El convento.pdf
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²¹ Cfr. Alfonso<br />
Caso, EL Pueblo del<br />
Sol, pp. 11,12,13.<br />
<strong>El</strong> temor y la esperanza eran los padres de los dioses. <strong>El</strong> hombre,<br />
colocado en la naturaleza, que lo asombra e intimida al sentir su propia<br />
pequeñez ante las fuerzas que no puede dominar, y cuyos efectos dañosos<br />
o propicios sufre, ante la imposibilidad de entender o mandar, teme y ama;<br />
es decir, adora.<br />
Por eso los dioses han sido hechos a imagen y semejanza del<br />
hombre. Cada imperfección humana se transforma en un dios capaz de<br />
vencerla; cada cualidad humana se proyecta en una divinidad que adquiere<br />
proporciones sobrehumanas e ideales; frente a la naturaleza que actúa en<br />
forma fatal, ante la fórmula mágica o ante la ley natural, el religioso sabe<br />
que necesita de otra voluntad: la voluntad divina.<br />
Todo pueblo que ha alcanzado cierto grado de desarrollo cultural<br />
personaliza en los dioses sus sentimientos religiosos, encuentra que el dios<br />
tiene siempre ciertas características comunes con el héroe. Para cada<br />
fuerza, y a veces para cada aspecto de una fuerza natural, se crea un dios<br />
personal (politeísmo).²¹<br />
Existen, en la rica documentación indígena, tradiciones y leyendas<br />
acerca de mitos e ideas religiosas, que provienen al menos de dos milenios<br />
de cultura en el México antiguo, y que son testimonio del alto grado de<br />
desarrollo de la cultura y de la religión de los pueblos prehispánicos.<br />
Quizá ningún testimonio acerca de la profunda estimación en que<br />
tenían los antiguos mexicanos a sus doctrinas religiosas, sea tan elocuente<br />
como la respuesta que dieron algunos sacerdotes y sabios mexicas a los<br />
primeros doce franciscanos que llegaron a la Nueva España, en un célebre<br />
diálogo que data de 1524, desarrollado en el <strong>convento</strong> de San Francisco de<br />
la ciudad de México, según el texto de fray Bernardino de Sahagún que<br />
cita Miguel León Portilla.