conjunto <strong>de</strong> armas celtibéricas que vienen a sumarse a otros materiales <strong>de</strong> la misma filiación localizados, como veremos, en las zonas serranas que venimos analizando (Lorrio 2007a: 226-227; 2007b: 247-250, fig. 7; Lorrio et al. 2009: 29). Por su parte, La Atalaya es un imponente cerro amesetado con un <strong>de</strong>stacado control visual sobre el entorno. Ha proporcionado un foso tallado en la roca caliza localizado en el interior <strong>de</strong>l yacimiento, <strong>de</strong>fendiendo la zona más alta o acrópolis, asociado a una muralla <strong>de</strong> mampostería que completaría la <strong>de</strong>fensa natural <strong>de</strong>l cerro. Los trabajos <strong>de</strong> prospección llevados a cabo en 1996 nos permitieron recuperar abundante material cerámico en la zona oriental <strong>de</strong>l poblado, muy afectada por actuaciones incontroladas, fechado <strong>de</strong> forma mayoritaria en el siglo v a.C. 21 Pudimos recabar, a<strong>de</strong>más, información relativa al hallazgo en la zona más alta <strong>de</strong>l poblado <strong>de</strong> materiales que remiten a los siglos inmediatamente anteriores al cambio <strong>de</strong> era, <strong>de</strong>stacando algunos <strong>de</strong> filiación celtibérica, como una fíbula <strong>de</strong>corada con cabezas <strong>de</strong> lobo en el puente (Lorrio 2007c: 58, fig. 2,7) y otra <strong>de</strong>l tipo <strong>de</strong> jabalí. El foso, tallado en la roca, se abre a partir <strong>de</strong>l cortado que <strong>de</strong>limita el poblado por el sur. Presenta sección en ‘U’, con una anchura <strong>de</strong> 5 m y una altura <strong>de</strong> unos 3,30, fortificando la zona <strong>de</strong> la acrópolis hacia el oeste (unas 0,25 ha), quedando así separada <strong>de</strong>l resto <strong>de</strong>l poblado (fig. 9, B). La obra se complementó con una potente muralla, cuyos <strong>de</strong>rrumbes ro<strong>de</strong>an la acrópolis por el norte, y la <strong>de</strong>fensa natural <strong>de</strong>l cerro, por el este y el sur. Aunque resulta difícil ofrecer una interpretación satisfactoria a partir <strong>de</strong> los datos <strong>de</strong> prospección, cabe la posibilidad <strong>de</strong> relacionar estas obras con la presencia <strong>de</strong> materiales <strong>de</strong> filiación celtibérica, igualmente registrados en diversos yacimientos <strong>de</strong> la zona (Punto <strong>de</strong>l Agua, El Molón y Cabeza Moya). Se trata <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminados tipos <strong>de</strong> armas (sobre todo puñales biglobulares, en algún caso asociados con espadas <strong>de</strong> La Tène, pero también alguna espada <strong>de</strong> antenas) o <strong>de</strong> fíbulas (principalmente los mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> caballito y <strong>de</strong> la variante <strong>de</strong> jinete, así como zoomorfas <strong>de</strong> jabalí o <strong>de</strong>coradas con cabezas <strong>de</strong> lobo) que ponen <strong>de</strong> manifiesto la estrecha vinculación <strong>de</strong> esta zona con el referido ámbito, relaciones que, hacia el este, alcanzarían al menos la margen <strong>de</strong>recha <strong>de</strong>l tramo medio <strong>de</strong>l río Turia. Se trata <strong>de</strong> elementos <strong>de</strong> prestigio y <strong>de</strong> claro valor i<strong>de</strong>ológico, que en la sociedad céltica peninsular <strong>de</strong> los siglos iii-i a.C., son en muchos casos un claro indicio <strong>de</strong> celtiberización (Almagro-Gorbea 1994-1995: 18-19), permitiendo suponer la existencia <strong>de</strong> elites ecuestres celtibéricas establecidas en la zona, 22 las cuales controlarían los poblados, <strong>de</strong> tipo castreño, localizados en los rebor<strong>de</strong>s montañosos <strong>de</strong> las comarcas <strong>de</strong> Requena-Utiel y los Serranos, como Cabeza Moya, El Molón, Punto <strong>de</strong> Agua y La Atalaya. 21. Mata et al. (2001: 325) adscriben este yacimiento, al que <strong>de</strong>nominan La Atalaya II, al Ibérico Pleno I (siglo v-inicios <strong>de</strong>l iv a.C.). 22. Esta sería al menos la interpretación que para las fíbulas <strong>de</strong> jinete propone Almagro-Gorbea (1994-1995: 13-14 y 19; Almagro-Gorbea y Torres 1999: 66-67) y que cabe hacer extensible a los otros objetos citados. Alberto J. Lorrio, Fosos en los sistemas <strong>de</strong>fensivos <strong>de</strong>l Levante ibérico (siglos viii-ii a.C.) La mayor parte <strong>de</strong> las piezas mencionadas remiten a un momento que situamos entre finales <strong>de</strong>l siglo iii y mediados <strong>de</strong>l i a.C., aunque algunos indicios muestran influjos <strong>de</strong>l ámbito céltico meseteño ya en los siglos prece<strong>de</strong>ntes, lo que no <strong>de</strong>be extrañar, dada su posición geográfica, a caballo entre las tierras <strong>de</strong> la Meseta y el Sistema Ibérico, por un lado, y el Levante, por otro (Lorrio 1999: 262, fig. 1,10). Resulta tentador suponer que uno <strong>de</strong> estos grupos hubiera ocupado La Atalaya, que sería por entonces un <strong>de</strong>spoblado, realizando importantes obras <strong>de</strong> fortificación en la zona <strong>de</strong> la acrópolis, la más fácilmente <strong>de</strong>fendible, aunque más difícil es relacionar tal presencia con alguno <strong>de</strong> los importantes acontecimientos militares que afectaron a estas tierras <strong>de</strong>l interior valenciano en los siglos previos al cambio <strong>de</strong> era, al menos mientras no se realicen excavaciones arqueológicas en el yacimiento. Sabemos que estas comarcas participaron <strong>de</strong> forma activa en los acontecimientos que tuvieron como escenario la Península Ibérica entre finales <strong>de</strong>l siglo iii y el i a.C., como confirma el oppidum <strong>de</strong> Los Villares, la antigua Kelin, don<strong>de</strong> se ha <strong>de</strong>tectado un nivel <strong>de</strong> <strong>de</strong>strucción generalizado <strong>de</strong> finales <strong>de</strong>l siglo iii a.C., aunque este núcleo urbano se recuperaría durante la centuria siguiente, llegando incluso a acuñar su propia moneda, para <strong>de</strong>saparecer, <strong>de</strong>finitivamente, durante las guerras sertorianas (Mata 1991: 194-195; 2000: 38; Ripollès 2001). En el caso <strong>de</strong> El Molón tales episodios tuvieron como resultado la realización <strong>de</strong> importantes remo<strong>de</strong>laciones en las <strong>de</strong>fensas <strong>de</strong>l oppidum, <strong>de</strong>stacando la construcción <strong>de</strong> dos torres <strong>de</strong> flanqueo en la puerta principal hacia finales <strong>de</strong>l siglo ii o inicios <strong>de</strong>l i a.C., posiblemente en relación con las guerras sertorianas (Lorrio 2007a: 218). Algo más al norte <strong>de</strong> la zona analizada se sitúa El Castillo <strong>de</strong> Bercolón (Tuéjar), junto al Turia, en su margen <strong>de</strong>recha. De este interesante yacimiento tan solo contamos con la información <strong>de</strong> Bonet y Mata (1991: 24, fig. 9.1; vid. Moret 1996: 472), que i<strong>de</strong>ntificaron un complejo sistema <strong>de</strong>fensivo a partir <strong>de</strong>l reconocimiento superficial <strong>de</strong> la obra, con muralla, un torreón y un foso que presenta 2 m <strong>de</strong> profundidad, 6 <strong>de</strong> ancho y 40 <strong>de</strong> largo y discurre paralelo a la muralla, protegiendo la única vertiente accesible (fig. 9, C). Aunque no hay información sobre la cronología <strong>de</strong>l sitio y sus <strong>de</strong>fensas, la cercanía con los yacimientos analizados permite su análisis conjunto, confirmando que en estos territorios <strong>de</strong> los rebor<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la Meseta el foso se configura como un elemento habitual en los sistemas <strong>de</strong>fensivos <strong>de</strong> época prerromana. Un ejemplo interesante <strong>de</strong> lo dicho lo tenemos en otros asentamientos castreños <strong>de</strong> la Baja Serranía Conquense, como El Toril (Fuentelespino <strong>de</strong> Moya), un pequeño poblado con un perímetro amurallado <strong>de</strong> unos 1.500 m 2 , perteneciente al Hierro II, aunque con materiales <strong>de</strong>l Bronce Pleno y época islámica (fig. 10, 1). Se sitúa en la cima y la<strong>de</strong>ra septentrional <strong>de</strong> una cresta que constituye el bor<strong>de</strong> meridional <strong>de</strong> una amplia meseta, habiéndose i<strong>de</strong>ntificado dos fosos, que dispuestos <strong>de</strong> forma paralela, <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rían la zona sureste, la más accesible (fig. 10, 2-3). El foso 1 está ubicado al pie <strong>de</strong> un potente torreón, documentado 74 <strong>Revista</strong> d’Arqueologia <strong>de</strong> <strong>Ponent</strong> 22, 2012, 59-86, ISSN: 1131-883-X
Alberto J. Lorrio, Fosos en los sistemas <strong>de</strong>fensivos <strong>de</strong>l Levante ibérico (siglos viii-ii a.C.) Fig. 10. El Toril: 1-2, planta <strong>de</strong>l poblado (1, perímetro amurallado; 2, torreón; 3, foso 1; 4, foso 2; 5, terrazas; 6, <strong>de</strong>rrumbe; 7, estructuras extramuros); 3, sección <strong>de</strong> los fosos. Vistas <strong>de</strong>l foso 1, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el suroeste (4), y <strong>de</strong>l foso 2, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el noreste, con la ‘estela’ clavada en su interior (5). <strong>Revista</strong> d’Arqueologia <strong>de</strong> <strong>Ponent</strong> 22, 2012, 59-86, ISSN: 1131-883-X 75
- Page 1 and 2:
22 2012 Edició Patrocini
- Page 3 and 4:
Paisatge vegetal i gestió del comb
- Page 5 and 6:
The vegetation landscape and fuel m
- Page 9 and 10:
Sílvia Vila Moreiras Raquel Piqué
- Page 11 and 12:
Sílvia Vila Moreiras, Raquel Piqu
- Page 13 and 14:
Sílvia Vila Moreiras, Raquel Piqu
- Page 15 and 16:
Sílvia Vila Moreiras, Raquel Piqu
- Page 17 and 18:
Sílvia Vila Moreiras, Raquel Piqu
- Page 19 and 20:
Sílvia Vila Moreiras, Raquel Piqu
- Page 21 and 22:
Sílvia Vila Moreiras, Raquel Piqu
- Page 23 and 24: Sílvia Vila Moreiras, Raquel Piqu
- Page 25 and 26: Sílvia Vila Moreiras, Raquel Piqu
- Page 27 and 28: Sílvia Vila Moreiras, Raquel Piqu
- Page 29 and 30: Sílvia Vila Moreiras, Raquel Piqu
- Page 31 and 32: Sílvia Vila Moreiras, Raquel Piqu
- Page 33 and 34: Sílvia Vila Moreiras, Raquel Piqu
- Page 35: Sílvia Vila Moreiras, Raquel Piqu
- Page 38 and 39: Joan Ferrer i Jané et al., Aportac
- Page 40 and 41: Joan Ferrer i Jané et al., Aportac
- Page 42 and 43: Joan Ferrer i Jané et al., Aportac
- Page 44 and 45: Joan Ferrer i Jané et al., Aportac
- Page 46 and 47: Joan Ferrer i Jané et al., Aportac
- Page 48 and 49: Joan Ferrer i Jané et al., Aportac
- Page 50 and 51: Joan Ferrer i Jané et al., Aportac
- Page 52 and 53: Joan Ferrer i Jané et al., Aportac
- Page 54 and 55: Joan Ferrer i Jané et al., Aportac
- Page 56 and 57: Joan Ferrer i Jané et al., Aportac
- Page 58 and 59: Joan Ferrer i Jané et al., Aportac
- Page 60 and 61: que en muchos casos pueden aparecer
- Page 62 and 63: analizando su uso en el mundo indí
- Page 64 and 65: Alberto J. Lorrio, Fosos en los sis
- Page 66 and 67: Alberto J. Lorrio, Fosos en los sis
- Page 68 and 69: protegiendo el único acceso identi
- Page 70 and 71: Alberto J. Lorrio, Fosos en los sis
- Page 72 and 73: Alberto J. Lorrio, Fosos en los sis
- Page 76 and 77: a partir de los importantes derrumb
- Page 78 and 79: extensible al resto de las tierras
- Page 80 and 81: estar razonablemente seguros de est
- Page 82 and 83: Bibliografía AbAd, l. (2004). La A
- Page 84 and 85: lorrio, A. J., AlMAGro-GorbEA, M. y
- Page 87 and 88: Eva Parga-Dans Estructura y desafí
- Page 89 and 90: Eva Parga-Dans, Estructura y desaf
- Page 91 and 92: Eva Parga-Dans, Estructura y desaf
- Page 93 and 94: Eva Parga-Dans, Estructura y desaf
- Page 95 and 96: Eva Parga-Dans, Estructura y desaf
- Page 97 and 98: Eva Parga-Dans, Estructura y desaf
- Page 99 and 100: Eva Parga-Dans, Estructura y desaf
- Page 103 and 104: Arturo Pérez-Almoguera Núria Rafe
- Page 105 and 106: Arturo Pérez-Almoguera et al., La
- Page 107 and 108: Arturo Pérez-Almoguera et al., La
- Page 109 and 110: Arturo Pérez-Almoguera et al., La
- Page 111 and 112: Arturo Pérez-Almoguera et al., La
- Page 113 and 114: Arturo Pérez-Almoguera et al., La
- Page 115 and 116: Arturo Pérez-Almoguera et al., La
- Page 117 and 118: Arturo Pérez-Almoguera et al., La
- Page 119 and 120: Josep Casas Victòria Soler Element
- Page 121 and 122: Josep Casas, Victòria Soler, Eleme
- Page 123 and 124: Josep Casas, Victòria Soler, Eleme
- Page 125 and 126:
Josep Casas, Victòria Soler, Eleme
- Page 127 and 128:
Josep Casas, Victòria Soler, Eleme
- Page 129 and 130:
Josep Casas, Victòria Soler, Eleme
- Page 131 and 132:
Josep Casas, Victòria Soler, Eleme
- Page 133 and 134:
Josep Casas, Victòria Soler, Eleme
- Page 135 and 136:
Josep Casas, Victòria Soler, Eleme
- Page 137 and 138:
Josep Casas, Victòria Soler, Eleme
- Page 139 and 140:
Josep Casas, Victòria Soler, Eleme
- Page 141:
Josep Casas, Victòria Soler, Eleme
- Page 144 and 145:
Joan Ferrer i Jané, Śaleitaŕtin:
- Page 146 and 147:
Joan Ferrer i Jané, Śaleitaŕtin:
- Page 148 and 149:
Joan Ferrer i Jané, Śaleitaŕtin:
- Page 150 and 151:
Joan Ferrer i Jané, Śaleitaŕtin:
- Page 153 and 154:
Joan Llinàs Josep Maria Nolla Jord
- Page 155 and 156:
Joan Llinàs et al., El sitjar del
- Page 157 and 158:
Joan Llinàs et al., El sitjar del
- Page 159 and 160:
Joan Llinàs et al., El sitjar del
- Page 161 and 162:
Joan Llinàs et al., El sitjar del
- Page 163 and 164:
Joan Llinàs et al., El sitjar del
- Page 165 and 166:
Joan Llinàs et al., El sitjar del
- Page 167 and 168:
Joan Llinàs et al., El sitjar del
- Page 169 and 170:
Joan Llinàs et al., El sitjar del
- Page 171 and 172:
Marta Morán Álvarez Les ocupacion
- Page 173 and 174:
Marta Morán Álvarez, Les ocupacio
- Page 175 and 176:
Marta Morán Álvarez, Les ocupacio
- Page 177 and 178:
Marta Morán Álvarez, Les ocupacio
- Page 179 and 180:
Marta Morán Álvarez, Les ocupacio
- Page 181 and 182:
Marta Morán Álvarez, Les ocupacio
- Page 185:
22 2012 El futur del Museu d’Arqu
- Page 188 and 189:
col·laboració en els treballs de
- Page 190 and 191:
ecent o remot. 1 Si aquests museus
- Page 192 and 193:
passat que demostren que no són un
- Page 194 and 195:
i competències en els quals basar
- Page 196 and 197:
El Museu d’Arqueologia de Catalun
- Page 198 and 199:
2. Consolidar la Xarxa territorial
- Page 200 and 201:
En quina direcció va el sistema mu
- Page 202 and 203:
Council Recommendation on policies
- Page 204 and 205:
ect. Per altra banda, es va encolom
- Page 206 and 207:
de caràcter històric, per una ban
- Page 208 and 209:
En aquest context la Llei de museus
- Page 213 and 214:
Crònica científica Memòria de l
- Page 215 and 216:
Crònica científica del Carme, del
- Page 217 and 218:
Crònica científica Intervencions
- Page 219 and 220:
Crònica científica Figura 3. Resu
- Page 221 and 222:
Crònica científica Institució /
- Page 223 and 224:
Crònica científica Direcció: Dav
- Page 225 and 226:
Crònica científica 70. MonEstir d
- Page 227 and 228:
Crònica científica Direcció: Jor
- Page 229:
Crònica científica Romanes 54. cA
- Page 233 and 234:
Recensions pendiente: una inclusió
- Page 235 and 236:
Recensions web, blogs, asociaciones
- Page 237 and 238:
Recensions la historia social ha si
- Page 239 and 240:
Recensions las que en mayor o menor
- Page 241 and 242:
Recensions textos de catorze invest
- Page 243 and 244:
Recensions Les troballes espectacul
- Page 245 and 246:
Recensions Però el que resulta mé
- Page 247 and 248:
Recensions col·legues historiadors
- Page 249 and 250:
Recensions social són indestriable
- Page 251 and 252:
Recensions Patrimoni Cultural Basc
- Page 253 and 254:
Recensions palmente en estudios sob
- Page 255:
Recensions partir del registre mate
- Page 258 and 259:
tre i sis paraules clau, text, note
- Page 260 and 261:
the name of the author(s), a summar