La Escritura Zapoteca por Javier Urcid – Texto - Famsi
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entierros de mujeres, y dada la cantidad y diversidad de sus ofrendas asociadas (10<br />
objetos con cada una) estamos frente a los entierros de mayor jerarquía que no se<br />
encuentran en tumbas. El modelo espacial y su comparación con el resto de los<br />
entierros sugiere que estas mujeres podrían haber sido esposas secundarias de uno<br />
de los varones enterrados en las tumbas adyacentes (<strong>Urcid</strong> 1998b), interpretación<br />
que <strong>–</strong>como veremos más adelante<strong>–</strong> está basada en datos que tienen que ver con la<br />
práctica de la poligamia en los inicios del período colonial.<br />
<strong>La</strong>s dos observaciones mencionadas más arriba me permiten sacar en<br />
conclusión que la antigua sociedad zapoteca debe haber sido mucho más<br />
compleja 36 (Figura 3.18-B). Habiendo hecho esta aclaración, es posible ahora<br />
redirigir la cuestión referida a la práctica de sacrificios humanos en relación con los<br />
rituales funerarios. <strong>La</strong>s citas tomadas de Córdova que mencionamos anteriormente<br />
podrían referirse exclusivamente la inmolación de individuos para acompañar en la<br />
muerte a los más im<strong>por</strong>tantes señores y damas que ocupaban la categoría máxima<br />
en el sistema social a nivel regional. Hasta ahora, nadie a re<strong>por</strong>tado <strong>–</strong>dadas las<br />
formas conocidas de ejecución ritual en Mesoamérica<strong>–</strong> la evidencia que podría<br />
esperarse en el tejido esqueletico de víctimas sacrificiales (como marcas de cortes o<br />
traumas peri-mortem) 37 en los materiales óseos hallados en tumbas de alto rango,<br />
aunque <strong>por</strong> supuesto, muchas de ellas fueron halladas prácticamente vacías.<br />
Por otro lado, la evidencia de sacrificios de animales como parte de los<br />
rituales funerarios es substancial, e involucra la ofrenda de perros, <strong>por</strong> lo general<br />
cachorros, y de aves pequeñas. Cuando se representa gráficamente la presencia de<br />
estos animales en la escala de rangos de distintas tumbas, el fechamiento varía<br />
entre los siglos 5 y 9 de la Era Común (Figura 3.18-B), se hace evidente que el<br />
sacrificio de perros constituía una práctica generalizada más allá de cualquier<br />
36 El rango de las tumbas y otros entierros debería tomarse como un enfoque heurístico que no<br />
necesariamente refleja las categorías conceptuales que tenían los antiguos zapotecas con respecto<br />
al orden social. Ha habido intensos debates sobre si esas categorías incluían sólo dos categorías<br />
(nobles y aldeanos o gente o común) (Flannery 1983: 133; Marcus 1992a: 221-222), o varios estratos<br />
sociales. Winter et al. (1995: 76), <strong>por</strong> ejemplo, proponen tres niveles sociales. Varias entradas en el<br />
diccionario de Córdova referidas a las categorías sociales de las gentes apoyan la propuesta de<br />
Winter et al., pero es imposible determinar hasta dónde el paradigma cognitivo europeo de Córdova<br />
pudo haber distorsionado dichas categorías lexicales.<br />
37 Peri-mortem significa “en el momento de la muerte”, en contraposición con ante- (antes) o post-<br />
mortem (después de la muerte).<br />
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