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Harry Potter and The Deathly Hallows - Gif Animados

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CAPÍTULO 28. EL ESPEJO PERDIDO 321<br />

y abajo, haces de luz de las varitas de los mortifagos que buscaban volaban a lo largo de<br />

la calle.<br />

“¡Vamos sin más!” susurró Hermione. “¡Desaparezcamos ahora!”<br />

“¡Excelente idea!” dijo Ron, pero antes de que <strong>Harry</strong> pudiera responder, un mortifago<br />

grito, “¡Sabemos que estas aquí, <strong>Potter</strong>, y no hay salida posible! ¡Te encontraremos!”<br />

“Estaban preparados para nosotros,” susurro <strong>Harry</strong>. “Montaron ese hechizo para que<br />

les avisara cu<strong>and</strong>o vinieramos. Supongo que han hecho algo para mantenernos aquí, atraparnos...”<br />

“¿Y que hay de los dementores?” habló otro Mortifago. “¡Dadles rienda suelta, ellos<br />

los encontrarán rapidamente!”<br />

“El Señor Oscuro no quiere a <strong>Potter</strong> muerto por ninguna mano que no sea la suya...”<br />

“¡... los dementores no le matarán! El Señor Oscuro quiere la vida de <strong>Potter</strong>, no su<br />

alma. ¡Será más fácil de matar si ha sido Besado antes!”<br />

Se produjeron muestras de conformidad. El pavor inundó a <strong>Harry</strong>, para repeler a los<br />

dementores tendrían que hacer Patronus que les descubrirían inmediatamente.<br />

“¡Vamos a tener que intentar desaparecer, <strong>Harry</strong>!” susurró Hermione.<br />

Mientras lo decía, sintió ese frió antinatural extendiéndose por la calle. La luz fue<br />

succionada del ambiente, hasta las estrellas se desvanecieron. En medio de la oscuridad,<br />

sintió a Hermione tomar y sujetar su brazo y juntos, se dieron la vuelta en el lugar.<br />

El aire por el que necesitaban moverse, parecía haberse vuelto solidó. No podían desaparecerse,<br />

los mortifagos habían realizado bien sus encantamientos. El frió penetr<strong>and</strong>o<br />

mas y mas profundamente en la carne de <strong>Harry</strong>. Ron, Hermione y él retrocedieron hacia<br />

atrás por la calle lateral, <strong>and</strong><strong>and</strong>o a tientas a lo largo de la pared, intent<strong>and</strong>o no<br />

hacer ruido. Entonces, a la vuelta de la esquina, deslizándose silenciosamente, llegaron<br />

los dementores, diez o más de ellos, visibles porque eran de una oscuridad más densa<br />

que sus alrededores, cubiertos con sus negras capas y con sus manos en descomposición<br />

y con pústulas. ¿Podían detectar miedo en las cercanías? <strong>Harry</strong> estaba seguro de ello.<br />

Parecían estar acercándose mas rápido ahora, con esas pesadas y ruidosas respiraciones<br />

que detestaba, prob<strong>and</strong>o la desesperación en el aire, acercándose...<br />

Alzó su varita. No podía, no sufriría el beso de los dementores, sin importar lo que<br />

ocurriera después. Era en Ron y Hermione en lo que pensaba mientras susurraba, “¡Expecto<br />

Patronum!”<br />

El ciervo plateado surgió de su varita y embistió. Los dementores se dispersaron y se<br />

oyó un grito triunfante en alguna parte fuera de vista.<br />

“¡Es él, allá abajo, allá abajo, he visto su Patronus, era un ciervo!”<br />

Los dementores se habían retirado, las estrellas destellaban de nuevo y los pasos de los<br />

mortifagos se hacían mas fuertes, pero antes de que <strong>Harry</strong> en su pánico pudiera decidir<br />

que hacer, se oyó un rechinar de goznes cerca, una puerta se abrió en el lado izquierdo de<br />

la estrecha calle, y una voz áspera dijo: “¡<strong>Potter</strong>, aquí adentro, rápido!”<br />

Obedecieron sin vacilación, los tres se apresuraron a través del umbral abierto.<br />

“¡Escaleras arriba, dejáos la capa puesta, manteneos en silencio!” murmuró una figura<br />

alta, pas<strong>and</strong>o junto a ellos mientras salía a la calle y cerr<strong>and</strong>o la puerta tras él.<br />

<strong>Harry</strong> no había tenido ni idea de donde se metían, pero ahora veía, a la luz temblorosa<br />

de una simple vela, reconoció el mugriento suelo recubierto de aserrín del bar de la posada

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