joaquín escriche martin - Centro de Estudios del Jiloca

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La colección de Clotilde debía ser muy valiosa a juzgar por las palabras con las que Zapater termina el trabajo: “Podríamos añadir otra (lista) correspondiente al grupo de las nocturnas y Microlepidópteros que han sido recogidos en gran cantidad por la misma colectora; pero nos vemos precisados a aplazar su publicación por no haber sido aún completamente estudiadas, faltando datos para su determinación”. Lo mismo que sucede con la obra botánica de su hermana Blanca, ya en 1880 Bernardo Zapater ponderaba también en el Suplemento de “La Provincia” de Teruel el mérito de sus trabajos entomológicos: “La joven y distinguida Señorita Clotilde Catalán de Ocón de cuya afición a los Lepidópteros nos prometemos mucho, ha llamado la atención de los entomólogos por las raras especies que ha sabido capturar en el Valle de Valdecabriel, pudiendo citar entre otras muchas, la Colias Edussa, Hyale, Polyommatus Gordius, Lyaena Baetica y Coridon, Lyccena Damon, Melitaca Artemis, una bonita Melitacca, Parthenie muy rara en nuestro país, y la Coenonympha iphioides que es una variedad subalpina muy interesante”. “La Hija del Cabriel” Sin embargo no fue esta afición naturalística la que dio notoriedad a la joven Clotilde Catalán de Ocón, sino que fueron sus abundantes composiciones poéticas que vieron la luz en numerosos periódicos y revistas de Teruel y Zaragoza, las que dieron a conocer su nombre en el ámbito literario regional. Criada junto a su hermana Blanca en Valdecabriel, en el corazón de la Sierra de Albarracín, allí, en sus pintorescas asperezas encontró, a la par que insectos para sus colecciones, la inspiración para sus composiciones que fueron casi siempre firmadas con el seudónimo de “La Hija del Cabriel”. En sus poemas de claro sentido estro, hace un canto laudatorio de las virtudes humanas y de las delicadas sensaciones que percibe en su contacto con la naturaleza. A medida que compone, siente la poetisa un ardoroso y eficaz estímulo que inflama su imaginación y se desborda en sus versos cargados de sentimiento y emoción. Son notables las composiciones publicadas. De una de ellas, “Ante la tumba de mi madre”, de marcado carácter romántico y melancólico, hemos entresacado los versos que encabezan esta reseña, así como los que la cierra que son como sigue: “ …¿Qué me importa que el mundo me brinde goces, si encuentro las espinas tras de las flores? ¡Triste existencia, pues siempre a la alegría se une la pena!. La Hija del Cabriel. Valdecabriel, 8 de mayo de 1889”. 120

En la “Revista del Turia” del 1 de febrero de 1888 encontramos una larga composición poética “Contestación a la poesía El Ruiseñor de mi jardín, publicada por Don José Mª Catalán en un periódico de Alcañiz”. Otros poemas aparecen aquí y allá en las revistas de Teruel como es el caso de “El Turolense” donde publicó sucesivamente las composiciones que a continuación enumeramos, y que nos permiten ver las diferentes residencias por las que pasó en 1888 y 1889 desde Valdecabriel, Albarracín, Monreal del Campo, Cartagena y de nuevo Valdecabriel: “A MI VALLE” (8-IV-1888. Firma La Hija del Cabriel en Albarracín el 3 de abril de 1888) “A MANOLITA Y JOSÉ MARÍA” (13-V-1888. Firma La Hija del Cabriel en Monreal el 6 de mayo de 1888, donde con tristeza anuncia que el día siguiente parte definitivamente de esa villa) “ADIOS AL VALLE” (18-XI-1888. Firma La Hija del Cabriel) “NO TE OLVIDO” (3-II-1889. Firma La Hija del Cabriel en Cartagena, en enero de 1889, lo que indica que por entonces se hallaba junto a su hermana Blanca donde su cuñado Enrique ejercía la jurisprudencia) “A …” (19-V-1889. Firma La Hija del Cabriel en el Valle el 14 de mayo de 1889) “A …” (¿X-1889?. Firma La Hija del Cabriel en Valdecabriel el 12 de octubre de 1889) Posteriormente en “El Eco de Teruel” verían la luz: “A UNA MOSCA” (21-VI-1891, nº 266, pág. 3. Firma La Hija del Cabriel) “AL INSPIRADO VATE MANUEL REINA” (19-VII-1891, nº 270, pág. 3. Firma La Hija del Cabriel) Repasando la penúltima composición de “El Turolense”, podemos hacernos una idea del posible destinatario de sus desvelos amorosos: el profesor de música. Tal vez el Sr. Cándido Santacruz que veremos en la crónica de la “Velada de Monreal” en la que parece iniciaron sus relaciones Blanca y Enrique. Veamos algunos de estos versos del poema del escrito el 14 de mayo de 1889: “Ya no escucho de tu piano Aquellas notas vibrantes, Que apasionadas y amantes Hacía brotar tu mano. Voy a tocar me decías El piano es mi único amigo El sabe llorar conmigo Y calmar la pena mía. Y con afán te empeñabas En hacerme comprender, Todo el mágico poder Que las notas encerraban … ti te causaba enojos Porque yo no lo entendía, Pero en cambio comprendía El lenguaje de tus ojos Ese pronto lo entendí Al ver tu dulce mirada Ardiente y apasionada Siempre fija sobre mí. Sigue arrancando armonías De las teclas de tu piano, 121

En la “Revista <strong>de</strong>l Turia” <strong>de</strong>l 1 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1888 encontramos una larga composición<br />

poética “Contestación a la poesía El Ruiseñor <strong>de</strong> mi jardín, publicada por Don José Mª<br />

Catalán en un periódico <strong>de</strong> Alcañiz”. Otros poemas aparecen aquí y allá en las revistas<br />

<strong>de</strong> Teruel como es el caso <strong>de</strong> “El Turolense” don<strong>de</strong> publicó sucesivamente las<br />

composiciones que a continuación enumeramos, y que nos permiten ver las diferentes<br />

resi<strong>de</strong>ncias por las que pasó en 1888 y 1889 <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Val<strong>de</strong>cabriel, Albarracín, Monreal <strong>de</strong>l<br />

Campo, Cartagena y <strong>de</strong> nuevo Val<strong>de</strong>cabriel:<br />

“A MI VALLE” (8-IV-1888. Firma La Hija <strong>de</strong>l Cabriel en Albarracín el 3 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1888)<br />

“A MANOLITA Y JOSÉ MARÍA” (13-V-1888. Firma La Hija <strong>de</strong>l Cabriel en Monreal el 6 <strong>de</strong><br />

mayo <strong>de</strong> 1888, don<strong>de</strong> con tristeza anuncia que el día siguiente parte <strong>de</strong>finitivamente <strong>de</strong><br />

esa villa)<br />

“ADIOS AL VALLE” (18-XI-1888. Firma La Hija <strong>de</strong>l Cabriel)<br />

“NO TE OLVIDO” (3-II-1889. Firma La Hija <strong>de</strong>l Cabriel en Cartagena, en enero <strong>de</strong> 1889,<br />

lo que indica que por entonces se hallaba junto a su hermana Blanca don<strong>de</strong> su cuñado<br />

Enrique ejercía la jurispru<strong>de</strong>ncia)<br />

“A …” (19-V-1889. Firma La Hija <strong>de</strong>l Cabriel en el Valle el 14 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1889)<br />

“A …” (¿X-1889?. Firma La Hija <strong>de</strong>l Cabriel en Val<strong>de</strong>cabriel el 12 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1889)<br />

Posteriormente en “El Eco <strong>de</strong> Teruel” verían la luz:<br />

“A UNA MOSCA” (21-VI-1891, nº 266, pág. 3. Firma La Hija <strong>de</strong>l Cabriel)<br />

“AL INSPIRADO VATE MANUEL REINA” (19-VII-1891, nº 270, pág. 3. Firma La Hija <strong>de</strong>l<br />

Cabriel)<br />

Repasando la penúltima composición <strong>de</strong> “El Turolense”, po<strong>de</strong>mos hacernos una i<strong>de</strong>a<br />

<strong>de</strong>l posible <strong>de</strong>stinatario <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>svelos amorosos: el profesor <strong>de</strong> música. Tal vez el Sr.<br />

Cándido Santacruz que veremos en la crónica <strong>de</strong> la “Velada <strong>de</strong> Monreal” en la que<br />

parece iniciaron sus relaciones Blanca y Enrique. Veamos algunos <strong>de</strong> estos versos <strong>de</strong>l<br />

poema <strong>de</strong>l escrito el 14 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1889:<br />

“Ya no escucho <strong>de</strong> tu piano<br />

Aquellas notas vibrantes,<br />

Que apasionadas y amantes<br />

Hacía brotar tu mano.<br />

Voy a tocar me <strong>de</strong>cías<br />

El piano es mi único amigo<br />

El sabe llorar conmigo<br />

Y calmar la pena mía.<br />

Y con afán te empeñabas<br />

En hacerme compren<strong>de</strong>r,<br />

Todo el mágico po<strong>de</strong>r<br />

Que las notas encerraban<br />

… ti te causaba enojos<br />

Porque yo no lo entendía,<br />

Pero en cambio comprendía<br />

El lenguaje <strong>de</strong> tus ojos<br />

Ese pronto lo entendí<br />

Al ver tu dulce mirada<br />

Ardiente y apasionada<br />

Siempre fija sobre mí.<br />

Sigue arrancando armonías<br />

De las teclas <strong>de</strong> tu piano,<br />

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