La Logia Lautaro en el Perú - Cybertesis

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13.05.2013 Views

hombres que “trabajan por el bienestar de la humanidad y así crear una liga universal de humanidad”. Dos serían, pues, según este Manual los objetivos de la masonería: procurar el bienestar de la humanidad y difundir por todo el mundo los ideales masónicos. En 1866 el Diccionario Nacional de la Lengua Española de don Ramón Joaquín Domínguez la definió como “una sociedad secreta esparcida y de siglos arraigada en diferentes regiones del globo... tiene por capital objeto, ejercer la beneficencia, promoviendo el estudio de la moral universal...” (Domínguez 1866). Fabián Onsari, masón argentino, autor del texto La Logia Lautaro y la Francmasonería (1964), para definir esta asociación, citó la Constitución masónica francesa de 1894, donde se la describía como una institución que tenía por base la existencia de Dios y la inmortalidad del alma y como objeto, el estudio de las ciencias y las artes, así como la práctica de todas las virtudes (Onsari 1964: 59). La masonería entonces, no propugna el ateísmo, sino que reconoce la existencia de un Supremo Creador al que le llama “el gran arquitecto del universo”. La sigla A.L.G.D.G.A.U. que aparece en la parte superior de sus templos, quiere decir precisamente “a la gloria del gran arquitecto del universo”, un ser supremo que ninguna religión logra entender o interpretar completamente. Pero ¿cuándo y dónde aparece la masonería? Sus orígenes han sido objeto de múltiples teorías. Algunas de ellas creen encontrarlo en el antiguo Egipto (Jacq 1975: 37-49), pero carecen de un sustento rigurosamente científico y tampoco son en su mayoría aceptadas. Si bien es cierto la masonería pudo tomar algunas ideas y planteamientos del antiguo Oriente, es 16

poco probable que haya tenido su origen en el Asia. Otros autores como Agustín Celis creen encontrar sus orígenes en la Edad Media europea (Celis 2005). Está comúnmente aceptado que la masonería, tal como se le conoce actualmente, tuvo su origen a principios del siglo XVIII y, generalmente se da el año de 1717 como año de fundación de la Gran logia de Londres y Westminster. De 1723 datan las famosas Constituciones de Anderson, primer documento que muestra una organización masónica propiamente dicha. El investigador español Ricardo de la Cierva en su obra La masonería invisible, indica también que 1717 fue la fecha de fundación de la masonería moderna (De la Cierva 2002: 143). Para mediados del XVIII la masonería era ya una institución establecida y con una actividad constante. El padre Feijoo basándose en los datos que el padre Juan de la Madre de Dios había consignado en su Andumbratio liberorum muratorum de 1751, estimó en medio millón el número de masones en el mundo y estableció sus orígenes en 1670 11 . Actualmente se considera esta cifra exagerada (Celis 2005). El padre Feijoo se refería a los masones como “Muratores” por ser esta palabra “la que se acomoda más a la lengua”, según decía. Por “cofradía” o “conventículo” o “comunidad” se entendía a la logia. Pero ¿necesariamente toda logia pertenecía 11 “…dentro de la Gran Bretaña había ciento veinte y nueve cofradías, conventículos, o comunidades de Muratores: el año de 1746, veinte y cinco dentro de la Ciudad de París. A esta proporción, pues se asegura, que esta agregación está extendida por toda Europa, se puede hacer la cuenta de que en los ochenta años, que han corrido desde su fundación, entraron en ella más de dos, o tres millones de Muratores. Mas por cuanto se debe suponer, que la propagación sería muy desigual en otras partes, reduzcamos el número de todas a un millón, y aun convendré en rebajarlos a medio millón” (Feijoo 1753). 17

hombres que “trabajan por <strong>el</strong> bi<strong>en</strong>estar de la humanidad y así crear una liga<br />

universal de humanidad”. Dos serían, pues, según este Manual los objetivos de la<br />

masonería: procurar <strong>el</strong> bi<strong>en</strong>estar de la humanidad y difundir por todo <strong>el</strong> mundo los<br />

ideales masónicos.<br />

En 1866 <strong>el</strong> Diccionario Nacional de la L<strong>en</strong>gua Española de don Ramón Joaquín<br />

Domínguez la definió como “una sociedad secreta esparcida y de siglos arraigada<br />

<strong>en</strong> difer<strong>en</strong>tes regiones d<strong>el</strong> globo... ti<strong>en</strong>e por capital objeto, ejercer la b<strong>en</strong>efic<strong>en</strong>cia,<br />

promovi<strong>en</strong>do <strong>el</strong> estudio de la moral universal...” (Domínguez 1866).<br />

Fabián Onsari, masón arg<strong>en</strong>tino, autor d<strong>el</strong> texto <strong>La</strong> <strong>Logia</strong> <strong>La</strong>utaro y la<br />

Francmasonería (1964), para definir esta asociación, citó la Constitución<br />

masónica francesa de 1894, donde se la describía como una institución que t<strong>en</strong>ía<br />

por base la exist<strong>en</strong>cia de Dios y la inmortalidad d<strong>el</strong> alma y como objeto, <strong>el</strong> estudio<br />

de las ci<strong>en</strong>cias y las artes, así como la práctica de todas las virtudes (Onsari<br />

1964: 59). <strong>La</strong> masonería <strong>en</strong>tonces, no propugna <strong>el</strong> ateísmo, sino que reconoce la<br />

exist<strong>en</strong>cia de un Supremo Creador al que le llama “<strong>el</strong> gran arquitecto d<strong>el</strong><br />

universo”. <strong>La</strong> sigla A.L.G.D.G.A.U. que aparece <strong>en</strong> la parte superior de sus<br />

templos, quiere decir precisam<strong>en</strong>te “a la gloria d<strong>el</strong> gran arquitecto d<strong>el</strong> universo”,<br />

un ser supremo que ninguna r<strong>el</strong>igión logra <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der o interpretar completam<strong>en</strong>te.<br />

Pero ¿cuándo y dónde aparece la masonería?<br />

Sus oríg<strong>en</strong>es han sido objeto de múltiples teorías. Algunas de <strong>el</strong>las cre<strong>en</strong><br />

<strong>en</strong>contrarlo <strong>en</strong> <strong>el</strong> antiguo Egipto (Jacq 1975: 37-49), pero carec<strong>en</strong> de un sust<strong>en</strong>to<br />

rigurosam<strong>en</strong>te ci<strong>en</strong>tífico y tampoco son <strong>en</strong> su mayoría aceptadas. Si bi<strong>en</strong> es cierto<br />

la masonería pudo tomar algunas ideas y planteami<strong>en</strong>tos d<strong>el</strong> antiguo Ori<strong>en</strong>te, es<br />

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