OCR Document - Repositorio UASB-Digital - Universidad Andina ...
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50<br />
María Augusta Vintímilla<br />
la lluvia y su harpa de misericordia<br />
disolverán los últimos tendones;<br />
(...)<br />
Ved entonces, amigos, el ramaje<br />
la inquietud de cardumen de las hojas la<br />
tensa piel de azúcar de los frutos:<br />
son mis huesos, mis venas y mis ganglios<br />
nuevamente encarnados en la forma.<br />
La mirada del poeta se ha encarnado, ahora tiene cuerpo, huesos, tendones,<br />
ganglios, venas. Si en «Incursión en la sal», el yo del enunciado emergía intacto de<br />
las profundidades de la materia, con un saber arrancado a sus entrañas, en «Vida interior<br />
del árbol» el cuerpo del hombre se disuelve en el cuerpo del mundo. Después<br />
del descenso a lo subterráneo ya no hay retorno posible, porque no hay ninguna<br />
exterioridad: hombre y mundo comparten el mismo cautiverio. El sentido descubierto<br />
en «Incursión en la sal», cobra ahora un espesor existencial. Sin embargo, en es-<br />
te poema, el yo enunciador permanece todavía ajeno a la temporalidad, a los movimientos<br />
de desintegración que afectan a la materia: es solamente su «carne aciaga»,<br />
la materialidad encarnada en el sujeto del enunciado, lo que se ha integrado a los<br />
ciclos de metamorfosis y transubstanciación. El yo enunciador, inmaterial y ubicuo,<br />
permanece intacto garantizando el sentido del tiempo y el movimiento:<br />
Bien comprendeis, amigos, que yo nunca<br />
hablo de las escamas transitorias,<br />
del lo que el ojo entrega a la instantánea<br />
vacilación del ser en la apariencia<br />
(...)<br />
Buscamos algo más. Como en el hijo,<br />
buscamos el sentido de la vida;<br />
la pura matemática que norma<br />
el sereno equilibrio de los astros<br />
El paso de una mirada que explora el mundo como exterioridad, a una per-<br />
cepción diferente de la relación entre el yo y el mundo aparece más definidamente<br />
en «Poema del regreso», perteneciente también a la segunda sección de El mundo<br />
de las evidencias:<br />
Yo creía que ver era salir del ojo<br />
y tocar, impasible,<br />
lo compacto y lo cambiante.<br />
(...)<br />
Más cuando vi la zarpa de las olas<br />
romper en su demencia<br />
las renegridas costillas de las rocas<br />
y el árbol aferrarse a la volcánica