Dossier de prensa - Universidad Internacional Menéndez Pelayo

19 de Diciembre de 2008 | El Diario Montañés | Universidad Menéndez Pelayo
Santander
JOSÉ MARÍA GRANDE URQUIJO DELEGADO DE DEFENSA EN CANTABRIA XXXX XXXX
«Con los cántabros alistados ya da para formar un batallón»
El coronel defiende la creación de una unidad del Ejército y asume el compromiso de acercar el estamento militar a la
sociedad
19.12.2008 - MARIÑA ÁLVAREZ| SANTANDER
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Santander es la nueva parada del coronel de Infantería del Estado Mayor, José María
Grande Urquijo, tras un intenso periplo por el mundo. Ha vuelto a casa para asumir el
cargo de delegado del Ministerio de Defensa en Cantabria, territorio amigo que cata
por primera vez en su vida profesional y que pretende meterse en el bolsillo más
pronto que tarde, siguiendo la estela de su predecesor, el coronel Merino, en su afán
de acercar cada vez más las Fuerzas Armadas a la sociedad.
-¿Cómo ha encontrado la oficina?
-Bien, muy bien. Ya dije en mi toma de posesión que el coronel Merino me había
puesto el listón muy alto y me voy a tener que esforzar mucho para igualarle. Ha
hecho una labor importantísima de acercar las Fuerzas Armadas a la sociedad, y me
propongo seguir en esa línea y mejorarlo, si es que se puede.
-Su antecesor dijo que su deseo es que Cantabria tenga una unidad operativa
del ejército.
-Yo también deseo lo mismo. Es la única comunidad autónoma que no tiene, es privar
a Cantabria del contacto con el uniforme caqui y, además, para la región sería bueno
tener aquí 700 puestos de trabajo fijos todos los días.
-¿Tal vez un batallón de la Brilat?
-La Brigada Ligera Autotransportable tiene tres batallones, uno en Pontevedra y dos
en Asturias, y una opción sería traer uno de ellos aquí. Ha habido conversaciones con
el presidente, Miguel Ángel Revilla, y tengo entendido que él ha dicho que se podría
ubicar en la antigua escuela de hostelería, un buen sitio por la cercanía con el
aeropuerto. Pero no es un asunto de mi competencia. Me gustaría, y sería bueno para
Cantabria, porque todos los jóvenes que se apuntan tienen que emigrar, así podrían
quedarse.
El coronel Grande Urquijo./ SANE
-¿Hay efectivos suficientes?
-Ahora está la yeguada militar de Ibio, lo poco que queda en el Depósito de Sementales, y los que estamos en la Delegación, pero
en el último año se han alistado en los tres ejércitos más de 400 personas. Con otros pocos más ya hay para formar un batallón.
-Tras sus destinos en Marruecos, Bosnia, París... ¿es éste el descanso del guerrero?
-No, son responsabilidades diferentes. Vengo a esforzarme y, como dije, a acercar todo lo posible las Fuerzas Armadas a la
sociedad. Desgraciadamente somos los grandes desconocidos, aunque poco a poco está cambiando. En esto tienen un gran
papel los medios de comunicación.
-Pero ha vuelto a casa.
-Sí, he vuelto a casa.
-¿Qué sensación le produce?
-Una sensación rara, nunca he estado aquí más que de vacaciones, venir ahora en permanencia se hace raro, pero esta
sensación no durará más de una semana.
-¿Le ha acompañado siempre su familia?
-Me han acompañado en todos mis destinos excepto en los dos últimos, porque mis hijos son mayores y ya trabajan, pero incluso
a Rabat y París han venido conmigo. Mi hija es dentista y trabaja en Santander, pero mi hijo trabaja en Madrid y se ha quedado,
La madre ha dicho que irá todos los meses una semanita a llenar el frigorífico, a limpiar... esas cosas que hacen las madres.
-No visten el uniforme pero lo sienten igual...
-Es cierto. Muchos de los logros que pueda tener un militar son debidos a la mujer. La esposa sí es el descanso del guerrero, en el
buen sentido, porque es la que te ayuda, la que te comprende, la que en momentos duros te da ánimo. Son las que peor lo pasan
cuando sales a misiones internacionales a zonas de guerra, tú estás metido en el fregado y no lo piensas, pero la que se está
comiendo la cabeza en casa es ella, dónde estara, qué hará...
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23/12/2008