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tfiOQ-TQ


DISCURSO<br />

S O B R E L O S M E D I O S<br />

DE FOMENTAR LA INDUSTRIA ESPAÑOLA<br />

C O N T E N E R Ó R E P R IM IR E L C O N T R A B A N D O .<br />

Escribíalo el diputado por la provincia de C á diz á las<br />

presentes Cortes de iSio y 1 8 2 1<br />

T>ON JOSE M ANUEL DE VADILLO.<br />

Y<br />

M A D R I D :<br />

£N LA IMPRENTA DE LA CALLE DE LA GKEDA.<br />

A cargo de su recente doa Cosme M artinez.<br />

1 8 2 1 .


lìi:<br />

•Är-,<br />

\\<br />

AÆÂ.'.'îea-AiîTTgiKW -j j 0^ sa<br />

/ -i -i • ?' ‘ il i / " .<br />

. y jí íi - ‘rtii.;) :,Tj hr.n’.'i:-í(i - .j (-■' UmÚ^í j; I<br />

.tur.<br />

V , - i í í i '4a )t '<br />

X»ia^'.iK'~i c,C. ^TLiVlli'ii!,. V.-'u<br />

Ä C '* '-- 4. ^«.V<br />

/, v .; ^<br />

Í-. h<br />

, : :'¡)i(i/. ..■ ^<br />

.1 t a 3Ja ? :i H‘ i í'iif.q.Yi / ,1 4Î.I<br />

'it! ;;• / . .- . vr. 9^0 - ,: ,::Íj .-• . ; : A,<br />

. • ; i


A .u n q u e corno dip utado creo llen ar mis debe­<br />

res m anitestando, se g u a lo he hecho y haré siem pre,<br />

francam ente mis ídeas , y votando sin o tra c o n iid e -<br />

racion que la de la ju s tic ia y u tilid ad general , todav<br />

ía me p arece estar o b ligad o á co n trib u ir adem as en<br />

cuanto pueda de cu a lq u ier m odo al acierto de la ul-.<br />

terio r resolución de algunos asuntos d e la m ayo r im ­<br />

p ortan cia. E n tre estos o cu p a lu g a r m u y señalado el<br />

fom ento de la industria nacional y la represión del<br />

contrabando. SÍ artícu lo s reglam entarios m al concebi­<br />

dos ó expresados en tiem p o del gobierno francés que<br />

mas se em peñó en fa v o re cer la industria de su pais,<br />

b astaro n , según C h a p ta l ( i ) , p ara estobar nada menos<br />

que p or e l esp acio de un siglo el p rogreso de la mis­<br />

m a industria á cu y o beneficio se d irigían ¡cu á n p recavid<br />

os y circunspectos no deberem os ser nosotros en<br />

d icta r a h ora los nuestros a cerca de una m ateria don­<br />

de la cien cia d e la adm inistración debe guardarse mas<br />

bien de in terven ir dem asiado que de in terven ir p o ­<br />

c o ! (2) H allán dose pues pen dien te y som etida á la de­<br />

term inación de las C o rte s extraord in arias la reform a<br />

de aranceles d e ad u a n a s, que tanto puede in flu ir en<br />

la suerte de nuestra industria de todo género , e x ­<br />

pondré las reflexiones que estim o co n ven ien tes, p o c<br />

si de a lg o valiesen en lo que á ellos conciern e , y las<br />

extenderé á algunas otras co sa s, que sino pertenecen á<br />

la redacíon de a ra n c e le s, deben co op erar con esta al lo ­<br />

g ro del objeto a p etecid o . P ara e llo reuniré algunos datos<br />

y noticias que no tendrían cabida en ningún discurso<br />

pron unciado en e l C ongreso, porq ue aunque conexas e n - ,<br />

(i) Discurso preliminar á su tratado sobre la industria france<br />

(*) E l mismo en la previa explicación del plan y m n i/i<br />

dicha obra. E sta doctrina es conforme á la de todos lq?^¡<br />

economistas, y á la de todos los hombres de razoo. '


tre s í , seria inoportuno acin arlas en la discusión de un<br />

p u n to s u e lto , ó en tiem po y ocasion que no corresp on­<br />

d ie s e , y porque la prem ura de las circunstanciáis exige<br />

que se econom ice el tiem po a llí. N o es tal mi org u llo que<br />

d eje de conocer q u e , pagando el tributo natural de la<br />

lim itación hunaana que nos com prende á to d o s, m u y<br />

bien podré equivocarm e en mis opiniones. A ser a¡»i por<br />

d esgracia , espero que se disim ule en obsequio del puro<br />

celo que me anim a lo que falte á mi ilustración , ó<br />

q u izás sea efecto de la p recip itació n con que escribo eti<br />

los pocos instantes lib res de otras o cu p acio n e s, no<br />

habiéndom e d ecidido á tom ar la plum a hasta que leí<br />

el a rtícu lo co m u n icad o , que se insertó en el p eriód i­<br />

c o titu lad o el Universal los dias l o y 1 1 de A g o sto<br />

últiíno , donde tan fuertem ente se insiste en el rig o r<br />

d el sistem a p roh ib itivo de m anufacturas estra n g e ra s,<br />

com o único recurso á que ha de apelarse en los aran ­<br />

celes de aduanas para el enunciado fin de aum en tai<br />

nuestra industria y extin g u ir el contrabando.<br />

J u zg o de tal en tidad y trascendencia esta cuestión,<br />

que abundando yo com o el que mas en los p rop ios<br />

deseos y m iras benéficas del autor del referid o artícu lo<br />

com un icado , y de cuantos co n recta inteticion sigan<br />

su d ic tá m e n , pienso que debe an alizarse detenidam en­<br />

te bajo todos sus aspectos , para rio exponernos a un<br />

e rro r fatal que produjese resultados contrarios á la com<br />

ún felicid ad á que aspiram os. " U n buen sistem a de<br />

ad u an as, d ice C h a p t a l, ( i ) es acaso el problem a mas<br />

d ifíc il de resolver entre todos los que presenta la ad­<br />

m inistración pública. T rata se de co n ciliar intere'>es<br />

o p u e s to s , y com o esto es im posible-, en -cualquiera ley<br />

que se m edite se ofenden los de una clase fa vo recien ­<br />

d o á los de o tr a , y el legislad or se vé siem pre c o lo ca ­<br />

d o entre la aprobación y U censura. E l a g ricu lto r d e -<br />

{t) Cap. 15^ parte 4.^ del meacionado tratado.


sea que se prohíba ó recargue de derechos la im p o r­<br />

tación de todos los productos que el suelo francés p u e­<br />

de subm inistrar á las fábricas y á los consum os a li­<br />

m enticios í el fabricante , p ara prosperar en su indust<br />

r i a , quiere la lib re introducción de m aterias p rim e­<br />

ras que concurran con las del p a is , y q u e no se ad ­<br />

m itan objetos m an u factu rad o s: el c o m e rc ia n te , cu yo<br />

Ínteres es m overlo to d o , so licita que se deje entrar y<br />

sa lir sin trabas y sin im puestos todo lo que es de la<br />

esfera del c o m e rc io : al co n s u m id o r, que no pretende<br />

sino supt-irse á bajo p r e c io , solo le contenta la p ro ­<br />

h ib ició n de exp o rta r cuan to producen el suelo y la<br />

in d u stria p r o p ia , y que en concurren cia de ello se<br />

adm itan tam bién los objetos análogos que vienen de<br />

paises estran geros: el g o b ie rn o , que cuen ta el p rod u c­<br />

to de aduanas en el núm ero de sus a rb itrio s, se h alla<br />

precisad o á m antener la legislación de ellas p ara no<br />

p riv a r a l E rario de una renta necesaria. P o r m ed io de<br />

estos intereses opuestos tiene que abrirse cam ino el le­<br />

g is la d o r , y com o le es im posible com binarlos todos,<br />

debe buscar otras bases para cim entar sus fa llo s ”<br />

¿Y cu áles son estas otras bases? ¿Serán generales y co­<br />

munes á todas las naciones, tiem p os y circunstancias? L o s<br />

ro m a n o s, que instruidos con la sabiduría de los siglos<br />

que les p re ced ie ro n , y con sus taientos y estudio p ro ­<br />

p io , llegaron á p erfeccion ar la ju risp ru d en cia en térm<br />

inos que han pasado y pasarán p o r m aestros de ella<br />

para cuantos pueblos de la tierra les han sucedido y<br />

habrán de su c e d e rle s, establecieron p o r regla que to ­<br />

d a defin ic'on en d erech o c iv il era p eligrosa , porque<br />

p o co hay en él que no pueda subvertirse, Y si tal era<br />

la desconfianza de unos hom bres versadísim os en materia<br />

que tanto hablan p ro fu n d izad o , á que todos Jos<br />

pueblos anteriores hablan dedicado sus conatos de que<br />

se aj)rovecharon los rom anos , y que era de tan uni­<br />

v e rsal ínteres, ¿cóm o podrán establecerse cánones ín -


variables en puntos de econom ía p o íír lc a , que es una<br />

ciencia tan m oderna? A s i es que el mismo C h a p ta l,<br />

decidiéndose p o r las p rohibiciones d e ia m anera y con<br />

los requisitos que en adelante exam in arem o s, no se<br />

atrevió á sentar p or axiom a que las que él reputaba<br />

útiles en F r a n c ia , lo fuesen igualm ente en otras naciones.<br />

“ L a agricu lu tu ra , el com ercio y las m anufac­<br />

tu r a s , d ic e , ( i ) son las tres p rin cip ales fuentes de la<br />

prosperidad p ú b lica ; pero no á todas las naciones lla­<br />

ma la n atu raleza á darles los m ism os grad os de desenvolvim<br />

ien to : la situación fís ic a , la riqueza del suelo,<br />

el estado de las lu c e s , el carácter de los habitantes<br />

designan el puesto que cad a una debe o c u p a r.,. P o r<br />

n o ser de mi p r o p ó s ito , me abstendré de la indagación<br />

de si el sistem a prohibitil^o , aun tan m oderado<br />

y restricto com o lo prop on e C h a p t a l, es ó no con­<br />

veniente á la F ran cia , si bien no puedo menos de in ­<br />

d icar que autores tan insignes com o aquel y de su m is­<br />

m a nación lo reprueban abiertam ente. P o r todos ellos,<br />

que son m uchos , citaré únicam ente á Penchet (2 ) que<br />

asegura, “ que en general el sistem a p ro h ib itivo es p e­<br />

lig r o s o , porque es un corrosivo p o lítico que mina la<br />

in d u stria , y p erju d ica notablem ente á los progresos<br />

d e la n e va g a cio n .,,<br />

C o m o quiera que esto sea relativam ente á F ran ­<br />

c i a , y o debo contraerm e á la ap lica ció n que semejan<br />

tes p rin cip ios puedan tener en E spañ a , atendido<br />

su actual estado. A ntes es indispensable hacerm e c a r­<br />

g o del rum or v u lgar de los que a p oyan la necesidad<br />

d el sistema p roh ib itivo en la m ayor p o b la c io n , in­<br />

dustria fabril y agricu lto ra que se supone haber h a ­<br />

bid o en la n a ció n , cu ya decadencia atribuyen á la relajación<br />

ó abandono de d ich o sistem a. ¿ E s p o r veutu-<br />

(1) Plan y motivos de la obra.<br />

(2) Introducción al diccionario de geografía m ercantil, impreso<br />

el a&o de 1799 à 800.


(?)<br />

ra cosa tan averigu ada que E sp añ a lia ten id o en<br />

o tro s tiem pos m ayor p o b la c io n , in d u stria fa b ril y<br />

a g ric u k o ra que a h o r a , y que la d e c a d e n c ia , si la ha<br />

h a b id o , provien e de la causa que se design a? R ecor­<br />

ram os brevem ente la h istoria p ara nuestro desengaño;<br />

y d ig o b re v e m e n te , porque habiendo tocado este p u n ­<br />

to con su acostum brada d estreza don A n to n io C a p m a-<br />

n í en sus cuestiones crítica s , no m e ha d ejad o que<br />

h a cer sino a lleg ar algunos argum entos que él om itió.<br />

E l p ru rito d e en salzar lo pasado y d ep rim ir lo<br />

presente que y a observó H o r a c io , y ha contagiado<br />

y contagiará probablem ente á m uchos hom bres de todas<br />

regio n es y e d a d e s, m ovió sin duda a l filósofo H um e<br />

á in vestigar que realidad tuviese la p ersu asión, entre<br />

algu n os tan v a lid a , de que las naciones a n tig u a s , es­<br />

p ecialm ente d e griegos y ro m a n o s, contasen m ayor<br />

p o b lacio n que las m odernas 5 y despues del mas re­<br />

fle x iv o exam en co n co p iosa y exquisita eru d ició n v ino<br />

á d ed u cir que era d el tod o infundada. A h o ra bien,<br />

si á p esar de la m em oria y vestigio s de tantas ciuda­<br />

des y m onum entos suntuosos com o nos han quedado<br />

d el tiem p o de los rom anos en E s p a ñ a , no debem os creer<br />

q u e esta tuviese entonces m ayor p oblacion que en<br />

la a c tu a lid a d , principalm ente considerando la opresion<br />

en que caian los paises conquistados y colon ias m ilitares<br />

de aquellos ¿ lo creerem os del tiem p o en que de<br />

Jos bárbaros d ei norte que d espedazaron el im perio<br />

r o m a n o , algunos fijaron aqui su residencia , y con<br />

e l l a , según sus usos y co stu m b re s, el d esprecio de las<br />

artes y d el c o m e rc io , e l am or á la g a n a d e ría , y una<br />

gro sera la b o r , á lo menos en las dos terceras parres<br />

d e tierras que se ap ro p ia ro n ? ¿ ó nos lo figurarem os<br />

duran te ia encarn izada g u e rra de och o siglos con los<br />

m ah om etan os, en que se dieron mas de cu atro m il ba­<br />

tallas , sin h acer m ención de las escaram uzas casi dia­<br />

r ia s , ni de ios frecuentes com bates que entre sí solian


tener los mismos p rín cipes crlstíaito«? E l crecid o nú­<br />

m ero de soldados y aun de habitantes que en este pe­<br />

ríodo se velan en algunas de nuestras p rovin cias de<br />

levan te y m ediodía no podrá fascinar al que co n o zca<br />

la corra exten sloa de ellas respecto á toda la penín­<br />

sula , los continuos refu erzos de hom bres que les lle­<br />

gaban de A fr ic a , y sobre todo e l om inoso feudalism o<br />

que se fue desplegan do á la p a r de la g lo rio sa res­<br />

tauración de la m on arquía.<br />

E n e fe c to , ¿qué Invención mas opuesta que el<br />

feudalism o á la m u ltip licación de la esp ecie hum ana?<br />

D e g rad a d a esta en g e n e r a f, sin estím ulo para el (tra­<br />

bajo y la in d u s tria , y entregada á la m erced de los<br />

pocos que á títu lo de señores se hablan ad ju d icad<br />

o todo el honor y riq u ezas, ¿cóm o habla de me­<br />

d rar en tan absurdo descon cierto? ¿Se alegará que los<br />

señores cuidaban de p o b lar los terrenos que de cu alq<br />

u ier m odo adquirían ? ¿ P e ro dónde están esos pue­<br />

blos de algú n nom bre ó consideración fundados p o r<br />

los señores? ¿qué señales ó recuerdos ilustres y distinguidos<br />

nos conserva de ellos la fa m a , asi com o los<br />

conserva de a lg u n o s , no y a solo de fundación de los<br />

rom anos y de los á ra b e s , sino aun de los fen icios y<br />

cartagineses? E xistien d o tantos m onasterios y conven ­<br />

tos erigid os p o r los señores ¿no habrían de existir<br />

tam bién las grandes ciudades ó pueblos que les^ debiesen<br />

su origen ? ¿ y cuándo 6 cóm o pudieron estos<br />

fo rm arse? N o seria en los tres prim eros siglo s de la<br />

invasión se rra cén ica , que fu eron los de m ayor ap u ro<br />

y conflicto p ara E s p a ñ a , com o lo prueba el haber<br />

tenido don V erem undo que trasladar á fines del siglo<br />

d ie z la co rte desde L e ó n á A s tu r ia s , buscando asilo<br />

en que poner á salvo su gente de los triunfos d e A l -<br />

raanzor. T am p oco serla en los dos siglos siguientes;<br />

pues aunque mas felices los cristianos p o r lo que en<br />

ellos adelantaron la reconquista , tod avía fueron ta -


k s .las y ic b ltu d c s de la g u erra , y la inconstancia d e<br />

la fortim ay qtie en el sig lo doce hubieron de su frir los<br />

descalabros de Hue


( l o )<br />

les los tributos que pagaban en aquellos para satisfacer<br />

otros m enores en e s to s , defraudando asi de sus ren ­<br />

tas á la c o r o n a , ó séase al E s ta d o , y transform arlas<br />

luego en derechos dom inicales que iiltim am ente .se<br />

han yam ad o p restacion es, y pretendídose que em ana­<br />

ban de verdaderas y legitim as propiedades. E l des­<br />

orden era y a tan extrem ad o á p o co m as d e un siglo<br />

despues de ia batalla de las N avas de T o lo sa , que e!<br />

R e y don A lon so X I á p etición de las C o rte s de V a -<br />

lla d o lid del ano de 13 2 5 hubo de verse precisado á<br />

m an dar " q u e los que m orasen en ias nuestras ciu d a-<br />

d a d e s , v illa s y lugares puedan librem ente lab rar y esq<br />

u ilm ar sus tierras y heredades que han y tienen en<br />

las tierras y lugares de a b a d en go s, orden y señoríos,<br />

y puedan vender sus h ered ad es, y que no les sean to ­<br />

m ados ni em bargados sus bienes m uebles por ven ir á<br />

m orar en tie rra re a le n g a , pagan do los derechos fo re ­<br />

ros que debieren p agar p o r las d ich as heredades á las<br />

d ich as órdenes y abadengo ó señoríos d o estuvieren ;<br />

• y esto que lo fagan a n s í, y so pen a de la nuestra<br />

m erced ninguno sea osado de ios im p e d ir.,, Sin duda<br />

p a ra elu d ir esta le y exigiero n los señores juram ento<br />

á los iiabitantcs de sus pueblos en que se ligasen á<br />

no sa lir de e l lo s , con sum isión á varias penas si lo<br />

e je c u ta b a n , p o r lo que don Juan I , á p etición de las<br />

C o rte s de Segovia d e 1 3 8 6 , ord en ó q u e sean nulas<br />

las penas que sobre sí im ponen aun c o n ju ra m e n to los<br />

que se obligan á v iv ir en tie rra de señorío , atraídos<br />

de las esenciones q ye se les co n ceden , y mandamos qus<br />

no sean prendados por ellas los bienes que en el señorío<br />

tuviesen cuando quieran venirse á realaigo. Seducían sin<br />

em bargo á algunos las esen cio n e s, p o r lo que fue n e­<br />

cesario co rta r el m al de r a iz , y en las C o rte s de V a -<br />

lla d o lid de 1 4 5 1? celebradas en tiem po de don Juan II,<br />

se dispuso con este objeto , que nadie conceda á los<br />

q u e vengan á v iv ir en su tie rra esencion de p a g a r los


( l O<br />

tributos , p ich o ? y derechos r e a le s , so pena de que lo*<br />

señores que concedan esta franqueza paguen el doDÍo, y<br />

los vasallos que traten de d isfrutarla la paguen coa las se­<br />

tenas, y que sean ejecutadas en sus personas y bienes don­<br />

de quiera q u esean habivioi. T mandamos que los nuestros<br />

vasallos no usen de tales esenciones so pena d j la nu:s~<br />

tra merced y de confiscación de sus bienes para la nu3S~‘<br />

tra cá-nara^ y sea>i traídos á la Corte-pura que sean cas~<br />

timados como personas que deniegan á su rey^ sus pe^<br />

ehos y derechos. R ep itien do sustaneialm ente e>to< p re­<br />

ceptos los reyes católicos p o r p ragm ática de 28 de<br />

O ctu b re de 1 4 8 0 , dada én M edin a del C a m p o , impusieron<br />

graves penas á toda persona de cu alq u ier es­<br />

tado , condicion , preem inencia ó dignidad que fuese,<br />

grande ó c a b a lle r o , que im pida á los vecinos de cu al­<br />

qu ier pueblo asi de realengo , com o de abadengo ó r­<br />

denes , señorío ó b e h e tr ía , e l que se pasen á v iv ir<br />

á o t r o , y llevarse sus bienes ó arren darlos ó que se<br />

Ies com prcn y ^ritionden & c . ( i ) . N o es m enester gran<br />

reflexión p ara penetrarse de cuán lejos de influir en<br />

el aum ento de ia p oblacion de E spañ a habrá estado,<br />

un m étodo , p o r el cu al perjudicándose solam ente al-<br />

erarlo p ú b lic o , ni se traian habitantes de paises e x ­<br />

traños , ni aun se consentía siquiera á los del prop io<br />

la libertad natural de dom iciliarse donde mas les a c o ­<br />

m odara, p ara prop orcion arse m ejor su subsistencia p o r<br />

los escasos m edios que les dejaba la co d icia im bécil<br />

de aquellos que se los d evoraban.<br />

Si fuese cierto lo que en su conservación de monarquías<br />

afirm a N a v a r r e te , y en las seis expulsiones<br />

que ha habido en E sp añ a de m oros y ju d ío s h ubiesen<br />

salido tres m illon es de personas de los prim eros y<br />

do< de los segu n d o s, g q u é 'te n d ría de r a r a , sin necesi­<br />

dad de otra cau sa, la desp oblación , de que aquel autor<br />

(i) L eyes i . 1. 3. y 6. tít. 26. lib. 7 . de la N ovis. Recop.-


( “ )<br />

se lam entaba durante el reinado de F e lip e I I I eíi que<br />

escribía , y en el que se echaron los m oriscos en n ú ­<br />

m ero de 800 á g oo'il p erso n as, según se d ic e ? A u n ­<br />

que no sea fá c il ca lc u la r la progresión con que c re ­<br />

ce la poblacion en un p eríod o d e te rm in a d o , porq ue<br />

$e h alla sujeta á notables diferencias que en cada pais<br />

penden de m uchas causas físicas y m orales ( i ) , sin<br />

em bargo no deberá reputarse exagerado el que la sa­<br />

lid a de los ju d ío s , m oros y m oriscos haya podido p rod<br />

u cir en la p oblacion de E spañ a un vacio del dup<br />

lo del núm ero de los e x p u lso s; m ayorm ente si «e<br />

atien de á que el prim er destierro de los ju d ío s sube<br />

á la fech a del reinado de Sisebuto á p rin cip io s del<br />

sig lo 7 ° . , y á que ellos y los m oriscos eran p o r lo<br />

com ún las gentes mas laboriosas y acaudaladas d cl reí-<br />

H o, y entre las cuales de consiguiente debia ser may<br />

o r la prop agación . N o hablaré del efe cto que debió<br />

sentirse en la península por el m ach o núm ero de e s ­<br />

pañ oles que de>de el descubrim iento, de las Indias han<br />

pasado á ellas , porque en dictám en de ü s ta riz y otros<br />

econoin ib tas, C'.to ha sido mas bien favorab le que con«<br />

tra rio á la poblacion de E s p a ñ a , com o lo infieren de<br />

ser las mas pobladas aquellas provincias de donde ha<br />

id o á la A m érica m as g e n te , la cual enriqueciéndose<br />

a llá , auxiliab a á sus fam ilias de acá para m ejorar de<br />

fortu na. T am p oco hablaré de las pestes , enferm edades<br />

y sequías que tantos estragos han hecho en la na­<br />

c ió n , porque según la d octrina de M a lth u s , cuando se-<br />

m ejentes calam idades ocurren donde ó h ay sobrante de<br />

poblacion,« ó ia que hay no tiene cóm oda -subsistencia<br />

, pronto se r e p a ra n , y á -veces con v e n ta ja , las<br />

p é rd id a s, por e l m ayor estím ulo y prop orcion que que­<br />

da á los que sobreviven á eHas p ara m atrim onios que<br />

( i ) E l que quiera tomar alguna i^^ea d e la variedad de estos<br />

«cálculos, puede leer el cap. i. de los anales estadísticos de los £ s-<br />

‘tados Üuiiios de A m ír ic a , por Adam Seybert«


antes no podían contraer. P e ro jcó in b podr^ |)rescm-»<br />

d ir de que en el siglo catorce tom ó su m ayor vu elo ,<br />

sino n a ció , la am ortización eclesiástica y c iv il; de que<br />

. en el siglo quince los infelices reinados' de don-Juan II<br />

y E n rique IV . pusieron la monacquía* en tai coitibus*i<br />

tio n , que paremia el cam po de Agrauiante^ó d e la 'd ’ti-<br />

c o r d ia , la cual refiere H ernando del P u lgar en l a g a r ­<br />

ta que desde M ad rid escribió el año de i473'Qr-obÍi»-<br />

p o de C o ria , d eaa de T o le d o " s o iire las m uertes,«robos<br />

, q u em as, i n j u r i a s a s o n a d a s , d^safios ,<br />

juntam ientos de g e n te s , rotu ras-que cad a dia se f a -<br />

cen abiindauter en diversas p;u?te& d el reino ,- é ’^sori<br />

pi)r nuestros pecador de tan m ala calid ad é tantas en<br />

cantidad que T r o g ó Pom peo ternia a>az que facer ea<br />

recontar solam ente las acaecidas en uti m ^ s„ ; de que<br />

lanzados de todo e l reino los m oros y lo» ju d ío s i '<br />

fines del mismo sig lo ', se levantó el m onstruo h orren ­<br />

do de la inquisición tan enem iga d e la ap licació n y<br />

e l sabfic, y cuyos furores contra las 5o o S fam ilias, que<br />

según L ló ren te han sido sus v íc tim a s , se ejercieron<br />

principalm en te desde :su establficiinieato. ^n 1 4 8 1 has­<br />

ta acabarse el sig lo dit¿z y s e is ; d e '^ u e en et& mi^mo<br />

s ig lo 'd ie z y seis- se añadió ;la continiKicion de-ías giuení<br />

ras de Ita lia com enzadas en. el a n te r io r , las .de F la n -<br />

d e s , la de las com ualdades y g e rm a n e ría s, las expe­<br />

dicion es á la costa de B e r b e r ía , la destrucxion de la<br />

escuadra in v en cib le, y^exorbitantes tributoü doblem en­<br />

te ruinosos p o r su e n tid a d , y p o r.e l m étodo d « 'ia n -<br />

p osicion y cobranza.? ' ■ . . .<br />

2 Q u e .e x tra ñ o es que obrando poderosam ente á lá<br />

v e z todas estas causas de m iseria y devolacion sdbre la<br />

triste E spañ a en el sig lo d ie z y seiii, fu ese y a -ta l su^<br />

despoblación á principios del d iez y siete’, qu< el C onsejo<br />

R eal , aunque c o n fe sa n d o 'q u e en -ó rro s , reinoSf<br />

y provincias de la corona no era tan grande com o<br />

en C astilla., y que aun en esta había en algunas partes


( h )<br />

y en especial en la C o r t e , exceso de gente que seria<br />

conveniente traspalarla á otras p a rte s , aseguró en la<br />

consulta que elevó al R e y el ano de 1 6 1 9 ( 1 ) , que d i­<br />

c h a deispoblacioa y fa lla de gente era la m ayor que se»<br />

halóla visto . . ni oid oien estos reinOvS? L o extrañ o es que<br />

se iviagin en 'algun os que esta d espoblaciop, que se e x p e -<br />

rim encaba á p rin cip io s del sig lo d ie z y s ie te , era p or<br />

h aber, d esaparecido ia m ucha gente que hu..o desde<br />

fines del siglo quince hasta los d el d ie z y seis.<br />

(^omo v in o -y dei>apareció .de repente tal m uchedum bre<br />

de habitantes? ¿C om o es com patible este p rod igio co n<br />

K) qué v^i expuesto d e ia situación de E spañ a en el men­<br />

cionado p la z o , que enhorabuena será si se quiere Ja<br />

época de la g lo ria de nuestras arm as y bellas arres y<br />

le tr a s , Ip cu al iiabrá deslum brado á m uchos creyen d o<br />

q ie por lo m ism o deberá haberlo sido tam bién de nues­<br />

tra m ayop p o b la d o u y o p u len cia? . .<br />

V D , Sancho d e M o n ead a , que escrib ía su restaura-<br />

íion política ih España el m ism o año que el C onsejo su<br />

co n su lta , nos d ice que entonces se contaban en E sp aña<br />

seis m dloncs de personas de o d io á nueve q u e'h a-<br />

bla tenido a n te s ,,c u y o an tes, com o observa C ap m an i,<br />

no p u e ílc: referirse sino ¿ ese p lazo que. se nos su p o ­<br />

ne da tíhica poblacion , • ia que vem os que según este<br />

econom ista. UD pasaba d.e och o ;l.nueve m illones. M as el<br />

cron ista de estos reinos R o d rig o M éndez S ilv a , que<br />

pOsjo desipues de M on ead a, esto e s , por los años d e<br />

p u blicó su obra th o lá d a Poblacion general d¿ Es-<br />

paHj, d.i notic'.a de la que habla én ias prin cip ales ciu ­<br />

dades y Villas del re in o , y por su relación se vé que<br />

com putadas unas cou o tra s, no era m enor de la que<br />

tie n e n 'e a el dióL D e-buena gana me hubiera dedicado<br />

al cotejo^ í^i hubiese tenido tiem po para operacion tan<br />

p ro lija , ;«y i^iJel com puto de M en d ez S ilva estuviera he-,<br />

jhi ■<br />

( i) E í la co m e p t^ a por Navarrete ^ año de 1624.


ch o p o r habitantes en lu g a r de estarlo ^ om o lo 'ifttá p o r<br />

vecin o s, lo que es bastante eq u ívo co ó fa lib le , p o m o<br />

h allarse bien resuelto cuantas personas deban estim arse<br />

eu Ja casa ó fuinilia de cada vecin o ( i ) . E n s e g u id a de<br />

todos estos cóm p u tos, viene el d e don M ig u e l A lvaréX '<br />

O so rio y R ed in , escritor del tiem po de C a rlo s I I , cu an ­<br />

d o agravados hasta lo sum o los m ales d e la m onar­<br />

q u ía habia esta llegad o á su m ayor ñ a q u e z a , y a seg u -<br />

rándonos que en otras épocas contó e lla sétenta y ocíio<br />

m illones de iiab ita n tes, se queja de que á la sa z ó n -n o tc-<br />

nia m as que catorce (2). ¿C om o e^ que de tres auto ­<br />

res de un mismo s ig lo , el uno nos dice que al p rin cip<br />

io de él solam ente habia en E spañ a sei.'» m illones de<br />

hab itan tes, el otro que á su m itad habiá d o c e , poco<br />

mas ó m enos, y el o tro que al concluirse habia catorce,<br />

siendo asi que las causas de la despoblación cada v e x se-<br />

fu eron aum entando en el m ism o sig lo ? C la ro e s ; p o rque<br />

todos hablaron a b u lt o , y m eram ente p o r su c a ­<br />

p rich o ó de la m;mera que cada uno se propuso ver las-<br />

cosas y adaptarlas á su intento. S i aun procurándose<br />

form ar censos e x a c to s , e l des E spañ a de los a n o s .d e<br />

1 7 7 8 y 7 9 , que supuso en ia nácion 9 .5 0 7 ,0 7 1 h a ­<br />

bitantes y 1 6 .4 2 7 p u e b lo s, d ejó excluidos 2.289<br />

g a ^ s que pertenecían á iurisdicciones millhis y se incluyero<br />

n en ei del año de 1 7 8 7 ; si en este/por el cuaí<br />

sultán 1 0 .2 0 8 .1 50 habitantes y 1 8 .7 x 6 pueblos, ví omí*i<br />

tíero n todavía: 2 .4 0 4 lugares que no reputó p o r taJ'es,'<br />

com o lo.-> reputó luego el p osterior de 1 7 0 7 , p o r e l quel<br />

aparecen 1 0 .5 4 1 ,2 2 1 habitantes, y 2 1 .1 2 0 pueblo>.;<br />

si en fin las com isiones del gobierno y de las C o rte s que<br />

acaban de trabajar el inform e sobre ia Jiueva d iv isio a<br />

( i) 5 eybert lo demuestra en d lugar citado , asi cr.ran ?I qi'e<br />

no h ay otr.) m'idio de averiguar la verdadera pobhi ion de un pais<br />

sino ei censo o empadronamiento de personas inaiviJu ílme' C^.<br />

(1) Parte 1.* del apendice á la educacijíu popular página a i.


dtíl reprkòrio ^ p a fio l, caiculatr que éste contieno<br />

^ 1.6 2 7 .0 3 0 habitan tes, esto e s , 1.0JÍ5.809 m as que-<br />

el últim o censo de. * 7 9 7 , siu que tal aum ento pueda-<br />

atribuirse á o tra cosa que á in exactitu d en haber d a ­<br />

d o ó reco gid o las notician oportunas para la fo rm acio n<br />

d e d ich o cen so , y no *á que la p oblacion haya real­<br />

m ente c re c id o , com o no ha podido crecer en las p o s -,<br />

teriores desvastadoras guerras con ingleses y franceses,<br />

ep id em ias, interrupciones- d e com ercio por las •suble­<br />

vaciones y corsarios de algunas provincias de A m érica<br />

y desastrosa adm inistración p ú blica dé los seis año»-<br />

desde M a.yo de 1 8 1 4 á M arzo del 1 8 2 0 , ¿que habre­<br />

m os de pensar d e los que.sin mas datos que su anto­<br />

jo ó voluntad 1 se ponen á hablar de la p oblacion<br />

de tiem po* presentes y rem otos? Y o , á ,lo menos en<br />

tan to qu¿ no se satisfaga á los raciocinios • espuestos,<br />

jam as creeré que en otros tiem pos E sp añ a h aya estad<br />

o mas poblada que despues de term inada la. g u erra<br />

de succesion hasta el d ia, por haberse d ifun dido desde-<br />

entonces-m as que nunca las lu c e s , m itigado el fanatism<br />

o , projiiovido^la desam ortización , y auxiliad o ^las ac-<br />

t« s , la-industria .y el.com ercio»<br />

D em ostrar que la E spañ a en ningún tiem po ha te­<br />

nido m ayor poblacion que a h o ra , equivale en mi ftn *<br />

cep to.á dem ostrar que tam poco ha ten id o m ayor industria<br />

m an u factu rera, com ercial y a g r ic u lto ra , ó<br />

sffánse m ayores m edios de subsistencia, que son los lím i­<br />

tes de la poblacion ( i ) . E n cuanto á la industria<br />

rpunufucturera y c o m e rci;ii, el que ap etezca tod avía d e - '<br />

( i) Efn-una íio tt ^ e s c í al’ pie del citado pasage de Alvarex'<br />

O so ria, se ven copiladas ias máximas Je nuestros e^'onomistas en<br />

este punto. D ice la n ota, que supongo del edicior del apéndice á<br />

la educación popular: " y a el P . Feijoo en sus discursos se hace<br />

cargo de la inmensa poblacion que tenia antiguamente la España,<br />

la cual ha menguado enormemente por la decadencia de ias labranzas<br />

y de las fábricas


m o ítfá cló n mas m inuciosa de esta v e rd a d , acuda al re>»<br />

ferid o discurso de C a p m a n i, donde verá com o p ru eba<br />

hasta la evid en cia este docto c a ta la n , que aun que etl<br />

los siglos 15 y 16 E spañ a tuviese fá b ric a s , eran p û t<br />

lo com ún de géneros o rd in a rio s, y tan n a de todos los<br />

artícu lo s que necesitaba p ara su consin n o, com o que<br />

la artillería y p ertrechos venían de Fiandes y M ilá n<br />

desde tiem po de C a rlo s I. ; que las. extraccio n es consistían<br />

en fru tos y m aterias prim eras,, y en; raro a rticu ­<br />

lo fino, com o pañbs ncgros*.y azules- q u tp ot* la suavi-#<br />

d


(i8)<br />

d ie z y seis respecto á la d el en que v iv im o s , ó á lo<br />

m enos respecto á la d el d ie z y o ch o , cuando no las ha«<br />

bian aun destruido la invasion fra n cesa , las sublevacio­<br />

nes de A m érica y los desaciertos d el gobierno.<br />

Si aun querem os llevar m as adelante la com para­<br />

c ió n , fácilm ente encontrarem os un punto donde la venta<br />

ja de la últim a época re.salte en tod a su fuerza. Sa­<br />

bido es el em peño que F elip e II tom ó en ju n tar una escuadra<br />

con que a co m e te rla In gla terra, y que p ara e llo<br />

eclió, p o r d ecirlo asi, el resto de su p oder que se estim aba<br />

co lo sal. A prestáron se y se trajeron d e todas partes<br />

cuantos buques pudieron haberse, y p o r resultado d e<br />

tanto afan se tuvieron entre buques de g u erra y trans­<br />

p ortes de v ív e re s , m uniciones y tropas 13 0 velas, com ­<br />

puestas de galeo n es, n a o s, g a le a z a s , galeras^ urcas,<br />

c a r a v e la s , p a ta g e s, y p in a z a s , de las cuales habia d ie z<br />

galeones y dos zabras ( i ) de P o rtu g a l, y d ie z naos ra-<br />

guseas. C otéjese este ruidoso arm am ento con los 232<br />

b u i^ es, de navios hasta galeotas, que sin contar las lanchas<br />

cañoneras teníam os e l añ o de 1 7 9 0 , y se p a lp ará<br />

ia diferencia. A caso será mas notab le en tre las m arinas<br />

m ercantes españolas anteriores y posteriores al re­<br />

glam ento del com ercio lib re de 1 7 7 8 . £1 sistem a d e fio-<br />

tas y galeones que regía anteriorm ente p ara las exp edicion<br />

es d e A m érica, ocupaba un pepueño núm ero de<br />

b u q u es, e l cu a l en los pocos años que m ediaron desde<br />

el de ia publicación d e l reglam ento hasta el de 1 7 9 6 ,<br />

en que se d eclaró la g u erra con los in gleses, creció<br />

tan considerablem ente com o p o r notoriedad se sabe.<br />

N u estra navegación en E u ro p a sigu ió p rop orcion alm en -<br />

( i ) E l cronista Herrera en su historia general de] mundo desd<br />

e el aíío de i $^5 al


( i q )<br />

t e e ! mismo a u m ¿ n fo , de sir¿rte que en el año m edio<br />

de 1 7 8 7 á 1 7 8 9 , eneraron en los puerros de F ran­<br />

cia 9 9 9 buques españoles con 6 4 .6 0 4 toneladas. Y aun­<br />

que de F ran cia salieron p ara E sp añ a 1.0Ó 9 b a rco s, tenían<br />

solaitience 5 9 .18 2 to n elad a s, que son $ .4 22 m e­<br />

nos que las de los esp a ñ o le s, lo cual debe atribuirse<br />

al m ayor volum en de los fru to s colon iales que lle v a ­<br />

rían estos, respecto á las m anufacturas que traerían<br />

aquellos ( i ) . L a fa lta de datos tan irrecusables co ­<br />

m o é ste , me im pide continuar u n i ext


se im aginan mas abiindanres en E spañ a aquellos m anan­<br />

tia le s de riqueza p ú blica observam os nosotros el sistem<br />

a p ro h ib itiv o , ó que cu¿indo lo observaron los extran -<br />

g ero s con nosotros em pezaron nuestros atrasos. S i<br />

arabas hipótesis fuesen g ra tu ita s, lo será tam bién p o r<br />

consiguiente el decantado origen que algunos se figuran<br />

d e nuestra ruina. Q u e jam as se ha observado en E s p a ­<br />

ña el sistem a p roh ib itivo , es tan manifiesto com o se co ­<br />

lig e del clam or general de nuestros econom istas porq ue<br />

se adoptase, y de que apenas se designara cíase algun<br />

a de m anufacturas extrangeras cu ya introducción estuviese<br />

siem pre prohibida . L o s dos ramos de que no<br />

«olo sen o s ha creido incesantem ente p ro v isto s, sino ea<br />

posesion de surtir con nuestrai sobrantes á los extrange-<br />

r o s , son las m anufacturas de lana y seda , porque estas<br />

prim eras m aterias abundan -en la nación ( i ) . Pues en<br />

en las C o rtes de M ad rid de 1 5 5 2 , se prom ulgó la p eregrin<br />

a disposición de la pragm ática que m andaba á los<br />

coinercianres se obligasen á introducir dos piezas de p año<br />

y un fardo de lienzos «xtrangeros p o r cada doce sacas<br />

de lana en ram;i que sacasen del reino { a ) j y aun­<br />

que por condicion de m illones se estipuló que no entrase<br />

ningún género de tejidos de seda del extran g ero,<br />

las C o rtes de 1Ó 18 p idieron se perm itiese la in trod u -<br />

cion de tejidos de telas y pasamanos de buena seda fi­<br />

na sin otra m ezcla, mas bien que la de seda en ram a ó<br />

to rcid a, lo cual prueba la preferencia que se daba á la<br />

p rod u cción de la m ateria prim era sobre la producción<br />

(1) E n el pasage mismo del discurso preleminar de Chaptal<br />

en que tan ventajosamente habla del estado de nuestras fábricas de<br />

lana y seda á fines del siglo diez y seis, dice, que la Holanda entonces<br />

surtía de paños á toda Europa, y que ninguna potencia rivalizaba<br />

con la Italia en las manufacturas de seda.<br />

.(1) Capmaai en el susodicho discurso.


d e -Jas fábricas ( i ) . N o hablaré de las m anufacturas<br />

de-algodon, que tan violentos esfuerzos están costando<br />

desde p rin cipios del siglo p asad o, y no -obstante los<br />

cuales p o r reales decretos de 1 5 de M ayo de 17 6 0 y<br />

7 de Setiem bre de 1 7 8 9 , vin o S. M . en alzar ia p ro ­<br />

h ib ición de la entrada de m uselinas extran g eras, " p o r<br />

no haberse podido p ro p o rcio n a r, dice el ú ltim o , el<br />

surtido necesario de ellas p o r m edio de las fábricas n a ­<br />

cionales, ni con las conducidas de F ilip in a s á virtu d<br />

d el .p rivilegio concedido á la com pañía ( 2 ) .” L a s con*<br />

tinuas vicisitudes posteriores en adm itir ó no adm itir<br />

géneros de algodon de m anufactura extran gera, hacen<br />

superflua toda detención ^ in cu lcar acerca de la ins-<br />

tab ilid ad de nuestro sistem a en este punto. \<br />

L a s naciones extrangeras que tanto nos han ade­<br />

lan tado en in d u stria, no pudieron p erju d icar con sus<br />

leyes p rohibitivas á la nuestra de los siglos anteriores<br />

al d iez y siete. L a fam osa a cta de n avegación de In glate<br />

rra , hija, según ios m as de los escritores, de en vidiosa<br />

em ulación y odio hácia la H o la n d a , y según C o lq u -<br />

houm ( 3 ) , m oderno y estim ado escrito r in g le s, h ija de<br />

o tra pasión m enos n o b le, cu al fue el áeseo de castigar<br />

la lealtad de la Isla de B arbada á un m onarca desg<br />

ra cia d o : la fam osa a cta de navegación in g le sa , rep<br />

ito , que tantos panegiristas é im pugnadores ha tenid<br />

o fu era y dentro de la m ism a In glaterra y que solo<br />

p u ed e aprobarse en oj>inioa de Sm ith , j>or e l beneficio<br />

( i) D iscurso 8.^ de M artínez de la M a ta , en Ja parte 4.a de^<br />

apéndice de la educación popular.<br />

(a) L e y 17 y notas 3 .* y del título 19. Ub. 9 . de la N o-,<br />

Tisima Eecopilacion.<br />

(3) Tratado de la riqueza, poder y recursos del imperio británico<br />

en cada parce del mundo^ c3p. 10. impresión de x8 i¿ .


que trae á la m arina ( i ) , nervio del poder y defensa<br />

d e la gran B reta ñ a , y no p o r su trascendencia al c o ­<br />

m ercio que es dañ ado con ella ; fue inventada el año<br />

de 1 6 5 0 , y á p esar del em peño d e O liv e rio C ro u n w e l<br />

en que se e je c u ta ra , no pudo esto lograrse hasta los<br />

años de 16 6 0 y 6 1 q u e se ren o v ó , sentado y a en e l<br />

tro n o C a rlo s I I . T a l era la repugnan cia que el p u e­<br />

b lo in g lé s, bastante ilustrado é industrioso á la sazón ,<br />

sentía á obed ecerla. L a F ran cia puede decirse que no<br />

cu idó intensa ó eñcazinente de su industria m anufactu*<br />

re ra hasta C o lb e rt, que ascendió a l m inisterio en<br />

i ó ó i , y apartándose del sistema llam ado de los eco ­<br />

nom istas ó de absoluta p referen cia á la agricu ltu ra que<br />

habla seguido S u lly , se propuso cre a r fábricas y com er­<br />

cio , sin el que valen p o co las fábricas. g Y que m edios<br />

adoptó p ara su intento? ¿acaso el d e rigorosas p ro h i­<br />

biciones? ¿el de preten der que de repente naciese y se<br />

p rod u jera tod o en F ran cia sin otro a u x ilio que el de<br />

sus p rop io s recursos? O igam os á C h a p ta l, v o to que<br />

no se m e tachará de parcial contra el sistem a p roh ibitiv<br />

o . D ice pues en su citad a obra ( 2 ) , tratando del im ­<br />

pulso que d ió C o lb ert á la industria francesa. G o l­<br />

ii) Penetrado yo de la importancia de protejer nuestra marina<br />

mercance, que es el verdadero arsenal de la guerra, me opuse<br />

en la sesi''n de 19 de .Tulio de 1820 á que se permitiere à<br />

los buques excrangeros llevar á Amirica nuescros frutos y manufacturas,<br />

y devolvernos los ratornds con el solo recargo de un cuatro<br />

por ciento de haoilita.-ion d e bandera , q-ie por lo bajo de los<br />

afor.s de los gá;;eros s lele en mu;hos equivaler 4 3 , á a y aun<br />

quizas á uno por ciento, sin contar los frauies que en ellos pueden<br />

intervenir. Y por lo m is m o , y por q u e es bien sabido el proverbio<br />

de qje el tridente d e Neptuno es el cetro del m undo , no<br />

Solam ente ju zgo niuy oportuno lo que en los últimos aranceles se<br />

dispone á favor d é -nuestra bandera, sino-que creo que aun deberá<br />

añadírsele algo luego que nos pongamos en el estado de vigor y de<br />

fuerza que corresponde.


ert p a re ce, y su genio libra al com ercio de todas las<br />

tra b a s; llam a los extran geros á nuestros p u erto s: fo r­<br />

m a las com pañ ías d e las In dias: concede 30 francos por<br />

cada tofielada de exportación y y o francos por cada tonelada<br />

de importación : dá un prem io de 5 francos p o r to ­<br />

n elada p ara anim ar la construcción de buques m ercante<br />

s , y en pocos años se cu b rieron los m ares de nuestros<br />

barcos y se llen aron nuestros puertos de los de todas ias<br />

naciones. A si com o el co m ercio le debe su regeneración,<br />

los principales ramos d eín d u stria le deben su nacim iento:<br />

los fabricantes m as distin guidos son llam ados á estable­<br />

cerse en F ran cia : sus num erosos d iscíp u los se esparcen<br />

prontam ente p o r las p ro v in cia s, y en el corto esp acio<br />

d e seis años tiene la dulce satisfacción de contar 4 2 . 200<br />

te la re s ocupad os en fabricar herm osos p a ñ o s,” T e n g a ­<br />

m os presente este ejem plo p ara las aplicaciones á que<br />

d é lugar d esp u es, m ientras que p o r ah ora me co n ten ­<br />

to c o n q u e se v e a , que m al podrán im putarse los a tra ­<br />

sos, en que se cree p o r algunos que calm os á p rin cip io s<br />

d el siglo d ie z y siete, á la relajació n ó abandono del sis­<br />

tem a p r o h ib itiv o , que jam as la E spañ a ni las naciones<br />

que hoy se conocen de m ayor industria pusieron e a<br />

p rá c tica á lo xnenos hasta m as d e m ediado el m ism o<br />

sig lo .<br />

L legam o s á lo esencial del asu n to, que consiste ea<br />

in q u irir aim cuando sea inegable lo que acabam os de<br />

m o s tra r, es tal el provechoso influjo del sistema p roh ib<br />

itivo que deba adoptarse severam ente en nuestro actu<br />

a l e s ta d o , porque su fa lta , sea la q u e quiera la tra s ­<br />

cendencia que h aya ten id o en nuestra anterior verd a­<br />

d e ra ó supuesta ru in a, nos p erd ería irrem isiblem ente en<br />

lo fu tu ro. P ara la correspondiente d ilu cid ació n de la<br />

m a te ria , deberem os previam ente despojarnos de las<br />

prevenciones que nos h a ya hecho co n cebir la lectura<br />

d e casi todos nuestros economl:>ta$ de los dos ú l­<br />

tim os sig lo s , quienes m as ó menos se h allan im b u í-


dos d ei adagio dii puertas cerradns y puertas abiertas<br />

que p reco iiizó G ándara. A fin de que no nos cueste<br />

tanto el sa crificio , acordém onos de que nuestros eco­<br />

nom istas incurrieron en algunas extravagan cias no pequeñas<br />

, com o la de pretender retener á ia fu erza el di­<br />

nero dentro de E spañ a con leyes p rohib itivas y g ra v ísim<br />

as penas contra su extracción ; la de la m anía regla^-<br />

raentaria y g re m ia l; la de que no se perm itiese venie<br />

estran geros al r e in o , com o lo prop uso el C o n sejo en<br />

su m encionada consulta del año d e 1 6 1 9 ; la de que,<br />

según M artín ez de la M a ta , los dem asiados tributos y<br />

los excesivos gastos de los reyes y vasallos no em pobrecen<br />

los pueblos, y otras que es escusado referir. Poc<br />

lo tanto no se hace agravio á su saber y buen nom bre<br />

en an alizar las razones sobre que procedieron en cada<br />

punto de una c ie n c ia , cu al la econoiiría p o lítica que<br />

estuvo com o en m an tillas hasta que el ingenio sublim e<br />

de Sm ith escribió su obra sobre las riquezas de las na­<br />

c io n e s , cu y o objeto puede espresarse según Bentham<br />

( i ) , con esta definición a b reviada; " destruir las<br />

ilusiones que han hecho-tonvar los obstáculos p or cau­<br />

sas, ” A si p u e s , arreglándonos á los elem entos de esta<br />

cien cia en el estado que hoy tiene, despues de tantos<br />

autores com o se han dedicado á ella y la han ilustrádo,<br />

entiendo que para proceder con m étodo en la presente<br />

cuestión, deberem os p artir de dos basas que sienta Sm ith.<br />

P rim era : que para que h aya estín>ulo p a r i com ­<br />

p r a r , es necesario que h aya p rop orcion d e ' vender,<br />

porque el que no da salida á sus m ercad erías, tam poc<br />

o podrá ni querrá adquirir otras sin cam bio (2')."E q<br />

(1) Tratado de los sofismas políticos.<br />

(2) E l gobierno ruso, dice Chaptal, parte i.*C ap . 9, e^tá h o y<br />

demasiado ilastrado para no ver que el comercio entre dos n ácio-<br />

Avá cesa en el momento que una de ellas reusa adnútíc los tolos


( 5 ? ) ' .<br />

tnt concepfo no olvidem os la m ultitud de fru to s petiítr-<br />

sulares y americanOíí á que nos conviene dar sal-ida-, y<br />

que si los exrrangeros no encuentran aqui perm uta de<br />

d io s p or m ercaderías su y a s, irán á buscarlos íVotra-<br />

p a r te , ó se acom odarán con otros equivalentes ó a p r o ­<br />

xim ados. D>ísprendámonos de toda idea de que sea ta l el-<br />

p riv ile g io de nuestros fru to s y prim eras materia« que<br />

no puedan dar.^e en otras nacÍor>e^ ó sostituírse p o r o tro s,'<br />

T raig a m o s á la inem aria lo que nos ha sucedido cotí,<br />

nuestras b a rrilla s , con nuestras lanas y sedas- de’ que<br />

tanta extracción h a b la , y recientem ente con los^<br />

azúcares- y añiles. Sin co n ta r'la^ baja del -consumo*<br />

p o r la subrogación de estos dos últim os artícu lo s co n<br />

tos productos de la rem olacha y el coco ó pastel de-<br />

L e v a n te ó de P ro v e n zu , al fin han venido á cosechar*-<br />

se en la Indi%. de donde los traen los ingleses. H asta<br />

ah ora fentre los artícu lo s mas considerables de verdadero<br />

p riv ile g io natural en nuestras posesiones que n


d e la quím ica y de la m edicin a han dism inuido la n ecé-<br />

sidad de la quina. Pongam os gran atención en la im­<br />

p ortan cia de este com ercio de fru tos llam ados colon iale<br />

s , que podrem os conservar útilm ente en ín u ch a p a r­<br />

te si querem os, sea la que fuese la suerte que estuvie—<br />

«e p rep arad a á las A m é ric a s, y sabemos sacar partido-<br />

de ella. L a F ran cia, cu yos cam bios en la cu arta parte<br />

ó m itad de su va lo r se h acían c o a e llo s , le d ebió su<br />

prosp erid ad hasta e l año de 1 7 8 9 , aunque las im portaciones<br />

en el reino exced ian m ucho á sus ex p o rta cio ­<br />

nes j porque en aquellas se com prendian 15 0 m illones<br />

de ganancia que le quedaban d e l com ercio con sus co ­<br />

lon ias en fru tos de que se ap rovech ab a p ara sus fá b ricas<br />

, y distribuyéndolos en otras naciones ( i ) . Y no se<br />

piense que volun tariam en te-haya renunciado á sem ejante<br />

com ercio p o r d edicarse á las m anufacturas. H arto sensible<br />

le ha sido recu rrir á estas com o suplem ento p ara<br />

llen ar el va cío que le d ejaba e l ca recer d e aquel.<br />

C o n fro n ta n d o , d ice C a p ta l (2) el estado com ercial<br />

de la F ran cia en 1 7 8 9 con e l de nuestros d ia s, no p u ede<br />

menos de experim entarse d olo r p o r la d iferen cia<br />

que señála ambas é p o c a s : la ,perdida de nuestras me-i<br />

jo res colon ias nos ha p rivad o á un mismo tiem po d e<br />

m ercados considerables para el exp en d io de. nuestros<br />

g é n e ro s, y d e m edios de cam bio en nuestro com ercio<br />

con loá e x tra n g e ro s: nuestros establecim ientos en las<br />

escalas de L e v a n te y B arb ería lian d e sa p a re cid o : la<br />

( i) C h ap tal, obra citad a, parte i.* capítulos 16 y 1 1 , ¡A q u e<br />

amargas reflexiones no da ocasion este exam en! L a Francia en el<br />

com ercio con sus reducidas posesiones de Ultramar ganaba g6o<br />

millones de reales, de los cuales los tres quin tos, esto es los 336<br />

m illones, los daba lo que poseia en la Isla de Santo Dom ingo ^ y<br />

nosotros en el de las vastísimas y pingües que hemos ten ido, solo<br />

ganabamos 23^-783.437, que es la diferencia, que por el censo de<br />

171^2, resulta entre los envios y retornos.<br />

(i) Plan y motivos de dicha obra.


suspension del trato ■ m ercantil «ntre los pueblos íes<br />

ha hecho contraer nuevos h ábitos: debe pues crearse<br />

todo dií n uevo. A la verdad, nuestra industria a g ríco la<br />

y m anufacturera ha crecid os e l bienestar del habitante<br />

de las cam piñas ha aum entado los consum os: el co ­<br />

m ercio interior ha gan ado : p ero aquellas nobles y deliciosas<br />

relaciones que m anteníam os con todos los p al*<br />

ses no existen , y únicam ente el tiem po y una vigorosa<br />

perseverancia podrán .restablecerlas,**' L a*In glaterra no<br />

se ha lu cra d o m enos del com ercio de frutos^-coioni^lesi<br />

D e 7 3 .7 2 5 .6 0 2 libras esterliaas^u^ue e x p o rtó el rei-^<br />

no unido de la G ran B retañ a é Irlan da et’aft» d e 1813^<br />

ios 1 7 .3 2 0 .0 2 1 eran de m ercaderías e x tra ñ a r a s y frutos<br />

coloniales, C oiquhoum que nos d á ia n o tic ia , no e s -<br />

p ecifíca en e lla cual era la p rop orcion en que habían en­<br />

trad o y salido estos últim os en dicho- año. P o r lo que<br />

en cuanto á la Im portación de ello s recurrirem os á los<br />

datos que él mismo presenta relativós a l'á ñ o de 1 8 1 0 ,<br />

y son 9 .1 8 7 .5 3 9 libras de remesas de la In d ia O rie n ­<br />

t a l, 1 9 3 .0 3 4 de A f r ic a , 4 .6 4 1 .4 8 8 de A m é ric a , y<br />

9 .5 0 5 .6 7 3 de las In d ia sO ccid e n ta le s:to ta l 2 3 .5 2 7 .7 2 4 .<br />

£ l de las im portaciones de todos ram os en dicho reino<br />

unido el expresado año de 1 8 1 3 ascendió á 6 0 ,4 2 4 .8 7 6 .<br />

P o r consiguiente la d iferen cia entre las sumas de exp ortaciones<br />

é im portaciones de todo género el d ich o año<br />

de 1 8 1 3 fu e de 1 3 .3 0 0 .9 2 6 lib ra s , á la c u a l, siendo<br />

su p erior en 4 .0 2 0 .0 9 5 la cantidad de 1 7 .3 2 0 .0 2 1 á<br />

que ascendió la extracció n d e m ercaderías extran geras<br />

y frutos coloniales el m ism o a ñ o , es dem ostrado cuan­<br />

to sostengan estos e l com ercio de la In glaterra en sus<br />

relaciones exteriores, asi p o r la m aterial reexportación<br />

de e llo s , com o p o r lo que influyen p ara sus m anufac­<br />

turas p r o p ia s , pues si en 1 8 1 3 hubiesen entrado en<br />

igu al cantidad que en 1 8 1 0 , la d iferen cia entre lo im portad<br />

o y exp ortad o de fru tos coloniales se habría consu­<br />

m ido dentro d el reino á benefìcio de sus fábricas ó del uso


y cíomcididad de los habitantes de él ( i) . j Y nos des-<br />

prcíidereítios no.sotros.espontáneam ente de trafico tan<br />

ventajoso m ientras conservem os la m enor ,eí#peranza de<br />

j>oder aspirar á alguna - ^articipacijoiíi en é l , valiéndonos<br />

al efe cto de cuw itas m edidas sean coiiducentes?<br />

-Pyes tai seria e l resultado inevitable de quitar á los<br />

extrangeros' en nuestra actu al c rític a situ ació n , respec­<br />

to á las pro.vlnciajS'de ultram ar, todo aliciente de ven ir<br />

á buscar á la. pciiíttSula frutos colotiiales , y dárselo p a -<br />

Fn que diceutaiuente fuesen p o r ellos á . A m é ric a , d o n -<br />

^ e enc.uentfü:jv abiertos .para, la adm isión d e s ú s m anu-<br />

l'^cturas tos. puertos qué a.qui encontrasen cerrados.<br />

4M as q u e.d ig o ir á buscarlos! P odría suceder que dí<br />

aun qi,ujiás. nos perm itiesen llevárselos , ni tam poco<br />

nuestros friu os p eaiosu lares, porque e a .ta l caso nos ex-<br />

p o ad ria o io í á recíp roca inadinision de-estos en el e x -<br />

(í ) Se ha . para: esre cálculo el año de 18 13 por ser el<br />

iftim o de que jiajjla Colquhoum en su citada o b ra , „cap. 3.® Pero<br />

en ninguno de'lo's ^e'mas comprehertdid'os en las tablas ó estados<br />

de e lla , que son desde 1805 ,á 1 8 1 3 , no se ve esta diferencia tan<br />

favorable eptre las imporcicjones y exportaciones de Inglaterra.<br />

A ntes por el cc^ntrarip, en Jgs Años de , 18 0 7, 1 8 1 0 , i 8 i x<br />

y 1812 fueron mayores las Impbrtacíone’s que las exportacionos,<br />

y con- tanto excesb el de i S i ó importaciones ascendieron<br />

á 74.153S.061 libras esterlinas, ylasexpjortacloaes solo á 62.702,409.<br />

E s verdad que en las tablas ó estados hasta el año de 1 8 1 1 se incluy<br />

en las importaciones de Irlanda en la gran Bretafía, y las exportaciones<br />

de esta para aquella j mas el valor óte ambas casi se iguala<br />

é equilibra de manera que no h ay ventaja de paite á ¡parte. N o por<br />

esto se quiere significar que la ^alanza de c0merci[0 hayai sido contraria<br />

en tales años á la Inglaterra: quiérese si dar á entender qué<br />

puraque no lo haya sido, le ha servido mucho la reexportación<br />

de los frutos coloniales. S e 'eq u iv'caria asi mismo el que -estimase<br />

s'empre la balanza del comercio inglés por el resultado de la del<br />

año de 18 1,3, en que la Inglaterra, dueña exclusiva de los mares<br />

por la guerra del continente europeo, y la qae scsteriia con los<br />

Citados Unidos de Am érica, hacia casi sola todo el com ercia marítimo.<br />

L a paz de 1815 proporcionandó'salida á los.productos de la<br />

industria de todas las naciones deLte haber ;^Uerado Aocablemeñie<br />

&US relaciones inerc^otiles,<br />

.i.i '•


tM tigero. N uestra b alan za de com ercio del año de l y g i ,<br />

entendiéndose p o r e lla la sim ple nota de sa lid a s.y entradas<br />

de ^géneros, baróm etro m uy po;;o seguro para<br />

calcular la> g an an cias, no nos presenta ciertam ente es­<br />

tado tan lisonjero cjomo el que se ha m anifestado de<br />

F ran cia é In glaterra. Sin em bargo, nuestras ex p o rta cio ­<br />

nes de frutos y m anufacturas p ara A m érica ascendieron<br />

á 2 2 3 .1 7 4 .7 1 ,7 .1 3 . vn. y á 3 9 ,6 .9 9 5 .13 3 las que de<br />

iguales artícu lo s y adem as de frutos coloniales h ic i-<br />

crios p ara las naciones extran geras. E s verdad que las<br />

im portaciones de estas en el reiuo sum aron 7 1 4 .8 9 3 .6 9 8 ,<br />

y que suponiendo que quedase á su fa v o r la diferenc<br />

ia entre sus im portaciones y exportacion es d e la p e ­<br />

n ín su la , debim os perd er en la balan za de com ercio<br />

(jon ellas 3 1 7 .9 0 3 .5 6 5 . M as tam bién lo es que habiend<br />

o estado en nuestro beneficio ia .balanza del com ercio<br />

peninsular con sus posesiones de U ltram ar p o r canti­<br />

d ad de 2 3 6 .7 8 3 .4 3 7 , y adem as 9 4 .7 5 5 .7 9 2 que vin ieron<br />

^ a ra la hacienda p ú b lic a , que a l. cab|0 babria de<br />

d istribuirlos en la n a ció n , quedó aqui la.d ife re n cia en­<br />

tre 3 3 1 . 549.229^ sum a de estas dos últim as p artidas,<br />

y .los 3 1 7 .9 0 3 .5 6 5 , valor de las im portaciones extran ­<br />

g e ra s , cu ya d iferen cia es de 1 3 .6 4 5 .6 6 4 ,(i)* A g ré -<br />

guense á esto las utilidad es que quedaban p o r la naveg<br />

a c ió n , y se han insinuado y a anteriorm ente., las que<br />

á los negociantes españoles dejaban p o r com ision es, :if-<br />

m acen ages, se gu ro s, co rretages, garantías & c . las<br />

m ism as m ercaderías de extrangeros que viniesen p o r<br />

( i) E n el resuman que se hace en la referida balanza se notará<br />

alguna pequefia diferencia. Consiste en que por e'l se dice haber<br />

venido para la hacienda pública solo 73.140.^98 rs. vn. Pero<br />

confrontando esto con el pormenor de los folios 1 10 y 1 1 1 , se conocerá<br />

que debió incurrirse en álgura equivocación, porque en dicho<br />

pormenor se especifican asi las partidas que vinieron para<br />

la: hacienda pública: en oto moneda 7.435.600: en barras y tejos<br />

33 onzas, que son 10.560 : en plata moneda 86.405.740 : en<br />

barras^903.8^1: cuya suma.es de 9 4 .5 4 9 .22¿).


cuenta a e esto s, las introducciones clandestinas de m on<br />

e d a s, calculad as m oderadam ente p o r Z a v a la en un<br />

tercio de ias legítim as que constaban de registro y fu e­<br />

ron de 3 5 7 .6 0 0 .9 3 7 rs. vn. en d ich o ano, las diferencias<br />

que p udieran em anar de la diversidad de p recio s entre<br />

los atoros de aduanas y las v e n ta s, y se conocerá que si<br />

el com ercio y la industria nuestra distaban infinito d e l<br />

grad o á que debían ser elevad os, no sufrían tam poco<br />

esas grandes pérdidas que se declam an. ¡C u a l deberá,<br />

pues, ser nuestro tin o para en circunstancias tan d ifíciles<br />

y espinosas com o las que nos r o d e a n , acertar en<br />

la com binación que nos convenga!<br />

Segunda : que p ara no proceder aturdidos p o r va­<br />

gas exclam acio n es, debe saberse que la cuestión sobre<br />

a d o p tar ó no el sistem a p ro h ib itiv o no se versa sino<br />

acerca de adm itir ó no ciertos a rtícu lo s finos de los que’<br />

se elaboren ó p rod u zcan bastos ú ord in arios en el pais,<br />

pues acerca d e los que no se elaboran ni se producen<br />

d e ningún m odo, y son necesarios ó ú tile s , no puede<br />

haber cuestión. | Y cu al es el p a ís , no y a de E u ro p a ,<br />

sino d el m undo to d o , donde no se elaboren la m ayor<br />

ó m ucha p arte de los géneros toscos ú ordinarios que<br />

generalm ente consum e la gente pobre ó m enos adin era­<br />

da, y con cu ya baratura no pueden com p etir los generös<br />

extran geros? ^ V isitem os en E spañ a las casas de nues­<br />

tro s aldeanos y jo r n a le ro s , principalm ente del in terior,<br />

y dígase donde se han hecho las ropas de lin o y lana y<br />

los m uebles ó m enage que se encuentra en ellas? Según<br />

el censo del ano de 1 7 9 9 los productos industriales de Es­<br />

paña ascendieron á i . i 5 6 .3 6 5 ,6 8 2 reales. P o r no tener<br />

la balan za de com ercio de aquel a ñ o , no podem os h a ­<br />

cer un cálculo exacto d e la prop orcion en que se hallaban<br />

con ellos los productos industriales del e x tra n -<br />

g ero consum idos en la península. P ero lo d ed u cirem<br />

os con la aproxim ación dable arreglándonos, en de­<br />

fecto de otros datos, á los que nos subm inistra la b a -


la n z a , que lífnlcamente se ha p u b licad o del ano de i 7 9 i .<br />

D e ella resulta que las im portaciones de los extran ge­<br />

ros en la península tuvieron el valor (ie 7 1 4 .8 9 8 .6 9 8 rs.<br />

de los cuales se rem itieron á A m érica 2 0 6 .5 8 4 .1 1 3<br />

que contrib uyeron á darnos la espresada ganancia de<br />

los 2 3 6 .7 8 3 .4 3 7 . Q u ed aro n pues en la península<br />

5 0 8 .3 1 4 .5 8 5 , que aun suponiendo fuesen todos p ara su<br />

consum o, y no en poco ni m ucho depósitos para en­<br />

v ia r á A m érica en los años s ig u ie n te s, nos acred itan<br />

que si hubiese sido ig u a l nuestra prod u cción industrial<br />

del año de 1 7 9 2 á la d el 1 7 9 9 , cuantos p rod u ctos<br />

industriales se consum ieron en la E sp añ a e u ro p e a , bastan<br />

te mas de las d os terceras p artes de ello s eran d e<br />

industria p r o p ia , y bastante m enos de la o tra te rcera<br />

p arte de industria agen a. R ebájese de esta lo que indispensablem<br />

ente habia d e consum irse d e l extran gero p o r<br />

no tenerlo ó no saber h acerlo n o so tro s, y nos co n ven ­<br />

cerem os de que todo lo que podríam os llegar á exclu ir<br />

d e nuestro m ercado con leyes absolutam ente p ro h ib itiv<br />

a s , si es que ellas tuviesen tal v ir tu d , está m uy lejos<br />

^ e subir á las abultadas cantidades que algunos se im a­<br />

gin an ó con que quie.ren alu cin ar á otros. P ara acabar<br />

de d isip ar las p reo cu p acio n e s, d irijam os nuestra<br />

vista á lo q u e pasa tam bién en los pueblos mas industriosos.<br />

E n In glaterra el año de 1 8 1 0 , últim o d é lo s<br />

en que C olq uhoum in d ivid u aliza las exp ortacion es é<br />

im p o rta c io n e s, ascendieron estas de p roceden cia del<br />

continente europeo á 1 8 .1 2 0 .1 4 8 libras esterlin as, que<br />

graduadas á 90 reales de v elló n cada una, dan la su-,<br />

m a de 1.6 3 0 .8 1 3 .3 2 0 reales vellón. P o r lo que toca á<br />

F ran cia y a se ha indicado d e cuanta m onta eran las im ­<br />

portacion es que se hacían en e lla el año de 1 7 8 9 , úl­<br />

tim o de que tengam os noticias. C h a p ta l nos d ice ( i ) ,<br />

que ascendieron á 6 3 4 .3 6 0 .0 0 0 fr a n c o s , y las e x p o rta -


( j í )<br />

clanes á 4 3 8 .4 7 7 .0 0 0 , cu ya d iferen cia es<br />

en contra de la in trod u cción , ó seáse aparente b alan ­<br />

z a de com ercio. A unque conform ándonos con los cálcu>><br />

loa del mismo autor se rebajen de tai- im portacione»<br />

60 .0 00.0 00 introducidas en p lata y oro, y 2 4 0 .o o o .o o a<br />

en frutos, venidos directam ente de sus- co lo n ias, siem­<br />

p re resultarán 3 3 4 .3 6 0 .0 0 0 francos, que graduados á 4 rs.<br />

v elló n cada u n o y d a n ia suma de 1.3 3 7 .4 4 0 .0 0 0 rs; v e ­<br />

lló n de im portación extrangera en F ran cia. N o se asustan<br />

pues los genios espantadizos al m irar en E spañ a im ­<br />

p ortacion es de m ercaderías extran geras, debiendo saber<br />

que en todas las naciones, e x ce p ta la Gtóna-, las iiay,<br />

y que en ninguna puede dejar de h ab erla s, m ientras<br />

exist-a el m utuo trato y com unicación entre paises c iv iliz<br />

a d o s , de lo» cuales no Iiay uno que específicam ente,<br />

sin a cu d irá p e rm u ta í, p rod u zca todo lo que es necesario-<br />

p ara satifacer las necesidades verdaderas 6 facticias que<br />

contraen sus habitantes en el estado actual de la sacied ad<br />

hum ana. L o que si debe asustarnos es ia escasez de<br />

nuestros-capitales y productos ( r ) , cu yo aum ento debem<br />

os procurar con to d a a h in co , entendiéndose p o r ca —<br />

p itales no el din ero precisam ente, sino valores de cu al­<br />

quiera especie. He aqui el objeto digno de todas nues­<br />

tras tareas y de los desvelos del g o b iern o , y en el que<br />

Cr) liOS productos de la agricultura ingfesa ascendieron el año<br />

de 1813 , á af6 ^ S i7.6 a4 libras esterlinas ó seánse 19 ^ 13.586-. :6 o<br />

reales veiIon , y los de su indqsíria fa b r il, inclusas las minas,<br />

¿ i Í4-i3(5.do'o libras esterlinas, ó Se!insé 10.280.700.0001-8. v n .C o l-<br />

quhoumcap.r 4. L os productos rurales de Francia e la fo de i8 í2 ascendieron<br />

á 4.678.708.885 francos ó seán sers.v. 18.714.535.840, y<br />

los de su industria fabril á 1.404.1024^09 francos, ó seánse reales<br />

vellón 5.616.449.636. Chapt.-part. 2. cap. 3. y part. 3. cap. 2. Nuestros-<br />

productos agrícolas según el'censo de 17 9 9 , solo ascendieroa<br />

á «^;i43-938-356 rs. vtt. , y los de Induatriafabrilá 1.156.365.682 rs.<br />

¡Q u e enorme diferencia! j Y podrá-ocurrirle á nadie que consista,<br />

por ío menos relativamente á la agi-icurtura, en que nuestro hermoso<br />

clima y suelo no sean tan productivos como los de Inglaterra<br />

y Francia J


con toda urgen cia y tesoii deoiímos em plearn os sin des­<br />

p erd iciar instante.<br />

¿Y io conseguirem os adoptan do desde luego severa-,<br />

mente e l sistem a p ro jilb itivó en la exten sioa.q ^ e a lg u ­<br />

nos desean? ¿ó abriendo la m ano para a4 niitií*j;{».in a lg u -,<br />

na restricción y con solo pago de derechos toda m anufactu<br />

ra extran gera? ¿ó entablando un plan m ed io , que<br />

sugiera la razón y Ja e x p erien cia , y que p o r A bora<br />

pueda y deba serqq$ ,el-que mas coovejnga? Si cO iiclu-.<br />

yentem ente respondiésem os á cada una de eítft^-pregpn-r,<br />

t a s , habríam os desem peñado/«uíuplidanieaté.. lá em r<br />

presa. . , • .<br />

A caso se figurarán a lg u n o s, que p ara combatÁrsiel.<br />

sistem a p ro h ib itiv o , acudiré en, dem anda de jiogorro á<br />

los m uchos econom istas de crédito rque h an sida: sus^<br />

enem igo?. M e guardaré, de in te jita rlo , y:mo pi)r, temoc.<br />

de las calificaciones de ign orancia ó th arU tán ísm ó ; y^USi<br />

alguna v e z he oid o graciosam ente aplicarles. Sem ejan<br />

tes calificaciones no son argum entos m uy poderosos<br />

p ara los hom bres sensatos,, y ,fá c ilm e n te queda­<br />

rían neutralizadas retorciéndolas contra ios .escritores de<br />

co n trario v o to .. Y o ni uso ni ap recio esta táctica irriso<br />

ria ; respeto á los escritores á quienes no puede<br />

negarse el m érito de su celo y sus trabajos p o r el adelantam<br />

iento de ias c ie n c ia s , que los hace acreedores<br />

á estim ación y alabanza , y cualesquiera que sean sus<br />

o p in io n e s , p rocu ro pesarlas desapasionadam ente en ia<br />

b alan za de la razón y . de la critica . C abalm ente este<br />

p lan es el que p ara d iscu rrir acerca del sistema p ro ­<br />

h ib itiv o , me escusa de apelar á otros autores que á<br />

los m ism os, que á cada paso se nos han citad o p o r<br />

oráculos en la m a te ria , com o si p o r especial don<br />

cie lo tuviesen ellos solos vin culado el del aciertt>^<br />

¿Q u é es pues lo que sostienen G a n ilh y C hapta’<br />

cuyos restos se nos han alegado tan frecuentempi<br />

y á quienes se m ira com o ios dos m ayores p a f ‘


. . . . ^3+ )<br />

d el sistèma p ro iilb itìv o en estos últim os tiem p os? A l<br />

en u n ciar su d o c tr in a , lo h a c e n , p o r d ecirlo a si, co n<br />

ai^uella vergüenza y tim id ez que habia de causarles el<br />

sentar respecto al com ercio exterior u n o s-p rin cip io s<br />

enteram ente opuestos á los que no pueden Tnenos d e<br />

reconocer acerca del com ercio interior de las nacio-^<br />

n e s , com o si et derecho de gentes no debiese u n ir á<br />

estas -con Ioíj mismos vínculos que e t ’derecho c iv il une<br />

á* los M íidividuos dC cada una"d«>eUas', ó com o si la<br />

gran. fàW i'lìa’ del ig ííu tfo hum ano ¿s-párcida p o r toda<br />

la t e d ó n t e 'dé^la?itié'íTa^V'8n el m erO’ hecho d e ha­<br />

berse tenido que d iv id ir según la d em arcación que le<br />

asignó- la «^naturaleza •, la c a su a lid a d , él saber ó ia<br />

f u e r z a , se censiderase en«ranta abstracción ó choque de<br />

su« m ¿tu06->'''ihten3ses', >'cua)l s» se hubiese declarado ia<br />

gue^rra.'iíifkrflttitóndóse serníldamenre de ello C h a p tal d í-<br />

Ce ( i)? í? ^ s i *€6ta' lucha de las p rohibiciones se p r o -<br />

longas'e dem asiado entre las n a cio n e s, jí pudiera m an-<br />

esta tendencia á rep legarse , á con cen trarse, á<br />

a islarse , la's-^relaciones'm crcaneiles, que'consisten solo<br />

en eí cam b io de 'los respectivos prod u ctos'j cesarianj<br />

el co m ercio -n o seria . m as que la traslación de m er­<br />

caderías de un punto á otro del territo rio de cada<br />

n a c ió n , y la industria tendría por lím ites únicam en­<br />

te las necesidades del consum o lo c a l. E ste sistem a dé<br />

aislamiento que ]amenaza invadir ia^ Europay es igualmen^<br />

te contrario á los progresos-de las artes y: al curso dé<br />

la civilización: ro m p t todos les ’vmculos que ligando á<br />

¡as naciones entre s í , hacen de ellas u)ia gran famiUay<br />

en la que cada miembro' confíirre al bien general. . . .<br />

C onven d ré en que h u b ie r a ‘sido nias sábio lim itar la<br />

am bición á cu ltivar y p erfeccion ar aquél género de in


g én ero s, y de aquí han em anado los p rin cip io s de<br />

un interés m al en ten d id o , que las aíslan y reducen á<br />

cada una de ellas á sus p rop ios recursos. Sé m uy bien<br />

que los derechos de la n atu raleza son im p rescrip tib<br />

le s , y que tarde ó tem prano se ven d rá á p arar en<br />

e! género de prosperidad que ella ha señalado á c a ­<br />

da nación ( i ) . G an ilh no pudiéndose desentender d e<br />

lo inconcuso de este axiom a p o lít ic o , aunque aboga<br />

p o r las p ro h ib ic io n e s, les p o n e dos coartaciones (2)*<br />

^ I.? que sean te m p o ra le s, y d esaparezcan a l m om en­<br />

to én que la industria que p r o te ja n , no necesite de<br />

mas p ro te c c ió n , y no tenga que tem er la concurren­<br />

cia de la industria estran gera: 2? que su objeto sea<br />

precisam ente e v ita r la circu la ció n de productos de la<br />

m ism a especie que aquellos que el pais produzca ó quin­<br />

fa producir ( 3 ) ,' dejándose lib re curso á la in trod u cció<br />

n de tod os los demas productos sin re se rv a , ni li­<br />

m itación. Sin estas dos condiciones todo reglam ento pro­<br />

h ib itiv o p a ra liza la industria y ia p rosperidad de los<br />

pueblos á quienes debiera p r o te g e r , opone una bar­<br />

rera insuperable á la com unicación de e llo s , y tos<br />

conserva en un aislam iento n a m enos p erju d icial á su<br />

p ro sp e rid a d , que la libertad ilim itad a de la circu ­<br />

lació n de los p rod u ctos d el trabajo general de todas<br />

las naciones. „ A u n semejantes restriccion es del siste­<br />

m a p ro h ib itivo debieron p arecer dem asiado latas á<br />

C h a p ta l, que buscándole nuevas d iscu lp as y colo rid o<br />

de ju s t ic ia , p arece no haber h allado o tra cosa en su<br />

abono sino d e c ir: (4) “ si lie reclam ado la p ro h ib i­<br />

ció n de m uchos artícu lo s de industria e x tra n g era , ha<br />

(1) Parte 4. cap. i 5 .<br />

(2) Teoría de la economía p olítica, parte a. lib. 3. cap. g.<br />

(3) jQ u é pais hay que no produzca algo de casi todo , y que<br />

no quisiera producirlo todo ? Nótese bien lo vago de esta expresión.<br />

(4) Plan y m otivos de la obra citada.


sido eti casos que han llegado á ser ra rísim os, y solam<br />

ente contra gobiernos que reusan nuestras p rin ci­<br />

pales producciones ; no lie propuesto en sustancia sino<br />

justas rep ren salias, conform es á los derechos de<br />

las naciones y al interés de nuestra industria. T o d a ­<br />

v ía insistiendo con m ayor vehem encia en la m áxim a<br />

que profesa acerca de que el comercio debe ser el li^<br />

hre cambio de los productos de las naciones ( i ) , conclu<br />

ye su m encionada obra con estas palabras. A c a ­<br />

bo de hablar del estado violento ó fo rza d o en que se<br />

h a constituido la E u ro p a (co n las p ro h ib icio n es): la<br />

In glaterra ha dado e l e je m p lo , y ha arrastrado á ca ­<br />

si todas las naciones: hoy nos vem os obligados á im i­<br />

tar la conducta de nuestros vecinos. E ste es acaso el<br />

solo m edio que tiene á su arb itrio una nación gran ­<br />

de y poderosa por su industria y su a g ricu U u ra , y<br />

la mas independiente p or sus recu rso s, para vo lver los<br />

pueblos á los verdaderos p rin cip ios. M e atrevo á creer<br />

que esta vuelta tan apetecible no está le ja n a , y mientras<br />

llega , no prohibam os los productos extrangeros<br />

sino en cuanto sean repelidos lo s de nuestro suelo y<br />

nuestra industria. ” P ara que estas reflexiones no per­<br />

diesen m ucha parte de la fu erza que pudiera caber­<br />

les , habria sido bueno que su autor ocultase algo mas<br />

el espíritu de anim osidad ó rivalid ad nacional que e n ­<br />

vu elven contra la In glaterra (2).<br />

M as aun cuando prescindam os de e s t o , no podremos<br />

prescin dir tam bién de dos req u isito s, que el mis­<br />

m o C h ap tal exige para la elecció n de c ircu n ita n cia s, y<br />

d el m odo con que deban realizarse las prohibiciones.<br />

E l prim ero es el correspondiente adelantam iento en la<br />

quím ica y la m ecán ica, ciencias que ilum inan y d irU<br />

( i) Parte. 4. cap. 16. ^<br />

(a) Y a se ha dicho que igual espíritu contra la H olanda dicto<br />

en In glaterra, seguo muchos escritores, la famosa acta de navegación.


gen las principales operaciones de la industria, ( i) .<br />

Sin este paso p revio |d e qué valdrían prohibiciones, que<br />

nunca darían m an u factu ras, que com pitiesen con las<br />

extrangeras en baratura y c a lid a d ? L o s que sencillamente<br />

se im aginan que ia prosperidad de la In glater­<br />

ra es debida á su acra de navegación y á su sistema<br />

p roh ib itivo , olvidan la verd adera causa de sem ejante<br />

p ro sp erid a d , que es la ilustración progresiva de aquel<br />

pais. A ntes del acta de navegación era rico é indus­<br />

trioso en prop orcion de su m ayor ilustración respecto<br />

á otras n a cio n es, y en esta m ism a p rop orcion ha mantenido<br />

posteriorm ente su superiorid ad industrial. Si co­<br />

m o tengo á la vista el inform e de la com ision de la<br />

cám ara de los com unes de In glaterra sobre agricu ltu<br />

ra , publicad o en e l Courier de 28 de Junio últim o,,<br />

h ubiera podido tener igualm ente los demas trabajos<br />

de otras com isiones de d iclia cám ara relativo s á c o ­<br />

m ercio y fá b r ic a s , se desen volvería perfectam ente esta<br />

idea p o r los hechos prácticos y la h istoria del país,<br />

m ucho mas de lo que puede hacerse con solo aquel<br />

docum ento. Sin em bargo tenem os en él lo suficiente<br />

p a ra convencernos de que ia ilustrada com ision que lo<br />

p re s e n tó , se hallaba pen etrada d e la conveniencia de<br />

restituir á In glaterra la libertad del co m e rc io , de que<br />

se ha visto p rivad a p o r la existen cia del sistem a p ro ­<br />

h ib itiv o , vicio so y a r tific ia l, que conducirá in falib le­<br />

m ente á aniquilar tod a relación m e r c a n til, y de que<br />

es m uy dudoso si , exceptuando la s e d a , algu n a de<br />

las m anufacturas de consideración reportan aigun beneficio<br />

de tan vana protección en el m ercado p rop io<br />

d e aquel r e in o , donde ninguna m anufactura extran gera<br />

puede com petir con las d el pais p o r la baratura de<br />

e s ta s , debida á los progresos de la m ecánica y de la<br />

quím ica. Y nt) se diga que la falta de los conocim ien -<br />

(1) Discurso prelimioar.


^3 8 ) ,<br />

tos que en E spañ a h ay de ciencias tan im portantes<br />

en el alto grad o y generalidad con que se poseen en<br />

otras n aciones, podrá suplirse atrayendo entre nosotros<br />

á fabricantes extrangeros. C h a p tal ha proclam ado la ine­<br />

ficacia de sem ejante m e d id a , confesando que á pesar<br />

de los esfuerzos de P ed ro el grande y C a talin a de<br />

R u s ia , si lograron estos trasp lantar á su im perio a lgunas<br />

m anufacturas ordinarias con las colonias de ar­<br />

tistas que lle v a ro n , no se adelantó a lli ni adelantará<br />

gran cosa con ellas en m ucho tiem po relativam ente á<br />

m anufacturas finas y de l u j o , (q u e son las que o fre ­<br />

cen dificultades y de ias que se tra ta en la presente<br />

co n tro versia) porque esta alta industria se com pone<br />

de infinitos elem entos y seríes de operaciones interm<br />

edias que exigen manos é instrum entos adecuados ( i) .<br />

N o han sido ciertam ente escasos nuestros gobiernos desde<br />

m ediados del siglo an terior en p rop orcion ar a li­<br />

cientes y prem ios á los artistas y fabrican tes que v i­<br />

nieran á d om icilarse en E sp añ a, y no obstante e s to , y<br />

los m uchos que efectivam en te vin ieron adem as con m otiv<br />

o de la revolución fra n c e s a , nuestras m anufacturas<br />

finas subsisten m uy atrasadas. P o r m anera que B u r-<br />

g o in g , m inistro plen ip oten ciario de la república fran ­<br />

cesa cerca de nuestra corte , escribien do e l v ia je de<br />

E s p a ñ a , que h izo entrando p o r los pirin eos o ccid e n ­<br />

tales y saliendo p o r los orientales el año de 17 9 2<br />

y 17 9 3 , consolaba á sus paisanos , diciéndoles que<br />

no tem iesen les perjudicaran las fábricas de C atalu ñ a,<br />

que se hallaban en un estado tosco y rutinario á p e ­<br />

sar de la d ecidida p rotección d el g obiern o y de la<br />

ven ida de g ra n núm ero de gente industriosa de N im es<br />

y L e o n que se habia refugiado en aquella provin cia.<br />

Y aludiendo al poco partid o que de esta gente saca­<br />

ba C atalu ñ a p o r carecer del com petente a u x ilio de


manos subalternas á p r o p ó s ito , cita ía respuesta que<br />

Starberabeg de E p lro d ió á M ahom et I I , que estrañ a-<br />

ba no le sirviese la espada con que habia ejecutado<br />

tantas h azañas aquel h é r o e , el cual le contestó ; eso<br />

consiste en que al enviarte m i esp ada, no te envié mi<br />

brazo. Sino q u ere m o s, p u e s , in vertir el órden natu­<br />

ral de las c o s a s , no aspirem os á conseguir efectos siti<br />

prim ero p rep arar las causas de que han de dim anar.<br />

D ifúndanse ios conocim ientos oportunos , y entonces<br />

ellos podrán darnos sus resultados consiguientes. A u ­<br />

mentemos de otra p arte los cap itales y los p ro p ie ta ­<br />

r io s , de la suerte que desde luego está á nuestro alcance<br />

, respecto á nuestros fru tos rurales y á nuestro<br />

com ercio : dism inuyam os ias gabelas que encarecen e l<br />

p recio de la la b o r, ó scase la mano de o b r a ; estim ulem<br />

os al am or del trabajo p o r todos los m edios anÁ-<br />

lo g o s , y entonces facilm ente llegarem os á tener indas-,<br />

tria de tod a clase. P ero m ientras p o r un lado estemos<br />

atrasados en las cien cias in disp en sables, y p or otro<br />

los jorn ales en algunas de nuestras provincias esten.<br />

á 15 ó 20 reales, cuando en F ran cia apenas llegan á<br />

cin co ; y nuestras travesías m arineras cuesten gruesas<br />

cantidades, cuando el anglo-am ericano pasa años á bor­<br />

do sin o tra rem uneración que la de doc« pesos fuer--<br />

tes m ensuales y una com ida p o co c o sto sa , en balde<br />

nos afanarem os por. sobreponernos á ios que nos lle ­<br />

van tantas ventajas p ara enriquecerse.<br />

E l segundo requisito que C iia p ta l estim a necesario<br />

p ara a co rd ar las prohibiciones es , “ que el gobierno<br />

que debe v e la r sobre todos los intereses del fabrican ­<br />

te y del co n su m id or, no puede p roh ib ir un artícu lo<br />

y a acreditad o en el consum o para favo recer sim ples<br />

p royectos de im portación ; sino que desde el m om ento<br />

ea que p o r Ía com paración de los productos se ase­<br />

gure de que este nuevo género de industria puede<br />

p ro s p e ra r, debe elevar gradualm ente ei derecho á ia


im portación de productos a n á lo g o s, á fia de anim ar<br />

y extender la fabricación hasta que esta llegue á ser<br />

suficiente p ara p roveer á los consum os , y en ral estado<br />

, si los derechos no bastan para establecer la<br />

co n cu rre n cia , debe p rohib ir la introducción de los<br />

productos extrangeros ( i ) . „ H e aquí las reglas p ro ­<br />

puestas p o r este e s c r ito r , de las cuales se d educe ;<br />

I ? , que no por las m eras aserciones de los fa ­<br />

bricantes , ni p o r vanas prom esas y declam aciones se<br />

debe resolver e l gobierno á p rohibir m anufacturas e x ­<br />

trangeras : 29, que supuesta ya la pretensión de<br />

los fabrican tes, se ha de preceder á un examen com ­<br />

p a ra tiv o de los productos nacionales y extrangeros en<br />

ca n tid a d e s, calidades y p r e c io s , con o b je to .d e evi­<br />

ta r la sorpresa de los gritos que arranquen una inconsiderada<br />

p ro h ib ic ió n , porque en e l cap rich o de<br />

que todo absolutam ente se p rod u zca en el p a is , p o -<br />

d ria suceder q u e , porque se tuviese una fábrica de<br />

crista le s , relojes ó p o r c e la n a , se solicitase la p ro h ibición<br />

de cristales, relojes ó porcelan as extran geras: 3?,<br />

que resultando de d ich o exam en com parativo , que la<br />

industria puede prosperar en el p a is , se im ponga un<br />

derecho á los productos análogos del mismo género<br />

de industria ex tra n g e ra : 4 ? , que este d erech o se va­<br />

y a gradualm ente elevan do hasta n ivelar los precios resp<br />

ectivos en el m ercado p r o p io : 5 ? , que solo en el<br />

caso de no lograrse este nivel con ningún d e re c h o , por<br />

subido que sea , se recurra á p rohib ir las prod u cciones<br />

extrangeras. D em uéstrase con esto la circunspec­<br />

ción y detenim iento con que según C h a p ta l hayan de<br />

decretarse las p roh ib iciones, y la equivocación con que<br />

en el referido artícu lo co m u n icad o , insertó en el U n iversal<br />

de ios dias 10 y 1 1 de A g o sto ú ltim o , pare­<br />

ce deducirse de la doctrina de C h a p ta l, que ias p ro h i-


a o<br />

b id on es son el único m edio de fom entar de un goíp e<br />

nuestras fábricas , y que el contrabando se aum entaría<br />

indefectiblem ente a d m itie n io á coiiierclo con p ig o<br />

de derechos los géneros prohibidos. ¿ N i cóm o podría<br />

sentar Chap'.al esta d octrina sin contrad^ícirse cotí lo<br />

que tanto repite acerca del p erju icio que la In glater­<br />

ra ha causado á los v l..o s y otras produccioties de F ran ­<br />

c i a , gravándolas con crecid os d ere ch o s, equivalentes á<br />

p roh ib irlas? C om o pueda aum entarse el contrabando<br />

adm itiendo á com ercio con pugo de d erech oi ios g éneros<br />

en que se ejercia a q u e l, es cosa que yo no co ;n -<br />

prendo. L o que creo que p o d ría verificarse es que hubiese<br />

fraudes en el m enor p^^go de los djrec'^os que<br />

correspondiesen , ó en suponer de uaa c a ll.ia i lícita<br />

m ercaderías p rohibidas del mismo g é n e ro , p j r ser de<br />

calidad mas fina ó su p .'íio r, P ero esto j a i i i s ceñ irá<br />

lu g a r sino porque los em pleados de aduan is no cu :n -<br />

plan con su o b lig a c ió n , y esten seguros de burU rse<br />

de su responsabilidad. Y en tal caso ¿co:i cuanro m ay<br />

o r m o tiv o , porque será m ayor su in terés, no co n ­<br />

cu rrirán á d ejar franco paso á las in tro iu jc io n e s c la n ­<br />

destinas de géneros , cu ya adm isión esté p roh ibid a sin<br />

estar prohibido su uso y su consum o, contra el que<br />

tam poco en pueblos libres pueden autorizarse incesau-<br />

tes pesquisas in q u isitoriales? Si es indisputable que<br />

m ientras mas altos sean los d e re c h o s, mas riesgo lu y<br />

de fraudes } cóm o dejará este de aum entarse cuando se<br />

puede d a r fu K iv a entrada á gén ero s, en que la p o h l-<br />

bicioii y el expen dio prom eten m ayores ganancias i Así<br />

es q u e ni c o a altos d erech os, ni con prohibiciones S9<br />

han evitado en E spañ a los fraudes de varias clases<br />

que expresa el m ism o C h a p tal. “ A c ía el fin del úl­<br />

tim o s i g lo , d ic e , el gobierno español lL*gó ya á ocu ­<br />

parse de h acer re viv ir la industria en sus e s ta d o s , y<br />

em pleó diversos m edios á este objeto : proh ib ió casi<br />

todos los productos extran g eros, ó los g ra v ó con ex-<br />

6


orbitantes derechos á su introducción ; eludió la eje­<br />

cución de los tratados de com ercio que le p areciero n<br />

desventajbsos. P ero el m al estaba hecho : la in ferio ridad<br />

de los productos d e su industria era m uy grande,<br />

y e l interés del com ercio m uy poderoso p ara que los<br />

actos de la autoridad fuesen respetados. L a F ran cia y<br />

la In glaterra continuaron su com ercio con E spañ a á<br />

pesar de las estorsiones y de la severidad de las leyes.<br />

Se estampaba sobre los géneros la marca de un fa ­<br />

bricante español : los comerciantes del mediodia de ¡a<br />

Francia se ajustaban por años con los gefes de las aduanas<br />

para introducir sus mercancías : el oro y la plata eran<br />

traídos á nuestras ciudades fronterizas á costa de un li­<br />

gero sacrificio : los establecimientos industriales formados<br />

en España servian solamente de oficinas para facilitar el<br />

fraude , y hacerlo circular impunemente en lo interior<br />

dcl m « o. ” ( i ) Sem ejantes abusos se reiterarán siem ­<br />

p re que en la legislación de aduanas no presida el tino<br />

que en e lla desea C h a p ta l, afirm ando “ que sem ejan<br />

te legislación no debe proponerse otro fin que el<br />

de establecer derechos tales , que con ello s pueda la<br />

industria del pais concurrir vtntajosam ente con la e x -<br />

tra n g e ra , de cu yo princip io nunca debe se p ara rse, sea<br />

la que quiera la naturaleza de la m ateria sobre que<br />

hayan de r e c a e r .... P ara establecer estos derechos de<br />

m odo que no lastimen ningunos in tereses, el legislador<br />

debe conocer el estado de la industria nacional, agrícola y<br />

m an u factu rera, y com pararlo con el de la in d u srm e x -<br />

trangera en productos análogos. D ebe saber cual es<br />

la d iferen cia en los precio-i com parados de fabrica­<br />

ción entre las diversas naciones que puedan v e n ir á la<br />

com petencia : debe pesar en su sabiduría las. ventajas<br />

que dan á una industria la antigüedad de sos establecim<br />

ientos , la disposición de grandes c a p ita le s , Ja


facilidad de adquirirse el num erario á bajo p r e c io ,<br />

los esfuerzos que quepan en los gobiernos y los p a r­<br />

ticulares para abrir m ercados ó salida á sus m ercade­<br />

rías , e l esp íritu nacional que rech aza ó adm ite p referentem<br />

ente las producciones extrangeras & c . T o d a s<br />

estas consideraciones deben entrar en sus cálculos p ara<br />

no causar un daño irrep arab le á la in d u s tria .,, ( i )<br />

Sin duda p o r no encontrar en nuestros anteriores aran­<br />

celes observadas estas ju iciosas é indispensables reglas<br />

la com ision nom brada en B arcelon a e l año de 1 8 1 6<br />

para p rop oner Ío conveniente sobre la m ejora de ello s,<br />

cu yo inform e extendió el digno d ip u tad o de (as actuales<br />

C o r te s , m i apreciable am igo el señor don G u illerm<br />

o O U ver y S a lv á , d ijo oportunísim am ente (2 ):<br />

" siem pre que e l p recep to de las leyes se h alla en con-,<br />

tradición con el interés bien entendido de los que las<br />

han de o b e d e c e r, fom entan mas bien que no contienen<br />

los delitos. D e la im perfección d e las leyes tuvo seguram<br />

ente o rigen nuestro a d a g io : hecha la le y , hecha<br />

la tram pa. N uestros aranceles y m étodo de aduanas<br />

p rop orcion an m ayores ventajas á los contrabandistas,<br />

que cuanto les im porta lo que necesitan para safarse<br />

d e ios riesgos : sin esto seria m uy poco ó ninguno el<br />

contrabando. M as aun cuando no se pudiese del todo<br />

co n te n e r, la u tilid ad inmensa que ha dado y está dando<br />

, menos m al fu era para E spañ a que la hubiesen<br />

reportado ó aprovech ad o los esp añ o les.’^ Y pregunto<br />

y o , ¡¿se ha n observado las mismas reglas y las dem ás<br />

m encionadas, que según C h a p tal, deben observarse en el<br />

sistema p r o h ib itiv o , respecto á las prohibiciones que<br />

inclu ye el últim o arancel, de toda m anufactura ex tra n ­<br />

gera de la n a , seda y algodon? ¿D ón de ó cóm o se han<br />

p racticad o los p revios exám enes com parativos de can­<br />

i l ) Parte 4 . cap. 15.<br />

(a) Pág. 46. Im presión de Tarragona de 1820.


( 4 4 ) ^ ,<br />

tid a d e s , calidades y precios? |cu á l escala de g rad u a­<br />

dos derechos se ha ensayado para conclu ir que co n<br />

nlnguno:i de e llo s , por altos que se a n , pueden com petir<br />

nuestras respectivas m ercaderías de estas clases con las<br />

am ílogas de los extran geros? je n qué form a se ha hech<br />

o constar que nuestras p rod u ccio n es, á lo menos de<br />

géneros finos m anufacturados de estas prim eras materias,<br />

alcanzan para nuestros consumos? Si alcanzasen co a<br />

e fe c to , no hubiera p e d id o , com o ha pedido la diputación<br />

p ro vin cia l de la laboriosa C a ta lu ñ a , donde se<br />

ha extendido m ucho la fabricación d e géneros de lana»<br />

que se perm itiese la entrada de alepines extrangeros,<br />

y no oiriam os tanroü clam ores com o hem os oid o en<br />

contra de la absoluta p rohibición de toda m anufactura<br />

extrangera de seda y a lg o d o a ( i ) . Y no habiendo el<br />

abasto necesario de géneros del p a is , jcó m o podrá im ­<br />

pedirse la entrada de los géneros extrangeros de la<br />

mism a clase que se necesitan y se perm iten consum ir?<br />

G a n iih ponderando los triunfos del com ercio sobre los<br />

obstáculos con que quieren d irig irlo intereses de o tra<br />

cla'.e ó com binaciones p o líticas , aconseja prudentem ente<br />

que ios gobiernos no pongan en oposicion el interés<br />

particu lar de los ciudadanos y el interés del esta­<br />

d o , exigien do virtudes com o obligacion es civiles (2).<br />

Pues algo y aua m ucho nías que virtudes se exigirian<br />

(1) Jamas quizás hatrá sido mas preciso im gran cuidado para<br />

dar su legítim o valor á estos clam ores, y á los que en contrario<br />

Si le^ar.ten á favor de la subsistencia de las prohibiciones. E n ­<br />

tre estos últim os, acaso por una combinación rara se confundirán<br />

los de los fabricantes, y ios de algunos comerciantes que habiendo<br />

llenado sus almacenes con las inmensas introducciones, hechas<br />

recientemente del modo que todos sabemos por las provincias bas-<br />

co.-.gadas, son interesados en que permanezca la prc-hibicion hasta<br />

ía vsntajoáa salida de sus acopios , aunque laego pidan b libertad<br />

del comercio. L a oficina del fom ento , cuyos trabajes veremos algún<br />

d ia , creo que á falta de otros datos estadísticos podría sernos<br />

la m«jor guia por ahora para sacarnos de pe-plexidailes.<br />

(2) T eoría


como obligacion es c iv ile s , si del ciudadano se preten­<br />

den im p osib les, cu al es el de conform arse á carecer<br />

de io que ha m enester , y á no encontrar nt con su<br />

dinero ea la mano quien le surta ó le provea de ello<br />

en U cantidad y calidad que d e se a , y á precios regulares.<br />

A lg o y aun m ucho mas que virtudes se e x ig irían<br />

com o obligaciones c iv ile s , si el com erciante y e l<br />

consum idor que tienen iniereses y d e .e c h o s , así com o<br />

los '¡en e ei fa b ric a n te , hubiesen de su frir el verlos<br />

enteram ente pospuestos á los de e ste , á quien se d is-<br />

pen.->aba una exclusiva protección en detrim ento de la<br />

que los gobiernos deben á todos sus súbditos. K o ig­<br />

n oro que para que esta protev-cion sea la mas út*l y dis­<br />

c r e t a , debe haber un cierto orden determ inado -poc<br />

la im portancia ó necesidad de ella. P ero sem ejante<br />

órden jam as podrá establecerse sin la m e d ita ció n , exá»<br />

men y cálculo co rresp o n d ie n tes, p ata fijar la opinion<br />

con aquellos irrefragables datos y conocim ientos que<br />

faltan y deben preceder , y que en m i dicrám en arrojarían<br />

resultados opuestos á la absoluta p roh ib ició n<br />

de toda m anufactura extrangera de lana , seda y a l-<br />

g o d o n , d e ganados , contra la que tam bién ha recla ­<br />

m ado la d ip u tajio n p rovin cial de C a ta lu ñ a , de p ap el<br />

y otros a rtíc u lo s ; p or lo que ju zgan d o que no puede<br />

subsistir en la extensión que tie n ^ , creo que debe refo<br />

rm a rse , siquiera hasia que adquiram os las nociones<br />

co m p eten tes, pues m ¿noi m alo será que por algún tiem *<br />

p o se perm ita la introducción de algunos de d ich os<br />

a rú c u lo s , aunque en rig o r pudiéram os pasar sin e iio s ,<br />

que no el que p o r careccrse de los n ecesarios, ilud4<br />

e i contrabando la prohibición de todos.<br />

H abiéndom e y a pronunciado a s i , claro es que no<br />

estaré por la adm isión ilim itada de toda p rod u cción<br />

extrangera devengando ó no derechos. L a s p roh ibiciones<br />

y aun las ad u a n a s, si son un m a l, pertenecen á<br />

aq u ella especie de m ales e a que tienen q u e iacu rrir


( 4 Ó)<br />

las n a cio n es, porque haya algunas entre ellas que lo<br />

abriguen , debiendo precaverse las dem as. N o obstan­<br />

t e , ha sido fatalid ad que para decidirse en la elec­<br />

ción de sistemas económ icos, hayan tom ado p o r m o­<br />

d elo e l de In glaterra , mas bien que e l de otra nación<br />

que siguiendo un rum bo opuesto en cuanto á la<br />

lib ertad del co m ercio , presenta al m undo el agradable<br />

espectáculo de una rápida prosperidad en tan poco<br />

tie m p o , cual no se ha visto jam as en ningún pueblo<br />

antiguo ni m oderno. H ab lo de los E stados U nidos<br />

de A m é r ic a , que en el espacio de cuarenta años han<br />

trip licado ó cuadruplicado su p o b la c io n , y aum entand<br />

o p o r consiguiente en la m ism a ó m ayor p rop orcion<br />

su riqueza publica y su influencia p o lític a , sin em­<br />

b argo d e haber adoptado la base de tener absoluta li­<br />

bertad de com ercio con todas y cu alquiera nación que<br />

siguiese con ellos e l p rop io p la n , que alU solo ha<br />

sido m odificado por la ley de la recip rocid ad p ara<br />

con aquellas naciones que prohíben ó recargan de derechos<br />

las producciones ó com ercio de los E stados U n idos<br />

( i ) . A l cabo ya que no está en nuestra m ano co n ­<br />

tener el torrente de la opinion e x tra v ia d a , dém osle<br />

en nuestro pais el curso que m as co n v e n g a , y en m i<br />

opinion es en la a ctu a lid a d , el de un tem peram ento ó '<br />

térm ino m edio que sugieran la razón y la e x p e rie a -<br />

cia relativam ente á lo que haya ó no de prohibirse.<br />

N o quisiera que para nuestros cálculos nos p reocupásem<br />

os m ucho de los datos de lo que se llam a<br />

balanza de com ercio , reducida á sumar las im porta-*<br />

ciones y exportaciones de un pais, Sm ith ha demos­<br />

trado cuán falib le es este m edio de a verigu ar el p ro ­<br />

greso de la riqueza p u b lic a , que consiste en el aum ento<br />

de ca p ita les, ó séase sobrante de la producción res-<br />

( i) Seybert anales estadísticos de los Estados Unidos , y respuestas<br />

de nuestros cónsules al interrogatorio del gobierno en i 8 i 5 .


pecto al consumo ; porque si las esportaclones dan ga­<br />

n a n cias, habrá seguram ente aum ento de capitales con<br />

que pueda crecer la producción , pero si diesen pérd<br />

id a s, com o no d eja de suceder frecu en tem en te, h a ­<br />

brá dism inución de capitales , y baja tam bién p o r lo<br />

tanto en la producción. T o d a v ía aunque entre ios res­<br />

p ectivos valores de im portaciones y exportacion es se<br />

note alguna ve z inclinada la balanza hacía a q u ellas,<br />

no p o r eso debe fallarse que se pierde en el com ercio.<br />

H ablando C h a p tal d el com ercio, de la F ran cia con las<br />

dos S ic ilia s , sienta el axiom a de que cuando .se tru e ­<br />

can m anufacturas por prim eras m aterias ó frutos de<br />

la tierra necesarios para los consum os, la ventaja está<br />

de parte de la nación que recibe esto , aunque su valo<br />

r supere á lo que entrega de aquellas ( i ) . Pues el<br />

ejem plo de los E stados U nidos de A m érica nos mani­<br />

fiesta que tam bién puede g a n a rse , y m ucho , trocando<br />

prim eras m aterias y fru tos de la tierra necesarios para<br />

ios consumos p o r m anufacturas , aunque el v a lo r que<br />

se entrega de aquello sea in ferio r á lo que se recibe<br />

de estas ( 2 ) , siem pre que los cap itales y el trabajo<br />

se dediquen á ocupaciones mas lucrativas , cu al pueden<br />

serlo algunas veces la a g r ic u ltu ra , la nevegacioti<br />

y el com ercio. T o d o el p ru rito de los entusiastas del<br />

sistem a absoluto p roh ib itivo es retener p or m edio de<br />

él en la nación el d in e ro , p ara que los extrangeros no<br />

se lo lleven en cam bio de sus m anufacturas ; pru rito<br />

m uy semejante al que hubo para querer retenerlo con<br />

leyes de atroces p e n a s, inclusa la de m uerte , contra<br />

los extractores. P ero ó hay esa grande escasez de m etálico<br />

con que se nos asom bra, ó no. Si la l i a y , es bien<br />

cierto que los extrangeros no se llevarán m ucho aun­<br />

que nos traigan sus m anufacturas mas exquisitas : sino<br />

(1) Parte 1. cap. 6.<br />

(2) S e yb á rt, obra citada.


la h ay 9 y p a d îera concederse que ias sim ples leyes pro­<br />

hibitivas de introducir m ercancías extrangeras alcan zasen<br />

mas que las penales contra los estractores de d in<br />

e r o , restarla in vestigar, si este din ero que se preten­<br />

de retener com o instrum ento de la industria y producción<br />

, encontrará ó no dentro de la nación em pleo mas<br />

provech oso que el de negociar en m anufacturas exrran-<br />

geras. N o encontrándolo , témome m ucho que nada lo<br />

distrajese de proseguir á todo tra n c e , y burlando toda<br />

v ig ila n c ia , en sus prim itivas esp ecu lacionesj y sí lo en­<br />

c o n tra s e , naturalm^-nte y sin im pulso algu no se d ed ica<br />

ría á él. L a citada com ision de B arcelon a que el año<br />

de 1 8 1 6 inform ó sobre aran cele», se m anifestó con­<br />

tra ria á toda acción que arrastrase los capitales á prefe<br />

r ir cu alq u ier destino en el iw rca d o e x terio r. “ En<br />

In g la te rra , dice ( i ) , se han esforzado m ucho en co n ­<br />

ced er gratificaciones á fin de que pudiesen sus m anufacturas<br />

exclu ir de los m ercados del exterio r á tas de<br />

otras n a cio n e s; p ero esto e s , según observó S m ith ,<br />

querer fo rza r el com ercio de un pais ácla aquel canal<br />

que él n o buscaria de su p ro p io rrw vim ie n to , y<br />

que es m ucho menos ventajoso á los intereses del p ú ­<br />

b lico . Y según lo que á este p rop ósito d ice Say en su<br />

tratado de econom ía p o lít ic a , siempre que alguna in -<br />

dustria deja alguna utilidad, no necesita de estímulo^<br />

y sino la d e ja , no merece fom entarse. L a E spañ a tiene<br />

sobrados m edios en sus prop ios dom inios para em plear<br />

la n a c ió n , aunque aum cníase cuanto es susceptible con<br />

m ayo r utilidad y perm anencia, que la que ofreciera cualq<br />

u ier tam o de industria que hubiese de m antetierse al<br />

e x te rio r á costa de gratificaciones. P ara prosperar su<br />

a g ricu ltu ra y su industria solo necesita que se rem ueva<br />

n las tra l'a s y se alivien sus cargas que las oprim en,<br />

y nadie podrá aven tajar á los e sp a ñ o le s.,, Q uien g ra ­


dúe áe sólíáa esta doctrina p o r lo que toca a! em p leo<br />

de los capitales de cu alq u iera clase que se in viertan<br />

coa destino al com ercio e x t e r io r , no podrá menos d e<br />

graduarla asi tam bién respectivam ente p o r lo que ha­<br />

ce al em pleo de dichos capitales para el tráfico inte­<br />

rio r. Y el que crea que para la prosperidad de la a g ricultura<br />

é industria esp añ o la, solo se necesita rem over<br />

las trabas y a liv ia r las cargas que las han oprim ido,<br />

no se fatigará tanto en el cálcu lo de im portaciones y<br />

esp ortaciones, com o en el exám en de las trabas que se<br />

hím rem ovido y pueden re m o v erse, y de las cargas<br />

que se han aliv iad o y pueden aliviarse aun á la agricu<br />

ltu ra y á la in d u stria; y con tal de que de esta suer­<br />

te se haya aum entado la p rod u cción , no se contristará<br />

m ucho p o r la salida de algú n num erario, cu yo va»<br />

lo r sea in ferio r al aum ento de la p ro d u c c ió n , ó lo<br />

que es lo m ism o , d e valores d e otra especie. Si este<br />

su p erior aum ento de cualquiera especie de valores ó<br />

p rod u cción no fuese de m ucha mas consideración que<br />

las estraciones de num erario , ninguna optíracion se<br />

habría podido escogitar mas ruinosa que el em préstito,<br />

que el año económ ico d e Ju n io de 18 20 á Junio<br />

de 18 2 1 se tom ó á los extra n g ero s; y que en últim o<br />

análisis viene á p arar en darles 60 4.0 0 0 .0 0 0 . de reales<br />

en m e tá lic o , p o r 19 5.0 0 0 .0 0 0 . que entregaban. L o que<br />

equivale á tener que desfalcar en 40 9 .0 0 0 .0 0 0 . el num<br />

erario de la n a ció n , sin recib ir esta en cam bio de ellos<br />

ninguna m ercad ería, y aun sin que siquiera lo» em presarios<br />

ó prestam istas extrangeros esten obligados á lle­<br />

varse en p a g o otros artícu los que no fuesen d in e ro , c o ­<br />

m o deseaban que lo estuviesen algunas p erso n as, que<br />

en mi s e n tir , no haciéndose bien cargo de la naturaleza<br />

de semejantes n e go ciacio n es, ju zgaban que á fa v o r<br />

de lo que les p arecía ventajoso á la nación p o ü a al­<br />

terarse lo estipulado.<br />

Supuesto que para la resolución d el problem a que


nos o c u p a , no debem os ceñirnos precisam ente á to*-<br />

m ar solo en cuenta e l va lo r com parativo de las e x ­<br />

portaciones é im portaciones de m etálico y cualesquiera<br />

otras esp ecies, sino es que adem as tenem os que aten­<br />

der á m uchas otras co>as, creo que el m odo de p o ­<br />

nernos en el cam ino del a c ie rto , será reflexionar si el<br />

sistem a económ ico p o lítico que nos conviene ahora<br />

a d o p ta r, debe aproxim arse mas al que se sigue en ios<br />

E .tad o s U nidos de A m é ric a , ó al que se ha preterido<br />

en In g la te rra, de donde lo im itaron varias potencias de<br />

E u ro p a , entre ellas últim am ente la F ra n c ia : últim am<br />

ente repito , porque ya se ha visto qui,: para alentar<br />

su industria en tiem po de C o lb e rt, com entó por<br />

a b rir sus puertas al libre com ercio de los extran geros,<br />

y prem iar las im portaciones de las m anufacturas de<br />

esto.s, aun mas que las exportacion es de las m anufacturas<br />

propias. L a m ayor ó m enor ig u a ld a d , sim ilitud<br />

ó analogía de circunstancias p ara ab razar útihnente<br />

uno ú otro sistem a, habrán de d ecid ir la cuestión.<br />

Se m anifestó ^anteriorm ente, q u e cuando la In glate<br />

rra ,' y lo m ism o pueda decirse de la F ran cia i naciones<br />

de que principalm ente debe hal larse en la ma­<br />

t e r ia , adoptaron, el sistema p ro h ib itiv o , eran ya industriosas<br />

é ilustradas en las ciencias a u x ilía le s , á<br />

cuyos progresivos adelantam ientos han ido correspondiendo<br />

ias m ejoras y perfección de sus artes y de sus<br />

labricas. ¿ Y estam os nosotros en idéntico caso? jC o m o<br />

hemos de esta rlo , habiendo viv id o hasta aqui bajo g o ­<br />

biernos despóticos y tenebrosos á quienes ofendía el<br />

m enor rayo de lu z , que perseguían ia aplicación y<br />

estorbaban el saber? E l d ecir que los españoles de<br />

r e p e n te , porq ue liem os tenido la g lo ria de resucitar<br />

y de apropiarn os los m ejores elem entos de C onstitu ­<br />

ción que se conocen en p o lític a , sabemos ya y podem os<br />

mas que cualquiera otra nación en todo género de co ­<br />

sa s, será bueno p ara alagar los oidos de la m u ch e-


dum bre que lo escuche : el idiom a inflexible de U<br />

verdad sín tera d irá que tenem os disposicioues natu­<br />

rales, y lo hemos acreditado siem p re, p ara no sec<br />

Tespectivam ente inferiores en nada á ninguna, otrA na-<br />

•cion, y ' p ara descollar en m uchos ramos-, -asi comt®<br />

descollam os y a en ia d ign id ad de liombres lib res y<br />

en algunas obras de ingenio. H arto hemos h e c h o , y<br />

aun im posible p arece haberlo hecho á vista de las<br />

enorm es d ificultades y obstáculos que ha sido necesario<br />

v e n cer, y m ucho debem os prom eternos de ias nue­<br />

vas instituciones que felizm en te nos rigen. P ero ellas<br />

son hasta ahora el cim iento d el e d ificio : p ara acabar<br />

de construir e ste , ordenando y acom odándole en debida<br />

prop orcion sus dem as partes y adornos, se necesita<br />

tiem p o y trabajo. P o r buena que sea la raíz de un<br />

á rb o l, m ientras que el árb ol úo h aya crecid o y se<br />

robustezca, en van o será p ed irle sus m as sazonados<br />

frutos. D e una m anera se conduce y sustenta la edad<br />

a d u lta , y de o tra la infancia.<br />

A si com o no^otros ahora p o r cu lp a d e nuestros<br />

precedentes g o b iern o s, los E stad os-U n id os de A m érica<br />

p o r efecto del m onopolio co lo n ial de su m etrópoli se<br />

hallaban en ia infancia de su in d u stria, cuando se de­<br />

clararon nación independiente. ¿ Y que fue lo que<br />

p rim ero llam ó su atención para prom over la comu»<br />

riq ueza y prosperidad? L o que la n^ituraleza m ism a in­<br />

d ic a , que es la agricu ltu ra. " L a industria a g r íc o la , según<br />

C h a p tal ( i ) , es sin disputa ia prim era de to ­<br />

d as: los trabajos q u e e lla exije form an una poblacion<br />

robusta : las producciones que sum inistra ion de absoluta<br />

n ecesid ad : ella da ia m ateria prim era á las ma­<br />

nufacturas y atrae los cam bios a l com ercio. E sta in -<br />

tiustrla descansa sobre una base tan sólida com o - e l<br />

su d o á quien viv ifica: no tem e ni los caprich os de<br />

(i) Plan y m otivos de la obra.


lá m o d a , ni la inconstancia de Ids consum idores«,..La<br />

exiifcencia de la p oblacion m anufacturera se h alla e s ­<br />

trecham ente ligad a á la suerte m uy variab le de las<br />

tnanufactu'tas; y cuando la guerra ó las p ro h ib icio ­<br />

nes -cieirran el m ercado á los p rod u ctos industriales^<br />

se ven con d olo r esas reuniones de honibres ociosos<br />

que su fren , se agitan^ y con m ucha frecu eacia turban<br />

e l sosiego público. H ubiera indudablem ente sido de<br />

d esear, que en v e z de form ar estas aglom eraciones de<br />

in d ivid uos para beneficiar algunos géneros de indust<br />

r i a , se les hubiese d ejad o disem inados -en k>s campos»<br />

4 onde la fabricación no habria sido mas que un p r o ­<br />

vechoso a u x iliar de la labor de la tie rra .’* Penetrados<br />

de esta inconcusa y saludable m/ixima los E stados-<br />

U nidos d e A m é ric a , com enzaron su regeneraciou p o ­<br />

lític a por «1 cu ltiv o de sus cam pos c o a e l éxito que<br />

es notorio y co n prodigiosas ganancias. P o r m uestra<br />

d e ellas co p iaré algunos hechos que r iñ e re Seybert. U a<br />

terren o en las inm ediaciones de la ciudad de L o u is -<br />

v ille , sobre la ribera del O h io , fue ven d id o en 17 9 8<br />

p o r la cantidad de 3^0 pesos fu e r te s : e l ano de 1 8 1 5<br />

esta m ism a p rop iedad fue ad quirid a en io@ pesos<br />

fuertes. E n 1 7 9 4 com praron och o lotes de tierra en<br />

P itts b o u rg , pueblo de la P e m ilv a n ia , p o r la sum a de<br />

'176 5 pesos fu ertes y 6 4 cen tavos; y el año de 1 8 1 4<br />

no quiso r e c ib í p o r ellos su dueño una renta anual<br />

d e pesos fuertes, ¿C ab e m ayor convencim iento d el<br />

tin o con que procedieron y de las inm ensas ventajas<br />

q u e con él lograron ?<br />

Pues p ara darles todo el increm ento de que entonces<br />

eran su scep tib les, hubo de tener presente la<br />

sabiduría de aquel gobierno., lo que no han podido d e ­<br />

ja r de reconocer y confesar los mas ardientes d e fe n -<br />

sore« dei sistema p r o h ib itiv o , y es que no solam ente<br />

el com^^rcio es el prin cip a! agente de la p rod u cción,<br />

sino que es el que fom enta y aun crea la industria de


(S3)<br />

toda clase. Cha^jtal asegura, " q u e la m ayor p arte de<br />

los productos de la industria a g ríco la y m an u factu -<br />

xera quedarían sin e m p le o , s-i el com ercio uo verifi­<br />

case el transporte p ara asegurar el d esp a ch o , y co a<br />

sus cam bios proveer á la a g ricu ltu ra y á las fábricas<br />

-de todos los artícu los necesarios para sus trabajos” (i)-<br />

N o contentándose G a n ilh co n e s to , destinó dos ca p ítulos<br />

de su .teoría de la Economía política ( 2 ) , para<br />

en contrad icción de Sm ith p rob ar con la h istoria de<br />

tod os los pueblos, que el com ercio ha precedido y anim<br />

ado siem pre á la a gricu ltu ra y m an u factu ras, p o rq<br />

u e sin c a p ita le s, |qué fábricas h a de haber? ¿ y cóm o<br />

d ejará ^ie haber fá b r ic a s , habiendo exuberancia de c a -<br />

jpitales que el com ercio p ro p o rcio n a l D e l fom ento<br />

que la a g ricu ltu ra ha debido al com ercio -en los E stad<br />

os-U n id os de A m é ric a , no dudará e l que vea en Sey-<br />

b ert, que las exportacion es de aquel pais han consis­<br />

tid o en m aterias prim eras y frutos de la tierra. T a m ­<br />

p o c o dudará -de ia acum ulación de riq ueza que aquella<br />

nación debe al com ercio^ el que lea en e l mismo<br />

auto r Jos cuantiosos in gresos de las a d u a n a s, que ei<br />

añ o de 1 8 1 5 rindieron 3 8 0 .5 0 .7 6 1 pesos fu ertes (3 ).<br />

M enos dudará de com o ha p reced id o , y cu an to ha in -<br />

i^uido alli el com ercio para «I establecim iento y perfecció<br />

n d e las fábricas el que le o ig a decir^ " la s m a-<br />

tiu factu ras no han llam ado la atención p ú blica en los<br />

£ sta d o s-U n id o s hasta de poco tiem po á esta p a rte : ya<br />

son de una a lta im portan cia, así p o r su n ú m ero, com o<br />

p o r las m uchas personas y capitales que em plean,<br />

F u e ra del p ais estos establecim ientos han excitad o ei<br />

(i) Plan y motivos de'ia obra.<br />

(a) j.® y 9 .°, parte 2.<br />

'(3) ¿Si nosotros los tuviéramos iguales, necesitaríamos recur><br />

rir ¿ otros inipuestos?


tem or de sus com p etid ores: los progresos que h an<br />

h e c h o , y ]a facilid ad cou que nuestros operarios han<br />

ejecutado ios m étodos mas dificultosos han aum entado<br />

tales tem ores. L a s fábricas y talleres se difun d en p o r<br />

td d o el p a is : su núm ero es considerable en las rib eras<br />

del m a r, y al O este de los m ontes se encuentran á<br />

cad a paso.” C o n que si por una p arte no nos encon­<br />

tram os nosotros en las circunstancias que In gla terra y<br />

F ran cia al adoptar estrictam ente e l sistema p ro h ib itiv o ;<br />

y sí p o r o tr a , nuestras actuales circunstancias son m uy<br />

sem ejantes ó análogas á las en que los E sta d o s-U n idos<br />

d e A m é ric a , sin m inas de m etales p re cio so s, y sin<br />

arredrarse porque sus im portaciones excediesen á sus<br />

exp o rtacion es, abrazaron un plan que tantos bienes' les<br />

h a a c a rre a d o , no p arece que quepa controvertirse cu a l<br />

ejem plo debamos mas im itar. L a sem ejanza ó an alo g ía<br />

de nuestra posicion con la de los E sta d o s-U n id o s, solo<br />

la disputará el que quiera negar que nuestra a g r ic u l-<br />

cura nace ó em pezará á crecer a h o ra , cuando se han<br />

m inorado los onerosos gravám enes q u e pesaban sobre<br />

e lla , y cuando la desam ortización eclesiástica y c iv il,<br />

y el repartim iento ó distribución de tierras deberá d ar­<br />

le el v ig o r de que c a r e c ía ; y el que igualm en je neg<br />

a s e , contra lo que queda dem ostrado de lo sucedido<br />

ën todas las naciones florecientes y o p u le n ta s, que e l<br />

com ercio que podem os a d q u irir de n u e v o , ó conservar<br />

d el que anteriorm ente ten íam os, sea cap a z de ayu ­<br />

d ar ios progresos de la m ism a a g ricu ltu ra y de las<br />

fábricas.<br />

G ran d e argum ento c re e n , no obstan te, h allar a l­<br />

gunos para que se dé la p referen cia á las m anufac­<br />

turas sobre el c o m e rc io , en suponer que de este m odo<br />

puede anim arse tam bién el com ercio in te rio r, que se<br />

d ice ser el mas favorable á la in dustria. G a n ilh re­<br />

bate esta p ro p o s lc lo n , m anifestando que el com ercio<br />

in terior anim a menos á la industria n a cio n a l, que el


m an ttm o P o r lo ya expuesto acerca de U s gran-»<br />

des utilidades que deja el com ercio de frutos co lo n iales<br />

y la n avegació n , de que con tanto ard or han sa­<br />

bido aprovecharse las naciones que m ejor han estudiad<br />

o sus intereses, se corrobora evidentem ente esta verdad.<br />

P ara que á m erced del sistem a p roh ib itivo se prescinda<br />

de ella y de sus naturales consecuen cias, es nece­<br />

sario figurarse que nuestro com ercio m arítim o ha esta<br />

d o , e stá , y habrá de estar siem pre reducido á las<br />

expedicion es que de C á d iz sallan para las A m é ríc as, y<br />

que en estas expedicion es y sus retornos se gana solo<br />

una m ezquina com ision p o r los com erciantes de aque­<br />

lla p laza. L o prim ero no es cierto en cuanto al tiem ­<br />

p o p asad o, en que nuestros buques de todos los puertos<br />

d e la península iban en gran núm ero á todos los puertos<br />

de A m érica y E u ro p a ; y m ucho menos deberá serlo eci<br />

lo fu tu ro , si nuestro com ercio m arítim o tuviese la di­<br />

rección conveniente. L o segundo exije bastante acla­<br />

ración. L a s que se trata de denom inar m eras com ision<br />

e s, no son un ram o tan despreciable en el com ercio,<br />

según lo acredita la m ultitud de personas que de to ­<br />

das partes via ja en so licitu d de e lla s , que no o fre ­<br />

cien do jam as p érd id a s, pueden llegar á reunir sumas<br />

consid erables, prop orcion an do adem as varias especies<br />

de ganancias en el recibo de las m ercaderías y devolu<br />

ció n de retorn o s, com o son alm acen ages, com posicio­<br />

nes, corretages, g aran tías, seguros & c . ¿ P e ro era á esto<br />

á lo que se lim itaban las ganancias de los com erciantes<br />

de C á d iz en las expediciones de Am érica? A dam<br />

S m ith , tan enem igo del m onopolio colonial com o del<br />

fa b r il, em bebido en las prohibiciones de m anuiacturas<br />

de otros p aises, asegura que los com erciantes de C á d iz<br />

rep o rtaban , no la com ision , sino las utilidades de los<br />

capitales extrangeros. P osteriorm ente al tiem p o en que<br />

( i) Introducción á la 2. p an e de su mencionada obra.


cscpibia Scm tli, los com erciantes de C á d iz esta&an fa ií<br />

lejos de ser m eros com isionistas de los extrangeros,<br />

com o que ni aun á estos solían en cargar las remesas de<br />

las m ercaticías que necesitaban, teniendo com isionados<br />

ó factores españoles que las e sco g iese n , com praran y<br />

enviasen desde el m ism o p ie de las fábricas donde se<br />

trabajaban. L a cuantía y m agnitud de caudales form ados<br />

en C á d iz , desde que a llí se estableció en 1 7 1 7 la'<br />

contratación de In d ia s, es el testim onio mas peren torio<br />

de que no pudieron ser adquiridos p o r raerás com isiones.<br />

D esgraciadam ente el conocim iento de ellos nos lo<br />

sum inistran sus p érd id as, q u e en las dos últim as guer><br />

ras con F ran cia en 17 9 3 y 1 ^ 8 , y las otras dos con<br />

In g la te rra en 179 Ó y iS ’O '4, babiati ascendido y a i<br />

m ed iad os, del año d e 1 8 1 1 á 1 8 7 .4 4 1 .2 5 8 pesos d e<br />

12 8 cu arto s, que hacen reales velló n 2 .8 2 2 .6 4 4 .8 2 6 ;<br />

A gregúese lo q u e a llí se ha gastado profusam ente d u ­<br />

ran te d ich o tie m p o , el valor de las casas, el residuo<br />

de capitales en d in e ra , créd itos y m ercancías que aun<br />

pueda e x is tir , el costo d e las obras públicas hechas<br />

todas á expensas de los vecinos de la c iu d a d , inclusas<br />

las m urallas y fortificaciones en q u e se estrelló la<br />

im petuosa fu ria de N a p o le o n , y dentro d e cu y o re ­<br />

cinto , n o hollado p or las execrables plantas de los<br />

satélites de su tira n ía , se p rom ulgó la ley fundam enta<br />

l del E s ta d o , se aco gió el gobierno-, y se atendió al<br />

docorro de todos los pueblos qtie defeadian la ju sta<br />

causa de la p a tria ; y ello nos convencerá de si cabe,<br />

que tan pingües fondos se juntarán en menos de u n ’<br />

&iglo con las m eras com isiones de las exped icion es<br />

que de C á d iz se hacían á la A m é ric a , ó si solo han<br />

podid o provenir de un a ctiv o com ercio de p rop iedad.<br />

E fectivam en te del comercio- que en los últim os anos<br />

se h acia con las A m éricas p o r C á d iz , los vecinos de<br />

esra p laza eran interesados en p rop iedad p o r la m i­<br />

tad de su im p o rte , y distribuyéndose la otra m itad


eutre prop ietarios de las m ism as A m é rlc a s , cu yo nú­<br />

m ero era y a bastante co n sid erable, y entre p ro p ie ta ­<br />

rios de varios parages de la p en ín su la, se co lije fá c il-<br />

m ehte á que vienen á quedar reducidas to d as esas ponderaciones<br />

de las grandes remesas de extran geras p ro ­<br />

piedades que iban á las A m éricas p o r C á d iz ( i ) . R e -<br />

fiexionádo rodo esto , el com &rcio que C á d iz h acia con<br />

sus expediciones á ultram ar y con los retornos de ellas,,<br />

mas bien que d e 'c o m isio n , p o d ria llam arse de trasp orte<br />

ó reexp o rtación , el cual p rod u jo la riq ueza de la<br />

H olan d a y de los E stados-U nidos de A m é ric a , y p ro ­<br />

d ucirá la de todas las naciones que lo hagan (2 ).<br />

(i) Véase la demostración de los servicios de C á d iz , impresa<br />

en aquella ciudad el año de 18 1 1 .<br />

(1) E ntre los singulares pensamientos que suelen ocurrir en el<br />

enpeño de sostener lo que no puede sostenerse, me parece q'ie de-<br />

b jrá colocarse el que en prueba de que el comercio de C ádiz es<br />

ío lo de com ision, se expresa en la rep^esencaci^Jn de la j-rnta de<br />

comercio de Cataluña, su fecha 24 de junio, últim o, apoyándolo eu<br />

ia autoridad de un español erudito y defensor d e la libertad iniefiniJa<br />

xJel comerciD. í/ e aqui d ice , ei verdadtro motivo porque en Jñs íht<br />

mediacioneí de Cádiz y de Sevi¿/a, cuyos comerciantet hacen el mi--<br />

serable-é improductivo comercio de comision^ no se ven aquellas<br />

hermosas quintas , que en todas partes adornan las inmediaciones de<br />

ias grandes ciudades comerciantes. He aqui porque en las inmediaciones<br />

de Vaiencia y de Barcelona sobre todo^ cuffo principal comercio<br />

fue siempre de propiedad^ á pesar^de ser mucho mas reciente<br />

y mucho menor que el de Cádiz y Sevilla, ,S 8 . ven muchas casas<br />

de campo y posesiones formadas y mejoradas por comerciantes. ¡ ^<br />

se querrá significar con esto para maravilla universal, q-ie L s naturales<br />

de las provincias de Sevilla y C ádiz son , generaLi'.ente hablando,<br />

mas dados á ahorrar y economizar que ios naturales de C ataluña,<br />

y que semejante hábito lo. contrajeron por el miserable é<br />

improductivo comercio de comision á que se d e ü ca rci¿ D e lo contrario,<br />

el argumento no tiene fuerza-alguna, perqué sí el dinero al<br />

cabo se gasta, el.q u e no se haya invertido en har.n:>sss q-iintas y<br />

casas de campo, podrá á lo sumo probar mal gusto eo su ir.ve'sicn,<br />

pero no que por el hábito de mezquindad que se contrae en el comercio<br />

de comision haya faltado el espíritu para gastarlo. A casa seria<br />

de desear que los naturales de Ia& provincias de Sevilla y Cádiz tu-


( 5 8 )<br />

O tro de ios argam entos con que se Intenta persua­<br />

d ir la preferencia que debe dispensarse á las fiibricas,<br />

respecto á la que m erece e l com ercio que h acem os, es<br />

que los cap itales m ovibles de este pueden dedicarse á<br />

la industria a gríco la y fabril, ¿ P e ro el com erciante que<br />

ha encanecido en su p ro fe sio n , se hallará apto para<br />

em prender otra nueva que ni c o n o c e , ni ha practicado<br />

viesen la afición que se les supone ¿ conservar el d in ero , porque<br />

la s. briedad en los gastos hasta cierto punto es una virtud y úrj<br />

origen de riqueza, y mucho mas hubieran ellos celebrado , que para<br />

esta virtud hubiese irfluido lo que den Antonio M uñoz, en su tratado<br />

de Econ mía p c lic k a , cree que influyó para el grado en que<br />

la sue!en tener los catalanes, y es la necesidad de ahorrar y conservar<br />

lo que hablan de pagar p r el catastro ó única contribución,<br />

á consecuencia de cuyo catastro ó equivalente, el espafiol de la<br />

cor. na de Aragón pagaba respectivamente iDenos que el espafiol<br />

de la coror a de Castilla , sobre el cual se descargaba aquel de mucha<br />

cuota q ie en justa prcporcion le correspondía satisfacer. ¡ Y no<br />

habrá esto tisimisnio influido algo en que el catalan y e l valenciano<br />

puedan tener q u in as y casas de campo mas bien que los habitantes<br />

de Irs provincias de la corora de Castilla! Por otra p arte, si en<br />

el com ercio de comision n0‘ puede haber quintas ni casas de campo<br />

, Hamburgo, que tiene lai.m ejores que se con ocen , deberla carecer<br />

abs». lutamente de ellas, poique sus habitantes, ceí5idos á un cortísim<br />

o territorio, son meros comisionistas del comercio del norte,<br />

y e-pecialrr>efite de manutacturas de Prusia y Alem ania; y vite<br />

v e rs a , en Gibralrar donde les ingleses hacen un comercio de propiedad<br />

, deberia hal^er m uchas quintas y casas de can po. Quisiera<br />

y o que se me enseñase el modo de hacerlas en el arrecife' y playas<br />

que median entre C ádiz y la ciudad de san F ernan do, pues por lo<br />

demás todos los ^ut ctnozcan el pais saben, qae los comerciantes de<br />

C ádiz han hechb e n les puebles ce cquellos contornos, cuales son<br />

san Fernando, C h iclan a, Puerto R e al, Puerto de santa M a ría , San<br />

Lucar y R o ta , quintas y casas de campo en que han gastado diez<br />

v e ce s, ó diez veces diez nías de lo que ellas habrán costado en<br />

cualquiera otra ciudad del reino. £1 que quiera cir en la materia á<br />

un testigo im parcial, lea en el viage de Burgcing la pintoresca descripción<br />

que hace de la temporada que los ccmerciantes de C ádiz<br />

suelen pasar ei» C h iclan a , donde van la primavera, á desahogarse de<br />

í'.is trabajos, á recrearse y divertirse en termines que muesirsn bien<br />

claramente que mas que el d in e ro , estiman los dulces placeres del<br />

campo y de la alegre y festiva sociedad, cosa que no dice de nii>-<br />

g u n o s ocrcs comerciantes españoles.


jam as? |Se verá puesto en el estrecho de abrazar una nueva<br />

carrera á que no tiene v o ca cio n , y en la que ha visto<br />

p erderse á m uchos que entraron ea ella espontánea­<br />

m ente , aunque sin los p rep arativos de com petente<br />

instrucción? ¿Pueden tam poco esperarse de la violen cia<br />

los buenos efectos del socorro m utuo que unos géneros<br />

de industria prestan ú otros cuando proceden de lib re<br />

vo lu n tad ? ¿habrá de p reva lecer en esto solo la funes-<br />

•ta m áxim a d e fo rza r los cap itales h ácia un canal que<br />

ellos no buscarían de su p ro p io m ovim iento? ( i ) ¿ y<br />

( i) Tanto como se ha procurado en España plantear'fábricas<br />

de -géneros de algodon, hubo de excitar en los labradores de la<br />

cosca de M otril Ja idea de cultivar esta primera materia. P ero los<br />

fabricantes prefiriendo, como es n atu ral, para sus manufacturas finas<br />

el algodon de Fernam buco, que es de superior calidad , aunque<br />

para las ordinarias consuman algimo de M o tril, han dejado à los<br />

labradores y comerciantes de dicha costa coa cosechas y acopios<br />

cuantiosos i que no pueden dar salida, con duplicado y notorio<br />

perjuicio de la agricultura, que sin la halagüeña perspectiva de la<br />

pronta y lucrativa venta del algodon, hubiera podido emplear aquellas<br />

tierras en otro cultivo provechoso. Cuando en la legislatu^ de<br />

1820 se trató de las prohibiciones, un señor diputado propuso<br />

que no se permitiera la introducción de seda en rama mientras hubiese<br />

existencias de la cosechada en España. Si se estimó esta proposición<br />

como contraria á los principios de sana economía política,<br />

no seria porque en rigor lógico dejase de proceder del antecedente<br />

de la prohibición de toda manufactura extrangera de seda. Si el fabricante<br />

español tiene un derecho para que en España se consuman<br />

solamente sus manufacturas, el mismo derecho parece que deberá<br />

tener el agricultor español para que solo se consuman sus primeras<br />

materias, à lo menos mientras haya de ellas que poder dar á las fá ­<br />

bricas donde se manufacturan, y sea el que quiera el precio á que uno<br />

y otro saliese. L a razón de esto es tanto mas concluyente, cuanto<br />

que ahora solo se trata del consumo nacional, según dicen los defensores<br />

del sistema prohibitivo, qu eno creo podrán pensar tampoco<br />

que con tales prohibiciones conseguiremos al instante desbancar<br />

á los extrangeros de los mercados de á fuera de España.<br />

Véanse pues los resultados y los embarazos de tales medidas violentas.<br />

^En la de estas probibiciones reciprocas perdería enor~<br />

memente el consumidor , qué seria todo el que no fuese productor<br />

de primeras materias ó de manufacturas de ellas? ¡Y será<br />

este el modo de fomentar la riqueza pública, que se deriva de la<br />

de todas las clases del estado ?


qué derecho ni que p o lítica autorizan la d estrucción<br />

de una clase ú til p o r beneficiar á o tra? L o que en<br />

tal caso debe tem erse de la m ovibilidad de los capitales<br />

del c o m e rc io , es que se transfieran á otro pais<br />

donde encuentren fa v o r y em pleo. M as de siete m illones<br />

de pssos fuertes que d ice la ju n ta nacional del<br />

com ercio de C atalu ñ a que im portan las o ficin a s, máquinas<br />

y talleres de las fábricas de aquella p rovin cia,<br />

reclam an sin duda la justa protección del gobierno.<br />

¿ Y no serán dignos de e lla -los capitales Invertidos<br />

en el co m e rc io , que solam ente d e créditos y a liq u id<br />

a d o s , sin los que aun restan por liq uid ar contra el<br />

g o b ie rn o , alcan za á este por m edio solam ente de la<br />

com ision de rem plazos desde el año de 1 8 1 1 mas de<br />

otros siete m illones de pesos fu ertts? apu­<br />

ro en que el erario dejó de ser socorrid o cuando had<br />

am o s algún com ercio? E l de C á d iz solo sum inistró<br />

á la tesorería en los 83 anos del siglo últim o<br />

3 2 9 .0 4 7 .if6 6 reales por donativos y préstamos que no<br />

se le han reintegrado. ¿ Y estarla sin Henar el em ­<br />

préstito abierto en el presente ano eco n ó m ico , si el<br />

com ercio español no hubiese venido á la postración en<br />

que se h alla? C on ven gam os, p u e s , en que posponer el<br />

com ercio á las fábricas en nuestra actual situ ació n , es<br />

seguir un orden inverso del que p arece que debem os<br />

a d o p ta r, em pezando p o r donde deberíam os conclu ir:<br />

y acordém onos de que la sim ple y justísim a am pliación<br />

que el reglam ento de 1 7 7 8 d ló al c o m e rc io , y<br />

y consiguientem ente á todas las dem as fuentes de la<br />

riq ueza p ú blica que se engrosaSan con é l, fue una de<br />

las principales causas del aum ento de nuestra p rosp e­<br />

ridad á fines del ultim o siglo.; prosperidad que se hubiera<br />

ido elevando p o r gra d o s, si p ilotos menos. Ignorantes<br />

ó corrom pidos hubieran em puñado siem pre e l<br />

tim ón de la nave del estad o , m ejorando ó p erfeccio ­<br />

nando su oportuno rumbo y d ire c c ió n , y hubieseu e v ita -


d o algunas d e las guerras á que nos com prom etieron<br />

vanam ente, ó sabido sostenerlas con h onor. E s cierto<br />

que la alteración de nuestras relaciones m ercantiles con<br />

A m érica p or los lastim osos sucesos de algunas de sus<br />

p rovin cias exig e variaciones en nuestro sistema económ<br />

ico p o lítico . P o r lo que, y no perm itiéndom e la ur­<br />

gen cia del tiem po d ar á lo d ich o liasta aqui m ayor<br />

explan a ció n , v o y á reasum irlo indicando los medios<br />

que en prudente com bin ación ., atendidas nuestras a c­<br />

tuales circu n stan cias, ju z g o mas adecuados al fom ento<br />

de nuestra industria a g ríc o la , m ercan til y m anufacture<br />

ra , y á m inorar ó extin g u ir el contrabando.<br />

I.® Q u e y a que p o r ah ora no pueda realizarse en<br />

tod a su extension el plan de com unicaciones interiores<br />

p o r agu a y tie rra que .tiene prop uesto el g o b ie rn o , se<br />

lleve -á efecto siquiera la conclusion de Jos canales em ­<br />

pezados de navegación y riego de C a stilla y A r a g o n , y<br />

los que deben prin cipiarse p ara p rop orcion ar iguales<br />

beneficios á las A n d a lu cía s, M an ch a y. E xtram adura.<br />

2? Q u e se ponga nuestra m arina en el p ie de te­<br />

ner 8 ó IO navios con el correspondien te,n úm ero d e<br />

fragatas y buques m en o res, disponibl-es á.to d o m om ento<br />

y p ara cu alq u iera punto que lo exijan .el estado de<br />

nuestras relaciones con las p rovin cias de ultram ar y la<br />

p rotecció n de nuestro com ercio.<br />

N o se me oculta que quizás al o ír esto, se b u rlarán<br />

algunas personas de que me atreba á prop on er cosas<br />

triv iales, de cu ya necesidad y convenien cia están todos<br />

p ersu ad id o s, y que no se hacen únicam ente p o r fa lta<br />

de m edios. Y o no creo tam poco que p ro p o n go cosa-s<br />

nuevas ó su b lim es, y de cuya im portan cia no h aya otros<br />

tan convencidos com o yó. C r e o , s í, que acaso podríari<br />

haberse practicado ó p racticarle tod avía algunas mas<br />

d iligencias para la ejecu ción de estos p ro y e c to s, que<br />

deben ser p referidos á t o d o , porque son los que mas<br />

p ron to y m ejor resultado prom eten en la escala de cuan­


to^ arbitrios se conocen pura enriquecerse las naciones.<br />

H e votado contra los dos empr-isticos acordados para<br />

los anos económ icos de 18 20 y 18 2 1 , porque he j u z ­<br />

gad o que siendo recursos para solo sacarnos del a p u ro<br />

del m om en to, recrecían co n ellos en sumo grad o é in­<br />

definidam ente nuestros m ales hastA el punto en que fu e­<br />

ra m uy d ifíc il, sino im p osib le, su rem edio. ¿ C u a n to<br />

tiem po será m enester p ara que nuestra a g ric u ltu ra , fá­<br />

bricas y com ercio, por efecto natural é inevitable d el<br />

curso algo mas lento de lo que quisiéram os, con que han<br />

de ir experim entando las m ejoras que deben tener con<br />

las nuevas in stitu cion es, puedan-hallarse en d isp o sició n<br />

d e su fragar á todos los gastos públicos del a n o , y ademas<br />

á lo» intereses de los em préstitos? Parécem e que sí<br />

se ha creído no estarlo en el dia , no será aven tu rad o<br />

calcu la r d ie z años p ara que llegue á e sta rlo ; y si en<br />

todos d ie z hem os de acudir á em préstitos, nos en con trarem<br />

os al cabo de ellos con otra deuda m ayor de la<br />

que hoy ten em os, pues habrá de pagarse en m etálico,<br />

y sin los bienes nacionales con que se habrá de satisfacer<br />

ia a c t u a l, suponiendo que alcan cen al intento. ¿ Y<br />

si se atraviesa una guerra que obligue á gastos e x tra o rdinarios?<br />

N o sé yo si aun á lo'j no m ilitares, que sirven<br />

al estado en em pleos que p o r lo com ún logran á fu e r­<br />

z a de solicitudes é im portunaciones, a siste, aunque no<br />

p ierdan su salud ó sobresalgan em inentem ente en mérito<br />

s, otro derecho distinto del que asiste á los que<br />

sirven á personas p articu lares, que es únicam ente e l de<br />

se-r m antenidos y rem unerados solo m ientras se Ies o c u ­<br />

pa. L o que sé es ( i ) , que si no gozasen esta p re ro ­<br />

g a tiv a , tendrían un estím ulo poderosísim o p a ra co m -<br />

( i) E n Inglaterra aun los mUitares del ejército y armada que<br />

tan heroicamente han contribuido al admirable poder y esplendor<br />

de aquella n ación , no disfrutan mas de la mitad de sus sueldos<br />

cuando no son llamados á uo servicio a ctiv o , ea que solo se ocupa<br />

i los precisos.


portarse b ie n ; habríase ap licad o la m ^ jorcu ra al frén s-<br />

si de em pleos que tam o nos an iquila ; y la nación se<br />

m iraría descargada del gravam en de m uchos m illones<br />

que le absorveii ¡nútUmente los funcion arios cesantes,<br />

sobrantes é ineptos. Suspendo a q u í, p o r contem plarlas<br />

y a estériles, las reflexiones á que este asunto da m argen,<br />

aun respecto d el m odo con que aquellos hubieran p o d id<br />

o ser atendid o s, en mi o p ln lo n , quizás con m enor p er-<br />

jxiicio p ú b lico , para pregun tar si bajo el concepto que<br />

ha hecho recu rrir á los em préstito, y es e l de que en estos<br />

dos prim eros anos nuestra riq ueza no puede cu b rir el déficit<br />

de los doscientos m illones entre las rentas y los<br />

gastos del e sta d o ; ¿se lisonjeará fundadam ente nadie de<br />

que al tercero ya podrem os, no solam ente cu b rir integram<br />

ente los g asto s, sino adem as satisfacer tam bién los ré­<br />

ditos de los préstam os? Y si esto no es im aginable, en m í<br />

sentir ¿cuanto mas hubiera v a lid o , que ciñéndonos á lo<br />

que podíam os gastar con la ríg id a econom ía indispen­<br />

sable en nuestra situación, y cercenando todo lo que fuese<br />

necesario p ara e llo , hubiésemos balanceado los dispendios<br />

con los ingresos del e r a r io , aunque fu era p re­<br />

ciso aum entar a lg o á las exacciones de los pueblos ( i ) ,<br />

y destinado los em préstitos para las obras de canales y<br />

h abilitació n de buques de g u erra. P ara estos dos o b jetos<br />

exclusivam ente si que hubiera y o votad o, y aun v o ­<br />

tarla gustoso los 400 m illones de préstam o y m a s, si<br />

com o se d ice, hay quienes quieran darnos el d in ero, que<br />

de esta suerte se pondria á logro p ara que brevem ente<br />

rindiese cuantiosísim as usuras. E l ¡lustrado ingeniero<br />

L arram en di calcula que el canal de C ó rd o va á S e villa<br />

costará 75 m illones de reales, de Jos cuales solo seria ne­<br />

cesario desem bolsar de pron to 25 m illo n e s, porq ue los<br />

(O E ste aumento no podía ser m uy considerable, atendiendo á<br />

que con los préstamos, y no con las contribuciones se habia de<br />

ocurrir al presupuesto de los ganos del ministerio de m arina, y á<br />

{ ^ te 4 e| de la gobeuiacion de ia península-


5 0 restantes los irla produciendo el mismo canal. GoH"<br />

sem ejam cgaran tía ¿p od rían fa lta r tam poco em presarios<br />

nacionales ó extran geros que se hiciesen ca rg o de d i ­<br />

ch a obra? Y conclu ida felizm en te del todo ¿á donde<br />

ascenderían !os beneficios de este m anantiai in agotab le<br />

ó copiosísim o de riq ueza p ú b lica y p rivada? Según<br />

F u lto n , los derechos que en F ran cia podría el- g o ­<br />

bierno sacar de los canales d e navegación y rie ­<br />

g o , si estuviesen lie c h o j los que el p rop oire, bastarían<br />

p ara subvenir á todos los gastos del estado- s-in ne­<br />

cesidad de ninguna otrar Im posiciofi. Si esto pareciese<br />

e x a g e ra d o , no lo será el afirm ar que en todos los paises<br />

donde se ha q uerido alen tar la in d u stria , no se han<br />

perdon ado expensas ni fa tig a alguna p ara ayu d arla con<br />

un m edio tan eficáz. Sim ultánea á sa reanim ación ó increm<br />

ento en F ran cia fue la construcción del canal de<br />

L a n g u e d o c , que inm ortalizando el nom bre del gran<br />

C o lb e rt, lo transm itirá gloriosam ente de gen eración en<br />

generación hasta la mas rem ota posteridad.<br />

Sino fuese redundante el aglo m erar pruebas en lo<br />

que por sí mismo tiene la m ayor d em ostración , cual es<br />

la utilidad m uy superior á los gastos que nos traerían<br />

al m om ento el núm ero de canales y de buques de g u e rra<br />

de que he h a b la d o , me atrevería á presentar un<br />

convencim iento de hecho. E n las islas de C u b a y P uerto<br />

-R ic o se com putan 8o o 2) h abitan tes, de ios cu ales,<br />

aunque supongam os que los 500© se alim enten de pláta<br />

n o , yuca y ca sa b e , siem pre quedarán 300© consum idores<br />

de trig o ó harina de trig o . Según e l cá lcu lo de<br />

M artín ez de ia M ata cada consum idor necesita de lib ra<br />

y m edia al d ía , que al año hacen o ch o fanegas menos<br />

tres celem in es, ó seánse siete fanegas y tres cu a rta s, lo<br />

que dará una suma de 2 ,3 2 5.0 0 0 fanegas de total consumo<br />

anual en dichas isla s, á cu ya suma debe añ adirse<br />

la no despreciable p artid a de lo que consum irán las<br />

tripula!cIones de los barcos que en g ra n afluencia llegan


Á los puertos á e eílas. Y m ientras muchas- de nuestras<br />

provin cias de la península, en especial la de C a stilla , p e-<br />

• recen á ocasiones abrum adas con e l peso de sus p ro p ia s<br />

cosechas- de granos á que no pueden dar salida ¿consentirem<br />

os pasivam ente que los extrangeros estén surtiendo<br />

de estos mismos granos ;q u e d ig o gran os! de harinas<br />

de rales granos, quetam bien dejan en s a p a is e L ln c r o de<br />

e la b o r a c ió n á otras de nuestras mas inmediatas- p ro ­<br />

vincias de u ltram ar? ¿^ u ced eciaesto si el canal de C a s -<br />

tilla facilitase lacon d -u cclo a d e l trig o 6-harinas ha&ta las.<br />

inm ediadione» de Santander, p ara que á precios equitativos<br />

pudieran trasladarse á C u b a y P u e rto -R ic o ? Y<br />

nuestro com ercio ¿que no adelantarla con e s to , pues,<br />

que no solo tendría un considerable artícu lo mas en que<br />

ejercita rse, sino que ganando con él en sus e x p e d id o -'<br />

nes de id a , se p rop orcion aría retornos q^ue llevar a n a<br />

á lo s extrangeros?<br />

P ara pintarnos la necesidad de abandotrar ó ca si<br />

abandonar en beneficio de estos el com ercio y relaciones<br />

m arítim as con nuestras A m é ric a s ,.s e ha tratado de<br />

persuadirnos m ucho la falta.d e buques nacionales m ercantes<br />

con que sostenerlas. P e ro si. tanta es esta falta<br />

¿com o es que diariam ente están ilegaiid o nuestro« bu­<br />

ques en lastre? E s verd ad que su núm ero vá é irá m inorándose<br />

notablem ente hasta que desaparezcan deí to ­<br />

d o , con lo cu al desaparecerán tam bién los capitales em ­<br />

pleados en e llo s , y la industria y la gente que m antenían.<br />

N uestra navegación á la isla de C u b a, de que tengo<br />

á la vísta datos que ha recogid o Ía com ision que e l<br />

gobierno nom bró p ara que expusiese lo mas conveniente<br />

sobre el m ejor m odo de en tablar nuestras relaciones<br />

m ercantiles con las posesiones de u ltram a r, nos lo acredita<br />

irrefragable y dolorosam ente. E l año de i 8 i ó , según<br />

el inform e que evacu ó dicha com ision en 16 de Ju­<br />

nio ú ltim o, las im portaciones y exportacion es de la H a­<br />

bana se h icieron en 199.7 buques, de lo.-» cuales 83^


eran esp añ o les, y 10 6 4 exrran geros: el de 1 8 1 7 en<br />

2 2 50 buques, 688 esp a ñ o le s, y 1 5 6 2 extrangeros: e l<br />

de 18 1 8 en 2 1 5 3 b u q u es, 5 16 e s p a ñ o le s, y 1 6 3 7 e x ­<br />

trangeros : el de 1 8 1 9 en 2 1 9 6 buques, 538 españoles,<br />

y 1Ó58 extrangeroSé Si p u d iera hablarse tan cir^íunstan-<br />

ciadam ente de nuestra n avegación m ercan til co m p ara­<br />

da con la de los extrangeros á otras p ro v in cia s españolas<br />

de u ltra m a r, quizas seria m as m elan có lico el aspec­<br />

to de la progresión d ecrecen te de nuestra n avegación<br />

y c o m e rc io , y de la progresión ascendente de la navegación<br />

y com ercio de los extrangeros en ellas. | Y á<br />

quien puede ser descon ocid a la c a u s a , que es el d efecto<br />

de a rre g lo de nuestras relaciones p o lítica s y m ercantiles<br />

con dichas p ro v in cia s, y de p ro tecció n y segu ri­<br />

dad á nuestra bandera? D e buena gan a co rreria un ve-»*<br />

lo á lo que en ésta parte e-xperim em am oj, sin o estuvie­<br />

se tan patente á los ojos de todo el m u n d o, y si los en e­<br />

m igos ó detractores de nuestras g lo ria s y í^elicidad no<br />

sacasen tanto partido de ello p ara injuriarn os y dep ri­<br />

m irnos. ¿C óm o hemos de tener com ercio m arítim o, cuan*<br />

d o ni un despreciable co rsario ó p irata h alla quien se<br />

le oponga á la vista de nuestras arsen ales, é im pune­<br />

m ente roba y saquea en alta m ar á nuestros buques?<br />

¿que argum ento no tom ará de aqui tam bién la astuta<br />

m alignidad para contradecir nuestra p o d e r, nuestras hazañ<br />

as, y nuestro esm ero y d iligen cia p o r el bien y e l de»<br />

coro de la m onarquía? Y aun cu an d o incurriésem os en<br />

Ja sa n d ez'd e prescin dir de todo e l Interes que pudiéra­<br />

mos tom ar en un co m ercio , com o el de nuestras posesiones<br />

de u itra m á r, cu yo m ovim iento annuo es de 12 0<br />

m illones de pesos fu e rte s, según el inform e de la exp re­<br />

sada co in iilo n , ip o d riam o s p rescin dir jam as de la<br />

suerte de nuestros h erm an os, que desde ellas im ­<br />

p loran to n la m ayor angustia el so co rro que so­<br />

lam ente puede d arles la m arina m ilita r , asegurándoles<br />

su tranquila perm anencia a llí, ó la tra:>lacioa


de SUS personas y caudales á la p en ín su la , donde fan<br />

ú tiles serian? T o d a v ía sin ninguna de estus considera­<br />

ciones', uaa nación cu a l.la E sp añ a, circu id a del m ir, ex­<br />

cep to p or ia frontera de F ran cia que form a el P irin eo<br />

y por la raya de P o r tu g a l, y que tanta representación<br />

debe tener en E u ro p a ¿habrá de carecer de m arina m i­<br />

lita r que no fa lta á l'a R u s ia , ni á otras potencias m uy<br />

distantes de necesitarlas tanto com o la E spañ a, aun p a ­<br />

ra lib rar su com ercio de cabotage y el pubelloii n a c io -<br />

o al de los insultos á que de lo contrario estaria siem pre<br />

expuesto? N a d a , p u es, hay mas urgente y provechoso<br />

que herm anar cuanto sea posible p o r todos medios de<br />

p réstam os, em presas p a rticu la re s, ó cualesquiera otros<br />

la construcción siquiera de los p rin c ip a le s canales d el<br />

reino, y la h abilitación del referido num ero de buques<br />

de lit m arina m ilita r, que con cruceros y com boyes p ro ­<br />

tejan nuestra navegación m ercantil. E n e llo , no solo<br />

p odrían desde luego tener ocu pacion tantos brazos com o<br />

ah ora se nos suponen .ociosos, sino que á p o jo tiem p o<br />

se recogería el fru to de haber crecid o inm ensamente la<br />

•riqueza p ú b lic a , y e l de fom entar nuestra p oblacion<br />

rú stica in terior, tan d ecaída p or el aum ento de la de las<br />

provin cias litorales, donde ha p asa d o g ra a p arte de aque­<br />

lla en busca de mas cóm oda y abundante subsistencia.<br />

3.° Q u e sea absolutam ente lib re siem p re, sin trabas<br />

ni gravam en alguno, la exp ortación de los frutos natu­<br />

rales de nuestro suelo peninsular y ultram arino, y de las<br />

m anufacturas de nuestras fábricas, salvo el oportuno recargo<br />

p o r su conducción en buques extran geros.<br />

E sta regla no puede adm itir otra excep ción que la<br />

de no dejar salir arm as, p ertrech o s, m uniciones de g u e rra<br />

y los m ateriales con que se elaboran, cuando así lo<br />

e x ija la seguridad del estad o: y la de algú n m oderado<br />

im puesto á la extrancion de aquellas prim eras m aterias<br />

que conviniendo m ucho á los extran geros, m anufactu­<br />

rem os nosotros tam bién, y que sea p reciso p ara com pen-


(6S)<br />

«sar la d iferencia de precio entre nuestras m anufacturas<br />

y las extrangeras. E l m iedo á la escasez de ciertos artí­<br />

c u lo s , principalm ente de aquellos que se han llam ado<br />

-de p iim e ra necesidad ó consum o, com o trig o ó aceite,<br />

han hecho frecuentem ente com eter la injusticia de p ro ­<br />

h ib ir su salida cuando llegaban á determ inado precio:<br />

'lo cual equivalía á p rivar al labrador de la rem unera­<br />

ción debida á sus sudores el año que m ejor p odía p rom<br />

etérsela, y reducirle á la desigual condicion de que<br />

sufriese la ley de un solo m ercado, al mismo tiem po que<br />

a sus dem as co n ciu d ad an o s, en especial com erciantes y<br />

fabricantes, se les franqueaban todos los m ercados del<br />

U n iv e rso , y aun se Ies auxiliaba para ir á e llo s . jP e r o<br />

no veían los que esto mandaban que cuando el precio<br />

•del m ercado p rop io es el mas a lto , nadie v á á buscar otro?<br />

2 no veían que el m ejor m edio de asegurar una p rod u c­<br />

ció n abundan te, m ayorm ente de aquellas cosas que pueden<br />

obtenerse con facilid ad en el p a is, suele ser el a li­<br />

ciente de buen p recio algunas v e c e s , porque im pele á<br />

m uchos á dedicarse á aum entar la producción? ¿no<br />

veían que e l gobierno es el obligado á p roveer de re­<br />

m edio con sabias m edidas y de los fondos comunes á las<br />

necesidadestam bien com unes,sinsacrificio ni ataqued e las<br />

prop iedades particu lares? ¿no veían que cuando se agra-<br />

-vían, ofenden ó m enoscaban los sagrados derechos de<br />

estas , el que padece una v e z la tro p e lía , huirá de v o l-<br />

'Verla á experim entar y m udará de o cu p acio n , reduciéndose<br />

los productos de la especie vejada ó perseguida?<br />

4.° Q u e p o r lo que toca á frutos naturales que pueden<br />

abundantem ente cosecharle ó acopiarse en nuestro sucio,<br />

sea prohibida la introducción de los extrangeros, m ientras<br />

el precio de l o s nuestros no exceda de aquel valor que<br />

la prudencia debe grad uar con todos ios datos convenientes,<br />

y en excediendo, se perm ita la libre introducción<br />

tie los extrangeros.<br />

L u i razones en que esto se funda son tan o b v ia s, y


. .(^9 ) . . .<br />

tan conform es á ios sábios principios de la legislación<br />

inglesa sobre g ra n o s, que en vano serla querer ex­<br />

p licarlas.<br />

5.° Q u e todo v e stu a rio , arm am e n to , m uniciones<br />

y equipo de todo género d e l.e jé r ílto y arm ada sea de<br />

elaboración españ ola.<br />

A u n cuando pueda suceder que los precios de algu­<br />

nas’ de estas cosas sean mas caras en E spaña que entre<br />

los extran g eros, no p o r eso deberá com prarse ninguna<br />

á estos, sino en casos extrem os de que la necesidad obli­<br />

gue im periosam ente á ello , porque no se encontrase de<br />

elaboración nuestra ( i ) . E l p erju icio del m ayor p recio ,<br />

si lo h u b iese, será soportado por toda la generalidad<br />

de la nación, en la cu al cada individuo debe contrib uir<br />

en prop orcion de sus haberes para Ios-gastos d etestad o . Y<br />

com o á estos pertenece el costo de su ejército y arm adíi,<br />

ningún Individuo ni clase p articu lar sale mas p erju d ica­<br />

do que otro., y todos .vendrán indistintam ente a p a g a r,<br />

en favo r del justo fom ento de la in d u stria, una pequeña<br />

adicción á la cuota de su resp ectiva contribu­<br />

ción.<br />

6 ? Q u e sea .prohibida la introducción de todos<br />

aquellos artefactos de los llam ados oficios m ecánicos,<br />

de que abunden operarios y producciones en España*<br />

com o sastres, za p a te ro s, ca rp in tero s, en cuaderna­<br />

dores & c . & c.<br />

7 ? Q u e m ediante á que nuestras m anufacturas p o r<br />

lo com ún p r o v e e n , y no pueden dejar de p roveer á<br />

U s necesidades .de las clases m jn os p udientes de ia n a -<br />

(1) Siento tener entendido que actualmente nos hallamos en este<br />

caso ccn respecto al arm am ento j asi p or el nam eTario


c io ti, se p erm ita con derechos que inclinen á nuestro<br />

fa v o r el p recio del m ercado las m anufacturas extran­<br />

geras en el to d o , ó se prohíban únicam ente p o r ahor<br />

a las bastas ú ordinarias que pudieran perjudicarn os,<br />

esperándose el tiem po en que los adelantam ientos ó<br />

p erfección de nuestras fábrica» puedan h acer realizable<br />

Ja prohibición absoluta de toda m anufactura de alguna ó<br />

algunas prim eras materias', ó de cierros artículos de ellas.<br />

A caso ningunas m edidas exigen mas pulso y d is­<br />

cernim iento que e s ta s, para que no se conviertan en<br />

daño de la misma industria que con ellas querem os p ro ­<br />

teger. Justo será que las clases mas acom oJad.is d--* la<br />

nación contrib uyan á d ar trabajo y sustento á las de jo r ­<br />

naleros y mene-vtrales que son las mas necesitadas. P ero<br />

si en fa v o r de ios herreros y cerrajeros e s p a ñ o le s, por<br />

e je m p lo , se prohibiese todo a rtícu lo de m irce ría y<br />

q u in callería extrangera ¿no se p erju d icaría á aquellos<br />

siem pre que hubiesen de e^tar p a ra d o s, ó no pudieran<br />

rem atar y p erfeccion ar sus trabajos p o r falta de algunos<br />

de dichos artícu lo s que no se elaborasen en E s ­<br />

pañ a? Sí en favo r de los carp in teros y ton eleros e s­<br />

pañ oles' se prohibiese tod a m adera trabajada ó prepa­<br />

rada en el extrangero |n o se les p riv a ría de la ocu ­<br />

p ación de h acer barriles con las duelas de los Estados<br />

U nidos de A m é r ic a , y al lab rador y co m ercia n te, de<br />

]a p ro p o rclo n d e d espachar y conducir sus harinas, por<br />

lo m enos en tan to que no se descubra si ia h aya ú<br />

otra m adera española puede reem plazarlas?<br />

E n cuanto á las m a n u fa ctu ra s, si hemos de estar<br />

á las m áxim as que hem os visto sentadas p o r ios m ayo­<br />

res defensores d el sistema p roh ib itivo , no parece que<br />

quepa duda en que no deba procederse á n egar la en­<br />

trad a á las e x tra n g e ra s, m ientras la experiencia no nos<br />

enseñe que no basta gra va r estas con derechos p ara<br />

que puedan co n cu rrir con ellas las nuestras j que el<br />

genero de industria que se trata de establecer es con­


veniente y adecuado á nuestras circu n sta n c ia s, y no<br />

nos p riva de otra ocupacion y g iro d e capitales mas<br />

ventajoso ; y que ó en el a c to , ó cuando ia dem anda<br />

lo e x ija , se tendría todo el surtido necesario en can ­<br />

tidades y ca lid a d es, y á p recios regulares. Sin este p re­<br />

v io exam en que debe p racticar el gobierno con todos<br />

los datos n e cesario s, y sin fiarse la abundancia y bondad<br />

del abastecim iento p ú b lico á m eras co n g e tu ra s, y<br />

á ofrecim ientos de aquellos á quienes im porta h acer­<br />

l o s , y que excusarían hacerlos si fuesen desde luego<br />

re a liz a b le s , porque pocos com pradores hay tan necio<br />

s que vayan á buscar fuera de casa Ío que en e lla<br />

tienen m ejor y mas barato ¿qué se lograrían con p r o ­<br />

hibicion es no m editadas con ta l detenim iento? L o p rim<br />

e r o , im poner un tributo sobre los consum idores ó<br />

p rom o ver el co n trab a n d o , porque no h ay fu e rza al­<br />

guna cap az de reprim ir las tentativas d el Ínteres ind<br />

iv id u a l, especialm ente cuando cree que le asiste un<br />

derech o p ara no ser desatendido. L o se g u n d o , estanca<br />

r los progresos de las mismas fá b ric a s , que sin e l<br />

m óvil de la em ulación y r iv a lid a d , y aseguradas de<br />

d ar salida á lo que h iciesen , com o quiera que lo h icieran<br />

, carecerían de estim ulo para sus adelanta­<br />

mientos. L o te rcero , dism inuir sin com pensación de beneficios<br />

las rentas de aduuiias , que tanto pueden serv<br />

ir p ara a liv ia r al pueblo de otras contribuciones. N o<br />

han estado prohibidas hasta ah ora todas las m anufacturas<br />

extrangeras de lana y seda , y sin em bargo los<br />

paños de las fábricas de san Fernando , G u adalajara,<br />

S e go via y B rih u e g a , las c in te r ía s , sargas y pañuelos<br />

d e G r a n a d a , M á la g a , S e villa y M anrresa se buscaban<br />

con todo em peño , y obtenían la preferen cia sobre to -<br />

d.os los; artícu los extrangeros de sus respectivas ciases.<br />

Sin prohibición tam bién de vinos y aguardientes extrangeros<br />

los vinos de la M ancha y A n d a lu c ía , y los agu ar­<br />

dientes de C atalu ñ a llegaron á p erfeccion arse eu su


elab o ra ció n , y concu rrir ventajosam enfe con los ex^raa-<br />

g ero sy no solo en nuestro m ercad o , sino aun fuera de<br />

ci. Y y a que se Iiabla de v in o s , no puedo menos de<br />

m anifestar que no alcan zo el m otivo p o r qué, proliibién-<br />

dose toda m anufactura extran gera de iana y seda y a l-<br />

godon á títu lo de que pueden producirse en E s p a ñ a , no<br />

se prohíban los vinos extrangeros que de hecho se producen<br />

en e lla con tanta abundan cia, variedad y excelen cia.<br />

L o mismo digo de la m anteca y del queso. ¿F aitao m anteca<br />

y queso en E sp añ a? ¿ó se ha probado ya que ni<br />

p u ed en , ni hay esperanza de que jam as puedan com petir<br />

con la m anteca y queso e x tra n g e ro , y que p ara estos<br />

com estibles y las mesas donde se sirven no lleg a<br />

la virtu d de las p ro h ib icio n es, que lie ga á toda es­<br />

p ecie de ropa y vestido , y á cuantas personas ha­<br />

yan de usarla? L o que d eduzco y o de esto es, que sien^<br />

d o , á mi corto en te n d e r, igual la razón de p ro h ib ir ó<br />

no p rohib ir unas cosas y o tr a s , sí justam ente se ha<br />

creido que no nos hallam os ahora en el caso de p ro ­<br />

h ib ir los v in o s , la m anteca y el queso extrangeros, tami-<br />

p o co podem os hallarnos en el de p rohib ir to d a manufactu<br />

ra extrangera de la n a , seda, algodon y otras. D e ­<br />

m os al tiem po lo que no puede dejar de ser suyo,<br />

procurando p o r de pronto elevar nuestras fábricas al<br />

estado que co rresp o n d e, persuadidos de que su decadencia<br />

no ha dim anado de la introducción de m anufacturas<br />

extrangeras , sino de las calam idades que he­<br />

mos p adecido desde el año de 1 7 9 3 .<br />

M i opinion acerca de los pum os contenidos en estos<br />

dos núm eros 69 y 7 ? , creo que es conform e á la<br />

d e ia referida com ision de aranceles de B arcelona. P o r­<br />

que aun cuando esta aboga m ucho p o r las p ro h ib icio ­<br />

n e s , al cabo en el m odelo que presenta para los


e n ír a d a , si son «Je m ucho v a lo r y poco v o lu m e n , lo^<br />

p o r c ie n to , que debe ser el m ínim o d e re c h o , no tenien;-<br />

d o nosotros fábricas de e llo s , y teniéndolas, paguen 15<br />

p o r c ie n to ; que los que sean de poco va lo r y m ucho<br />

volum en, paguen Z5 p o r c ie n to ,n o teniendo nosotros» íá -<br />

brccas d« ellos , y tenién dolas, paguen el d ere ch a m áxim<br />

o, que debe ser 30 p o r ciento; y que sean p rohibid os los.<br />

artefactos innecesarios, y que p riven el trabajo d el pais»<br />

D onde se advierte bien claram ente la distinción en tre ac—<br />

tefactoá y manufacturas^ d istin ción que se ado-pló tambierv<br />

e n el decreto de 9 de N oviem b re de 1 8 2 0 , aunque n o<br />

p ara hacer en él la d iferen cia entre prohibiciones de<br />

aquellos y perm itida introducción de estas, que h izo la<br />

exp resad a com ision.<br />

8? Q u e se establezcan aquellos puertos francos que<br />

se estim en convenientes.<br />

E sta m edida propuesta p o r e l secretario del desp<br />

ach o de hacienda d on José C a n g a A r g ik lle s en la: me­<br />

m oria que la últim a legislatura leyó su su ce so r, poc<br />

la citad a com ision que e l gobierno nom bró para que<br />

inform ase sobre el com ercio de A m é ric a , y no contrad<br />

ich a p o r la ju n ta de aranceles de esta co-rte que ha<br />

entendido tam bién de e l l a , no h a tropezad o con otra<br />

im pugnación mas que la de la ju n ta nacional del c o -<br />

com ercio de C atalu ñ a. D e jó esta de tener presente sin<br />

d u d a , que la m encionada com ision de aranceles de Bar­<br />

c e lo n a , á la que perteneció algún individuo que lo es<br />

igualm ente de dicha ju n ta nacional del com ercio de C a ­<br />

ta lu ñ a , y ha ñrm ado las exposiciones de am bas , recom<br />

endó altam ente el pen sam ien to, diciendo sólidam ent<br />

e , p ág. 4 6 : " d e poco ó nada útil hubiera servido G i -<br />

b raltar á los ingleses , y m uchos incalculables males<br />

hubiéram os evitado , si nuestros pasados gobiernos hubiesen<br />

opuesto á aquel peñón en ve z de t:aíeriaji ofro<br />

deposita o puerto franco. B ien conoce la comÍ%ion que<br />

esta idea hubiera revoltado la rutina de m uchos que<br />

10


pretenden contener el contrabando con la se v erid a d mas<br />

que con la sabiduría de las le y e s .,, C o n estas solas p a ­<br />

labras de la com ision de aranceles de B arcelon a quedan<br />

plenam ente desvanecidas todas las objeciones de<br />

la ju n ta nacional de com ercio de C a talu ñ a contra p u ertos<br />

fra n c o s , á p retexto de la d iferen cia que hay entre<br />

el establecerlos n o so tro s, y el que los ingleses tengan<br />

el suyo de G ib raltar. P ero p o r lo mismo que desafor­<br />

tunadam ente nuestras costas no están lim pias y redon­<br />

deadas com o la de In glaterra y F ra n cia sin in terp osición<br />

de ningún puerto e x tra n g e ro , y p o r lo m ism o<br />

que tenemos enclavados en ellas á G ib ra lta r y aun á<br />

P o r tu g a l, que hasta aqui ha sido com o otro puerto<br />

fran co de los ingleses respecto al com ercio de E sp a­<br />

ñ a , es m ayor la necesidad de que contrarestem os el<br />

influjo de estos establecim ientos con otros de igu al na­<br />

tu ra le z a ; y es de m ayor necesidad que las baterías m ercantiles<br />

que les opon gam os, sean de igual alcance y ca­<br />

lib re que las s u y a s , porque asi com o una batería de<br />

cañones de á 12 no hará ca lla r otra de cañones de<br />

á 2 4 ., asi tam poco un m ero depósito podrá resistir á<br />

un puerto franco. E n tal situación, yo m iro ademas los<br />

puertos francos com o el com plem ento de la sapientísima<br />

y benéfica ley decretada p o r las C o r te s , concedien­<br />

do asilo inviolable en E spañ a á ias personas y p ro ­<br />

piedades de los e x tra n g e ro s, porque es lo que resta<br />

p ara acabar de llam arlas y atraerlas entre nosotros.<br />

L o s extrangeros p o r la experien cia que y a tienen de<br />

las pérdidas que han sufrido en las expedicion es de<br />

A m érica á causa de la lim itación de sus respectivos<br />

m ercad o s, y de no llevar en cada una de ellas el surtid<br />

o com petente de diversos ren g lo n es; p o r la m ayor<br />

facilid ad de repetirlas en E u r o p a , y de lib rar desde<br />

luego sobre su im porte fá h tra los consignatarios ; y poc<br />

las antiguas relaciones con las casas de españoles p eninsulares<br />

es de esperar que prefiriesen en m ucha p a r-


e traer sus m ercaderías á estos en los puertos fran­<br />

cos,, mas bien que aven turarlas á la suerte del incier­<br />

to éxito en paises lejanos. Saltu á la vista de cual­<br />

quiera io que en e l lo , y en. dism inuir la im portancia,<br />

m ercantil de G ib ra lta r ganaríam os nosotros al presente<br />

y para lo fu tu ro , bajo conceptos que no es d el m o­<br />

mento explicar mas.<br />

Seria erróneo figurarse el deseo de que solo exista<br />

un puerto franco en ía nación. Se acabaron y a , y<br />

debieron acabarse los tiem pos en que ía E s p a ñ a , a c o ­<br />

m odándose ai sistema de otras naciones., concedía la,<br />

especie de p riv ile g io que envuelve el lim itar á un p u erto<br />

el com ercio que no se perm itia á otro que. tam bién<br />

p o d ia hacerlo , com o en F ran cia se lim itó eK com ercio<br />

de L evan te al puerto de M arse lla , y ejl de • la In­<br />

dia al puerto del O rien te. L o s puertos francos, en E spaña<br />

deberán establecerse en los puntos que la natura­<br />

leza h aya designado y que tengan Las debidas circunstancias<br />

p ara e l l o , com binándolas con las justas pre^<br />

cauciones ^ u e eviten la .defraudación, d e --ía ,. hacienda<br />

p ú blica p o r el c o n tra b ^ d o . L o s que tem en que «ste<br />

h aya de aum entarse con los puertos francos españoles,<br />

no deben de haber reflexionado que ó la nación tie ­<br />

ne m edios suficientes y expeditos p ara e v ita r e i contrabando<br />

de donde quiera que se h aga , ó no. Si los<br />

tie n e , podrá ejercitarlos con mucha, m a y o r energía y<br />

efecto p ara evitar el que se intente h acer de los p u ertos<br />

francos esp añ o les, que el que se intente h acer desde<br />

e l de G ib r a lt a r , porque aquellos pueden estar mu­<br />

ch o mas que esté bajo su inm ediata y perenne inspe-<br />

cio n : sino los tie n e , ¿qué se adelanta con negar el es­<br />

tablecim iento de puertos francos esp añ o les, porque no<br />

hagan el contrabando que se podrá h acer desde G i­<br />

b raltar y P ortugal á beneficio exclusivo de ios intereses<br />

de extrangeros?<br />

A p e la p o r últim o recurso ía com ision de co m er-


cío de C atalu ñ a á la h istoria de puertos francos de<br />

F ran cia, donde se suprim ieron últim am ente. SI com o co­<br />

p ió de C h a p tal esta h isto ria y las razones de d ich a<br />

su p resió n , hubiese tam bién copiad o lo que de «lias infiere<br />

aquel autor , se v e ria claram ente cuán d istintas<br />

consecuencias sacan de unas mismas prem isas C h a p ta l<br />

y la ju n ta de com ercio de C a talu ñ a , C h a p tal desde e l<br />

discurst) prelim inar de su tantas veces-citada obra había<br />

designado expresam ente la franquicia de los puer­<br />

to s , com o una de las causas de los adelantam ientos d e l<br />

com ercio y de la industria de F ran cia. Y conform e á<br />

e s te 'p ririd p ío , 'despues de e x p o n e r la s alteraciones y<br />

lo s m otivos porque las sufrieron desde el año de 179 $<br />

los p w irto s'fra n c o s en F r a n c ia , conclu ye que ju z g a<br />

m uy conveniente que haya en algunos puertos y ciu ­<br />

dades b arrios-ó cuarteles francos^ que siendo e l ma­<br />

y o r bien para el com ercio la m u ltip licación y fa cilita ­<br />

c ió n -d e ^us relaciones , y el llam ar á sus puertos e l<br />

m ayor núm ero posible de buques^, es d ifícil conseguir­<br />

lo de otro m odo >mas directo ; ^que G en ova debió su<br />

gran prosperidad á esta m edida ^ que los ingleses d e­<br />

ben igualm ente m ucha p arte de los .progresos de su<br />

com ercio á los barrios ó cuarteles francos que tienen<br />

en diversos puntos dentro y fu era del reino ; y que<br />

en F ran cia debería tenerlo aun la ciudad de L e o n ,<br />

que es m editartánaa ó situada en lo in terior sin puerto<br />

m arítim o ( i ) . C re o que sin mas glosa ni com entario<br />

cu alquiera podrá grad uar el valor de los argum entos<br />

q u e en esta m ateria se han tom ado de C h a p t a l, cuya-o<br />

p in ion papece que no debiera haberse o m itid o , ya<br />

que p ara sacar una .consecuencia c o n tra ria , se echaba<br />

m ano de los antecedentes y razones que aquel e s cri-<br />

:to r tuvo en consideración para fundar la suya.<br />

^9 -Desest-ancac el tabaco y la s a l , dejando .es­


tos artícu los en absoluta lib ertad de com ercio.<br />

N o cedo á nadie en desear y coop erar á la puntual<br />

é inviolab le observancia de las resoluciones de<br />

las C ortes , porque tal es el deber de todo buen ciu ­<br />

d a d a n o , y porque siem pre ha de presum irse mas fác<br />

il que se equivoque en sus opiniones cualquiera ind<br />

ivid u o p a rticu la r, que no el conjunto de luces y de<br />

sabiduría del m ayor num ero de d ip u ta d o s, que en<br />

d iscrepan cia de sufragios form an los acuerdos del congreso.<br />

P o r lo ta n to , ya que está determ inado e l estanco<br />

del tabaco y sal., .deberá obedecerse exáctam en-<br />

te lo mandado hasta que llegue el tiem po de ver sí<br />

conviniese mas re v o c a rlo , com o y o lo pienso. N o discu<br />

tiré -el punto , porque nada ju z g a preciso añadir á<br />

lo que d ije en la scsion.de 28 de M ayo últim o. Solo<br />

quisiera que los que co n tanta veneración o yen á C h ap ­<br />

tal , leyesen Lo que «sobre tabacos escribió en el ca p í­<br />

tulo I ? .parte de su referido tratado de la industria<br />

francesa 4 donde «otarán la >suma conform idad de<br />

sus principios y los m ios en el asunto. ¿ Y qué m enos<br />

podré p ed ir.en obsequio de su autor favo rito á aque­<br />

llos que m e han visto tener tanta d eferen cia con él<br />

to c a n te .a l sistema p r o h ib itiv o , en que acaso nos suponían<br />

tan discordes? ¿no tendrán igual deferen cia con<br />

él mismo en cuanto á estanco, los que le concedían el magisterio<br />

ó voto decisivo en cuanto á las prohibiciones?<br />

H ab ien d o , pues, dem ostrado C h a p ta l los p erjuicios del<br />

estanco ó adíninistracion del tabaco en F ra n c ia , ep iloga<br />

su discurso.con estas proposiciones. i.®, que un derech<br />

o m oderado sobre dicho ram o., según el m ayor consumo<br />

que había tenido en el tiem po de su libertad,<br />

p rod u cirla al erario mas que la falta de ésta, i ? , que el<br />

consum idor lo pagaría á menos precio. 3 .^ ,.que la agricultura<br />

aum entaría -sus productos en 10 á 15 m illones<br />

de francos. 4.^ , que Ja industria se en riquecía con 300<br />

*3400 establecim ientos. 5.^ , que e l contrabando no ofre-


eia el mismo incentivo. L o s m ales del sistem a contrarió<br />

á ia iibertad, añade, son el resultado de una funesta m edid<br />

a , que las personas mismas ilustradas que entendían en<br />

la adm inistración preveían de antem ano. E ste ejem plo<br />

confirm a el prin cip io de que un gobierno jam as se hace<br />

m anufacturero sino con detrim ento del p -o d u cto r y del<br />

consum idor, y cuando cree legitim ar tales actos só el pre^<br />

texto especioso de aum entar los ingresos del tesoro púb<br />

lic o , cae en otro e r r o r : la riq ueza d el estado se ha­<br />

lla toda en la de los p a rticu lares; robar el trabajo al<br />

operario , apoderarse de la industria del cap italista,<br />

es consum ar la ruina de todos. U n gobierno instruido<br />

debe ceñirse á anim ar la producción , y con fiarla exclusivam<br />

ente al Ínteres p r iv a d o , que es quien so la­<br />

m ente puede conciliaria con la eco n o m ía, ia actividad,<br />

la p revisión y las luces. L o s recursos de un estado no<br />

deben calcularse p o r lo que re c ib e , sino p o r lo que<br />

la tierra y la industria producen , porque en el p r i­<br />

m er caso serian únicam ente m om entáneos, al paso que<br />

en el segundo pueden ser inagotables. A si que algunos<br />

m illones derram ados en las arcas del tesoro p ú b lico<br />

p o r el m onopolio de ia fabricación d el ta b a c o , no de­<br />

ja n de ser una calam idad para la agricu ltu ra y ia ind<br />

u stria , y una pérdida real p ara el g o b ie rn o , que ha­<br />

b ria podido crearse m ayores recursos exigien do co n ­<br />

tribuciones de la industria de los p a rticu lares.” j Y no<br />

parecerá extraño que p ara el estanco im item os nosotros<br />

el ejem plo de la única nación que lo tiene , y cu yos<br />

escrito res, que se citan p o r m odelos del saber en m aterias<br />

económ icas, se explican en estos térm inos? ¿no­<br />

sotros , que aun cuando viéram os estancados el tabaco<br />

y sal en todas las demas n a cio n e s, debiéram os<br />

d esestan carlos, porque siendo el prim ero producción<br />

indígena y p rivile gia d a de algunas de nuestras provincias<br />

de u ltra m a r, y casi indígena ó aclinatable en va­<br />

rias de la p e n ín su la , y ambas cosas ias mas á pro-*


pósito p o r su p o co va lo r y m ucho volum en p ara fo ­<br />

m entar nuestra n a v egació n , deberíam os tener todo em ­<br />

peño en aum entar los consum os con la lib ertad de<br />

c u ltiv o , fabricación y co m ercio ? ¿n osotros que vien do<br />

carcom ido el erario y la industria p o r la gan gren a<br />

p estilen te del contraban do,’ debem os sa b e r, que uno de<br />

los m edios mas eficaces de exterm in arlo será el deses­<br />

tanco del tabaco y de la sal, porque apenas habrá<br />

contrabandistas que no em piecen ó se sostengan p rin ­<br />

cipalm en te d el tráfico clandestino de alguno de estos<br />

dos a rtíc u lo s , y que p o r ellos hacen del contrabando<br />

p ara todo lo proh ibid o una profesion ó e je r c ic io , á<br />

que no se d e d ic a ría n , ni podrían dedicarse por sus<br />

grandes riesgos y pequeñas g a n a n c ia s, si dejasen de<br />

contar con tan pingüe recurso? ¿nosotros que p or las<br />

razones d ich as jam as podrem os ya persuadir á los pueblos<br />

la co n ven ien cia, ni m ediante el d ecreto de 1 7 de<br />

M a rzo de las C ó rtes de 1814, y la lum inosa y c ircunspecta<br />

discusión que le p reced ió , los podrem os p ersuadir<br />

tam poco de la ju stic ia del estanco , y lo mas<br />

q u e harem os será infundirles la ¡dea de su necesidad en<br />

crítica s circunstancias de co rta duración ?<br />

1 0 . Q u e tengan su debido cum plim iento, ó se sancionen<br />

las leyes necesarias á que sea efectiva la responsabilidad<br />

y severo castigo de ios em pleados en cu a lquier<br />

ramo de la hacienda p ú b lic a , que p o r om ision ó<br />

conm ision in terven gan , co n sien tan , ó no Im pidan los<br />

desfalcos de ella, y dejen ilusorias las providen cias<br />

tom adas en favo r de la industria nacional.<br />

A u n que esto parezca una adverten cia ó prevención<br />

frív o la y r id ic u la , lo cierto es que a l ver que<br />

mas ó menos los delincuentes en otras carreras son a lgunas<br />

veces ca stig a d o s, adm ira el no observar lo m ism<br />

o relativam ente á em pleados de la hacienda pública<br />

, no obittante ser notorias las m alversaciones de<br />

a lg u n o s, y que con m ezquinos sueldos jun tan grandes


capitales j y m al podrá exigirse suma rectitud de Tos<br />

sim ples ciu d a d an o s, si no ia tienen y dan e l ejem plo<br />

Jos que m ayores obligacion es han contraido con la<br />

p a tria . L o d ich o deberá ser extensivo á los- em pleados<br />

del CréditO' público-en la- p arte que pueda com prenderles.<br />

I I . Q u e se excite e l celo de los esp añ oles'á que<br />

voluntariam ente se suscriban á n o v e stirse, ni am ue­<br />

blar sus casas sino de géneros nacionales.<br />

£ n otros paises se han fo rm ad o sociedades con tan<br />

loable fin. E n E spañ a tenem os las p atrióticas que d ig ­<br />

namente pueden ocuparse de este objeto. A lgu n as v e ­<br />

ces nuestros anteriores gobiernos lian invitado á ello ,<br />

especialm ente á ciertas cla ses; pero los resultados no<br />

co rresp o n d iero n , porque no puede esperarse de la am o­<br />

nestación, lo que ha de ser obra de la pura voluntad.<br />

T am b ién las circunstancias en que ah ora nos hallam os,<br />

podrán contribuir al logro de tan buen deseo-, porque<br />

ah ora y no entonces debe suponerse d isposición p ara<br />

cu alq u ier sacrificio verdaderam ente p atrió tico . D e todos<br />

m o d o s, p o r el resultadb tendrem os un baróm etro<br />

p ara calcu lar e l estado de la opinion acerca de las pro*<br />

hibiciones que pueden ser ó no bien a d m itid a s; y á<br />

las sociedades p atrióticas se abría asimismo un d i­<br />

lata d o c a m p o , donde despues de haber tratad o de los<br />

negocios p d b lic o s , pudieran ejercitarse las virtudes^y<br />

talentos de los concurrentes á e lla s , señalándose cie rto<br />

tiem po en tod a reunión para d edicarlo á p ro n w -<br />

v e r esta em presa con la persuasión y el ejem plo , y<br />

en el que adem ás, p ara estím ulo de la ap licació n y<br />

d e la in d u stria , m anifestase cada cual las m ejoras ó<br />

nuevos descubrim ientos que habia hecho, ó pensaba ha­<br />

ce r en su respectiva profeslon.<br />

O tro s m ed ios, que creo- su b altern os, p odrían ta m ­<br />

bién in d ic a rs e , si hubiese lu g a r para ello; dejo su extensión<br />

á personas mas hábiles é Inteligentes que yo,<br />

que me p rop on go no vo lver á hablar en el asunto.


‘é<br />

r<br />

!<br />

f<br />

Íí

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