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<strong>Stephen</strong> <strong>King</strong> y Otros <strong>Horror</strong> 7<br />
CINE CATASTROFISTA<br />
Un relato de advertencia<br />
Douglas E. Winter<br />
Cortés y obsequioso, el Winter de Washington (D. C.) es un hombre para todas las estaciones 1 , y,<br />
por derecho propio, se ha convertido en un maduro escritor de ficción.<br />
Dos libros de no ficción, entre los que se incluye «<strong>Stephen</strong> <strong>King</strong>: The Art of Darkness», así como un<br />
torrente de notables relatos, nos revelan el talento de este abogado/ escritor.<br />
Aquí, en otro de sus «góticos legales», Douglas E. Winter comienza cada párrafo con el título de<br />
una película del género catastrófico 2 y utiliza, además, otras alusiones con las que los aficionados al<br />
cine de terror disfrutarán.<br />
La fuerza de ciertas imágenes de esta narración hizo que el recopilador se preguntara si resultaba<br />
oportuno incluirla en la presente selección. Pero puesto que el citado recopilador también cree que la<br />
censura es algo que merece una condena generalizada, esta obra, con profundos ecos y resonancias,<br />
se incluye tal como Doug Winter la escribió.<br />
***<br />
Apocalypse Domani. En la hora que precedía al amanecer, cuando la noche se retiraba entre las<br />
sombras, el sueño perseguía a Rehnquist, despierto. Las puertas del infierno se habían abierto, los<br />
caníbales se habían lanzado a las calles, y Rehnquist esperaba solo, traicionado por la luz del naciente<br />
día. Sabía que los zombies darían pronto con él, las ventanas se sacudirían, las puertas estallarían<br />
hacia dentro y las manos, manchadas por aquel interminable festín, le harían señas. Comerían<br />
de su carne y beberían de su sangre, pero se compadecerían de su alma inmortal; y al amanecer,<br />
él volvería a levantarse, poseído por su hambre, por su inagotable sed, para ver un mundo nuevo y<br />
sombrío a través de los ojos ausentes de los muertos de la puerta contigua.<br />
The Beyond. «Y te enfrentarás al mar de oscuridad, y a todo lo que de él pueda ser explorado.»<br />
Tallis inclinó la copa de vino a manera de vacío saludo. «Todo sea por el poeta.» Se volvió a mirar<br />
hacia el ala este de la Galería Corcoran, cuya cronología de impresionistas suizos estaba dominada<br />
por L'Aldila, de Zweig, un paisaje con un mar de arena quemada, plagado de restos momificados.<br />
Gavin Widmark, su abogado, lo apartó de la barra.<br />
–Un poco más de moderación –dijo con una sonrisa forzada. Tallis vio pasar un camarero con<br />
una bandeja y se sirvió otra copa de Chardonnay.<br />
–El arte no es más que la falta de moderación –repuso con voz de beodo y en un tono algo exaltado.<br />
Al otro lado de la sala, una rubia los observaba con el ceño fruncido.<br />
–Ah, Thom –dijo Widmark, al tiempo que señalaba hacia la mujer– . ¿Conoces a Cameron Bla-<br />
1 Juego de palabras intraducible, con el apellido Winter (invierno) del escritor. (N. de la T.)<br />
2 Para no desvirtuar los propósitos del autor, se ha respetado el título original de las películas, cuyo sentido se pier-<br />
de a menudo en su traducción. (N. de la T.)<br />
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