SALMONES: EL LADO AGRIO DE UN PLATO DELICIOSO - Oceana

SALMONES: EL LADO AGRIO DE
UN PLATO DELICIOSO
Antes de que disfrute su próximo filete de salmón, es bueno que sepa algunas cosas sobre este
delicioso plato que no tienen tan buen gusto. Se trata de la forma en que este pez es cultivado
y de los devastadores efectos ambientales de la industria salmonera en el sur de Chile.

SALMONES: EL LADO AGRIO DE UN PLATO DELICIOSO
El
salmón se cultiva en enormes jaulas sumergidas en el
mar. Ahí, entre 100 mil y 200 mil peces están hacinados
en sus propios excrementos, y son alimentados con pellets
con una alta concentración de antibióticos, para prevenir
enfermedades que podrían arrasar con cosechas completas,
debido al alto nivel de concentración en que el salmón es
criado.
Muchos investigadores han dado la alerta sobre las posibles
consecuencias que este uso (y abuso) de antibióticos puede
provocar en las personas que consumen salmón, como la
generación de resistencia bacteriana, entre otros efectos.
Además, el alimento que no es comido por los salmones, llega
al exterior de las jaulas donde peces nativos se ven expuestos a
estos elementos químicos. Oceana ha demostrado el aumento
de la presencia de antibióticos y otras sustancias en especies
endémicas del sur chileno, debido justamente a este cambio en
su dieta.
A esto se suma el uso de muchos otros químicos, como pesticidas,
hormonas y fungicidas, que también impactan negativamente
en el salmón, así como en el ecosistema circundante. De hecho,
en diciembre del 2006, la autoridad sanitaria del Reino Unido
decidió retirar una partida de brochetas preparadas a base de
salmón chileno, al detectar la presencia de Cristal Violeta, un
fungicida prohibido en la Unión Europea, por sus propiedades
cancerígenas.
Otro grave impacto de la industria salmonera se produce por
la descarga de toneladas de nutrientes (fósforo y nitrógeno)
contenidos en los alimentos y los excrementos del salmón, y
que caen a los cuerpos de agua de las zonas concesionadas
en la Décima Región. Esto equivale a los desechos producidos
en una ciudad como Santiago, con 6 millones de habitantes. La
sobrecarga de estos nutrientes detona un proceso conocido
como eutrofización, que consiste en una proliferación anormal
de algas y otros organismos, las que pasado un tiempo se
descomponen, y agotan el oxígeno del agua, haciendo imposible
la vida en esas áreas. Debido a esta proliferación masiva de
algas, otros científicos han establecido una posible relación
entre la industria salmonera y la generación de mareas rojas,
fenómeno provocado por la abundancia de microalgas tóxicas
para el ser humano.
Las mareas rojas no sólo son un grave riesgo sanitario, sino que
además tienen devastadoras consecuencias económicas para

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las miles de familias que viven de la pesca en el sur de Chile,
puesto que al detectarse la contaminación, se decretan vedas
extractivas que a veces se prolongan por meses, quitándole a la
gente su única fuente de trabajo.
Esta cruda realidad contrasta con las enormes utilidades que
obtiene la industria salmonera, que el 2006 obtuvo retornos
cercanos a los 2 mil millones de dólares. De estas impresionantes
ganancias, no obstante, sólo el 4,5 por ciento se destina al salario
MAPA ÁREAS DE PRODUCCIÓN SALMONERA X REGIÓN DE CHILE
de los obreros, los que muchas veces tienen que trabajar en
precarias condiciones laborales. Este maltrato laboral, sumado
a una normativa ambiental más permisiva que en los países
desarrollados, es lo que ha permitido a la industria salmonera
instalada en Chile, abaratar costos de producción y posicionarse
como uno de los mayores productores de salmón en el mundo.
Tan fructífero ha resultado el negocio, que hoy en día existen
intensas presiones para ampliar las concesiones acuícolas a la
Undécima región, una zona de aguas prístinas y de gran riqueza
Para cultivar un kilo de salmón,
se necesitan 10 kilos de peces
pelágicos naturales, como
sardinas y anchovetas, que
podrían destinarse al consumo
humano.

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ecológica. De hecho, se proyecta que de aquí al 2010, el 50% de
la producción salmonera de Chile estará concentrada en esta
nueva área de expansión. Esto tiene especial relevancia no sólo
por los graves impactos ambientales descritos anteriormente,
sino porque además, la industria salmonera demanda una gran
cantidad de otros recursos marinos que la hacen ambientalmente
insustentable.
En efecto, se requieren alrededor de 10 kilos de peces pelágicos
naturales, (como sardinas y anchovetas) para producir apenas
un kilo de salmón. Con la salmonicultura, la demanda por harina
y aceite de pescado ha aumentado enormemente en los últimos
años, contribuyendo así a la sobreexplotación de los recursos
marinos del litoral chileno, los que en la actualidad se encuentran
prácticamente agotados.
Otros indeseables efectos de la industria salmonera son las
constantes fugas de miles de salmones desde las balsas jaula.
El salmón es una especie carnívora que no existe de manera
natural en los mares y canales chilenos, por lo que entra en
competencia con las especies endémicas, afectando la cadena
trófica y los ecosistemas marinos. Muchas veces estas fugas
son provocadas por fallas humanas, por fatiga de materiales o
bien por la acción de lobos marinos, los que atacan las jaulas en
busca de alimento. Esto ha detonado otro problema ambiental,
puesto que los industriales salmoneros han dispuestos guardias
armados en los centros de cultivo, los que ya en varias ocasiones
han asesinado lobos marinos, una especie protegida en nuestro
país.
Por todo lo anterior, Oceana está solicitando que se detenga la
expansión de la industria salmonera en nuestro país, al menos
hasta que se investiguen con imparcialidad y rigurosidad
científica los verdaderos efectos de esta industria en el mar
chileno. Además, la organización está solicitando al Gobierno
una mayor y mejor fiscalización de este proceso productivo,
donde ya se han detectado serias irregularidades, como
sobreproducción en los centros de cultivo, ocupación de mayores
cuerpos de agua a las solicitadas, etc. En ese sentido, Oceana
está apoyando el trabajo de una comisión especial creada en el
Congreso Nacional de Chile para investigar el impacto ambiental
de la industria salmonera.
SALMODATOS
Algunas investigaciones científicas vinculan la mayor apa-
rición de mareas rojas con la expansión de la acuicultura,
especialmente de especies como la trucha y el salmón.
La descarga de nutrientes (fósforo y nitrógeno) de la in-
dustria salmonera a los cuerpos de agua en el sur de Chile,
equivale a la descarga de desechos de una ciudad de 6
millones de habitantes, como Santiago.
Estudios científicos advierten que los antibióticos utiliza-
dos en el cultivo de salmones, pueden generar resistencia
bacteriana en los humanos que lo consumen, entre otros
efectos.
Por cada dólar que recibe un obrero salmonero como sala-
rio, ingresa un promedio de 6 mil 650 dólares a su empresa.
El 2006, la industria obtuvo retornos cercanos a los 2 mil
millones de dólares. (Veterinarios sin Fronteras)
La salmonicultura chilena no posibilita el desarrollo
sostenible y su capacidad de generar empleos no se ha
traducido en mejores índices de ingreso en la Décima
Región, donde 2 de cada 10 personas viven en condiciones
de pobreza.
Todos los años escapan de las balsas jaula
cientos de miles de salmones, generando
graves impactos al ecosistema local, por ser
una especia depredadora introducida.
En una ocasión ocurrió una
fuga de un millón de
ejemplares.

Oceana es una organización internacional sin fines de lucro, dedicada a la protección y recuperación de los océanos
de todo el mundo mediante la realización de campañas que incorporan argumentos científicos, legales y de educación
ciudadana. Fundada en 2001, Oceana dispone de colaboradores y ciberactivistas en 150 países, que están decididos a
defender activamente el medio ambiente marino. La oficina central de Oceana se encuentra en Washington DC, y la
organización tiene oficinas adicionales en Alaska (Juneau), Sudamérica (Santiago, Chile) y Europa (Madrid, España), así
como en distintos emplazamientos de la costa.