (1998), este concepto se refiere a todo procedimiento experimental que cause una alteración al estado de bienestar del animal, pudiendo generarle dolor, sufrimiento angustia o malestar. Siempre con el objetivo de evidenciar o aclarar fenómenos biológi- cos en esa especie, sean o no extrapolables al humano. Los diseños más complejos son de tipo clínico; aunque aclaran que no existe un modelo perfecto extrapolable al hombre. Como el lector comprenderá, los conceptos anteriormente mencionados establecen algunos criterios al considerar el manejo de animales de laboratorio, pero no clasifica a éstos considerando los aspectos éticos del uso de especies en el laboratorio. Por esta razón, en muchos casos los aspectos éticos de inclusión de un animal en un experimento quedan a juicio exclusivo del experimentador que diseña el tratamiento pues, o bien tiene que obtener resultados en el corto o mediano plazo para extrapolarlos a los diferentes tratamientos en humanos o, en el menor de los casos, la prontitud en la obtención de resultados sirve al investigador para publicar su investigación en alguna revista científica, lo que redituará en “puntos” para el currículum o la consecución de becas. Esto lleva a dejar de lado, los aspectos éticos al momento de diseñar un experimento, a lo que se suma el que en países como México, en muchas de las instituciones donde se hace investigación, apenas hace unos cuantos años se ha comenzado a integrar comités de bioética que evalúen y vigilen que los animales sean tratados conforme a las disposiciones éticas internacionales. Por otro lado, también surgen problemas cuando al momento de someter un artículo para su publicación en una revista científica, el autor del mismo proviene de un país donde existen diferentes lineamientos de legislación de la ética o que no se siguen al pie de la letra o peor aún, en varios países existen infinidad de leyes que tratan de regular los aspectos éticos del manejo animal y el autor (y los editores) debe decidir a cual seguir para escribir su artículo. Baste como ejemplo que tan solo en Estados Unidos, en el año 2004 se propusieron 2100 leyes concernientes al bienestar animal. Sin embargo en cierta forma esto se trató de resolver en 2006 cuando Capítulo 12 La bioética en el manejo de animales de laboratorio 155
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Es <strong>en</strong> la antigua Grecia cuando se da<br />
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humanos. Sin embargo, es hasta la época de<br />
Andreas Vesalius, médico nacido <strong>en</strong> Bélgica<br />
<strong>en</strong> el siglo XVI, cuando imparte clases de<br />
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cadáveres de humano y de algunos animales,<br />
marcando un cambio <strong>en</strong> la <strong>en</strong>señanza de<br />
la medicina. De hecho, <strong>en</strong> la edad media se<br />
obtuvieron grandes conocimi<strong>en</strong>tos médicos<br />
utilizando animales, pero <strong>en</strong> muchos casos,<br />
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y desuso; tal y como lo hizo R<strong>en</strong>é Descartes,<br />
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Da Vinci (1452–1519), hizo contribuciones<br />
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Malpighi, Aselli y Haller obtuvieron conocimi<strong>en</strong>tos<br />
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Schop<strong>en</strong>hauer (1788–1860) afirmó<br />
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t<strong>en</strong>ían conci<strong>en</strong>cia y podían percibir el dolor.<br />
A partir de este mom<strong>en</strong>to, comi<strong>en</strong>zan a surgir<br />
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<strong>en</strong> claro que la pregunta no era: ¿Pued<strong>en</strong><br />
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¿Pued<strong>en</strong> sufrir?<br />
En la segunda mitad <strong>del</strong> siglo XIX se<br />
fundó la Real Sociedad para la Prev<strong>en</strong>ción<br />
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país aprobó una ley contra la crueldad hacia<br />
los animales.<br />
Ya <strong>en</strong>trado el siglo XX, los países de habla<br />
inglesa siguieron marcando la pauta <strong>en</strong><br />
cuanto a legislación a favor de la protección<br />
animal, pero hay que aclarar que <strong>en</strong> el curso<br />
de las dos guerras mundiales (1914–1918<br />
y 1939–1945) estos temas y sus logros pasaron<br />
a segundo término. En los años de<br />
1960 aparecieron los movimi<strong>en</strong>tos <strong>en</strong> pro<br />
de los derechos de las minorías oprimidas<br />
que, usando los mismos argum<strong>en</strong>tos hacia<br />
los animales, derivaron <strong>en</strong> los famosos movimi<strong>en</strong>tos<br />
de liberación animal. Alcanzando<br />
su clímax con el filósofo Australiano Peter<br />
Singer (nacido <strong>en</strong> 1946), qui<strong>en</strong> escribió<br />
<strong>en</strong> 1975 su obra Animal Liberation. Singer<br />
propuso una ética que, parti<strong>en</strong>do <strong>del</strong> hombre,<br />
se dirigiera también hacia el resto de los<br />
animales. Atacó lo que él llamaba “especismo”<br />
o cre<strong>en</strong>cia de la superioridad de una<br />
especie (el hombre) sobre las demás. Unos<br />
cuantos años más tarde, <strong>en</strong> varias partes <strong>del</strong><br />
mundo surgió la idea de “los derechos de<br />
los animales” cuando <strong>en</strong> 1978 se proclamó<br />
la Declaración Universal de los Derechos de<br />
los Animales por parte de la UNESCO y la<br />
ONU, afirmando <strong>en</strong>tre otras cosas que los<br />
animales ti<strong>en</strong><strong>en</strong> derecho a:<br />
• Vivir sin hambre y sin sed.<br />
• Vivir cómodam<strong>en</strong>te.<br />
• Vivir sin sufrimi<strong>en</strong>to y <strong>en</strong>fermedades.<br />
• Expresar un comportami<strong>en</strong>to normal.<br />
• Vivir sin miedo y angustia.<br />
De la reseña histórica anterior podría<br />
inferirse que actualm<strong>en</strong>te existe toda una<br />
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