La Escritura Zapoteca por Javier Urcid – Texto - Famsi
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arquitectónicas superpuestas en el caso de tumbas que parecen estar asociadas<br />
con contextos no domésticos. Por el momento, la existencia de tumbas asociadas<br />
con “templos” durante el lapso de tiempo que nos interesa, no ha sido<br />
concluyentemente demostrada.<br />
Retornando a la consideración sobre contextos residenciales, varios lugares<br />
domésticos han arrojado más de una tumba. En muchos casos, semejante<br />
multiplicidad de criptas tiene que ver con la presencia de diversas fases de<br />
construcción. Muchos de los montículos de tierra que salpican hoy en día el paisaje<br />
de los valles centrales de Oaxaca son el resultado de una serie de casas<br />
construidas unas sobre otras. Esto implica que una tumba podía ser usada<br />
continuamente durante la ocupación sucesiva de estas casas remodeladas. En<br />
ocasiones, el crecimiento vertical de las casas en un solo lugar eventualmente<br />
incor<strong>por</strong>ó dos o más tumbas en diferentes posiciones estratigráficas (Figura 3.6). 26<br />
Hay varias interpretaciones alternativas para explicar la presencia de tumbas<br />
múltiples en un solo lugar. Es posible que como las viviendas continuaban<br />
acumulándose verticalmente, se tornara cada vez más difícil llegar a la cripta<br />
original. Esto pudo haber llevado a la construcción de una nueva tumba, en tándem<br />
con una nueva remodelación de vivienda, a una profundidad menor. Cuando un<br />
lugar doméstico era ocupado durante un largo lapso de tiempo pero no mostraba<br />
superposición en la construcción, la necesidad de espacio para las inhumaciones<br />
debió haber dictado la construcción de varias tumbas en el mismo nivel subterráneo.<br />
O, en caso de haber habido cambios de residencia, los nuevos habitantes de un<br />
determinado lugar podrían haber construido otra tumba para depositar a sus propios<br />
muertos.<br />
<strong>La</strong>s dimensiones y los rasgos arquitectónicos de las criptas varían<br />
conjuntamente con las dimensiones y la elaboración de la casa(s) asociada.<br />
Algunas tumbas son en realidad elementos simbólicos, puesto que son cajas<br />
revestidas con piedras que cuentan con una entrada no funcional pero que<br />
aparecen donde <strong>por</strong> lo general se construyen las tumbas. <strong>La</strong> ‘tumba’ 4 de<br />
<strong>La</strong>mbityeco es un buen ejemplo de esas criptas simbólicas (<strong>Urcid</strong> 1983: 101-103),<br />
26 Otros ejemplos de este fenómeno en Monte Albán son los de las tumbas 77-78 y 95-96 (Caso,<br />
Bernal y Acosta 1967: 283-284, plano 9); las tumbas 108-109 en la terraza 1457, y las tumbas 97-43<br />
en la terraza 171 (Caso 1938: 32bis y planos 16 y 19); entre los ejemplos de <strong>La</strong>mbityeco están las<br />
tumbas 1, 5 y 6 del Montículo 195 (Lind 1993); entre los ejemplos de Quicopecua están las tumbas 1<br />
y 1b del Montículo 1 (Bernal 1958); y en Yagul, las tumbas 35 y 10 del Montículo 5W (Brockington<br />
1955).<br />
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