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<strong>Stephen</strong> <strong>King</strong> y Otros <strong>Horror</strong> 7<br />
contra las barreras del sueño eterno, despiadado, hasta que, una vez más, vuelves a despertar. A<br />
despertar por completo y a tener los pies en la tierra.<br />
Y te encuentras empapado.<br />
Primero sientes deseos de llorar y después de reír, enloquecido de alivio. Pero..., espera un momento...,<br />
la cálida humedad pegajosa no es sudor. y los gritos de angustia que oyes tan cercanos no<br />
provienen de tu amada, a la que acabas de destrozar, empujado por los celos, en tu espeluznante<br />
sueño. El espejo de la realidad te ofrece, durante unos pocos segundos, la verdadera imagen de tus<br />
temores más recónditos.<br />
Incluso sin abrir los ojos, te das cuenta de que ella ha encontrado el abrecartas que has tratado de<br />
ocultarle, el mismo que llegó con aquella sugerente nota sin firmar, enviada por una fervorosa admiradora<br />
de tu obra. Ahora ya no importa que tus ocasionales seguidoras provocaran en ella los celos<br />
más rabiosos y más tontos. Tampoco importa el que jamás pudiera convencerse de que la forma<br />
retorcida en que tratabas a los personajes femeninos de tus relatos y novelas nada tenía que ver con<br />
tus opiniones sobre las mujeres en la vida real.<br />
Porque a medida que el abrecartas, afilado como una cuchilla de afeitar, se hunde repetidamente<br />
en tu rostro y tu cuello, sólo puedes repetirte que éste, «el de este momento», debe de ser el final del<br />
sueño, apenas esbozado por ella, que la ha estado asaltando en las últimas semanas.<br />
Es cómico cómo todo vuelve a ti en tropel: una pesadilla inusualmente vívida que fue adquiriendo<br />
un cariz cada vez más terrible a medida que se repetía, aunque en las anteriores ocasiones ella<br />
siempre había perdido el conocimiento antes de alcanzar la culminación, desconocida aún, pero obviamente<br />
aterradora. Y que, salvo por algunas variaciones menores, casi triviales, se equiparaba a<br />
este horrible sueño que tú también recuerdas vagamente haber soñado al menos diez, once, no, más<br />
de doce ve...<br />
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