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Harry Potter and The Deathly Hallows - Gif Animados

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CAPÍTULO 16. EL VALLE DE GODRIC 182<br />

de tres o más estudiantes o la creación de cualquier sociedad estudiantil no oficial.<br />

De todas estas cosas, <strong>Harry</strong> dedujo que Ginny, y probablemente Neville y Luna con<br />

ella, estaban haciendo todo lo que podían para continuar con el Ejército de Dumbledore.<br />

Estas escasas noticias hicieron que <strong>Harry</strong> deseara ver a Ginny tan desesperadamente como<br />

cu<strong>and</strong>o deseas que se te cure pronto un dolor de estómago; pero también le hizo pensar<br />

en Ron otra vez, y en Dumbledore, y en el mismo Hogwarts, que había extrañado casi<br />

tanto como a su ex-novia. De hecho, mientras que Phineas Nigellus hablaba acerca de las<br />

medidas de Snape, <strong>Harry</strong> experimentó un pequeño segundo de locura al imaginarse simplemente<br />

regres<strong>and</strong>o a la escuela para unirse a la desestabilización del régimen de Snape:<br />

est<strong>and</strong>o bien alimentado, y con una cómoda cama, y otras personas haciéndose cargo de<br />

todo; parecía la más maravillosa propuesta del mundo en ese momento. Pero luego recordó<br />

que era el Indeseable Número Uno, que había un precio de diez mil galeones sobre su<br />

cabeza, y que estar en Hogwarts en esos días era tan peligroso como estar en el Ministerio<br />

de Magia. Sin darse cuenta, Phineas Nigellus enfatizaba este hecho al dejar caer preguntas<br />

casuales acerca de dónde estaban <strong>Harry</strong> y Hermione. Cada vez que lo hacía, Hermione lo<br />

envolvía nuevamente en la bolsa de cuentas, y Phineas Nigellus invariablemente rehusaba<br />

reaparecer hasta varios días después de esas despedidas tan poco ceremoniosas.<br />

El clima se volvió más y más frío. No se atrevían a permanecer en un lugar demasiado<br />

tiempo, aunque permanecían en el sur de Inglaterra, que era una dura región. El frío era<br />

la peor de sus preocupaciones, así que continuaron err<strong>and</strong>o arriba y debajo de la región,<br />

desafi<strong>and</strong>o la falda de una montaña, donde el aguanieve aporreó la tienda; una amplia y<br />

plana ciénaga, donde la tienda se inundó con agua fría; y una pequeña isla en medio de<br />

un lago, donde la nieve cubrió la tienda hasta la mitad durante la noche.<br />

Habían comenzado a colocar árboles de Navidad con luces parpadeantes en algunas<br />

ventanas del salón antes de que llegara la noche, cu<strong>and</strong>o <strong>Harry</strong> decidió sugerir, de nuevo,<br />

lo que le parecía la única ruta sin explorar que les quedaba. Acababan de terminar una<br />

inusual merienda: Hermione había ido al supermercado bajo la Capa de Invisibilidad<br />

(dej<strong>and</strong>o escrupulosamente el dinero dentro de una caja registradora abierta antes irse), y<br />

<strong>Harry</strong> pensó que podría estar más persuadible de lo normal con el estómago lleno, gracias<br />

a los espagueti boloñesa y a las peras enlatadas. También había tenido la previsión de<br />

sugerir que tomaran algunas horas de descanso de llevar el Horrocrux, que estaba colg<strong>and</strong>o<br />

sobre la cama a su lado.<br />

“¿Hermione?”<br />

“¿Mmm?” Estaba acurrucada en un de los sillones combados con Las Aventuras de<br />

Beedle el Bardo. No podía imaginar cuanto tiempo más iba a estar pegada al libro, que<br />

no fue, después de todo, demasiado; pero evidentemente aún estaba descifr<strong>and</strong>o algo en<br />

él, porque El silabario del Hechicero permanecía abierto en un brazo del sillón.<br />

<strong>Harry</strong> se aclaró la garganta. Se sentía exactamente como en aquella ocasión, algunos<br />

años atrás, cu<strong>and</strong>o tuvo que preguntarle a la Profesora McGonagall si podía ir a Hogsmeade<br />

de todas formas, a pesar del hecho de no haber persuadido a los Dursley de firmar<br />

su permiso.<br />

“Hermione, he estado pens<strong>and</strong>o, y...”<br />

“<strong>Harry</strong>, ¿podrías ayudarme con algo?”<br />

No parecía haberle escuchado. Se inclinó frente a él y le extendió Las Aventuras de<br />

Beedle el Bardo.<br />

“Mira este símbolo” dijo, apunt<strong>and</strong>o al encabezado de la página. Sobre lo que <strong>Harry</strong><br />

suponía que era el título de la historia (siendo incapaz de leer runas, no podía estar

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