Hollywood despliega su larga alfombra roja - Lobby

Cuando se nos envía ese terrible mensaje, ¿qué
podemos hacer más que sonreír y devolver el mismo
deseo como si fuera la réplica a un insulto? Desde
luego, nos marchamos inmediatamente de allí,
antes de dejar traslucir que nos importa muy poco
el horrible amasijo de deberes y que en verdad lo
que sentimos es una enorme pereza y una absoluta
falta de motivación para nada que no sea dormir y
recargarnos para la próxima farra.
Esa especie de baja energía que sentimos en estos
primeros días del año, es lo que nos queda después
de cumplir la intensa agenda navideña, con toda lo
que implica su carga de actividad, gasto emocional y
sobre todo, económico. Es que la Navidad dura demasiado
y uno sin quererlo se va acostumbrando a
la diversión y a la buena vida. Eso es muy humano.
Créame, amigo lector. Le entenderé si, luego de
redactar su carta magna de mentiras nobles, decide
arrojarlas al fuego del olvido y arrellanarse de nuevo
en su poltrona a ver los tediosos recuentos de las
noticias del 2006, acompañado de una fría bebida
energizante.
Mi sincera recomendación es que mande todo
eso al carajo y se concentre en su recuperación, tanto
física como emocional. Ya el mismo transcurrir
del tiempo le irá presentando los retos que hay que
cumplir, a los cuales sabrá enfrentar si ha hecho sabiamente
el acopio de fuerza que necesita en estos
días.
Olvídese de los buenos propósitos a los cuales
no les va a dedicar mayor atención y dedíquese a
vivir su pereza de la primera semana con alegría.
Después de todo, para cambiar le queda todo un
año por delante. ¿No le parece?
Alzo –sin mucho esfuerzo– mi copa de vino a su
salud y le acompaño virtualmente frente al televisor
cabeceando de sueño.
¡Feliz Año Nuevo!✤
LOBBY
foto: Érika Silva