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Harry Potter and The Deathly Hallows - Gif Animados

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CAPÍTULO 30. EL DESPIDO DE SEVERUS SNAPE 341<br />

<strong>Harry</strong> cerró los ojos, y cu<strong>and</strong>o la cicatriz latió eligió hundirse de nuevo en la mente de<br />

Voldemort. Se movía a lo largo de un túnel en la primera cueva. Había escogido asegurarse<br />

de que el guardapelo estaba bien antes de ir a... pero no le llevaría mucho tiempo...<br />

Se oyó un golpe en la puerta de la sala común y cada uno de los Ravenclaw se quedó helado.<br />

Desde el otro lado, <strong>Harry</strong> oyó la suave y musical voz que surgía del picaporte en<br />

forma de águila.<br />

“¿Adónde van los objetos Desaparecidos?”<br />

“¿Y yo que sé? !Cállate!” gruñó una voz inculta que <strong>Harry</strong> conocía como la del hermano<br />

de Carrow, Amycus, “¿Alecto? ¿Alecto? ¿Estás allí? ¿Le tienes? !Abran la puerta!”<br />

Los Ravenclaw susurraban entre ellos, aterrorizados. Luego sin ninguna advertencia,<br />

hubo una serie de fuertes golpes, como si alguien disparara un arma contra la puerta.<br />

“¡ALECTO! Si viene, y no tenemos a <strong>Potter</strong>. ¿Quieres seguir el mismo camino que los<br />

Malfoy? !CONTÉSTAME!” bramó Amycus, sacudiendo la puerta con todas sus fuerzas,<br />

pero ni aun así la puerta se abrió. Los Ravenclaw estaban todos en la parte de atrás, y<br />

algunos de los más asustados echaron a correr por las escaleras hacia sus camas. Luego,<br />

justo cu<strong>and</strong>o <strong>Harry</strong> se estaba pregunt<strong>and</strong>o si debía o no abrir la puerta de golpe y Aturdir<br />

a Amycus antes de que el mortífago pudiera hacer algo más, una segunda voz mucho más<br />

familiar se oyó detrás de la puerta.<br />

“¿Puedo preguntar que está usted haciendo, Profesor Carrow?”<br />

“!Intento... conseguir... traspasar esta maldita... puerta!” gritó Amycus. “!Ve y traéme<br />

a Flitwick! !Obligueles a abrirla, ahora mismo!”<br />

“¿Pero no está su hermana ahí?” preguntó la Profesora McGonagall. “¿No Profesor?<br />

Flitwick la dejó ahí esta tarde más temprano, ante su urgente petición ¿Quizás ella podría<br />

abrirle la puerta? Entonces no necesitaría despertar a medio castillo.”<br />

“!No contesta, vieja escoba! !Abrala! !Demonios! !Hágalo ahora!.”<br />

“Si de verdad lo desea” dijo la profesora McGonagall, con gran frialdad. Se oyó un<br />

geltil golpe de la aldaba y la voz musical preguntó otra vez.<br />

“¿Adónde van los objetos Desaparecidos?”<br />

“A la no existencia, lo que quiere decir, al todo,” replicó la profesora McGonagall.<br />

“Muy bien expresado” respondió la aldaba en forma de águila, y la puerta se abrió suavemente.<br />

Los pocos Ravenclaw que se habían quedado atrás corrieron rápidamente hacia las<br />

escaleras cu<strong>and</strong>o Amycus apareció en el umbral, bl<strong>and</strong>iendo su varita. Encorvado como<br />

su hermana, tenía una cara pálida y fofa y ojos diminutos, que cayeron de inmediato sobre<br />

Alecto, extendida inmóvil en el suelo.<br />

Dejó escapar un grito de furia y miedo.<br />

“¿Qué habéis hecho, jovencitos?” gritó. “Voy a imponer la Maldición Cruciatus a un<br />

buen montón de ellos hasta que me digan quién lo hizo... ¿y qué voy a decirle al Señor<br />

Oscuro?” chilló, de pie sobre su hermana y golpeándose la frente con el puño, “¡No lo<br />

tenemos, se han ido y la han matado!”<br />

“Sólo está Aturdida,” dijo impaciente la profesora McGonagall que se había inclinado<br />

para examinar a Alecto. “Se pondrá bien.”<br />

“¡No lo creo!” bramó Amycus. “¡No después de que el Señor Oscuro acabe con ella!

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